En los últimos tres o cuatro años, nuestro país ha experimentado una acelerada propagación de información manipulada. Según Statista, en 2022, Perú fue el segundo país con mayor consumo de información falsa o engañosa a nivel mundial. Durante la pandemia, tanto medios tradicionales como digitales difundieron rumores sobre los riesgos de la vacunación y métodos no validados para prevenir la enfermedad. Además, tras la crisis política de 2022, diversas fuerzas políticas aprovecharon la desinformación para incitar ataques y protestas a nivel nacional.
Ante esta situación, el Proyecto CREDIBLE, impulsado por IREX y liderado por la ONG CEDRO en Perú, realizó el estudio “El ecosistema de la información de los jóvenes de Perú” con el objetivo de fortalecer el conocimiento y la capacidad de los jóvenes peruanos para lidiar con la desinformación. En esta nota, ampliamos lo conversado en el último episodio de nuestro Podcast de Educación Mediática y compartimos los hallazgos clave que exploran el sistema de información en Perú y cómo los jóvenes interactúan con él.
Un hallazgo sorprendente es que casi el 98 % de los encuestados cree que gran parte de la información en el país está manipulada. Los jóvenes consideran que la información ofrecida tiene poco valor, identificando sensacionalismo y manipulación en los medios. Solo un 5,4 % confía plenamente en los diarios, mientras que el 43 % y el 56 % desconfían totalmente de diarios y revistas, respectivamente.
Aunque muchos jóvenes utilizan Internet, solo el 20 % confía en la información en línea. En este contexto de desconfianza generalizada, las redes sociales alcanzan solo un 11 % de confianza cuando se trata de aprender algo nuevo o verificar un hecho. Sin embargo, motores de búsqueda como Google o Bing son considerados confiables por el 70,5 % de los jóvenes para adquirir nuevos conocimientos.
Estos resultados reflejan la creciente desconfianza hacia los medios. Según el Digital News Report del Reuters Institute, solo el 40 % de los encuestados a nivel global confía en los medios de comunicación en general. Entre los jóvenes, la evitación de noticias ha aumentado significativamente, ya que asocian las noticias con algo negativo y no se sienten identificados ni representados por los medios tradicionales. Esta desconfianza hacia las empresas periodísticas se debe no solo a su enfoque alarmista, sino también a la sospecha de que responden a intereses de grupos de poder. Un dato interesante es que Perú encabeza con un 71 % la pregunta sobre que tan frecuentemente escuchas criticas a los medios de comunicación en tu país.
Los jóvenes urbanos en Perú han encontrado su espacio en el mundo digital. Con fácil acceso a una amplia variedad de medios, prefieren claramente internet y redes sociales, dejando atrás a la radio, la televisión y los periódicos. Aunque estos medios siguen disponibles, han perdido atractivo para una generación que vive conectada. De hecho, el 76,8 % de los encuestados se conecta a redes sociales diariamente, dedicando un promedio de cuatro horas a estas plataformas y otras cuatro horas navegando por Internet.
Esta transición digital se basa tanto en la conveniencia como en la confianza. La credibilidad de los medios tradicionales está en declive, lo que refuerza su inclinación hacia los medios en línea. Cuanto más confían en internet, menos valoran la televisión o los periódicos.
El interés por la política, especialmente la internacional, también ha disminuido, sobre todo entre los mayores de 25 años. Los jóvenes son conscientes de que la información que consumen puede estar manipulada por intereses económicos o políticos, pero también saben que tienen el poder de configurar lo que reciben. Esto resalta la importancia de desarrollar un pensamiento crítico y manejar bien las herramientas de gestión de información.
A pesar de sus críticas, los jóvenes no solo desean que los medios mejoren, sino que creen que estos deberían ofrecer más contenido relevante para ellos. Un 37 % opina que deben elevar su calidad, un 33% pide más contenido orientado a la juventud, y un 24 % sugiere entrenar o contratar mejores periodistas. En cuanto a la tecnología, casi la mitad de los encuestados asegura tener un conocimiento medio sobre inteligencia artificial.
Este panorama revela a una juventud que ha adoptado la digitalización, pero que también busca activamente mejorar su entorno informativo y, sobre todo, su capacidad para navegarlo con criterio. Según el estudio de Reuters, aunque los promedios de uso de TikTok son relativamente bajos a nivel general, su uso es significativamente mayor entre los grupos más jóvenes. En Perú, TikTok ha sido una herramienta clave para difundir tanto información como desinformación, especialmente durante elecciones recientes. Además, se ha utilizado activamente para la organización de protestas políticas, particularmente por estudiantes.
