#Hiperconexión #Decisión #Equilibrio
Santiago de Chile (Chile)
Vivimos en una era de hiperconectividad. Estamos constantemente conectados a través de múltiples dispositivos, respondiendo a una creciente exigencia social, tecnológica y comunicativa. Esta hiperconectividad satisface nuestra necesidad de acceder a contenidos, mantenernos visibles e interactuar. Sin embargo, el consumo excesivo de medios digitales y redes sociales puede representar riesgos para nuestra salud.
Te invito a darle play a este video
¿Qué entendemos por bienestar digital?
El concepto de bienestar digital ha sido incluido dentro de la competencia digital docente propuesta por el INTEF (2017), a razón de los desafíos que enfrentamos en entornos formativos híbridos y para atender los efectos de las tecnologías en nuestra salud. Una de las cinco áreas de la competencia digital planteada en dicho marco está dedicada a la seguridad y a la protección de la salud, que, en su nivel avanzado, busca tomar conciencia sobre el uso correcto de las tecnologías para evitar problemas de salud y lograr un buen equilibrio entre el mundo en línea y el mundo tradicional.
Es importante generar una reflexión profunda sobre las prácticas personales y sociales en entornos virtuales que vayan más allá de juzgar el uso positivo o negativo de las tecnologías. Entendamos que las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas, y que su efecto sobre nuestro bienestar depende del propósito de su uso y de las dinámicas de interacción que desarrollamos cuando estamos frente a una pantalla (celular, tableta, computadora, consola de videojuego, etc.).
La pandemia y la educación remota han incrementado el consumo de contenidos digitales, especialmente entre niños y adolescentes. Este grupo aún no tiene los recursos personales para regular eficazmente el tiempo que pasan frente a las pantallas. Con el regreso a la educación presencial, diversos países están explorando formas de controlar el acceso a los teléfonos móviles en las escuelas. Aunque el debate sobre prohibir o integrar los celulares sigue vigente, lo cierto es que, tanto en el ámbito educativo como en otros ámbitos, necesitamos encontrar un equilibrio en este entorno altamente hiperconectado, para evitar que afecte nuestra salud física y mental.
Te propongo una reflexión centrada en la persona humana, respetuosa de la etapa de desarrollo en la que se encuentre y sus necesidades, con el objetivo de construir entornos y competencias para interactuar de manera segura, responsable y ética, los cuales nos permitan sacar provecho de los beneficios que ofrecen las tecnologías en nuestras vidas.
A continuación, revisemos algunas evidencias sobre la influencia del uso de las TIC en la infancia y en la adolescencia.
Las tabletas y los smartphones se han convertido en los «chupones» de las nuevas generaciones. Controlar la información, las aplicaciones, los juegos, etc., a los que acceden nuestros hijos puede convertirse en una tarea a tiempo completo (Sulmont, 2016). La tecnología en sí misma no es la causa de una adicción, sino más bien es la consecuencia de las condiciones del entorno donde se desenvuelve el niño.
Las principales sociedades de pediatría –American Academy of Pediatric (2016), Canadian Pediatric Society (2017) o la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (2017)– reportan impactos negativos en la salud de niños menores de edad, como consecuencia de la sobreexposición a las redes. Destacan problemas referidos al sueño, a la obesidad, al desarrollo psicomotor y lenguaje, al apego, desarrollo emocional y el comportamiento (manejo de las frustraciones), a la atención, concentración y memoria (TDAH), al abuso y a la adicción (Terán, 2019, p. 138).
Por otro lado, los altos niveles del uso de las TIC en la adolescencia se relacionan con una mayor posibilidad de generar adicciones por el dominio de las redes y por una tendencia natural a la búsqueda de sensaciones nuevas. Castells (2009) señala que esta generación digital tiene mayores probabilidades de desarrollar una dependencia en el contexto de las redes sociales, donde satisfacen necesidades propias de la edad como pertenecer a un grupo, comunicarse permanentemente con amigos, ser notorio e influyente, y afianzar tanto la identidad personal como la grupal.
