Entre el 18 y 19 de noviembre se realizó en Río de Janeiro la Cumbre de Liderazgo de América Latina, evento en el que se presentaron diversas experiencias y las últimas tendencias relacionadas con la innovación de las nuevas tecnologías en educación.

El evento sirvió para conocer el estado de desarrollo de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje, la capacitación de profesores y la gestión. Quizá una de sus características más relevantes fue que se organizó en base a iniciativas actualmente en ejecución realizadas por empresas, universidades, los ministerios o secretarías de educación, y que reposan en evidencias que buscan demostrar la conveniencia de aprovechamiento de una metodología o recurso tecnológico para lograr un mejor servicio educativo al estudiante.

Un aspecto que queda claro en la evaluación de las políticas de empleo de las nuevas tecnologías es que los países que más avanzan son aquellos en donde existe una fuerte alianza entre el gobierno, las empresas y los centros de investigación orientados al diseño y producción del software pertinente. En ese propósito, es indispensable que los gobiernos alienten y apoyen cuando sea necesario el desarrollo de la innovación pedagógica y de la gestión educativa a favor de aprendizajes pertinentes. De igual modo, se requiere que las empresas de desarrollo tecnológico, a la vez que puedan cumplir con la finalidad de negocio, realicen también pedagogía, impregnando en su actividad una fuerte dosis de ética y valores.

En tres factores reposan las vías de transformación del sistema educativo en el futuro:

1. El estudiante. Al ser el objetivo fundamental de la educación hay que dirigir todas las políticas en función de su aprendizaje, el logro de unas competencias básicas, el desarrollo y aprovechamiento de sus talentos y la construcción de su formación integral. Esto último cobra relevancia, pues la formación del estudiante es más que la trasmisión de conocimientos. Hay que cultivar valores y ayudar a la convivencia social como parte de un conjunto de aprendizajes significativos y relevantes. Es en realidad una alfabetización y formación mucho más compleja, con conocimientos más analíticos y conceptuales para vidas más complejas y dinámicas que la que se vino practicando.

Algunos objetivos de la formación del estudiante en el contexto actual y futuro son los siguientes:

I.         Saber convertir datos en información y de esta forma, construir conocimiento sólido y compartirlo; combinar información que viene de medios convencionales con los de la red.

II.         Aprender a aprender en línea.

III.         No creer en todo lo que se lee; respaldar el conocimiento adquirido en evidencias, siendo capaz de demostrar que lo aprendido es lo adecuado.

IV.         Elegir apropiadamente entre tecnologías; saber adaptarse al surgimiento de nuevas tecnologías y nuevo conocimiento.

V.         Desarrollar competencias blandas y adquirir una lengua de uso internacional, preferentemente el inglés.

Saber interpretar y administrar datos mejorará la capacidad de pensamiento computacional y la enseñanza de la programación puede realizarse utilizando metodologías de enseñanza como la de proyectos, en donde a la vez que se aprende ciencias naturales se puede aprender historia, matemáticas, arte, a la vez que se mejoran las capacidades de lectoescritura.

1. El maestro. Que debe trabajar sobre la base de la experiencia y diversidad de sus estudiantes a la vez que desarrollar las capacidades y habilidades que lo hagan diestro en su misión de formar en competencias. Ello significa dar énfasis a actividades que busquen la integración de contenidos de diversas áreas; es decir, potenciar la transversalidad de los aprendizajes. Es uno de los mayores desafíos del sistema pues el diagnóstico de muchos especialistas es que todavía, en especial en países en desarrollo, la gran mayoría del magisterio está todavía en un estadio clasificado como 1.0 cuando el estudiante camina en un estadio 2.0 y 3.0 en cuanto a manejo de las nuevas tecnologías.

No basta hacerlo competente en el empleo de las nuevas tecnologías. Tan importante como ello es que muestren un sólido conocimiento de las áreas que enseñan, de la forma como trabajar bajo un enfoque formativo y de evaluación por competencias. La capacitación a medida, personalizada y a distancia de los profesores en contenidos, pedagogía y especialmente en didácticas usando medios tecnológicos puede mejorar el impacto educativo de la inversión en este rubro. Si el docente no logra elevar sus competencias de trabajo en su área de formación difícilmente podrá aprovechar las nuevas tecnologías en su real dimensión.