Izquierda: Proporción de personas que usaron TikTok para consumir noticias en la última semana. Derecha: Proporción de personas que prestan atención a ciertos temas noticiosos en TikTok por países seleccionados.
Fuente: Capturas del Digital News Report del Reuters Institute 2023.
A pesar de vivir en la era de la información, los jóvenes peruanos tienen una visión realista sobre las dificultades para discernir la autenticidad de lo que consumen en línea. El 63,4 % de los encuestados cree que los jóvenes no son capaces de evaluar eficazmente la autenticidad de la información, una percepción que es más común entre las mujeres (69,5 %) que los hombres (57,3 %). Sin embargo, la confianza en la capacidad de discernir información confiable varía con la edad y el género. Mientras que solo el 36,5% de los jóvenes menores de 19 años se sienten seguros en identificar información no confiable, esta cifra aumenta significativamente a 60,2 % entre los mayores de 26 años. Esto sugiere que, aunque muchos jóvenes creen en su capacidad para discernir información fiable, hay una diferencia notoria entre esta confianza y la percepción general sobre la habilidad de la juventud para hacerlo.
Curiosamente, el 30,5 % de los jóvenes admite haber compartido información que resultó ser falsa o manipulada, sin diferencias significativas entre género ni por edad. Las principales razones que dieron fueron el desconocimiento (61,9 %), el deseo de compartir la información a pesar de dudar de su veracidad (15,2 %), y el desconocimiento en un contexto positivo (14,3 %).
Aunque pocos encuestados (34,3 %) han enseñado a otros a identificar si la información es falsa o manipulada, lo que demuestra una baja acción transformadora, muchos jóvenes están tomando medidas para mejorar sus propios hábitos de consumo de información. Un 44,6 % trata de mejorar cómo consumen información, un 36,1 % se enfoca en generar y compartir información confiable, y un 26,1 % se esfuerza en identificar información no confiable.
A pesar de la falta de una concientización formal en Perú sobre cómo navegar en un entorno informativo, muchos jóvenes tienen una idea clara de las herramientas básicas para evitar la desinformación. Reconocen la información confiable cuando proviene de una fuente reconocida (55,4 %), presenta evidencia suficiente (45,1 %) y es corroborada por otros medios (20,8 %). Estas prácticas, aunque no tan extendidas como deberían, son esenciales para asegurar la calidad de la información en un mundo donde la veracidad es cada vez más difícil de determinar.
Los jóvenes peruanos reconocen que enfrentar la manipulación de la información es una responsabilidad compartida. Aunque la educación formal no siempre les brinda las herramientas necesarias, muchos han aprendido a lidiar con la desinformación en entornos naturales, como las redes sociales. Un 30,5 % de los encuestados admite haber compartido información falsa o manipulada, mientras que un 34,3 % ha ayudado a otros a identificarla.
La responsabilidad de mejorar la calidad de la información no recae solo en los jóvenes. Cerca del 45,8 % cree que los medios de comunicación deben asumir un papel más proactivo, mientras que un 36 % piensa que el Gobierno debería intervenir con medidas como mayor fiscalización o la creación de una entidad supervisora. Solo un 21 % considera que la responsabilidad principal está en manos de los propios jóvenes.
Por su parte, los influenciadores o "influencers" locales también juegan un papel importante. Ellos adaptan su contenido a las necesidades de su audiencia joven, manteniendo sus mensajes breves, directos, y utilizando un lenguaje cotidiano. Aunque se distancian de la pérdida de credibilidad en la información, afirmando que no tienen intereses económicos o políticos, creen que pueden ser agentes de cambio.
¿Cómo lidian los jóvenes peruanos con la desinformación?
Esto nos muestra que los jóvenes no son solo víctimas pasivas de la desinformación. Están en un proceso de aprendizaje constante, cometiendo errores, sí, pero también enseñando a otros. Es un panorama algo esperanzador.
Para más sobre desinformación y cómo combatirla, revisa los siguientes enlaces:
[Herramienta] ¿Cómo enseñar a los niños a identificar fake news?
Adultos mayores y “noticias falsas”: una experiencia desde la escuela
Promoviendo la Alfabetización Mediática en el Perú: invitación al Simposio Internacional
En los últimos tres o cuatro años, nuestro país ha experimentado una acelerada propagación de información manipulada. Según Statista, en 2022, Perú fue el segundo país con mayor consumo de información falsa o engañosa a nivel mundial. Durante la pandemia, tanto medios tradicionales como digitales difundieron rumores sobre los riesgos de la vacunación y métodos no validados para prevenir la enfermedad. Además, tras la crisis política de 2022, diversas fuerzas políticas aprovecharon la desinformación para incitar ataques y protestas a nivel nacional.
