“La inteligencia artificial no ha vivido nada” – Entrevista a Gonzalo Ladines

A Gonzalo Ladines, creador de la exitosa serie web Los Cinéfilos, le enseñé un guion basado en su estilo. No le pareció que lo tuviera: “No hay vuelo, no hay temperatura humana”. Aún así, no es enemigo de la inteligencia artificial. La ha usado para traducir guiones, escribir letras de canciones de prueba e incluso para tantear cómo se vería un afiche. Pero no cree que una máquina pueda entender lo que significa llorar con una escena, reírse con una broma o tener miedo a fracasar.

“La IA cree que es graciosa, pero solo imita. No se ríe. Es como un psicópata”. Y agrega: “no puede conmover porque no ha vivido nada”. En su caso, vivir —tener un hijo, pasar un duelo, enamorarse, enseñar— es justamente el insumo indispensable para escribir. Y si hay algo que no está dispuesto a ceder, es ese vínculo entre experiencia y creación.

En esta conversación, el director de películas como Muerto de risa o Como en el cine y pondera los riesgos de lo sintético sobre su oficio, desarma los algoritmos y advierte del riesgo de que la creatividad se vuelva un trámite. También lanza una advertencia para guionistas jóvenes: “si vas a dejar que la IA escriba por ti, mejor dedícate a otra cosa”.

Julio César: Empecemos por lo esencial. ¿Cómo funciona tu proceso creativo? ¿Cómo nace una idea para una película o una serie?

Gonzalo: Depende mucho del tipo de proyecto. Cuando se trata de algo personal, suelen surgir a partir de experiencias fuertes: el duelo por la muerte de mi padre, o ahora que acabo de tener un hijo. Son eventos importantes en mi vida que me hacen pensar historias. A partir de eso, creo personajes, escribo diálogos y voy viendo hacia dónde va todo.

Después está el proceso más pragmático: necesito vender, hacer plata. Entonces miro qué está funcionando en el mainstream. Si las plataformas están pidiendo comedias con un concepto grande, pienso qué puedo crear que encaje en ese perfil. No es tan natural, pero bueno, hay que vivir.

Y el tercer flujo es el encargo. Alguien viene, me toca la puerta y me dice: “Tengo esta idea, quiero escribir un guion”, o quieren que lo hagamos juntos. Así que, básicamente, tengo tres maneras de empezar un proyecto.

Julio César: ¿Y qué herramientas usas en esos procesos? ¿Siempre trabajas con el mismo software, con el celular, con notas a mano?

Gonzalo: Uso bastante la aplicación de notas del celular. Si se me ocurre una idea, la apunto ahí, ya sea una línea de diálogo, una escena, o algo que escuché por ahí y me pareció gracioso. Luego lo paso a Word, que uso para escribir sinopsis, armar personajes, desarrollar ideas. Y para los guiones, Final Draft. Ese es el estándar.

También uso Google para investigar cosas. Y ahora último, inteligencia artificial. Por ejemplo, yo escribo en español, pero si necesito enviar algo al mercado español, le digo a ChatGPT: “Tradúceme esto al castellano de España”. Te ayuda, no es perfecto, pero resuelve.

Julio César: ¿Desde cuándo usas IA? ¿Recuerdas el primer contacto?

Gonzalo: La verdad, no con claridad. Creo que como todos, teníamos la IA en el imaginario desde hace tiempo, por el cine, la literatura... pero cuando apareció ChatGPT, ahí sí cambió todo. Empezó a preocuparme. Yo sentí que era una amenaza real para lo que hago. Al comienzo me rehusé a usarlo.

Julio César: ¿Por lo que sabías o intuías que podía hacer?

Gonzalo: Sí, por cosas que había leído, o que alguien me comentó. Decía: “Esto es parte de mi trabajo, ¿cómo va a hacerlo una máquina?” Pero fue mi esposa quien me convenció: “Úsalo como una herramienta, no como un fin”. Y tenía razón. Entonces empecé. Creo que la primera vez fue para traducir un guion largo al inglés. ChatGPT no lo hacía bien, lo hacía por partes, y a veces se inventaba cosas raras. Pero igual, por 20 dólares versus los 1500 soles que cuesta un traductor, decidí probar.

