El retorno de los estudiantes a las escuelas es un asunto de amplio debate, no tanto por el cuándo y cómo hacerlo y sobre todo cómo hacerlo bien.
Aunque hay todavía algunos padres de familia, docentes y autoridades que se resisten al retorno a clases presenciales, las presiones por abrir las escuelas tienen bastante sustento:
Hay una declaratoria de emergencia y un plan piloto, manejado tímidamente por el Minedu para el retorno a clases. A pesar de las fuertes presiones, el piloto en lo que resta del 2021 cubre muy pocas escuelas urbanas. Lo deseable es que para el 2022 el 100% de alumnos inicie el año escolar bajo algún modelo de educación semipresencial, o mejor aún, de educación presencial total.
Este artículo se orienta a ilustrar sobre como prepararse para el momento en que los estudiantes regresen a clases.
Los desafíos inmediatos
En el muy corto plazo las instituciones educativas enfrentan tres desafíos:
Definir el modelo de educación híbrida o presencial
Hemos mencionado que lo deseable es que las instituciones se abran a la educación presencial para todos los estudiantes. Es lo que están haciendo la mayoría de los países del mundo. La educación semipresencial, con énfasis en el hogar, debe ser excepcional y fundamentada.
Lo recomendable es que la institución educativa realice una rápida revisión del comportamiento de algunas variables clave. Son ellas las que deben guiar en la definición de cómo se atenderá a los alumnos, el peso que tendrá el componente tecnológico, la jornada de trabajo dada en la escuela y la que se dará en el hogar.
Hay cuatro datos que ayudarán a configurar el modelo híbrido o presencial:
Esas variables ayudarán definir el modelo. Como se ha mencionado, se debe necesariamente cumplir con los protocolos sanitarios y se podrá estar entre dos extremos: (i) el de un colegio que cuyos profesores y alumnos tienen acceso a la tecnología digital y al internet de buena calidad, y (ii) el otro extremo en donde no hay nada o casi nada, por ejemplo, que lo único que se disponga es la radio.
Planificar el retorno y la implementación del modelo.
Implica implementar las medidas siguientes:
Administración del modelo
Hay cuestiones de organización y logística que hay que garantizar que funcionen bien. Como se sabe, afrontamos una situación muy delicada que si no es bien manejada puede terminar generando problemas y quejas.
Cuatro aspectos el director y los docentes no deben descuidar son los siguientes:
Las sugerencias sobre el funcionamiento de las plataformas y pertinencia de los recursos que allí existen son muy importantes, al igual que valorar cómo aportan las tecnologías a las prácticas docentes, si son atractivas para el estudiante, si logran lo principal: que el alumno aprenda. En esto último esta la clave.
Del examen de la situación pueden surgir diversas variantes: desde que las clases presenciales se trasmitan simultáneamente a los hogares, que los estudiantes vayan por turnos o que mientras unos alumnos reciben las clases presenciales, los otros trabajan por sin conectividad en sus hogares.
El componente pedagógico
Es el aspecto que menos se ha trabajado. Hay que hacerlo para incrementar la capacidad de aprendizajes de los estudiantes que con la pandemia han sufrido una fuerte retracción.
Las estrategias pedagógicas implican no ceñirse solo a la programación curricular. Es recomendable una mirada más amplia que cubra también los aspectos socioemocionales, tecnológicos y la capacitación de los miembros de la comunidad, no únicamente de los docentes.
Hay varios aspectos de la programación académica en los que es importante reflexionar:
Lo que está claro es que las clases de pizarra y tiza no atraen al estudiante, tampoco las clases sólo teóricas. Por ello las metodologías tienen que ser activas, con mayor participación del alumno, que trabajen individualmente y en grupo estudios de caso, resolución de problemas, actividades de pensamiento critico. Que desplieguen su creatividad.