Ante esta situación, el Proyecto CREDIBLE, impulsado por IREX y liderado por la ONG CEDRO en Perú, realizó el estudio “El ecosistema de la información de los jóvenes de Perú” con el objetivo de fortalecer el conocimiento y la capacidad de los jóvenes peruanos para lidiar con la desinformación. En esta nota, ampliamos lo conversado en el último episodio de nuestro Podcast de Educación Mediática y compartimos los hallazgos clave que exploran el sistema de información en Perú y cómo los jóvenes interactúan con él.
Un hallazgo sorprendente es que casi el 98 % de los encuestados cree que gran parte de la información en el país está manipulada. Los jóvenes consideran que la información ofrecida tiene poco valor, identificando sensacionalismo y manipulación en los medios. Solo un 5,4 % confía plenamente en los diarios, mientras que el 43 % y el 56 % desconfían totalmente de diarios y revistas, respectivamente.
Aunque muchos jóvenes utilizan Internet, solo el 20 % confía en la información en línea. En este contexto de desconfianza generalizada, las redes sociales alcanzan solo un 11 % de confianza cuando se trata de aprender algo nuevo o verificar un hecho. Sin embargo, motores de búsqueda como Google o Bing son considerados confiables por el 70,5 % de los jóvenes para adquirir nuevos conocimientos.
Estos resultados reflejan la creciente desconfianza hacia los medios. Según el Digital News Report del Reuters Institute, solo el 40 % de los encuestados a nivel global confía en los medios de comunicación en general. Entre los jóvenes, la evitación de noticias ha aumentado significativamente, ya que asocian las noticias con algo negativo y no se sienten identificados ni representados por los medios tradicionales. Esta desconfianza hacia las empresas periodísticas se debe no solo a su enfoque alarmista, sino también a la sospecha de que responden a intereses de grupos de poder. Un dato interesante es que Perú encabeza con un 71 % la pregunta sobre que tan frecuentemente escuchas criticas a los medios de comunicación en tu país.
Los jóvenes urbanos en Perú han encontrado su espacio en el mundo digital. Con fácil acceso a una amplia variedad de medios, prefieren claramente internet y redes sociales, dejando atrás a la radio, la televisión y los periódicos. Aunque estos medios siguen disponibles, han perdido atractivo para una generación que vive conectada. De hecho, el 76,8 % de los encuestados se conecta a redes sociales diariamente, dedicando un promedio de cuatro horas a estas plataformas y otras cuatro horas navegando por Internet.
Esta transición digital se basa tanto en la conveniencia como en la confianza. La credibilidad de los medios tradicionales está en declive, lo que refuerza su inclinación hacia los medios en línea. Cuanto más confían en internet, menos valoran la televisión o los periódicos.
El interés por la política, especialmente la internacional, también ha disminuido, sobre todo entre los mayores de 25 años. Los jóvenes son conscientes de que la información que consumen puede estar manipulada por intereses económicos o políticos, pero también saben que tienen el poder de configurar lo que reciben. Esto resalta la importancia de desarrollar un pensamiento crítico y manejar bien las herramientas de gestión de información.
A pesar de sus críticas, los jóvenes no solo desean que los medios mejoren, sino que creen que estos deberían ofrecer más contenido relevante para ellos. Un 37 % opina que deben elevar su calidad, un 33% pide más contenido orientado a la juventud, y un 24 % sugiere entrenar o contratar mejores periodistas. En cuanto a la tecnología, casi la mitad de los encuestados asegura tener un conocimiento medio sobre inteligencia artificial.
Este panorama revela a una juventud que ha adoptado la digitalización, pero que también busca activamente mejorar su entorno informativo y, sobre todo, su capacidad para navegarlo con criterio. Según el estudio de Reuters, aunque los promedios de uso de TikTok son relativamente bajos a nivel general, su uso es significativamente mayor entre los grupos más jóvenes. En Perú, TikTok ha sido una herramienta clave para difundir tanto información como desinformación, especialmente durante elecciones recientes. Además, se ha utilizado activamente para la organización de protestas políticas, particularmente por estudiantes.
Izquierda: Proporción de personas que usaron TikTok para consumir noticias en la última semana. Derecha: Proporción de personas que prestan atención a ciertos temas noticiosos en TikTok por países seleccionados.
Fuente: Capturas del Digital News Report del Reuters Institute 2023.