“La IA no es un fin, es una herramienta”

Julio César: Y después de esa primera vez, ¿cómo empezaste a usarla?

Gonzalo: Principalmente como apoyo lingüístico. Por ejemplo, cuando postulo a fondos o programas en el extranjero, me piden sinopsis, perfiles, pitchs… Entonces escribo el texto en español, y ChatGPT me lo traduce. Funciona mejor con textos cortos. Con un guion largo, como te decía, se complica: empieza bien y luego se inventa escenas. Una vez le mandé un PDF y me tradujo 15 páginas; después, sin aviso, empezó a crear su propia historia en inglés. Casi una película alternativa. [Risas]

Por eso aprendí a dividir el texto por partes. Pero me ayudó. Traducir un guion completo cuesta mucho, y esta opción era barata. Lo mismo para adaptaciones pequeñas. Para eso sí sirve.

Julio César: ¿Y a nivel creativo? ¿Alguna vez le tiraste una idea, un concepto, y le dijiste: “resuélvelo”?

Gonzalo: Un poco, pero de manera muy puntual. Con Midjourney intenté hacer un afiche para un proyecto. Fue muy difícil. No me entendía. Quizás no era muy amigable, o yo ya estoy viejo, no sé. No me convenció. Terminé pagando por el mes y no obtuve nada útil.

También la usé para una obra de teatro. Quería unas canciones como referencia. Le di un prompt a ChatGPT del tipo de letra que buscaba, y me devolvió una. No era para usarla en escena, sino para mostrársela al productor, para decirle: “Mira, por aquí va la cosa”. Luego ya trabajaría con un músico real. No se trataba de reemplazar a nadie.

“No sé qué es IA y qué no. Y eso es parte del problema”

Julio César: ¿Qué sientes cuando ves algo que ha sido creado, entre comillas, por inteligencia artificial? Me refiero a tu rubro: películas, imágenes, series.

Gonzalo: Depende. A mí las últimas Avatar, por ejemplo, no me gustan. Y dicen que ahí hay mucha IA. Aunque ya ni sé qué es inteligencia artificial y qué no. Ese es parte del problema: ya no lo podemos distinguir.

Hace poco vi un capítulo de Estudio en el que usan IA para recrear una película dentro de la serie. Aparece Anthony Mackie hablando con Dave Franco, y todo parece un videojuego. Pero como era una parodia, no me molestó tanto. Igual, extraño las texturas. Las Star Wars de los noventa, por ejemplo, se veían falsas. Pero The Mandalorian, aunque seguramente usa IA en muchas cosas, se ve bien. Muy bien. El truco está ahí: que no se note.

Julio César: Entonces, ¿si no lo puedes reconocer, no te molesta?

Gonzalo: No, no me molesta. Hubo polémica con El artista y el acento de Adrien Brody, pero su actuación está ahí. Tal vez no tenía la dicción perfecta, pero ¿quién lo iba a notar? Si lo arreglaron digitalmente y no me di cuenta, está bien.

Julio César: ¿Sientes que la IA puede llegar a ser competencia para ti?

Gonzalo: Sí, en algún momento. No creo que sea una idea paranoica. ¿Por qué están alimentando a estas IAs con capítulos de Breaking Bad, con El Padrino? Claramente hay una intención. No sé cuándo pasará, si en dos años o en cinco. Tal vez más. Pero está en el horizonte.

Ahora, la IA no es tan inteligente. Junta cosas que ya existen, hace un Frankenstein. No viene de una experiencia personal. No sabe cómo se siente nada. Y ahí está la diferencia: ¿cómo conectas con otro ser humano si no puedes conmoverlo?

Julio César: Pero tú mismo tienes influencias. Has visto películas, leído guiones. ¿No es también una forma de mezcla?