Por su parte, las investigaciones de Jean Tween sobre las primeras generaciones –iGen– que crecieron con teléfonos móviles revelan patrones de comportamiento preocupantes. Entre 2010 y 2020, el tiempo que pasan los jóvenes con sus familias o amigos ha disminuido radicalmente y, en cambio, ha aumentado drásticamente el tiempo que estos pasan frente a una pantalla.
El bienestar digital se ejercita
La toma de conciencia es el primer paso para trabajar en el bienestar digital. El concepto abarca muchas dimensiones como lo físico, lo psicológico, el marco parental y el marco social. Por ello, las acciones que se implementen al respecto no solo conciernen a las escuelas, sino también a las familias y a la sociedad, en general. A continuación, te propongo tomar conciencia sobre dos aspectos que pueden trabajarse en la escuela: el cuerpo y las emociones.
El impacto del uso de las TIC en mi cuerpo
Visualiza todos los movimientos que realizas con un dispositivo (móvil, tableta o computadora) al buscar contenidos, crear presentaciones o videos, interactuar con otros, escuchar música, jugar, etc. ¿Qué tipo de dispositivos usas con más frecuencia?¿Dónde sueles usar los dispositivos digitales?¿Qué partes de tu cuerpo movilizas? ¿Qué postura adopta tu espalda, tus hombros, tus codos, caderas, etc.? ¿Experimentas dolor en los dedos pulgares, en el cuello o la espalda? |
En estas interacciones solemos adoptar posturas inadecuadas y por tiempos prolongados que exponen a nuestro cuerpo, particularmente a la columna y a las extremidades superiores, predisponiéndonos a sufrir lesiones. Entre estas lesiones que se ocasionan por trabajos repetitivos, malas posturas o el uso de elementos inadecuados, el Síndrome del Túnel Carpiano es el más difundido en los últimos años. López-García (2020) resalta la aparición de Trastornos de Trauma Acumulativo (TTA), que se manifiestan en lesiones de los músculos, tendones y nervios que se caracterizan por producir dolores fuertes en las extremidades, el cuello y la espalda, y que se generan por realizar tareas repetitivas o adoptar mala postura por periodos de tiempo extensos. Los movimientos que ejecutamos se transforman rápidamente en hábitos.
Estos malos hábitos posturales refuerzan un estilo de vida sedentaria, con consecuencias para nuestra salud física. Esto es especialmente grave en términos de la motricidad y el desarrollo del sistema esquelético-muscular cuando, de manera temprana, se expone a los infantes a dispositivos digitales. Investigaciones científicas demuestran que el uso excesivo de dispositivos digitales en niños pequeños puede reducir el desarrollo de sus habilidades motoras finas necesarias para una escritura a mano fluida (Grissmer et al, 2010); y que los niños que pasan más tiempo usando dispositivos electrónicos tienden a tener una escritura menos legible y precisa en comparación con aquellos que escriben más a mano (Mangen et al, 2021).
Por ello, es importante crear mejores condiciones en el espacio y priorizar en la primera infancia el movimiento libre, a través del juego y de la socialización; además de limitar la interacción con las tecnologías.
Observa algunos enlaces para cuidar aspectos físicos y promover el bienestar digital:
El impacto del uso de las TIC en mis emociones
Una persona con habilidades emocionales y sociales conoce y autorregula sus emociones e interpreta los estados de ánimo de los demás, esto le permite manejarse satisfactoriamente en diferentes contextos, mejorando así su calidad de vida.
«Las habilidades sociales son un recurso especial para la protección y promoción de la salud, debido a que las conductas sociales positivas benefician la adaptación, la interacción con el otro, los reforzadores positivos y el estado de bienestar» (Lacunza, 2010, p. 99).