Los aspectos socioemocionales
El estado socio emocional de los actores de la comunidad escolar es quizá el desafío inicial de más importancia en el retorno a clases. El Instituto Nacional de Salud ha publicado datos muy dramáticos sobre el deterioro de la salud mental de los niños: entre los niños de 6 a 11 años, el 60% ha sufrido maltrato físico. 1/3 maltrato psicológico, 32% tiene depresión y 41% miedo. Muchos llegan traumados. La pregunta es simple: ¿puede un niño con esos problemas aprender?
Por ello es muy importante no descuidar estos problemas. Para ayudarlos hay que ver como reforzar el servicio de tutoría, qué alianzas con otros profesionales especializados se puede hacer. La capacitación de profesores en ese campo no puede descuidarse. El profesor debe estar preparado para recomendar cuando hay que derivar un caso al especialista. La comunicación con las familias en este campo es indispensable.
El tema es clave si como dicen los estudios, el 50% de las enfermedades mentales que desarrollan los adultos se gestan durante la infancia.
Será importante conocer los tipos de alteraciones de salud mental que podrían presentar los estudiantes cuando retornen a clases. Hay niños a los que la educación remota no ha permitido identificar el nivel de retardo mental que puedan mostrar, de comunicación, de alimentación, obsesión por determinadas conductas o practicas, estrés, etc.
A los padres podrían preguntarles que cambios observan en sus hijos producto de estos dos años de confinamiento. Es una información sencilla que les puede ayudar a definir sus estrategias de trabajo personalizado y tutorial.
Algunas variables que es importante conocer son las siguientes:
Si alguno de los estudiantes sufre de situaciones como las presentadas:
2.Trastorno de comunicación
3. Trastornos generalizados del desarrollo
4. Trastornos de la alimentación
5. Tics
6. Trastornos de eliminación y de ansiedad por separación
7. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
8. Trastorno del espectro autista (TEA)
9. Desorden bipolar
10. Trastornos de aprendizaje
11. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
12. Trastorno de estrés postraumático
Qué ha sucedido comparando antes y durante la pandemia con comportamientos asociados a:
2. Miedo
3. Cólera
4. Tristeza
5. Aburrimiento
6. Impaciencia
7. Falta de apetito
8.Malestar: dolores de cabeza, de estómago
Otros datos adicionales como:
1 Fallecimiento de algún miembro cercano de la familia
2. Familiar afectado con gravedad de la COVID-19
3. Padre o madre sin trabajo
4. Padre o madre subempleados
5. Padres separados
6. Reducción de ingresos en el hogar
El desafío es considerable para las instituciones educativas pero hay que hacerlo
El retorno de los estudiantes a las escuelas es un asunto de amplio debate, no tanto por el cuándo y cómo hacerlo y sobre todo cómo hacerlo bien.
Aunque hay todavía algunos padres de familia, docentes y autoridades que se resisten al retorno a clases presenciales, las presiones por abrir las escuelas tienen bastante sustento:
Hay una declaratoria de emergencia y un plan piloto, manejado tímidamente por el Minedu para el retorno a clases. A pesar de las fuertes presiones, el piloto en lo que resta del 2021 cubre muy pocas escuelas urbanas. Lo deseable es que para el 2022 el 100% de alumnos inicie el año escolar bajo algún modelo de educación semipresencial, o mejor aún, de educación presencial total.
Este artículo se orienta a ilustrar sobre como prepararse para el momento en que los estudiantes regresen a clases.
Los desafíos inmediatos
En el muy corto plazo las instituciones educativas enfrentan tres desafíos:
Definir el modelo de educación híbrida o presencial
Hemos mencionado que lo deseable es que las instituciones se abran a la educación presencial para todos los estudiantes. Es lo que están haciendo la mayoría de los países del mundo. La educación semipresencial, con énfasis en el hogar, debe ser excepcional y fundamentada.
Lo recomendable es que la institución educativa realice una rápida revisión del comportamiento de algunas variables clave. Son ellas las que deben guiar en la definición de cómo se atenderá a los alumnos, el peso que tendrá el componente tecnológico, la jornada de trabajo dada en la escuela y la que se dará en el hogar.
