Cinco propósitos para transformar la educación post pandemia

En esta época del año surge de manera espontánea una lógica evaluativa y de planificación, tanto a nivel personal como institucional: ¿cómo nos fue en el año que acaba de terminar? ¿qué nuevos propósitos nos plantearemos para el 2022? ¿cómo nos visualizamos a diciembre de este año?

Si bien nos inundan preguntas prácticas sobre el año escolar 2022, hoy quiero invitarlos a colocar “en espera” por un momento los cómo del retorno a clases, de la semipresencialidad y de la contención sanitaria ante ómicron; para detenernos a pensar en los qué, los por qué y los para qué de nuestro rol como docentes abrazando estos 5 propósitos de inicio de año para transformar la educación peruana post pandemia:

  1. Revisitar mi vocación docente. Hay que volver a pensar en para qué y por qué nos volvimos docentes ¿Qué de lo que nos toca hacer en nuestro trabajo puede ser una fortaleza para confortar a nuestros estudiantes y sus familias? ¿Cómo nuestros gestos y acciones en el aula -virtual o presencial- pueden aliviar la aspereza de una pandemia que parece no querer irse de las vidas?
  • Conectar profundamente con las necesidades de los estudiantes y sus familias. Después de dos años de educación sin presencialidad, es necesario reflexionar sobre el sentido de la educación a la que nuestros estudiantes necesitan volver en el 2022. Para ellos ¿cuál será el sentido de ir a clases ya sean virtuales o presenciales? Por ejemplo, prioritariamente, ¿qué necesita aprender un niño de 2do grado de un colegio rural de Puno, y qué necesita aprender una adolescente capitalina que hoy tiene celular propio con internet y redes sociales?
  • Hacer de mi aula un enclave de la equidad y la inclusión. La pandemia ha agudizado las desigualdades. La escuela puede reproducir la exclusión que algunos estudiantes ya experimentan en un país como el nuestro ¿qué tipo de barreras están presentes en mi escuela, y qué estudiantes experimentan riesgos de exclusión? ¿Cómo puedo hacer para que, al menos en mi aula, estos estudiantes tengan más oportunidades para aprender y participar?
  • Enseñar a mis estudiantes a valorar la diversidad. Muchos estudiantes están experimentando altas necesidades de apoyo educativo después de dos años de educación en emergencia. La diversidad de niveles de competencia curricular, de ritmos de aprendizaje, de formas de relacionarse y regularse, será más visible tanto para ti como para tus estudiantes. ¿Cómo generar un clima en que los estudiantes (y las familias) colaboren, se alienten, y vean la diversidad de manera positiva?
  • Innovar en mis prácticas pedagógicas. Si algo enseñó la pandemia es que no hay cambio imposible si se percibe como necesario. En el 2022 será urgente que la diversidad y la equidad sean el centro de nuestra práctica pedagógica, caso contrario el retroceso proyectado a nivel mundial respecto de los aprendizajes, puede ser doblemente catastrófico en nuestro país. ¿Cómo desde nuestra enseñanza podemos innovar para maximizar las oportunidades de aprender para quienes más lo necesitan? ¿Cómo el trabajo por proyectos, el diseño universal para el aprendizaje y las clases invertidas pueden ser mejoras clave para responder a esta cruzada por la equidad?

El 2022 puede ser un año de transformaciones en el que reconvirtamos la experiencia escolar de la pandemia para forjar una educación con equidad, en donde todas y todos los estudiantes puedan encontrar su sitio y sentirse acogidos en la escuela.

Cinco propósitos para transformar la educación post pandemia

Autor: Publicado: enero 6, 2022

En esta época del año surge de manera espontánea una lógica evaluativa y de planificación, tanto a nivel personal como institucional: ¿cómo nos fue en el año que acaba de terminar? ¿qué nuevos propósitos nos plantearemos para el 2022? ¿cómo nos visualizamos a diciembre de este año?

Si bien nos inundan preguntas prácticas sobre el año escolar 2022, hoy quiero invitarlos a colocar “en espera” por un momento los cómo del retorno a clases, de la semipresencialidad y de la contención sanitaria ante ómicron; para detenernos a pensar en los qué, los por qué y los para qué de nuestro rol como docentes abrazando estos 5 propósitos de inicio de año para transformar la educación peruana post pandemia:

  1. Revisitar mi vocación docente. Hay que volver a pensar en para qué y por qué nos volvimos docentes ¿Qué de lo que nos toca hacer en nuestro trabajo puede ser una fortaleza para confortar a nuestros estudiantes y sus familias? ¿Cómo nuestros gestos y acciones en el aula -virtual o presencial- pueden aliviar la aspereza de una pandemia que parece no querer irse de las vidas?
  • Conectar profundamente con las necesidades de los estudiantes y sus familias. Después de dos años de educación sin presencialidad, es necesario reflexionar sobre el sentido de la educación a la que nuestros estudiantes necesitan volver en el 2022. Para ellos ¿cuál será el sentido de ir a clases ya sean virtuales o presenciales? Por ejemplo, prioritariamente, ¿qué necesita aprender un niño de 2do grado de un colegio rural de Puno, y qué necesita aprender una adolescente capitalina que hoy tiene celular propio con internet y redes sociales?
  • Hacer de mi aula un enclave de la equidad y la inclusión. La pandemia ha agudizado las desigualdades. La escuela puede reproducir la exclusión que algunos estudiantes ya experimentan en un país como el nuestro ¿qué tipo de barreras están presentes en mi escuela, y qué estudiantes experimentan riesgos de exclusión? ¿Cómo puedo hacer para que, al menos en mi aula, estos estudiantes tengan más oportunidades para aprender y participar?
  • Enseñar a mis estudiantes a valorar la diversidad. Muchos estudiantes están experimentando altas necesidades de apoyo educativo después de dos años de educación en emergencia. La diversidad de niveles de competencia curricular, de ritmos de aprendizaje, de formas de relacionarse y regularse, será más visible tanto para ti como para tus estudiantes. ¿Cómo generar un clima en que los estudiantes (y las familias) colaboren, se alienten, y vean la diversidad de manera positiva?
  • Innovar en mis prácticas pedagógicas. Si algo enseñó la pandemia es que no hay cambio imposible si se percibe como necesario. En el 2022 será urgente que la diversidad y la equidad sean el centro de nuestra práctica pedagógica, caso contrario el retroceso proyectado a nivel mundial respecto de los aprendizajes, puede ser doblemente catastrófico en nuestro país. ¿Cómo desde nuestra enseñanza podemos innovar para maximizar las oportunidades de aprender para quienes más lo necesitan? ¿Cómo el trabajo por proyectos, el diseño universal para el aprendizaje y las clases invertidas pueden ser mejoras clave para responder a esta cruzada por la equidad?

El 2022 puede ser un año de transformaciones en el que reconvirtamos la experiencia escolar de la pandemia para forjar una educación con equidad, en donde todas y todos los estudiantes puedan encontrar su sitio y sentirse acogidos en la escuela.

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