Gerónimo y De la Villa (2017, p. 134) analizan a través de una exhaustiva revisión bibliográfica dos variables psicológicas: la autoestima y las habilidades sociales con el uso problemático de las redes sociales e Internet. Los resultados reflejan lo siguiente:
El déficit de habilidades sociales conduce a una preferencia por la interacción social virtual, dando lugar a un uso compulsivo de redes, especialmente en personas con ansiedad social.Señalan que las dificultades en el manejo del estrés y de los desajustes en habilidades comunicativas predicen mejores usos problemáticos de Internet relacionados con hábitos compulsivos, problemas de autorregulación del control y conflictos por los sentimientos generados. |
La dependencia a dispositivos tecnológicos y la falta de autorregulación sobre el tiempo y los propósitos de su uso indican que están generando una verdadera adicción o subordinación hacia ellos. En consecuencia, si no se corrigen a tiempo estos hábitos incorrectos pueden convertirse en adiciones que acarrearán efectos graves para la salud.
Prueba saber si eres adicto a las tecnologías con este test.
Ruta de cuidado
Para ayudar a implementar estas estrategias en rutinas personales de cuidado, tanto de estudiantes como de docentes, te sugerimos considerar cuatro pasos:
Obsérvate. Toma conciencia | ¿Cuánto tiempo pasas frente a la pantalla y qué tipo de aplicativos usas? Monitorea los resultados. ¿Qué postura adoptas cuando usas un celular o una computadora? Fílmate y observa la posición de tu espalda, el alineamiento de tus hombros, cuello, etc. Identifica las zonas de dolor, fastidio o dónde sueles acumular tensiones.Observa los momentos específicos del día en los que aparecen las molestias.Reconoce la intensidad de las molestias usando una escala del 1 al 10.Registra estas observaciones por un periodo mínimo de 2 semanas encontradas. |
Decide tu meta | Identifica aquellos comportamientos o hábitos que necesitas o quieres modificar, y establece pequeñas metas concretas y viables. Por ejemplo: Si quiero limitar el tiempo de exposición continuo frente a la pantalla me pongo como meta hacer pausas cada 25 minutos. Prueba esta app para usar la técnica de Pomodoro y limitar tu tiempo. |
Organiza tu espacio y tus recursos | Identifica oportunidades de mejora para tener una óptima iluminación, un mobiliario adaptado a cada uno, periféricos adecuados para la tarea, etc. Implementa mejoras progresivas en tu espacio. Haz pruebas y registra el impacto de estos cambios. |
Implementa actividades | Aplica un plan de mejora personal para cambiar los malos hábitos según tu meta. Planifica tus actividades. Fija pausas de trabajo para hacer ejercicios de estiramiento y relajación corporal, ejercicios de descanso y relajación de la vista. |
Revisa los recursos sobre bienestar digital para ayudarte a organizar tu plan de mejora.
En búsqueda del balance digital
Liz Kline, vicepresidenta de Common Sense, cuenta que en el 2019, antes de la pandemia, lanzó una campaña «Encontramos equilibrio en nuestras vidas digitales», escribiéndola intencionalmente en primera persona del plural porque el desafío de lograr una relación saludable con la tecnología no se resuelve si una sola persona hace un cambio; sino que podremos lograrlo en conjunto al mirar de cerca a quienes esperamos ser en la escuela, en la casa y en el mundo.
También es importante mencionar que toda la carga de administrar el equilibrio de los medios no debe ser asumida exclusivamente por las personas que miran la pantalla. La industria tecnológica y nuestros responsables políticos tienen un rol clave que desempeñar para conseguir que la tecnología sea más saludable para todos.
Finalmente, creo que desde la educación se debe poner mayor énfasis en el cuidado integral del ser humano, que hoy también pasa por el factor digital. Por ello, una de las competencias más importantes a priorizar en la escuela es el «cuidado», que pasa por aprender a cuidarse a uno mismo, aprender a cuidar al otro y cuidar el entorno donde vivimos.
Te invito a revisar el concepto de bienestar digital en la escuela para equipar, primero, a los docentes; y, luego, trabajar con los estudiantes y sus familias para el desarrollo de prácticas saludables en el uso de tecnologías.
Coméntanos tus experiencias en la comunidad de Educared.
