Cuánto se gana o se pierdeEn el informe de octubre INIDEN analizó la decisión del nuevo gobierno de continuidad en el despacho de Educación del ministro Saavedra. Para un sector significativo de la población era el reconocimiento a sus casi tres años de impulso de una serie de medidas orientadas a que el país cuente con una educación más eficiente, equitativa, moderna y de calidad. El mérito del ministro estuvo en que logró que la sociedad tome consciencia respecto de la necesidad de resolver los mayores problemas de la educación y que ésta emprenda, con urgencia, una serie de ambiciosas medidas que saquen a la educación de su pasividad. Al término de su gestión con el gobierno de Ollanta Humala, el ministro Saavedra era considerado como el de mayor aceptación según los sondeos de opinión pública. Por esta razón, no debe haber sido una decisión fácil para él continuar en el cargo, pues era previsible que los problemas y dificultades llegarían al cambiar la composición de las bancadas en el Congreso de la República y por las presiones de un sector resistente a los cambios que trae la Ley Universitaria. Para el quinquenio que se iniciaba, el escenario económico se presentaba menos prometedor que el que acababa de terminar. El respiro que tuvo el ministro para continuar con sus responsabilidades en el despacho de Educación fue muy corto. A pocas semanas de haberse iniciado la era Kuczynski comenzaron una serie de denuncias centradas especialmente en los cuestionamientos e irregularidades producidas en dos programas: los Juegos Panamericanos y la adquisición de computadoras por valor de casi 150 millones de soles. En el primer caso, se objeta que la inversión que demanda podría ser más provechosa si se dirige a satisfacer urgentes necesidades de grandes sectores de población vulnerable. Además, las obras están retrasadas y existen problemas de rendición de cuentas por parte del Comité Olímpico Peruano por los fondos transferidos. Cabe indicar, sin embargo, que la decisión de asumir la organización de los Juegos Panamericanos se tomó antes de que Jaime Saavedra asuma el cargo. El segundo caso viene siendo investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera debido a que habrían pruebas de pagos sospechosos e irregulares por parte de la Oficina de Administración del Ministerio de Educación. La directora de esa dependencia ha sido separada del cargo. La opinión pública demanda una amplia investigación y rápido esclarecimiento de estos casos. Hay la disposición por parte del Ministerio de Educación de prestar las facilidades necesarias. En tanto, en el Congreso de la República, por mayoría se aprobó una moción de interpelación que podría definir la permanencia del ministro en los próximos días. Aunque las preguntas que contiene el pliego de interpelación se centran en los dos casos que se han descrito en el párrafo precedente, en la Comisión de Educación también se ha estado trabajando proponer la declaratoria de emergencia del sector Educación. Las investigaciones han empezado y encontrarán a los responsables. Pero mientras eso sucede, la gran sacrificada será la educación peruana. Las razones de la interpelación no buscan sacar fuera de juego al ministro Saavedra por su ineficiencia en el manejo de los grandes problemas de la educación sino por otros temas en donde la responsabilidad directa recae en terceros. El manejo del sector Educación ingresa en un período de incertidumbre ya que, por un lado, en la eventualidad de que Jaime Saavedra no continúe en el cargo quien lo suceda deberá superar, o por lo menos mantener, la alta valla que deja su predecesor. Si permanece, tomará tiempo superar los conflictos que se han producido en las relaciones con la oposición. Recordemos que el manejo de este conflicto por parte de los diversos grupos que intervienen no ha sido el adecuado. En momentos se ha llegado al enfrentamiento desmedido, la prepotencia y hasta el maltrato. De otro lado, la interpelación se produce en un momento especial. La educación. como pocas veces en el pasado, vive un ambiente de esperanza, en donde un creciente sector de la sociedad está convencido de la necesidad de construir y llevar adelante una visión que lleve a la educación y a sus instituciones educativas al sitial que corresponde para un país cuyas expectativas de desarrollo son muy altas. Además, la percepción de la población es que no se va por el camino equivocado. Los sondeos de opinión pública continúan situando al ministro de Educación con el mayor nivel de aceptación entre sus colegas. La ENAHO del INEI, en su Módulo Gobernabilidad, Democracia y Transparencia, correspondiente a mayo-octubre 2016, coloca al Ministerio de Educación, conjuntamente con la RENIEC y la Iglesia Católica, como las instituciones en las que más confía la población. Una prueba adicional es que en los últimos años Educación ha sido el sector prioritariamente atendido en el presupuesto público.   