¿Alguna vez has conocido a un peregrino o un viajero que recorre una ruta con un propósito específico? Por ejemplo, visitando un lugar sagrado, pagando una promesa o llegando a la cima de una montaña. Recuerdo haber realizado algunos viajes de este tipo, cargando varios días mi mochila —con una carpa y alimentos— por el camino Inca para llegar a la puerta del Sol de Machu Picchu o haber ido a Paucartambo para la fiesta del Carmen y hasta transitar una parte del famoso Camino de Santiago. Estos viajes estaban llenos de desafíos y, al final, la llegada se convertía en una celebración, es decir, en un gran aprendizaje.
Observa los pasos propuestos en el siguiente video.
Este nuevo post de Qué tal si… está inspirado en la metáfora del peregrino. Imagino que un estudiante es como un peregrino que transita un sendero con un propósito determinado, y que va sorteando desafíos en su camino de aprendizaje. Para mantener la motivación del peregrino —del estudiante— necesitamos crear desafíos con experiencias de aprendizaje auténticas. Por ello, en este post nos concentraremos en cómo diseñar tareas auténticas para que, al final del peregrinaje, logremos aprendizajes duraderos.
¿Qué es una tarea auténtica?
Grant Wiggins (2004) la describe como una actividad genuina caracterizada por reproducir los modos en los que las personas utilizan el conocimiento en circunstancias reales. Por lo tanto, son situaciones de aprendizaje que están conectadas con la realidad o el contexto del estudiante. En ese sentido, una tarea auténtica:
Una tarea auténtica puede desarrollarse en una sesión o durante varias sesiones (días de clase), parte de las cuales pueden consistir en clases magistrales o de instrucción directa, pero también en actividades de indagación, debate y creación, tanto de manera autónoma como cooperativa.
Para saber si las tareas lograron los aprendizajes esperados es importante conectar el diseño con la evaluación. Por eso, la otra cara de la moneda de una tarea auténtica es una evaluación auténtica.
¿Qué es una evaluación auténtica?
«El objetivo de la evaluación consiste en averiguar el grado de aprendizaje adquirido en cada uno de los distintos contenidos de aprendizaje que configuran la competencia, pero con relación a una situación que otorgue sentido y funcionalidad a los contenidos y a las actividades de evaluación».Zabala y Arnau (2008, p. 7).
El corazón de una evaluación auténtica es la creación de una situación en donde se puedan testear desempeños reales, los cuales hagan que los estudiantes apliquen sus conocimientos en situaciones concretas, con propósitos genuinos, para una audiencia y contextos variados. Entonces, el contexto de la evaluación hace posible que la actividad del estudiante sea auténtica.
Se puede diseñar a partir de una noticia de actualidad, un conflicto, un caso o una problemática que muestre la realidad en su complejidad y exija que el estudiante intervenga para comprender o resolver el problema o caso. Además, se pretende que este sea competente para actuar integrando conocimientos, habilidades y actitudes en realidades más o menos cercanas a la propia y, que luego, sean capaces de transferir estos aprendizajes a diferentes contextos.
La situación de evaluación es una especie de «paraguas» bajo el cual cada estudiante se sumerge para construir sus aprendizajes. A lo largo del peregrinaje del estudiante, a través de diferentes situaciones o tareas desafiantes, es importante recolectar evidencias del proceso para realizar una evaluación formativa. Desde el enfoque del Diseño para la comprensión (McTighe y Wiggins, 2004) se considera que existen diferentes maneras de evaluar al estudiante en un continuum de tareas, que van desde situaciones más cotidianas y espontáneas, como un diálogo informal, hasta situaciones que se prolongan en varias semanas; por ejemplo, las tareas de desempeño, como el caso de un proyecto.
Figura 1. Tipos de tareas
Lea Sulmont (2022). Adaptado de McTighe y Wiggins (2004).
A continuación, describimos sus características:
Al momento de diseñar, los docentes podemos combinar o realizar un mix de tareas pertinentes y relevantes, creando un recorrido para el estudiante:
Figura 2. Mix de tareas
Lea Sulmont (2022).
Luego de definir el mix de los tipos de evaluación se eligen diversas técnicas o instrumentos que permitan recoger las evidencias de aprendizaje suficientes y valorarlas. En un siguiente post, abordaremos ese tema.
Ahora, te invito a compartir con la comunidad de Educared tu experiencia y tus sugerencias para la creación de tareas auténticas que puedan realizar tus estudiantes, en función al contexto donde intervienes.
Para conocer más:
Observa el Webinar organizado por la Dirección de Formación Inicial Docente del Minedu (2021).
Exposición de Graciela Loureiro (Uruguay) desde el minuto 10:00 hasta 1:12:00.
Sobre el lugar:
Santo Domingo de la Calzada, La Rioja (España). Ubicación
Grabación y edición: Lea Sulmont
Música original: Adriel Calvelo
2023
Referencias:
McTighe, J. y Wiggins, G. (2004). Understanding by Design. ASCD.
Zabala, A. y Arnau. L. (2008). IDEA CLAVE 11. Evaluar competencias es evaluar procesos en la resolución de situaciones problema. En: 11 ideas clave: cómo aprender y enseñar competencias. Ed. Graó, 4.a reimpresión, 2008. Barcelona, España. ISBN: 978-84-7827-500-7.