Música original: Adriel Calvelo
Filmación y edición: Lea Sulmont
2024
Referencias
Beckett, T. (2021). Consejos para el desarrollo digital balanceado (Blog del ISTE). Disponible en:
https://www.iste.org/es/explore/digital-citizenship/3-tips-balanced-digital-wellness
Castells, M. (2029). «La apropiación de las tecnologías. La cultura digital juvenil». Revista TELOS (Revista de Pensamiento, Sociedad y Tecnología) | ISSN: 0213-084X. Pp. 1-4 | Octubre - Diciembre 2009 | https://telos.fundaciontelefonica.com
Cliff, D.; Howard, J.; Radesky, S; et al (2018). «Early Childhood Media Exposure and Self-Regulation: Bidirectional Longitudinal Associations». Acad. Pediatr., vol. 18, N.º. 7, pp. 813-819, oct., 2018.
Julbe, B. (2020). «Cómo crear un buen ambiente de trabajo en casa». La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/vivo/mamas-y-papas/20200503/48680488522/crear-lugar-estudio-casa.html.
Gerónimo, A. & De La Villa Moral Jiménez, M. (2017). «Uso problemático de redes sociales 2.0 en nativos digitales: Análisis Bibliográfico». Salud y drogas, 17(1), pp. 73-85.
Grissmer, D., Grimm, K. J., Aiyer, S. M., et al (2010). «Fine motor skills and early comprehension of the world: two new school readiness indicators». Dev Psychol, Sep; 46(5), pp. 1008-1017. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20822219/
Lacunsa, A. (2010). «Las habilidades sociales como recursos para el desarrollo de fortalezas en la infancia». Psicodebate 10, p. 231. DOI: 10.18682 / pd.v10i0.398. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/295099656_Las_habilidades_sociales_como_recursos_para_el_desarrollo_de_fortalezas_en_la_infancia
Mangen, A., Northrop, L., & Kaufman, R. (2021). «Reading and writing on paper versus screens: Differences in interference and cognitive load». Journal of Computer Assisted Learning, 37(1), pp. 70-84. https://www.brainfacts.org/neuroscience-in-society/tech-and-the-brain/2020/reading-on-paper-versus-screens-whats-the-difference-072820
Sulmont, L. (2016). Vivir y crecer en un mundo digital. En: Escuelas, culturas, ciudadanías. Río de Janeiro: Novamérica, pp. 76-82.
Terán Prieto A. (2019). «Ciberadicciones. Adicción a las nuevas tecnologías (NTIC)». En: AEPap (ed.). Congreso de Actualización de Pediatría 2019. Lúa Ediciones 3.0, pp. 131-141.
Twenge, J. & Campbell, W. K. (2018). «Associations between screen time and lower psychological well-being among children and adolescents: Evidence from a population-based study». Prev. Med. Rep., dec., vol. 12, pp. 271-283.
Imágenes recuperadas de Freepik. Atribución: Imagen 1 / Imagen 2 /Imagen 3
#Hiperconexión #Decisión #Equilibrio
Santiago de Chile (Chile)
Vivimos en una era de hiperconectividad. Estamos constantemente conectados a través de múltiples dispositivos, respondiendo a una creciente exigencia social, tecnológica y comunicativa. Esta hiperconectividad satisface nuestra necesidad de acceder a contenidos, mantenernos visibles e interactuar. Sin embargo, el consumo excesivo de medios digitales y redes sociales puede representar riesgos para nuestra salud.
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¿Qué entendemos por bienestar digital?
El concepto de bienestar digital ha sido incluido dentro de la competencia digital docente propuesta por el INTEF (2017), a razón de los desafíos que enfrentamos en entornos formativos híbridos y para atender los efectos de las tecnologías en nuestra salud. Una de las cinco áreas de la competencia digital planteada en dicho marco está dedicada a la seguridad y a la protección de la salud, que, en su nivel avanzado, busca tomar conciencia sobre el uso correcto de las tecnologías para evitar problemas de salud y lograr un buen equilibrio entre el mundo en línea y el mundo tradicional.
