El correo electrónico es una herramienta fundamental en nuestra vida cotidiana. Revisamos redes sociales, respondemos mensajes y, sin pensarlo demasiado, también chequeamos mucho nuestro correo. Es una acción tan arraigada que casi pasa desapercibida. Sin embargo, cuando analizamos la frecuencia con la que accedemos a él y cómo se relaciona con otras plataformas digitales, nos damos cuenta de su importancia.
Para muchos, especialmente para quienes crecieron en los inicios de la era digital, el correo electrónico fue la puerta de entrada a un nuevo mundo de conexiones. A pesar de ser un medio tan arraigado, sorprende que muchos estudiantes, e incluso adultos, no dominen su uso. Entonces, nos preguntamos. ¿Sigue siendo el correo electrónico una herramienta relevante? ¿Debemos enseñar a las nuevas generaciones a usarlo correctamente? En esta nota, profundizamos en esta tema que abordamos en nuestro último episodio del podcast de Educación Mediática.
El uso del correo electrónico en Perú tiene sus raíces a fines de 1991, cuando 43 instituciones crearon la Red Científica Peruana que conectó por primera vez al Perú a internet. Primero, fue un modelo de acceso comunitario y, paulatinamente, abrieron el uso de la WWW.
En esos primeros años, el correo electrónico era prácticamente la única razón por la que las personas accedían a la red. En 1996, unas 60 000 personas en el país ya utilizaban internet y las cabinas de internet se popularizaron como espacios donde las personas podían comunicarse a través de este nuevo medio. De hecho, en un reportaje de ese año se mencionaba que ya habían páginas web dedicadas a noticias, citas, conocer personas, fútbol, religión, política y cultos, entre otras cosas. Además, aún no se legislaba nada al respecto. En ese tiempo, las cabinas de internet cobraban US$ 15 al mes para tener un buzón de correo y hacer uso irrestricto de una PC en ellas.
Hoy en día, el 90 % de los hogares peruanos tienen acceso a internet, ya sea fijo o en sus celulares, lo que refleja una expansión significativa de la conectividad. Sin embargo, a pesar de esta masificación, el correo electrónico, que alguna vez fue el “padre” de la comunicación digital, parece estar perdiendo relevancia entre las generaciones más jóvenes.
Como se observa en la imagen anterior, existe una cierta solemnidad en el primer correo electrónico enviado desde Perú, un mensaje formal y traducido cuidadosamente al inglés y francés. Esta formalidad contrasta con la cultura del chat instantáneo que ha dominado desde finales de los 90 hasta hoy. Ahora, llevamos en el bolsillo la capacidad de chatear durante todo el día, e incluso desde la muñeca con los llamados relojes “inteligentes”.
Sin embargo, muchos estudiantes tienden a evitar el correo electrónico. Lo perciben como una herramienta obsoleta, asociada a tareas aburridas como la universidad, el trabajo, o las notificaciones bancarias. Parece que el correo electrónico se ha convertido en un simple requisito para acceder a otras plataformas, como YouTube, redes sociales, almacenamiento en la nube o para realizar compras en línea.
Además, muchos de ellos enfrentan dificultades para utilizar el correo de manera efectiva: pierden contraseñas, no saben adjuntar archivos o tienen problemas para decidir el tono adecuado en sus mensajes. Por ejemplo, prefieren coordinar tareas o trabajos en grupo a través de WhatsApp o crear un documento de Google para trabajar en simultáneo. Este desinterés y falta de habilidad no solo es común entre los jóvenes, sino que también afecta a algunos adultos, quienes luchan por adaptarse a los cambios en la comunicación digital.
El correo electrónico no ha desaparecido, pero ciertamente ha evolucionado. Cuando Gmail se lanzó, requería una invitación para unirse, lo que le confería un cierto estatus de exclusividad. Con el tiempo, Gmail se convirtió en una de las plataformas de correo electrónico por defecto, especialmente cuando Google comenzó a integrar todos sus servicios bajo una misma cuenta.
Hoy en día, la mayoría de las cuentas de correo electrónico son gestionadas por Apple, con un 56 % del mercado global, seguida de Gmail, que controla un 32 % del mercado. Sin embargo, esta expansión masiva también ha contribuido al agotamiento de los usuarios, una queja común en la era digital.
En la actualidad, herramientas como Outlook, Slack, o Notion están ganando popularidad en entornos laborales, lo que sugiere que el correo electrónico está cediendo terreno a otras formas de comunicación digital más inmediatas y colaborativas. Sin embargo, el correo electrónico sigue siendo una fuerza dominante en la comunicación global. En 2022, el número de usuarios de correo electrónico en el mundo alcanzó los 4260 millones, y se espera que para el 2026 aumente a 4730 millones. Además, en 2023 se enviaron y recibieron más de 350 mil millones de correos electrónicos diarios en todo el mundo, lo que indica que sigue siendo una herramienta omnipresente.