Los desafíos En sus últimas declaraciones Jaime Saavedra ha reconocido que estamos todavía lejos de lograr que nuestro sistema educativo transite por procesos más rápidos de calidad y equidad. Pero aun cuando falta mucho por hacer, en lo que va de este siglo existen indicadores nacionales e internacionales que muestran progresos en el acceso y calidad de la educación. Los índices de escolarización y el rendimiento de los estudiantes en las diferentes pruebas nacionales e internacionales se elevan, al igual que se reduce la desaprobación, la repetición y la inasistencia escolar. Todo ello, no obstante que en el sistema educativo se incorpora un porcentaje mayor de población de sectores muy pobres y vulnerables cuyas condiciones para recibir educación básica son bastante precarias. Si bien Perú ha figurado en los últimos lugares en las pruebas PISA, está entre los países que más mejoran entre todos los países participantes, incluso con puntajes mayores que el promedio obtenido por los países de la OCDE. Hay que añadir que se esperan noticias alentadoras en la presentación de los resultados de la evaluación PISA 2015. Adicionalmente, no es poca cosa haber logrado que los profesores muestren mayor preocupación por capacitarse y estar actualizados, que la mayoría acepte el mérito como factor de carrera y que se pese a la polémica generada con la Ley Universitaria, la educación superior haya ingresado a una dinámica de cambio cuya finalidad principal es un mejor servicio para los miles de jóvenes y adultos que se forman o se recertifican profesionalmente. Una condición indispensable para avanzar en el sector Educación será persistir en la ejecución de medidas que con evidencia sólida demuestren su efectividad y, sobre todo, que el magisterio y los otros actores de la comunidad educativa nacional las hagan suyas. La otra condición es dar más espacio y alentar la creatividad e innovación entre todos los actores que intervienen en proceso educativo. Confiar más en las instituciones y comunidades educativas es el principal desafío que debe asumir la administración durante este quinquenio. Es verdad que no todas las medidas impulsadas por el ministro Saavedra logran pleno consenso. Existen algunas que despiertan más aceptación que otras. Entre las primeras están el refuerzo educativo, el acompañamiento pedagógico, la conversión de programas no escolarizados de educación inicial en escolarizados, la jornada escolar completa. La medida más cuestionada por un sector de universidades es la creación de la SUNEDU y, en la educación básica, algunos reparos tienen un sector de especialistas con relación a los Colegios de Alto Rendimiento, los bonos educativos por mejoras en los resultados de aprendizaje, el ajuste curricular. Por lo expresado, la crítica que la educación no ha mejorado durante los últimos años es, en buena medida, injusta y a veces no bien intencionada. Como se ha mencionado, los principales indicadores de eficiencia académica y de logros de aprendizaje tienen un comportamiento favorable. De otro lado, carece de sustento en la realidad demandar que en el corto plazo se resuelvan muchos de los agudos problemas que forman parte del enorme descuido que tuvo la educación del país en las últimas cinco o seis décadas. Se requiere entre una y dos décadas de trabajo perseverante, según la experiencia de países que han podido hacerlo. Revertir más aceleradamente los resultados de aprendizaje que obtienen los estudiantes en las evaluaciones nacionales e internacionales es un proceso que requiere corregir las limitaciones de maestros, infraestructura y otros recursos que tiene una inmensa mayoría de escuelas. Pero es una cuestión que demanda no solamente grandes inversiones sino tiempo para superarlas. Es cierto que no existen maestros en la sétima y octava escala de la Ley de Reforma Magisterial. Sin embargo, se olvida que por Ley los que se ubican en la sexta escala solo podrán ascender a la sétima el 2019 y a la octava el 2026. También se cuestiona la implementación de las áreas curriculares de Arte, Educación Física e Inglés, las cuales solo será posible generalizar su aplicación cuando se hayan formado maestros especializados que se necesitan. Por ahora lo que podría hacerse es convocar a otros actores que puedan apoyar. Son más de veinte medidas de política educativa puestas en marcha, no siempre en las condiciones ideales, pero el país no puede esperar. Como dice el dicho, “hay que hacer camino al andar”. Reflexión final En los siguientes días se decidirá la permanencia del ministro Saavedra en el Congreso de la República. Como bien lo ha señalado el economista Roberto Abusada, se trata de una decisión trascendente, donde está en juego la continuidad de una política que con todas las observaciones que puedan realizarse, apuesta por una estrategia global de desarrollo de la educación ambiciosa pero necesaria. A medida que se implemente podrá ser objeto de perfeccionamiento y mejora. Sin pensar que una persona es irremplazable, la decisión que el Congreso adopte sobre la continuidad del ministro Saavedra debería sustentarse en el interés nacional y no solo en un cálculo político o de conveniencias personales. Sería un grave error. Además, esta decisión debería darse luego que se tengan suficientes elementos de juicio sobre las denuncias que se vienen investigando. Fácil es buscar un reemplazo, para lo cual seguramente ya hay una larga lista de aspirantes. Lo difícil es encontrar un profesional conocedor del sector, con amplias dotes de liderazgo y gerencia, que dé continuidad a los esfuerzos que se vienen realizando y que tenga la capacidad -y paciencia- de lidiar en un contexto político que en momentos se presenta hostil y poco comprensivo. También en un contexto de grandes demandas de financiamiento para llevar adelante leyes como la reforma magisterial, de institutos y escuelas superiores, universitaria y otras que deberían venir como la de acreditación, además de programas de costo significativo como los de mejora de la infraestructura escolar, la jornada escolar completa, la reforma de la formación docente, por citar solo algunos de ellos. Para todo esto se necesitará más presupuesto. Si bien la Educación es una prioridad en el presupuesto público, lo que se sabe es que los recursos fiscales serán más limitados. Eso hay que comprenderlo a la vez que buscar fórmulas que nos hagan alcanzar los desafíos que el país necesita. Tiempos difíciles para la educación en que se espera que prime el buen criterio. Como se dice en el argot popular, “que Dios nos agarre confesados”. Ver link. Informe de evaluación de INIDEN de Diciembre 2016 Nov16-r