Es importante generar una reflexión profunda sobre las prácticas personales y sociales en entornos virtuales que vayan más allá de juzgar el uso positivo o negativo de las tecnologías. Entendamos que las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas, y que su efecto sobre nuestro bienestar depende del propósito de su uso y de las dinámicas de interacción que desarrollamos cuando estamos frente a una pantalla (celular, tableta, computadora, consola de videojuego, etc.).
La pandemia y la educación remota han incrementado el consumo de contenidos digitales, especialmente entre niños y adolescentes. Este grupo aún no tiene los recursos personales para regular eficazmente el tiempo que pasan frente a las pantallas. Con el regreso a la educación presencial, diversos países están explorando formas de controlar el acceso a los teléfonos móviles en las escuelas. Aunque el debate sobre prohibir o integrar los celulares sigue vigente, lo cierto es que, tanto en el ámbito educativo como en otros ámbitos, necesitamos encontrar un equilibrio en este entorno altamente hiperconectado, para evitar que afecte nuestra salud física y mental.
Te propongo una reflexión centrada en la persona humana, respetuosa de la etapa de desarrollo en la que se encuentre y sus necesidades, con el objetivo de construir entornos y competencias para interactuar de manera segura, responsable y ética, los cuales nos permitan sacar provecho de los beneficios que ofrecen las tecnologías en nuestras vidas.
A continuación, revisemos algunas evidencias sobre la influencia del uso de las TIC en la infancia y en la adolescencia.
Las tabletas y los smartphones se han convertido en los «chupones» de las nuevas generaciones. Controlar la información, las aplicaciones, los juegos, etc., a los que acceden nuestros hijos puede convertirse en una tarea a tiempo completo (Sulmont, 2016). La tecnología en sí misma no es la causa de una adicción, sino más bien es la consecuencia de las condiciones del entorno donde se desenvuelve el niño.
Las principales sociedades de pediatría –American Academy of Pediatric (2016), Canadian Pediatric Society (2017) o la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (2017)– reportan impactos negativos en la salud de niños menores de edad, como consecuencia de la sobreexposición a las redes. Destacan problemas referidos al sueño, a la obesidad, al desarrollo psicomotor y lenguaje, al apego, desarrollo emocional y el comportamiento (manejo de las frustraciones), a la atención, concentración y memoria (TDAH), al abuso y a la adicción (Terán, 2019, p. 138).
Por otro lado, los altos niveles del uso de las TIC en la adolescencia se relacionan con una mayor posibilidad de generar adicciones por el dominio de las redes y por una tendencia natural a la búsqueda de sensaciones nuevas. Castells (2009) señala que esta generación digital tiene mayores probabilidades de desarrollar una dependencia en el contexto de las redes sociales, donde satisfacen necesidades propias de la edad como pertenecer a un grupo, comunicarse permanentemente con amigos, ser notorio e influyente, y afianzar tanto la identidad personal como la grupal.
Por su parte, las investigaciones de Jean Tween sobre las primeras generaciones –iGen– que crecieron con teléfonos móviles revelan patrones de comportamiento preocupantes. Entre 2010 y 2020, el tiempo que pasan los jóvenes con sus familias o amigos ha disminuido radicalmente y, en cambio, ha aumentado drásticamente el tiempo que estos pasan frente a una pantalla.
El bienestar digital se ejercita
La toma de conciencia es el primer paso para trabajar en el bienestar digital. El concepto abarca muchas dimensiones como lo físico, lo psicológico, el marco parental y el marco social. Por ello, las acciones que se implementen al respecto no solo conciernen a las escuelas, sino también a las familias y a la sociedad, en general. A continuación, te propongo tomar conciencia sobre dos aspectos que pueden trabajarse en la escuela: el cuerpo y las emociones.