Dedicar tiempo a aprender a gestionar y redactar correos puede parecer innecesario para un estudiante, pero cuando descubrimos que casi el 30 % del tiempo de trabajo en una oficina puede dedicarse a esta tarea, la perspectiva cambia. Quizás el correo electrónico no esté muriendo, sino transformándose. Muchos de nosotros conocemos la frustración de tener una bandeja de entrada llena de correos sin leer. Si no sabemos cómo manejar esta herramienta, podríamos pasar horas intentando ponernos al día o, peor aún, perder de vista correos urgentes o importantes.
Entonces, ¿deberíamos seguir enseñando a las nuevas generaciones a usar el correo electrónico? La respuesta es sí. A pesar de la existencia de alternativas más modernas, este sigue siendo fundamental en el ámbito profesional. No solo facilita una comunicación formal, sino que también actúa como una base de datos personal donde se almacenan contratos, documentos importantes y registros de comunicaciones pasadas.
Podemos afirmar que el correo electrónico es todavía útil para "microcoordinaciones". Aunque los chats de redes sociales pueden ser más inmediatos y percibirse como más sinceros o cercanos, el correo electrónico sigue siendo indispensable como prueba "legal" o evidencia de facturas, cancelaciones o servicios. Diversas instituciones y servicios lo utilizan como su principal medio de comunicación con los usuarios, desde anuncios de marketing y confirmaciones de pedidos, hasta comunicaciones de universidades y gobiernos. Este tipo de comunicación es valiosa porque ofrece trazabilidad, pruebas, confidencialidad y privacidad, aspectos que son difíciles de replicar en otras plataformas.
En este sentido, es crucial que los estudiantes aprendan a utilizar el correo electrónico de manera efectiva, comprendiendo no solo cómo enviar y recibir mensajes, sino también cómo organizar su bandeja de entrada, gestionar listas de contactos, utilizar la copia oculta y proteger su privacidad. Estas habilidades no solo son relevantes hoy, sino que serán esenciales para su futura vida profesional, donde el correo electrónico sigue siendo una herramienta insustituible para la gestión de la información y la comunicación formal.
Escucha nuestro último episodio del podcast de Educación Mediática sobre los correos electrónicos:
El correo electrónico es una herramienta fundamental en nuestra vida cotidiana. Revisamos redes sociales, respondemos mensajes y, sin pensarlo demasiado, también chequeamos mucho nuestro correo. Es una acción tan arraigada que casi pasa desapercibida. Sin embargo, cuando analizamos la frecuencia con la que accedemos a él y cómo se relaciona con otras plataformas digitales, nos damos cuenta de su importancia.
Para muchos, especialmente para quienes crecieron en los inicios de la era digital, el correo electrónico fue la puerta de entrada a un nuevo mundo de conexiones. A pesar de ser un medio tan arraigado, sorprende que muchos estudiantes, e incluso adultos, no dominen su uso. Entonces, nos preguntamos. ¿Sigue siendo el correo electrónico una herramienta relevante? ¿Debemos enseñar a las nuevas generaciones a usarlo correctamente? En esta nota, profundizamos en esta tema que abordamos en nuestro último episodio del podcast de Educación Mediática.
El uso del correo electrónico en Perú tiene sus raíces a fines de 1991, cuando 43 instituciones crearon la Red Científica Peruana que conectó por primera vez al Perú a internet. Primero, fue un modelo de acceso comunitario y, paulatinamente, abrieron el uso de la WWW.
En esos primeros años, el correo electrónico era prácticamente la única razón por la que las personas accedían a la red. En 1996, unas 60 000 personas en el país ya utilizaban internet y las cabinas de internet se popularizaron como espacios donde las personas podían comunicarse a través de este nuevo medio. De hecho, en un reportaje de ese año se mencionaba que ya habían páginas web dedicadas a noticias, citas, conocer personas, fútbol, religión, política y cultos, entre otras cosas. Además, aún no se legislaba nada al respecto. En ese tiempo, las cabinas de internet cobraban US$ 15 al mes para tener un buzón de correo y hacer uso irrestricto de una PC en ellas.
Hoy en día, el 90 % de los hogares peruanos tienen acceso a internet, ya sea fijo o en sus celulares, lo que refleja una expansión significativa de la conectividad. Sin embargo, a pesar de esta masificación, el correo electrónico, que alguna vez fue el “padre” de la comunicación digital, parece estar perdiendo relevancia entre las generaciones más jóvenes.
Como se observa en la imagen anterior, existe una cierta solemnidad en el primer correo electrónico enviado desde Perú, un mensaje formal y traducido cuidadosamente al inglés y francés. Esta formalidad contrasta con la cultura del chat instantáneo que ha dominado desde finales de los 90 hasta hoy. Ahora, llevamos en el bolsillo la capacidad de chatear durante todo el día, e incluso desde la muñeca con los llamados relojes “inteligentes”.