Gonzalo: Sí, pero con una diferencia básica: yo he sentido. Sé qué me conmueve, qué me da risa. La IA cree que entiende el humor, pero solo lo simula. Le preguntas si un chiste es bueno y responde “jajaja”. Es como un psicópata. Le falta alma.

“No me reconocí para nada. El diálogo es frío, rígido”

Julio César: Vamos a hacer un experimento. Te voy a mostrar un guion que fue generado por inteligencia artificial a partir de tu estilo. Le pedimos que escribiera un fragmento de Los Cinéfilos inspirado en tus obras. ¿Qué sientes al leerlo?

Gonzalo: Siento que quiere ser una sátira, pero no está bien desarrollada. No sé si es un corto o un sketch. Empieza con una crítica social sobre el privilegio, pero luego no sé si los personajes están a favor o en contra. Terminan haciendo una película que no quiere ofender a nadie… y ya no sé de qué se trata.

Julio César: Pero usa elementos tuyos. Le dimos insumos de tus películas, tus series. Incluso le pedimos que justificara por qué ese texto era coherente con tu estilo.

Gonzalo: No me reconocí para nada. El diálogo no fluye. Yo no escribiría eso ni cagando. Los tres personajes son iguales. Podrían ser lo mismo. No tienen personalidad.

Julio César: La justificación dice que usas “humor cotidiano y reconocible”, “diálogos coloquiales”, “comedia de la incomodidad”. Que retratas personajes urbanos limeños, llenos de contradicciones, ansiedades culturales. Que es tu sello.

Gonzalo: O sea… en lo del metacine, puede ser. Pero el diálogo está mal hecho. No es natural. Es rígido. Frío. Habla de “charlas de café” como si fuera algo mío. Creo que solo en un capítulo han tomado café [risas]. Lo demás es invento.

“Si no has vivido, ¿qué vas a contar?”

Julio César: Más allá de los errores del guion, hay algo inquietante: si un público ve eso, se ríe y lo disfruta, ¿no estamos en un círculo vicioso? ¿No habría que formar también a los públicos?

Gonzalo: Claro. Si la gente empieza a consumir eso y lo encuentra gracioso, estamos fregados. Por eso hay que formar no solo a los que crean, sino también a los que reciben. Que no los estafen. Que no se traguen cualquier cosa.

Julio César: Pensando en formación: ¿cómo educar hoy en creatividad cuando existe la posibilidad de escribir un guion completo con IA? ¿Qué le dirías a un profesor?

Gonzalo: Que la usen como herramienta, no como fin. Que ayuden a los estudiantes a expandir su creatividad, no a reemplazarla. Si partes de cero y le pides todo a la máquina, vas a depender de ella. Y eso no te hace crecer.

Julio César: ¿Y con qué insumo previo debe llegar un estudiante para poder usar bien la IA?

Gonzalo: Motivación. Curiosidad. Disciplina. Ganas de proponer algo propio. Si no tienes eso, terminas siendo un estafador. ¿Para qué querrías contar historias si no las estás creando tú?

Julio César: ¿Y cómo cultivar esa capacidad creativa? ¿Qué aconsejas en tus talleres?

Gonzalo: Siempre cito algo que decía el director y guionista Yashim Bahamonde: “Hay que vivir para escribir.” La IA no ha vivido nada. Nosotros sí. Sal a la calle. Mira cosas. Que te rompan el corazón, que te quieran, que te rechacen. Todo eso alimenta lo que vas a contar. Así se crea.

Después hay que estudiar, claro. Hay gente con talento, pero sin técnica, que no sabe plasmar nada. Si quieres escribir un guion, estudia guion. Aprende a estructurar. Pero lo primero es vivir.

[Entrevista realizada el 29 de abril de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

¿Se animan a contarnos qué les parece o sugerirnos otras actividades que pongan en práctica?