El impacto del uso de las TIC en mi cuerpo
Visualiza todos los movimientos que realizas con un dispositivo (móvil, tableta o computadora) al buscar contenidos, crear presentaciones o videos, interactuar con otros, escuchar música, jugar, etc. ¿Qué tipo de dispositivos usas con más frecuencia?¿Dónde sueles usar los dispositivos digitales?¿Qué partes de tu cuerpo movilizas? ¿Qué postura adopta tu espalda, tus hombros, tus codos, caderas, etc.? ¿Experimentas dolor en los dedos pulgares, en el cuello o la espalda? |
En estas interacciones solemos adoptar posturas inadecuadas y por tiempos prolongados que exponen a nuestro cuerpo, particularmente a la columna y a las extremidades superiores, predisponiéndonos a sufrir lesiones. Entre estas lesiones que se ocasionan por trabajos repetitivos, malas posturas o el uso de elementos inadecuados, el Síndrome del Túnel Carpiano es el más difundido en los últimos años. López-García (2020) resalta la aparición de Trastornos de Trauma Acumulativo (TTA), que se manifiestan en lesiones de los músculos, tendones y nervios que se caracterizan por producir dolores fuertes en las extremidades, el cuello y la espalda, y que se generan por realizar tareas repetitivas o adoptar mala postura por periodos de tiempo extensos. Los movimientos que ejecutamos se transforman rápidamente en hábitos.
Estos malos hábitos posturales refuerzan un estilo de vida sedentaria, con consecuencias para nuestra salud física. Esto es especialmente grave en términos de la motricidad y el desarrollo del sistema esquelético-muscular cuando, de manera temprana, se expone a los infantes a dispositivos digitales. Investigaciones científicas demuestran que el uso excesivo de dispositivos digitales en niños pequeños puede reducir el desarrollo de sus habilidades motoras finas necesarias para una escritura a mano fluida (Grissmer et al, 2010); y que los niños que pasan más tiempo usando dispositivos electrónicos tienden a tener una escritura menos legible y precisa en comparación con aquellos que escriben más a mano (Mangen et al, 2021).
Por ello, es importante crear mejores condiciones en el espacio y priorizar en la primera infancia el movimiento libre, a través del juego y de la socialización; además de limitar la interacción con las tecnologías.
Observa algunos enlaces para cuidar aspectos físicos y promover el bienestar digital:
El impacto del uso de las TIC en mis emociones
Una persona con habilidades emocionales y sociales conoce y autorregula sus emociones e interpreta los estados de ánimo de los demás, esto le permite manejarse satisfactoriamente en diferentes contextos, mejorando así su calidad de vida.
«Las habilidades sociales son un recurso especial para la protección y promoción de la salud, debido a que las conductas sociales positivas benefician la adaptación, la interacción con el otro, los reforzadores positivos y el estado de bienestar» (Lacunza, 2010, p. 99).
Gerónimo y De la Villa (2017, p. 134) analizan a través de una exhaustiva revisión bibliográfica dos variables psicológicas: la autoestima y las habilidades sociales con el uso problemático de las redes sociales e Internet. Los resultados reflejan lo siguiente:
El déficit de habilidades sociales conduce a una preferencia por la interacción social virtual, dando lugar a un uso compulsivo de redes, especialmente en personas con ansiedad social.Señalan que las dificultades en el manejo del estrés y de los desajustes en habilidades comunicativas predicen mejores usos problemáticos de Internet relacionados con hábitos compulsivos, problemas de autorregulación del control y conflictos por los sentimientos generados. |
La dependencia a dispositivos tecnológicos y la falta de autorregulación sobre el tiempo y los propósitos de su uso indican que están generando una verdadera adicción o subordinación hacia ellos. En consecuencia, si no se corrigen a tiempo estos hábitos incorrectos pueden convertirse en adiciones que acarrearán efectos graves para la salud.
Prueba saber si eres adicto a las tecnologías con este test.
