¿Alguna vez te has cruzado con un andamio en la calle? Se usan frecuentemente en la construcción para pintar edificios o limpiar sus lunas. La RAE define un andamio como un «armazón desmontable constituido por tablas o planchas metálicas y tubos, que se levanta provisionalmente bajo un techo o adosado a una pared para subir a lugares altos y poder trabajar en su construcción o reparación, pintar paredes, etc.».

Este término se ha incorporado al campo de la psicología cognitiva y al de la pedagogía como metáfora de los apoyos que podemos brindar al estudiante en su proceso de aprendizaje. 

En este nuevo post de Qué tal si… repasaremos el origen del concepto y cómo usarlo para favorecer procesos de autorregulación en nuestras prácticas pedagógicas.

Observa el siguiente video:

¿Cuál es el origen del andamio?

Jerome Bruner acuña el término de andamiaje en 1976, basado en el concepto de zona de desarrollo próximo (ZDP) de Lev Vigotsky.

Comencemos por explicar la relación entre estos conceptos:

• Vigotsky plantea que, respecto al aprender, tenemos un nivel de desarrollo real y un nivel de desarrollo potencial.  En el medio, instala una zona de desarrollo próximo que alude a la distancia entre el nivel de desarrollo ideal, en donde sitúa al aprendiz que es capaz de aprender por sí solo; y el nivel de desarrollo potencial, en donde sitúa al aprendiz que llega a aprender con ayuda. 

Bruner afirma que se fomenta el aprendizaje cuando se promueve que los niños y las niñas construyan activamente sus nuevas ideas sobre su conocimiento actual y anterior. En ese sentido, los andamios son tipos de ayudas y recursos que los cuidadores y los maestros brindan al aprendiz para transitar en esta zona de desarrollo próximo y llegar a su zona de potencial real. Esto se aplica en diversos ámbitos, ya sea en las rutinas cotidianas como lavarse los dientes, poner la mesa, etc., hasta en las actividades escolares como redactar, elaborar esquemas o resolver problemas de cálculo.

En suma, el andamiaje consiste en proveer estructuras, actividades o estrategias de apoyo para que el estudiante construya el conocimiento. El objetivo es que un aprendiz novato pueda realizar una tarea o alcanzar una meta que no lograría sin recibir ayuda. Sin embargo, no se trata de ayudarlo dándole la respuesta a un problema o asignándole tareas más fáciles, sino más bien de facilitarle y proporcionarle un soporte para lograr el objetivo del aprendizaje. Por ejemplo, se le puede dar un texto organizado en fragmentos separados, glosarios y palabras resaltadas que le facilite la comprensión de un material, el cual es el objetivo del aprendizaje. 

Es importante resaltar el carácter transitorio de los andamios entendiendo que, una vez cumplido su propósito, deben dejarse progresivamente. Solo así se logra que el aprendiz consiga realizar sus tareas y actividades de manera autónoma. 

En ese sentido, la creencia de Bruner es que los andamios ayudan a  equiparse con estrategias que le permitan «aprender a aprender» y que lo impulsen a convertirse en un estudiante autorregulado e independiente.

¿Qué tipos de andamios podemos emplear?

Dependiendo de la naturaleza del recurso podemos distinguir dos tipos de andamiajes:

1. Centrados en la persona. Por ejemplo, un andamio puede ser el propio docente, un tutor u otro estudiante con mayor experiencia. 
2. Centrados en los recursos. Pueden ser tanto recursos concretos como textos o recursos digitales como programas multimedia.

Por otro lado, según el momento en el que se emplea, Dodge, B. (2001) distingue tres tipos de andamiaje: 

1. Andamiaje de recepción. Es el que permite ayudar al estudiante a extraer la información relevante y necesaria dentro de un contenido. Este andamiaje es útil antes de iniciar una actividad o para manejar mejor los materiales de estudio. 

Ejemplos: 

• Incorporar front-loading o pre-alimentación a través de la formulación de preguntas orientadoras y pistas para ayudar a focalizar la atención del estudiante antes de un trabajo práctico o una salida de campo. 
• Incorporar elementos que permitan nutrir el vocabulario con glosarios, y ofrecer estructuras como índices, tablas u organizadores gráficos que ayuden a ubicar con mayor facilidad y ordenar la información.

2. Andamiaje de transformación. Son estrategias que facilitan el proceso de asimilación de la información y su acomodación en las propias estructuras cognitivas del estudiante. Apoyan diferentes procesos involucrados en la transformación de la información en algo nuevo, como: comparar, diferenciar, relacionar, encontrar patrones, analizar o evaluar. 

Ejemplos: 

• Tablas comparativas y de datos o características, mapas mentales, mapas conceptuales y diversos tipos de organizadores visuales. 
• El uso de recursos que apelan al pensamiento simbólico como la construcción de analogías, metáforas o símbolos gráficos y a la relación de conceptos como las rutinas de aprendizaje.

3. Andamiaje de producción. Son apoyos para crear o producir algo nuevo. Pueden consistir en modelos o estructuras de base para generar el producto deseado. Una recomendación es que estos modelos no se conviertan en un molde rígido, sino que se puedan proponer modelos variados y ejemplos de excelencia o clase mundial. 

Ejemplos: 

• Plantillas de informes, planes o presentaciones.

Te invito a pensar en las necesidades de tus estudiantes y explorar la integración de diversos tipos de andamios, con la intención de que puedan convertirse en aprendices autónomos y autorregulados.

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Para conocer más:

• Accede al siguiente artículo
• Observa 6 estrategias de andamiaje 

Sobre el lugar: 

Villa Carlos Paz, provincia de Córdoba (Argentina) Ubicación

Producción y edición: Lea Sulmont

Música original: Adriel Calvelo
2022

Referencias:

Dodge, B. (2001). «FOCUS: Five rules for writing a great WebQuest». Learning & Leading with Technology, 28, 8: pp. 6-9.

Vigotsky, L. S. (1978). Mind in Society: The Development of Higher Psychological processes. Harvard University Press, Cambridge, MA.