«La vida empieza al final de tu zona de confort». 

Neale Donald Walsch

El ser humano vive en un estado de permanente adaptación y, al mismo tiempo, una vez que se adapta a una situación desafiante le cuesta moverse de ese lugar o estado para volver a adaptarse a un nuevo desafío. Cuando eso pasa, usualmente decimos que nos cuesta salir de la zona de confort.

El concepto de zona de confort se refiere a un estado psicológico en el que tenemos control de lo que ocurre a nivel de las actitudes, los procedimientos y las estrategias que utilizamos con frecuencia y con las que nos sentimos cómodos y seguros.  En muchos aspectos de nuestra vida cotidiana es posible que no sintamos necesidad de salir de esta zona, pero en el terreno educativo, el atreverse a transgredir esta zona sí tiene un impacto en el aprendizaje.

Remontémonos al origen del concepto. A principios del siglo XX, los psicólogos Robert M. Yerkes y John D. Dodson descubrieron que un estado de comodidad relativa en las personas genera un nivel constante de rendimiento y que, para mejorarlo, necesitamos experimentar cierto grado de ansiedad. A ese espacio descubierto lo denominaron «ansiedad óptima» e indicaron que se encuentra justo fuera de las fronteras de nuestra zona de confort.

Identifiquemos dónde se sitúa la zona de confort y las otras zonas fronterizas:

¿Cómo alentar a tus estudiantes a enfrentar el cruce de fronteras de su zona de confort y conquistar otros territorios?

Te propongo algunas pautas a trabajar en cada zona: 

En la zona de confort

• Ayuda a tu estudiante a validar las competencias con las que se desenvuelve en esta zona, y a reconocer qué lo hace sentirse seguro y cómodo. 

• Pregúntale cómo adquirió dichas competencias. Posiblemente, antes no las manejaba y para aprenderlas tuvo que esforzarse, tomar riesgos e iniciativas. Reconocer este proceso lo ayudará a valorar dichas actitudes y a utilizarlas en un próximo reto. 

• Es importante que reconozca que la zona de confort siempre se va ampliando, no es estática. Las herramientas con las que enfrenta las situaciones del hoy no son las mismas que usaba ayer y, seguramente, no son las que necesita para enfrentar el mañana. 

  En la zona de pánico o de miedo

• Ayuda a tu estudiante a identificar y nombrar los sentimientos que experimenta al entrar en esta zona. Por ejemplo, qué siente cuando: 

(1) Está habituado a trabajar con un grupo y se le propone cambiar a otro. 

(2) Maneja una bicicleta con rueditas auxiliares y se le propone retirarlas.

(3) Pasa de redactar justificaciones en párrafos individuales a escribir un ensayo. 

• Cada situación comprende desafíos de orden cognitivo o físico, pero siempre tiene un componente emocional que es importante reconocer y validar para encontrar una estrategia de afrontamiento. Por ejemplo, la inseguridad o el miedo al fracaso se puede afrontar apoyándose en sus pares, con una cultura que valore el error como una fuente de aprendizaje y aliente una mentalidad de crecimiento.

• En la niñez temprana, niñas y niños necesitan experimentar que sus emociones son validadas, pues si las negamos y exigimos que acepten riesgos, es posible que se sientan violentados o amenazados. A futuro, lejos de construir seguridad, vamos a generar un rechazo. 

• El enfoque de igualdad de género y de atención a la diversidad debe estar presente en las estrategias de afrontamiento, para ayudarlos y equiparlos a transitar por esa zona de miedo y avanzar a otros territorios. 

En la zona de aprendizaje

• Cuando los estudiantes logran avanzar en esta zona, el docente sigue manteniendo un rol de acompañamiento, pero sobre todo de diseñador y facilitador del aprendizaje. 

• Es importante ofrecer situaciones de aprendizaje que reten al estudiante en la adquisición de saberes, en el desarrollo de nuevas habilidades y actitudes de manera progresiva, pero al mismo tiempo diversificada, para que cada cual avance a su ritmo y se trace sus propios objetivos.

• La zona de aprendizaje debe permitir al estudiante equiparse con estrategias que demanden de autonomía y de cooperación. Desde un enfoque socioconstructivista, es importante impulsar un aprendizaje autodirigido y también entre pares. 

En la zona de crecimiento 

• Esta es una zona con gran potencial para experimentar un sentimiento de dominio y de satisfacción por haber logrado las metas. 

• Es una zona en la que el estudiante puede sentirse motivado para soñar, encontrar su propósito para trazarse nuevas metas. 

• Esta zona es especialmente crítica durante la adolescencia, pues es donde solemos tomar elecciones respecto a lo que nos gustaría ser y hacer «de grandes». Por ejemplo, si un estudiante ha logrado dominar un instrumento musical, puede que este aprendizaje lo impulse a crecer en el campo musical y a desarrollar futuros proyectos de estudio, en esa línea. 

• Muchas de las decisiones que tomamos respecto a nuestras posibles elecciones profesionales se relacionan con tener la oportunidad de explorar esta zona. Como diría Sir Ken Robinson, necesitamos encontrar nuestro «elemento», porque descubrir nuestra pasión lo cambia todo. La zona de crecimiento es una zona privilegiada para que cada persona descubra sus pasiones, desarrolle sus propios proyectos y alimente una conciencia de bien común como ciudadano.

Te desafío a salir de tu zona de confort y alentar a tus estudiantes a hacerlo también. 

Comparte tus estrategias y experiencias en la sección de comentarios.

Para conocer más:

Observa esta animación.

Sobre el lugar: 

Fortín Mercedes, Pedro Luro (provincia de Buenos Aires, Argentina). Ubicación

Filmación: Sergio Lizzulli

Referencias:

Yerkes, R. M. & Dodson, J. D. (1908) The relation of strength of stimulus to rapidity of habit-formation. Journal of Comparative Neurology and Psychology; 18, 459-482.