Ruta de cuidado
Para ayudar a implementar estas estrategias en rutinas personales de cuidado, tanto de estudiantes como de docentes, te sugerimos considerar cuatro pasos:
Obsérvate. Toma conciencia | ¿Cuánto tiempo pasas frente a la pantalla y qué tipo de aplicativos usas? Monitorea los resultados. ¿Qué postura adoptas cuando usas un celular o una computadora? Fílmate y observa la posición de tu espalda, el alineamiento de tus hombros, cuello, etc. Identifica las zonas de dolor, fastidio o dónde sueles acumular tensiones.Observa los momentos específicos del día en los que aparecen las molestias.Reconoce la intensidad de las molestias usando una escala del 1 al 10.Registra estas observaciones por un periodo mínimo de 2 semanas encontradas. |
Decide tu meta | Identifica aquellos comportamientos o hábitos que necesitas o quieres modificar, y establece pequeñas metas concretas y viables. Por ejemplo: Si quiero limitar el tiempo de exposición continuo frente a la pantalla me pongo como meta hacer pausas cada 25 minutos. Prueba esta app para usar la técnica de Pomodoro y limitar tu tiempo. |
Organiza tu espacio y tus recursos | Identifica oportunidades de mejora para tener una óptima iluminación, un mobiliario adaptado a cada uno, periféricos adecuados para la tarea, etc. Implementa mejoras progresivas en tu espacio. Haz pruebas y registra el impacto de estos cambios. |
Implementa actividades | Aplica un plan de mejora personal para cambiar los malos hábitos según tu meta. Planifica tus actividades. Fija pausas de trabajo para hacer ejercicios de estiramiento y relajación corporal, ejercicios de descanso y relajación de la vista. |
Revisa los recursos sobre bienestar digital para ayudarte a organizar tu plan de mejora.
En búsqueda del balance digital
Liz Kline, vicepresidenta de Common Sense, cuenta que en el 2019, antes de la pandemia, lanzó una campaña «Encontramos equilibrio en nuestras vidas digitales», escribiéndola intencionalmente en primera persona del plural porque el desafío de lograr una relación saludable con la tecnología no se resuelve si una sola persona hace un cambio; sino que podremos lograrlo en conjunto al mirar de cerca a quienes esperamos ser en la escuela, en la casa y en el mundo.
También es importante mencionar que toda la carga de administrar el equilibrio de los medios no debe ser asumida exclusivamente por las personas que miran la pantalla. La industria tecnológica y nuestros responsables políticos tienen un rol clave que desempeñar para conseguir que la tecnología sea más saludable para todos.
Finalmente, creo que desde la educación se debe poner mayor énfasis en el cuidado integral del ser humano, que hoy también pasa por el factor digital. Por ello, una de las competencias más importantes a priorizar en la escuela es el «cuidado», que pasa por aprender a cuidarse a uno mismo, aprender a cuidar al otro y cuidar el entorno donde vivimos.
Te invito a revisar el concepto de bienestar digital en la escuela para equipar, primero, a los docentes; y, luego, trabajar con los estudiantes y sus familias para el desarrollo de prácticas saludables en el uso de tecnologías.
Coméntanos tus experiencias en la comunidad de Educared.
Música original: Adriel Calvelo
Filmación y edición: Lea Sulmont
2024
Referencias
Beckett, T. (2021). Consejos para el desarrollo digital balanceado (Blog del ISTE). Disponible en:
https://www.iste.org/es/explore/digital-citizenship/3-tips-balanced-digital-wellness
Castells, M. (2029). «La apropiación de las tecnologías. La cultura digital juvenil». Revista TELOS (Revista de Pensamiento, Sociedad y Tecnología) | ISSN: 0213-084X. Pp. 1-4 | Octubre – Diciembre 2009 | https://telos.fundaciontelefonica.com
Cliff, D.; Howard, J.; Radesky, S; et al (2018). «Early Childhood Media Exposure and Self-Regulation: Bidirectional Longitudinal Associations». Acad. Pediatr., vol. 18, N.º. 7, pp. 813-819, oct., 2018.
Julbe, B. (2020). «Cómo crear un buen ambiente de trabajo en casa». La Vanguardia. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/vivo/mamas-y-papas/20200503/48680488522/crear-lugar-estudio-casa.html.
Gerónimo, A. & De La Villa Moral Jiménez, M. (2017). «Uso problemático de redes sociales 2.0 en nativos digitales: Análisis Bibliográfico». Salud y drogas, 17(1), pp. 73-85.