1. Las nuevas tecnologías. Están crecientemente en todo lugar de nuestras vidas y deben utilizarse en los procesos de aprendizaje de acuerdo a los contextos donde se producen. Sin embargo, todavía hay mucho que no está tecnológicamente desarrollado ni es lo mismo el uso de las nuevas tecnologías en una gran urbe que en las zonas más alejadas de un país. Las nuevas tecnologías aparecen como una potente herramienta de equidad e integración, de retención de información. Si bien se acepta que no son ni serán en único recurso de aprendizaje y no porque estemos conectamos a un dispositivo aprenderemos más, también hay mucha investigación que señala que el apropiado empleo de recursos tecnológicos como los videos, animaciones y actividades interactivas, su riqueza, variedad y sencillez de presentación de los contenidos, facilitan comprender mejor conceptos complejos y mejorar la eficiencia del proceso de aprendizaje en las salas de clase.

Hay tecnología convencional que seguirá aprovechándose y el maestro seguirá siendo un actor clave en el proceso de enseñanza aprendizaje de niños y jóvenes. Hay suficiente consenso en aceptar que la tecnología es un recurso, cada vez más importante, pero lo fundamental es el foco centrado en el aprendizaje. A la vez, aumenta la aceptación de que es un factor que jugará un rol fundamental en la formación y calificación de los maestros.

Un error que cometen frecuentemente las administraciones educativas en muchos países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, es asumir tendencias o definiciones que son válidas para el presente pero que no necesariamente lo serán en el mediano y largo plazo. Cuando ellas son el marco de referencia para decidir grandes inversiones es peligroso, pues conlleva un empleo de recursos que no darán los impactos deseados en los plazos de tiempo que la educación necesita. En tal sentido, el trabajo con la evidencia más sólida que se pueda encontrar resulta lo más aconsejable.

Futuro de las aulas. Facilitarán simultáneamente el aprendizaje individual y el trabajo colectivo. Para ello en el sistema educativo deben operar varias transformaciones en la concepción del currículum, las metodologías de trabajo, los recursos didácticos, el equipamiento y la infraestructura escolar. En general la escuela y sus ambientes de trabajo, sean aulas, laboratorios, talleres, centros de recursos, etc., dejarán de ser recintos cerrados y con fronteras definidas. Como dicen algunos especialistas “la arquitectura también educa”. Profesores y estudiantes actuarán en esos ambientes de integración, con mucho mayor libertad que la que tienen ahora, incluso accederán a contactos no solo con el personal de la escuela y formas de aprendizaje globalizadas, sino remotamente con otras personas, profesionales y con diversas fuentes de acceso a la información.

Al respecto, un profesor de la Universidad Pública del Estado de Washington señala que la concepción de una sala informática especial, con computadoras, pierde fuerza. La tendencia es habilitar cómodos espacios, con muchos enchuefes o una solución alternativa para cargar las tablets y poner un buen Wi Fi.

El Internet. No bastan las inversiones en equipamiento informático. Asegurar la conexión al internet es igualmente necesario pero aún no suficiente como veremos en párrafos posteriores. Hay quienes dicen que una computadora sin internet es como una máquina de escribir sin un cartucho de tinta. Claro está que en tanto se dota de conexión, una alternativa, sobre todo para zonas rurales como las que tenemos en el Perú puede ser la de discos duros que incorporen en su contenido todo aquello que el profesor pueda aprovechar para formar a sus estudiantes previa solución de la disponibilidad de energía eléctrica. Los carritos laptop que reparte la Fundación Telefónica del Perú son un equipamiento que responde a esa línea de trabajo.

Reformas de contenidos y metodologías de enseñanza. Antes de hacer reformas en el curriculum hay que decidir qué es lo que los estudiantes deben aprender, contar con estándares de aprendizaje y estar seguros de que todos los alumnos se preparan para sobrevivir en el siglo XXI. Pero tan importante como una adecuada concepción del currículum es asegurar su adecuada implementación en las escuelas. Es lo que generalmente han descuidado las reformas curriculares, que no unicamente suponen una reestructuración o actualización de contenidos, sino adecuación de textos, materiales, capacitación y acompañamiento docente ad hoc.