A pesar de vivir en la era de la información, los jóvenes peruanos tienen una visión realista sobre las dificultades para discernir la autenticidad de lo que consumen en línea. El 63,4 % de los encuestados cree que los jóvenes no son capaces de evaluar eficazmente la autenticidad de la información, una percepción que es más común entre las mujeres (69,5 %) que los hombres (57,3 %). Sin embargo, la confianza en la capacidad de discernir información confiable varía con la edad y el género. Mientras que solo el 36,5% de los jóvenes menores de 19 años se sienten seguros en identificar información no confiable, esta cifra aumenta significativamente a 60,2 % entre los mayores de 26 años. Esto sugiere que, aunque muchos jóvenes creen en su capacidad para discernir información fiable, hay una diferencia notoria entre esta confianza y la percepción general sobre la habilidad de la juventud para hacerlo.
Curiosamente, el 30,5 % de los jóvenes admite haber compartido información que resultó ser falsa o manipulada, sin diferencias significativas entre género ni por edad. Las principales razones que dieron fueron el desconocimiento (61,9 %), el deseo de compartir la información a pesar de dudar de su veracidad (15,2 %), y el desconocimiento en un contexto positivo (14,3 %).
Aunque pocos encuestados (34,3 %) han enseñado a otros a identificar si la información es falsa o manipulada, lo que demuestra una baja acción transformadora, muchos jóvenes están tomando medidas para mejorar sus propios hábitos de consumo de información. Un 44,6 % trata de mejorar cómo consumen información, un 36,1 % se enfoca en generar y compartir información confiable, y un 26,1 % se esfuerza en identificar información no confiable.
A pesar de la falta de una concientización formal en Perú sobre cómo navegar en un entorno informativo, muchos jóvenes tienen una idea clara de las herramientas básicas para evitar la desinformación. Reconocen la información confiable cuando proviene de una fuente reconocida (55,4 %), presenta evidencia suficiente (45,1 %) y es corroborada por otros medios (20,8 %). Estas prácticas, aunque no tan extendidas como deberían, son esenciales para asegurar la calidad de la información en un mundo donde la veracidad es cada vez más difícil de determinar.
Los jóvenes peruanos reconocen que enfrentar la manipulación de la información es una responsabilidad compartida. Aunque la educación formal no siempre les brinda las herramientas necesarias, muchos han aprendido a lidiar con la desinformación en entornos naturales, como las redes sociales. Un 30,5 % de los encuestados admite haber compartido información falsa o manipulada, mientras que un 34,3 % ha ayudado a otros a identificarla.
La responsabilidad de mejorar la calidad de la información no recae solo en los jóvenes. Cerca del 45,8 % cree que los medios de comunicación deben asumir un papel más proactivo, mientras que un 36 % piensa que el Gobierno debería intervenir con medidas como mayor fiscalización o la creación de una entidad supervisora. Solo un 21 % considera que la responsabilidad principal está en manos de los propios jóvenes.
Por su parte, los influenciadores o “influencers” locales también juegan un papel importante. Ellos adaptan su contenido a las necesidades de su audiencia joven, manteniendo sus mensajes breves, directos, y utilizando un lenguaje cotidiano. Aunque se distancian de la pérdida de credibilidad en la información, afirmando que no tienen intereses económicos o políticos, creen que pueden ser agentes de cambio.
¿Cómo lidian los jóvenes peruanos con la desinformación?
Esto nos muestra que los jóvenes no son solo víctimas pasivas de la desinformación. Están en un proceso de aprendizaje constante, cometiendo errores, sí, pero también enseñando a otros. Es un panorama algo esperanzador.
Para más sobre desinformación y cómo combatirla, revisa los siguientes enlaces:
[Herramienta] ¿Cómo enseñar a los niños a identificar fake news?
Adultos mayores y “noticias falsas”: una experiencia desde la escuela
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Este estudio resalta un aspecto crucial: los jóvenes peruanos están tomando conciencia de la importancia de discernir la información confiable en un entorno digital saturado de desinformación. Aunque persisten retos, es alentador ver que muchos están tomando acciones concretas para mejorar sus hábitos de consumo informativo y compartir conocimiento con otros. La responsabilidad colectiva que mencionan, que involucra a medios, gobierno, y la propia juventud, es un paso fundamental para construir un ecosistema de información más transparente y confiable. Sin duda, estos esfuerzos representan una oportunidad para empoderar a las nuevas generaciones a navegar con criterio en un mundo cada vez más digitalizado. ¡ Gracias por tan increíble información!