Grissmer, D., Grimm, K. J., Aiyer, S. M., et al (2010). «Fine motor skills and early comprehension of the world: two new school readiness indicators». Dev Psychol, Sep; 46(5), pp. 1008-1017. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20822219/
Lacunsa, A. (2010). «Las habilidades sociales como recursos para el desarrollo de fortalezas en la infancia». Psicodebate 10, p. 231. DOI: 10.18682 / pd.v10i0.398. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/295099656_Las_habilidades_sociales_como_recursos_para_el_desarrollo_de_fortalezas_en_la_infancia
Mangen, A., Northrop, L., & Kaufman, R. (2021). «Reading and writing on paper versus screens: Differences in interference and cognitive load». Journal of Computer Assisted Learning, 37(1), pp. 70-84. https://www.brainfacts.org/neuroscience-in-society/tech-and-the-brain/2020/reading-on-paper-versus-screens-whats-the-difference-072820
Sulmont, L. (2016). Vivir y crecer en un mundo digital. En: Escuelas, culturas, ciudadanías. Río de Janeiro: Novamérica, pp. 76-82.
Terán Prieto A. (2019). «Ciberadicciones. Adicción a las nuevas tecnologías (NTIC)». En: AEPap (ed.). Congreso de Actualización de Pediatría 2019. Lúa Ediciones 3.0, pp. 131-141.
Twenge, J. & Campbell, W. K. (2018). «Associations between screen time and lower psychological well-being among children and adolescents: Evidence from a population-based study». Prev. Med. Rep., dec., vol. 12, pp. 271-283.
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Desde Educared, queremos compartir a las familias una guía muy útil elaborada por el Ministerio de Educación en alian ...
Educación más allá del aula es un conjunto de conversatorios online organizado por Fundación Telefónica y Educared ...
A través de Fundación Telefónica/Movistar y “la Caixa” Foundation se ha puesto a disposición del Ministerio de E ...
como inicio el curso
Me parece muy bueno
MUCHAS GRACIAS PÒR LA INFORMACION
Puedo recalcar que para un docente es importante utilizar algunos de los ejercicios ya que los niños están cansados de escuchar toda una clase sin ningún movimiento y parte de las actividades puede causar aumentar sus intereses utilizando estrategias adecuadas tomando en cuenta que podemos convivir con la tecnología sin dejar que se apodere de mi tiempo.
Gracias por compartir tu experiencia y por compartir este post.
Dentro del uso de las TIC cabe recalcar la importancia que brinda a la educación, tomando en cuenta la ruta del cuidado y respetando el proceso de recursos que propicia una enseñanza optima.
Colega, me gusta esta expresión que propones “la ruta del cuidado”. La adopto.
El bienestar digital, es muy importante, ya que permite tener una seguridad, protección de nuestra salud de forma integral.
Efectivamente, Jovana, es una competencia que debe dimensionarse desde el ámbito de la salud integral.
El que nos cueste o no poder relacionarnos hoy en día con nuestra comunidad cercana hace que busquemos hacerlo en forma virtual, pero debemos tener cuidado para no caer en una dependencia de estos dispositivos tecnológicos, debemos tener presente la autorregulación sobre el tiempo que le dedicamos a este propósito y así evitar las adicciones a la tecnología moderna.
Estimada Hilda,
Coincido contigo en que debemos de tener presente la capacidad de autorregulación. Es algo que tenemos que promover en toda la comunidad educativa. Gracias por difundir el post.
Es un gusto verlos en la plataforma Educared.
Gracias por compartir.
Esta información sobre bienestar digital es muy interesante porque nos invita a tomar conciencia sobre lo que consumimos, cómo lo consumimos y cuánto tiempo invertimos en ello. En primer lugar reflexionemos como docentes, autoridades y/o padres de familia para poder orientar a los niños y adolescentes.
Estimada Sonia,
gracias por compartir tu opinión y ayudar en la campaña de reflexión.