¿Alguna vez has conocido a un peregrino o un viajero que recorre una ruta con un propósito específico? Por ejemplo, visitando un lugar sagrado, pagando una promesa o llegando a la cima de una montaña. Recuerdo haber realizado algunos viajes de este tipo, cargando varios días mi mochila —con una carpa y alimentos— por el camino Inca para llegar a la puerta del Sol de Machu Picchu o haber ido a Paucartambo para la fiesta del Carmen y hasta transitar una parte del famoso Camino de Santiago. Estos viajes estaban llenos de desafíos y, al final, la llegada se convertía en una celebración, es decir, en un gran aprendizaje.
Observa los pasos propuestos en el siguiente video.
Este nuevo post de Qué tal si… está inspirado en la metáfora del peregrino. Imagino que un estudiante es como un peregrino que transita un sendero con un propósito determinado, y que va sorteando desafíos en su camino de aprendizaje. Para mantener la motivación del peregrino —del estudiante— necesitamos crear desafíos con experiencias de aprendizaje auténticas. Por ello, en este post nos concentraremos en cómo diseñar tareas auténticas para que, al final del peregrinaje, logremos aprendizajes duraderos.
¿Qué es una tarea auténtica?
Grant Wiggins (2004) la describe como una actividad genuina caracterizada por reproducir los modos en los que las personas utilizan el conocimiento en circunstancias reales. Por lo tanto, son situaciones de aprendizaje que están conectadas con la realidad o el contexto del estudiante. En ese sentido, una tarea auténtica:
Una tarea auténtica puede desarrollarse en una sesión o durante varias sesiones (días de clase), parte de las cuales pueden consistir en clases magistrales o de instrucción directa, pero también en actividades de indagación, debate y creación, tanto de manera autónoma como cooperativa.
Para saber si las tareas lograron los aprendizajes esperados es importante conectar el diseño con la evaluación. Por eso, la otra cara de la moneda de una tarea auténtica es una evaluación auténtica.
¿Qué es una evaluación auténtica?
«El objetivo de la evaluación consiste en averiguar el grado de aprendizaje adquirido en cada uno de los distintos contenidos de aprendizaje que configuran la competencia, pero con relación a una situación que otorgue sentido y funcionalidad a los contenidos y a las actividades de evaluación».Zabala y Arnau (2008, p. 7).
El corazón de una evaluación auténtica es la creación de una situación en donde se puedan testear desempeños reales, los cuales hagan que los estudiantes apliquen sus conocimientos en situaciones concretas, con propósitos genuinos, para una audiencia y contextos variados. Entonces, el contexto de la evaluación hace posible que la actividad del estudiante sea auténtica.
Se puede diseñar a partir de una noticia de actualidad, un conflicto, un caso o una problemática que muestre la realidad en su complejidad y exija que el estudiante intervenga para comprender o resolver el problema o caso. Además, se pretende que este sea competente para actuar integrando conocimientos, habilidades y actitudes en realidades más o menos cercanas a la propia y, que luego, sean capaces de transferir estos aprendizajes a diferentes contextos.
La situación de evaluación es una especie de «paraguas» bajo el cual cada estudiante se sumerge para construir sus aprendizajes. A lo largo del peregrinaje del estudiante, a través de diferentes situaciones o tareas desafiantes, es importante recolectar evidencias del proceso para realizar una evaluación formativa. Desde el enfoque del Diseño para la comprensión (McTighe y Wiggins, 2004) se considera que existen diferentes maneras de evaluar al estudiante en un continuum de tareas, que van desde situaciones más cotidianas y espontáneas, como un diálogo informal, hasta situaciones que se prolongan en varias semanas; por ejemplo, las tareas de desempeño, como el caso de un proyecto.
Figura 1. Tipos de tareas
Lea Sulmont (2022). Adaptado de McTighe y Wiggins (2004).
A continuación, describimos sus características:
Al momento de diseñar, los docentes podemos combinar o realizar un mix de tareas pertinentes y relevantes, creando un recorrido para el estudiante:
Figura 2. Mix de tareas
Lea Sulmont (2022).
Luego de definir el mix de los tipos de evaluación se eligen diversas técnicas o instrumentos que permitan recoger las evidencias de aprendizaje suficientes y valorarlas. En un siguiente post, abordaremos ese tema.
Ahora, te invito a compartir con la comunidad de Educared tu experiencia y tus sugerencias para la creación de tareas auténticas que puedan realizar tus estudiantes, en función al contexto donde intervienes.
Para conocer más:
Observa el Webinar organizado por la Dirección de Formación Inicial Docente del Minedu (2021).
Exposición de Graciela Loureiro (Uruguay) desde el minuto 10:00 hasta 1:12:00.
Sobre el lugar:
Santo Domingo de la Calzada, La Rioja (España). Ubicación
Grabación y edición: Lea Sulmont
Música original: Adriel Calvelo
2023
Referencias:
McTighe, J. y Wiggins, G. (2004). Understanding by Design. ASCD.
Zabala, A. y Arnau. L. (2008). IDEA CLAVE 11. Evaluar competencias es evaluar procesos en la resolución de situaciones problema. En: 11 ideas clave: cómo aprender y enseñar competencias. Ed. Graó, 4.a reimpresión, 2008. Barcelona, España. ISBN: 978-84-7827-500-7.
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