“La inteligencia artificial no ha vivido nada” – Entrevista a Gonzalo Ladines

Autor: Julio César Mateus Publicado: julio 14, 2025

A Gonzalo Ladines, creador de la exitosa serie web Los Cinéfilos, le enseñé un guion basado en su estilo. No le pareció que lo tuviera: “No hay vuelo, no hay temperatura humana”. Aún así, no es enemigo de la inteligencia artificial. La ha usado para traducir guiones, escribir letras de canciones de prueba e incluso para tantear cómo se vería un afiche. Pero no cree que una máquina pueda entender lo que significa llorar con una escena, reírse con una broma o tener miedo a fracasar.

“La IA cree que es graciosa, pero solo imita. No se ríe. Es como un psicópata”. Y agrega: “no puede conmover porque no ha vivido nada”. En su caso, vivir —tener un hijo, pasar un duelo, enamorarse, enseñar— es justamente el insumo indispensable para escribir. Y si hay algo que no está dispuesto a ceder, es ese vínculo entre experiencia y creación.

En esta conversación, el director de películas como Muerto de risa o Como en el cine y pondera los riesgos de lo sintético sobre su oficio, desarma los algoritmos y advierte del riesgo de que la creatividad se vuelva un trámite. También lanza una advertencia para guionistas jóvenes: “si vas a dejar que la IA escriba por ti, mejor dedícate a otra cosa”.

Julio César: Empecemos por lo esencial. ¿Cómo funciona tu proceso creativo? ¿Cómo nace una idea para una película o una serie?

Gonzalo: Depende mucho del tipo de proyecto. Cuando se trata de algo personal, suelen surgir a partir de experiencias fuertes: el duelo por la muerte de mi padre, o ahora que acabo de tener un hijo. Son eventos importantes en mi vida que me hacen pensar historias. A partir de eso, creo personajes, escribo diálogos y voy viendo hacia dónde va todo.

Después está el proceso más pragmático: necesito vender, hacer plata. Entonces miro qué está funcionando en el mainstream. Si las plataformas están pidiendo comedias con un concepto grande, pienso qué puedo crear que encaje en ese perfil. No es tan natural, pero bueno, hay que vivir.

Y el tercer flujo es el encargo. Alguien viene, me toca la puerta y me dice: “Tengo esta idea, quiero escribir un guion”, o quieren que lo hagamos juntos. Así que, básicamente, tengo tres maneras de empezar un proyecto.

Julio César: ¿Y qué herramientas usas en esos procesos? ¿Siempre trabajas con el mismo software, con el celular, con notas a mano?

Gonzalo: Uso bastante la aplicación de notas del celular. Si se me ocurre una idea, la apunto ahí, ya sea una línea de diálogo, una escena, o algo que escuché por ahí y me pareció gracioso. Luego lo paso a Word, que uso para escribir sinopsis, armar personajes, desarrollar ideas. Y para los guiones, Final Draft. Ese es el estándar.

También uso Google para investigar cosas. Y ahora último, inteligencia artificial. Por ejemplo, yo escribo en español, pero si necesito enviar algo al mercado español, le digo a ChatGPT: “Tradúceme esto al castellano de España”. Te ayuda, no es perfecto, pero resuelve.

Julio César: ¿Desde cuándo usas IA? ¿Recuerdas el primer contacto?

Gonzalo: La verdad, no con claridad. Creo que como todos, teníamos la IA en el imaginario desde hace tiempo, por el cine, la literatura… pero cuando apareció ChatGPT, ahí sí cambió todo. Empezó a preocuparme. Yo sentí que era una amenaza real para lo que hago. Al comienzo me rehusé a usarlo.

Julio César: ¿Por lo que sabías o intuías que podía hacer?

Gonzalo: Sí, por cosas que había leído, o que alguien me comentó. Decía: “Esto es parte de mi trabajo, ¿cómo va a hacerlo una máquina?” Pero fue mi esposa quien me convenció: “Úsalo como una herramienta, no como un fin”. Y tenía razón. Entonces empecé. Creo que la primera vez fue para traducir un guion largo al inglés. ChatGPT no lo hacía bien, lo hacía por partes, y a veces se inventaba cosas raras. Pero igual, por 20 dólares versus los 1500 soles que cuesta un traductor, decidí probar.