Sin embargo, muchos estudiantes tienden a evitar el correo electrónico. Lo perciben como una herramienta obsoleta, asociada a tareas aburridas como la universidad, el trabajo, o las notificaciones bancarias. Parece que el correo electrónico se ha convertido en un simple requisito para acceder a otras plataformas, como YouTube, redes sociales, almacenamiento en la nube o para realizar compras en línea.
Además, muchos de ellos enfrentan dificultades para utilizar el correo de manera efectiva: pierden contraseñas, no saben adjuntar archivos o tienen problemas para decidir el tono adecuado en sus mensajes. Por ejemplo, prefieren coordinar tareas o trabajos en grupo a través de WhatsApp o crear un documento de Google para trabajar en simultáneo. Este desinterés y falta de habilidad no solo es común entre los jóvenes, sino que también afecta a algunos adultos, quienes luchan por adaptarse a los cambios en la comunicación digital.
El correo electrónico no ha desaparecido, pero ciertamente ha evolucionado. Cuando Gmail se lanzó, requería una invitación para unirse, lo que le confería un cierto estatus de exclusividad. Con el tiempo, Gmail se convirtió en una de las plataformas de correo electrónico por defecto, especialmente cuando Google comenzó a integrar todos sus servicios bajo una misma cuenta.
Hoy en día, la mayoría de las cuentas de correo electrónico son gestionadas por Apple, con un 56 % del mercado global, seguida de Gmail, que controla un 32 % del mercado. Sin embargo, esta expansión masiva también ha contribuido al agotamiento de los usuarios, una queja común en la era digital.
En la actualidad, herramientas como Outlook, Slack, o Notion están ganando popularidad en entornos laborales, lo que sugiere que el correo electrónico está cediendo terreno a otras formas de comunicación digital más inmediatas y colaborativas. Sin embargo, el correo electrónico sigue siendo una fuerza dominante en la comunicación global. En 2022, el número de usuarios de correo electrónico en el mundo alcanzó los 4260 millones, y se espera que para el 2026 aumente a 4730 millones. Además, en 2023 se enviaron y recibieron más de 350 mil millones de correos electrónicos diarios en todo el mundo, lo que indica que sigue siendo una herramienta omnipresente.
Dedicar tiempo a aprender a gestionar y redactar correos puede parecer innecesario para un estudiante, pero cuando descubrimos que casi el 30 % del tiempo de trabajo en una oficina puede dedicarse a esta tarea, la perspectiva cambia. Quizás el correo electrónico no esté muriendo, sino transformándose. Muchos de nosotros conocemos la frustración de tener una bandeja de entrada llena de correos sin leer. Si no sabemos cómo manejar esta herramienta, podríamos pasar horas intentando ponernos al día o, peor aún, perder de vista correos urgentes o importantes.
Entonces, ¿deberíamos seguir enseñando a las nuevas generaciones a usar el correo electrónico? La respuesta es sí. A pesar de la existencia de alternativas más modernas, este sigue siendo fundamental en el ámbito profesional. No solo facilita una comunicación formal, sino que también actúa como una base de datos personal donde se almacenan contratos, documentos importantes y registros de comunicaciones pasadas.
Podemos afirmar que el correo electrónico es todavía útil para “microcoordinaciones”. Aunque los chats de redes sociales pueden ser más inmediatos y percibirse como más sinceros o cercanos, el correo electrónico sigue siendo indispensable como prueba “legal” o evidencia de facturas, cancelaciones o servicios. Diversas instituciones y servicios lo utilizan como su principal medio de comunicación con los usuarios, desde anuncios de marketing y confirmaciones de pedidos, hasta comunicaciones de universidades y gobiernos. Este tipo de comunicación es valiosa porque ofrece trazabilidad, pruebas, confidencialidad y privacidad, aspectos que son difíciles de replicar en otras plataformas.
En este sentido, es crucial que los estudiantes aprendan a utilizar el correo electrónico de manera efectiva, comprendiendo no solo cómo enviar y recibir mensajes, sino también cómo organizar su bandeja de entrada, gestionar listas de contactos, utilizar la copia oculta y proteger su privacidad. Estas habilidades no solo son relevantes hoy, sino que serán esenciales para su futura vida profesional, donde el correo electrónico sigue siendo una herramienta insustituible para la gestión de la información y la comunicación formal.
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Es muy cierto que el correo es muy importante, pero también hay personas que no saben como utilizar y a la vez darle un mal uso a él. Hoy en día es muy útil, desde mí punto de vista ya que puedes trabajar con él, ordenar por carpetas para tener tus documentos ordenados y parte de ello que tenemos aplicaciones que podemos utilizar en la vida diaria y más aún a la docencia que pueden dar el uso más en la educación con los estudiantes como es la integración de la masificación como es la pizarra digital, trabajar documentos en linea y otras cosas más. Pero también el trabajo constante con ellos con el buen uso de los correos.
Muchas gracias.