En el propósito de desarrollar el talento de los estudiantes, las metodologías que inciden en una enseñanza personalizada cobran relevancia. Personalizar implica que el estudiante avance a su propio ritmo y partir de un adecuado sistema de evaluación que de el derrotero por el cual transitar para que llegue a aprovechar el máximo de sus potencialidades y reduzca sus debilidades. Asimismo, a la vez que las nuevas tecnologías y su portabilidad facilitan el aprendizaje personalizado y permiten desarrollar las capacidades para el autoaprendizaje, también facilitan el trabajo en equipo, tanto en forma presencial como a distancia ampliando los horarios escolares dedicados a la formación. Precisamente las tecnologías disponibles facilitan la evaluación de las competencias y el seguimiento personalizado de los aprendizajes de los estudiantes, permitiéndole al profesor identificar a los estudiantes avanzados y a los que tienen dificultades con el fin de disponer lo apropiado para estimular el avance mayor y resolver tempranamente los problemas específicos detectados en cada alumno. Finalmente, dichas tecnologías facilitan la comunicación con los padres de familia que deben ser agentes activos en el proceso de formación de sus hijos.

A diferencia de lo que son las clases convencionales, se espera en el futuro que las sesiones de trabajo con el profesor sean más cortas, pero que el trabajo individual o colectivo de los estudiantes sea significativamente mayor que en el presente y esté destinado a impulsar capacidades como la creatividad, la iniciativa, la toma de decisiones, la autonomía, el trabajo en equipo, etc. Todas estas capacidades más difíciles de trabajar e incluidas en el contexto de las capacidades blandas. La tendencia en países en desarrollo es aumentar la jornada de clases a un promedio de 7 horas diarias pues una jornada de cinco horas es insuficiente. El rol del profesor, en este caso es de orientación, de control y tutoría, así como de motivación al estudiante para un esfuerzo mayor de dedicación a su aprendizaje, tanto en tiempo y en espacios para adquirirlo.

Recursos digitales y convencionales. Hasta hace pocos años, una preocupación en el sistema educativo era el desarrollo inmensamente superior del hardware respecto del software. Esa brecha se ha reducido significativamente gracias a los esfuerzos de innovación e investigación dirigidos a satisfacer necesidades educativas de diversos tipos de población (niños, jóvenes y adultos; estudiantes de zonas urbanas y rurales; población con talentos excepcionales y en riesgo de fracaso escolar, etc.). Hay una enorme variedad de recursos didácticos multimedia, e-books, plataformas educativas y otros que son destinados a las diversas áreas del currículum. Algunos son gratuitos y otros a determinado costo; hay tecnología accesible y disponible para cada vez un mayor número de estudiantes y profesores, hay herramientas que permiten mayor eficiencia académica y administrativa, así como mayor desarrollo de las habilidades requeridas para el siglo XXI, hay tecnología para el trabajo más autónomo.

El desafío es aprovechar lo existente, pero para ello una limitación a superar es la difusión de lo que está disponible; la otra es calificar a los profesores para saber qué y dónde buscar; la tercera es ayudar a los profesores a utilizar estos recursos en su trabajo en las aulas; y una última es apoyar la creatividad e innovación a favor del desarrollo de la tecnología digital en educación. Para alcanzar este desafío sería conveniente, entre otras medidas, reorientar los programas de formación inicial y en servicio, así como facilitar la inclusión de la tecnología en los planes de estudio de todos los niveles y modalidades.

Algunas innovaciones y recursos disponibles en el mercado internacional se asocian a temas como:

1. Los laboratorios virtuales que ayudan a los estudiantes a poner en práctica la teoría, pudiéndose realizar experimentos científicos y sociales variados e interactivos.
2. Las librerías digitales, que pone a disposición catálogos de colecciones y libros digitales, imágenes y otros recursos para las diversas áreas de formación.
3. Herramientas de gestión académica (matrícula, agrupamiento de alumnos, control de programación diaria y semanal de profesores y administrativos…), de control de notas y frecuencias, de cuadro de horarios.
4. Plataformas para formación en gestión, desarrollo de comunidades de aprendizaje y de redes de colaboración, difusión de experiencias de buenas prácticas y prácticas innovadoras.
5. Plataformas para aprendizaje de una lengua extranjera, desarrollo de la lectura y recursos para otras áreas del currículum.