“La IA no es un fin, es una herramienta”

Julio César: Y después de esa primera vez, ¿cómo empezaste a usarla?

Gonzalo: Principalmente como apoyo lingüístico. Por ejemplo, cuando postulo a fondos o programas en el extranjero, me piden sinopsis, perfiles, pitchs… Entonces escribo el texto en español, y ChatGPT me lo traduce. Funciona mejor con textos cortos. Con un guion largo, como te decía, se complica: empieza bien y luego se inventa escenas. Una vez le mandé un PDF y me tradujo 15 páginas; después, sin aviso, empezó a crear su propia historia en inglés. Casi una película alternativa. [Risas]

Por eso aprendí a dividir el texto por partes. Pero me ayudó. Traducir un guion completo cuesta mucho, y esta opción era barata. Lo mismo para adaptaciones pequeñas. Para eso sí sirve.

Julio César: ¿Y a nivel creativo? ¿Alguna vez le tiraste una idea, un concepto, y le dijiste: “resuélvelo”?

Gonzalo: Un poco, pero de manera muy puntual. Con Midjourney intenté hacer un afiche para un proyecto. Fue muy difícil. No me entendía. Quizás no era muy amigable, o yo ya estoy viejo, no sé. No me convenció. Terminé pagando por el mes y no obtuve nada útil.

También la usé para una obra de teatro. Quería unas canciones como referencia. Le di un prompt a ChatGPT del tipo de letra que buscaba, y me devolvió una. No era para usarla en escena, sino para mostrársela al productor, para decirle: “Mira, por aquí va la cosa”. Luego ya trabajaría con un músico real. No se trataba de reemplazar a nadie.

“No sé qué es IA y qué no. Y eso es parte del problema”

Julio César: ¿Qué sientes cuando ves algo que ha sido creado, entre comillas, por inteligencia artificial? Me refiero a tu rubro: películas, imágenes, series.

Gonzalo: Depende. A mí las últimas Avatar, por ejemplo, no me gustan. Y dicen que ahí hay mucha IA. Aunque ya ni sé qué es inteligencia artificial y qué no. Ese es parte del problema: ya no lo podemos distinguir.

Hace poco vi un capítulo de Estudio en el que usan IA para recrear una película dentro de la serie. Aparece Anthony Mackie hablando con Dave Franco, y todo parece un videojuego. Pero como era una parodia, no me molestó tanto. Igual, extraño las texturas. Las Star Wars de los noventa, por ejemplo, se veían falsas. Pero The Mandalorian, aunque seguramente usa IA en muchas cosas, se ve bien. Muy bien. El truco está ahí: que no se note.

Julio César: Entonces, ¿si no lo puedes reconocer, no te molesta?

Gonzalo: No, no me molesta. Hubo polémica con El artista y el acento de Adrien Brody, pero su actuación está ahí. Tal vez no tenía la dicción perfecta, pero ¿quién lo iba a notar? Si lo arreglaron digitalmente y no me di cuenta, está bien.

Julio César: ¿Sientes que la IA puede llegar a ser competencia para ti?

Gonzalo: Sí, en algún momento. No creo que sea una idea paranoica. ¿Por qué están alimentando a estas IAs con capítulos de Breaking Bad, con El Padrino? Claramente hay una intención. No sé cuándo pasará, si en dos años o en cinco. Tal vez más. Pero está en el horizonte.

Ahora, la IA no es tan inteligente. Junta cosas que ya existen, hace un Frankenstein. No viene de una experiencia personal. No sabe cómo se siente nada. Y ahí está la diferencia: ¿cómo conectas con otro ser humano si no puedes conmoverlo?

Julio César: Pero tú mismo tienes influencias. Has visto películas, leído guiones. ¿No es también una forma de mezcla?

Gonzalo: Sí, pero con una diferencia básica: yo he sentido. Sé qué me conmueve, qué me da risa. La IA cree que entiende el humor, pero solo lo simula. Le preguntas si un chiste es bueno y responde “jajaja”. Es como un psicópata. Le falta alma.