El acceso a diversos medios digitales es imparable. De todas las herramientas de este tipo aparecidas hasta el presente las de mayor masividad son el celular inteligente y la Tablet. Crece entre los estudiantes, el número de quienes posee alguna de esas herramientas. La opción de aceptar que lo lleven a la escuela o lleven alguna otra herramienta digital es prácticamente una realidad que no podrá negarse al constatarse que la cantidad de aplicaciones que se introducen en estos aparatos abarca muchas de uso educativo y facilitan la construcción colectiva del conocimiento. En muchos países el número de celulares en el mercado supera al de la población estimándose que en el 2020 un 90% de la población mundial lo poseerá. Es la razón por la cual prohibir su empleo en las aulas carece de sentido; mas bien hay que planificar su adecuado aprovechamiento en los procesos de aprendizaje. La proyección a finales de la presente década es que casi todo estará conectado, que el ritmo de creación de conocimiento seguirá creciendo. Celulares y tablet tienden a convertirse en herramientas de amplio empleo en los procesos de aprendizaje.

La investigación comienza a ser amplia aunque aún no definitoria en cuanto a las tendencias de los recursos educativos a distancia y del texto escolar. Hay consenso en señalar que los e-books serán los que predominen en el mercado, que ayudarán a realizar experiencias de formación que superan ampliamente el espacio de un aula, que se reformarán de los canales de distribución y que habrá una cantidad significativa de recursos tecnológicos gratuitos o más baratos. Sin embargo también se proyecta que el material convencional no morirá totalmente. Buenas guías de aprendizaje y cuadernos de trabajo impresos serán el complemento al material digital, además que hay ciertas habilidades personales que para desarrollarse requieren de su existencia. Ciertamente que el tránsito a un empleo mayor del material digital obliga a superar el bajo índice de fluidez en el manejo de esta herramienta que aún muestra un sector significativo de profesores y a reformas en las jornadas de trabajo de manera de permitir y facilitar un trabajo más autónomo y en equipo de los estudiantes.

Lograr que las escuelas sigan el cambio requiere de un liderazgo adaptativo (de acomodo o ajuste) que lleve a la excelencia, aprovechando y promoviendo el desarrollo de prácticas eficaces. Ello implica promover la participación e iniciativa de los profesores, alentarlos a asumir retos y a intercambiar experiencias en las redes sociales.

A manera de conclusión:

1. Algunos países vienen avanzando de manera significativa en el desarrollo de políticas y experiencias de empleo de las nuevas tecnologías en sus sistemas educativos.  La variedad de recursos puestos a disposición de alumnos y profesores contribuye a mejoras en los procesos de aprendizaje siempre y cuando otros factores que inciden el la prestación del servicio educativo como el currículum, los textos, la formación y capacitación, el equipamiento y la infraestructura faciliten el aprovechamiento de esos recursos. No basta comprar computadoras, incluso no es suficiente expandir el internet en las escuelas. Lo importante es que las políticas y estrategias de desarrollo que determinan los procesos de enseñanza aprendizaje están fuertemente coordinadas y articuladas.

El Perú parece haber sufrido hasta el presente de esa debilidad. Se compró equipamiento informático para las escuelas primarias y secundarias pero no se hicieron ajustes en otros componentes como los citados en el párrafo precedente.

1. Los nuevos recursos digitales no reemplazan necesariamente a los recursos didácticos conocidos sino son un complemento de potencialidad creciente en el logro de mejores aprendizajes. Por esta razón, la alianza con las empresas que trabajan en nuevas tecnologías, con universidades, así como el aliento a jóvenes altamente creativos en el desarrollo de aplicaciones informáticas a favor de la educación es un asunto que el Estado no puede descuidar. Es clave para avanzar en una mejor política de empleo de las nuevas tecnologías en educación.
2. No obstante que los alumnos aprenden crecientemente más fuera de la escuelas, el maestro seguirá siendo el actor más importante en la formación de las futuras generaciones. Como se ha enfatizado, no sólo requiere una calificación técnológica sino que también necesita conocimientos más sólidos de pedagogía (de su especialidad, metodologías de trabajo en las aulas, de formación y evaluación por competencias, de trabajo personalizado con cada estudiante…). Sin esta condición difícilmente las instituciones educativas alcanzarán el cambio deseado.