“No me reconocí para nada. El diálogo es frío, rígido”

Julio César: Vamos a hacer un experimento. Te voy a mostrar un guion que fue generado por inteligencia artificial a partir de tu estilo. Le pedimos que escribiera un fragmento de Los Cinéfilos inspirado en tus obras. ¿Qué sientes al leerlo?

Gonzalo: Siento que quiere ser una sátira, pero no está bien desarrollada. No sé si es un corto o un sketch. Empieza con una crítica social sobre el privilegio, pero luego no sé si los personajes están a favor o en contra. Terminan haciendo una película que no quiere ofender a nadie… y ya no sé de qué se trata.

Julio César: Pero usa elementos tuyos. Le dimos insumos de tus películas, tus series. Incluso le pedimos que justificara por qué ese texto era coherente con tu estilo.

Gonzalo: No me reconocí para nada. El diálogo no fluye. Yo no escribiría eso ni cagando. Los tres personajes son iguales. Podrían ser lo mismo. No tienen personalidad.

Julio César: La justificación dice que usas “humor cotidiano y reconocible”, “diálogos coloquiales”, “comedia de la incomodidad”. Que retratas personajes urbanos limeños, llenos de contradicciones, ansiedades culturales. Que es tu sello.

Gonzalo: O sea… en lo del metacine, puede ser. Pero el diálogo está mal hecho. No es natural. Es rígido. Frío. Habla de “charlas de café” como si fuera algo mío. Creo que solo en un capítulo han tomado café [risas]. Lo demás es invento.

“Si no has vivido, ¿qué vas a contar?”

Julio César: Más allá de los errores del guion, hay algo inquietante: si un público ve eso, se ríe y lo disfruta, ¿no estamos en un círculo vicioso? ¿No habría que formar también a los públicos?

Gonzalo: Claro. Si la gente empieza a consumir eso y lo encuentra gracioso, estamos fregados. Por eso hay que formar no solo a los que crean, sino también a los que reciben. Que no los estafen. Que no se traguen cualquier cosa.

Julio César: Pensando en formación: ¿cómo educar hoy en creatividad cuando existe la posibilidad de escribir un guion completo con IA? ¿Qué le dirías a un profesor?

Gonzalo: Que la usen como herramienta, no como fin. Que ayuden a los estudiantes a expandir su creatividad, no a reemplazarla. Si partes de cero y le pides todo a la máquina, vas a depender de ella. Y eso no te hace crecer.

Julio César: ¿Y con qué insumo previo debe llegar un estudiante para poder usar bien la IA?

Gonzalo: Motivación. Curiosidad. Disciplina. Ganas de proponer algo propio. Si no tienes eso, terminas siendo un estafador. ¿Para qué querrías contar historias si no las estás creando tú?

Julio César: ¿Y cómo cultivar esa capacidad creativa? ¿Qué aconsejas en tus talleres?

Gonzalo: Siempre cito algo que decía el director y guionista Yashim Bahamonde: “Hay que vivir para escribir.” La IA no ha vivido nada. Nosotros sí. Sal a la calle. Mira cosas. Que te rompan el corazón, que te quieran, que te rechacen. Todo eso alimenta lo que vas a contar. Así se crea.

Después hay que estudiar, claro. Hay gente con talento, pero sin técnica, que no sabe plasmar nada. Si quieres escribir un guion, estudia guion. Aprende a estructurar. Pero lo primero es vivir.

[Entrevista realizada el 29 de abril de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

¿Se animan a contarnos qué les parece o sugerirnos otras actividades que pongan en práctica?

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  • Interesante entrevista, estimado Julio y la manera tan real y sencilla que utiliza Gonzalo para explicar los retos que nos genera la IA y que debemos superar desde las Instituciones Educativas.
    Tener la capacidad de crear en función a la experiencia y expresar ideas con una historia profunda y real que nace de vivencia cotidiana, nos diferencia de la Inteligencia Artificial, la cual puede expresar ideas muy coherentes, pero sin el toque humano, creativo e innovador.

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