Hay cuatro datos que ayudarán a configurar el modelo híbrido o presencial:
Esas variables ayudarán definir el modelo. Como se ha mencionado, se debe necesariamente cumplir con los protocolos sanitarios y se podrá estar entre dos extremos: (i) el de un colegio que cuyos profesores y alumnos tienen acceso a la tecnología digital y al internet de buena calidad, y (ii) el otro extremo en donde no hay nada o casi nada, por ejemplo, que lo único que se disponga es la radio.
Planificar el retorno y la implementación del modelo.
Implica implementar las medidas siguientes:
Administración del modelo
Hay cuestiones de organización y logística que hay que garantizar que funcionen bien. Como se sabe, afrontamos una situación muy delicada que si no es bien manejada puede terminar generando problemas y quejas.
Cuatro aspectos el director y los docentes no deben descuidar son los siguientes:
Las sugerencias sobre el funcionamiento de las plataformas y pertinencia de los recursos que allí existen son muy importantes, al igual que valorar cómo aportan las tecnologías a las prácticas docentes, si son atractivas para el estudiante, si logran lo principal: que el alumno aprenda. En esto último esta la clave.
Del examen de la situación pueden surgir diversas variantes: desde que las clases presenciales se trasmitan simultáneamente a los hogares, que los estudiantes vayan por turnos o que mientras unos alumnos reciben las clases presenciales, los otros trabajan por sin conectividad en sus hogares.
El componente pedagógico
Es el aspecto que menos se ha trabajado. Hay que hacerlo para incrementar la capacidad de aprendizajes de los estudiantes que con la pandemia han sufrido una fuerte retracción.
Las estrategias pedagógicas implican no ceñirse solo a la programación curricular. Es recomendable una mirada más amplia que cubra también los aspectos socioemocionales, tecnológicos y la capacitación de los miembros de la comunidad, no únicamente de los docentes.
Hay varios aspectos de la programación académica en los que es importante reflexionar:
Lo que está claro es que las clases de pizarra y tiza no atraen al estudiante, tampoco las clases sólo teóricas. Por ello las metodologías tienen que ser activas, con mayor participación del alumno, que trabajen individualmente y en grupo estudios de caso, resolución de problemas, actividades de pensamiento critico. Que desplieguen su creatividad.
Los aspectos socioemocionales
El estado socio emocional de los actores de la comunidad escolar es quizá el desafío inicial de más importancia en el retorno a clases. El Instituto Nacional de Salud ha publicado datos muy dramáticos sobre el deterioro de la salud mental de los niños: entre los niños de 6 a 11 años, el 60% ha sufrido maltrato físico. 1/3 maltrato psicológico, 32% tiene depresión y 41% miedo. Muchos llegan traumados. La pregunta es simple: ¿puede un niño con esos problemas aprender?
Por ello es muy importante no descuidar estos problemas. Para ayudarlos hay que ver como reforzar el servicio de tutoría, qué alianzas con otros profesionales especializados se puede hacer. La capacitación de profesores en ese campo no puede descuidarse. El profesor debe estar preparado para recomendar cuando hay que derivar un caso al especialista. La comunicación con las familias en este campo es indispensable.
El tema es clave si como dicen los estudios, el 50% de las enfermedades mentales que desarrollan los adultos se gestan durante la infancia.
Será importante conocer los tipos de alteraciones de salud mental que podrían presentar los estudiantes cuando retornen a clases. Hay niños a los que la educación remota no ha permitido identificar el nivel de retardo mental que puedan mostrar, de comunicación, de alimentación, obsesión por determinadas conductas o practicas, estrés, etc.
A los padres podrían preguntarles que cambios observan en sus hijos producto de estos dos años de confinamiento. Es una información sencilla que les puede ayudar a definir sus estrategias de trabajo personalizado y tutorial.
Algunas variables que es importante conocer son las siguientes:
Si alguno de los estudiantes sufre de situaciones como las presentadas:
2.Trastorno de comunicación
3. Trastornos generalizados del desarrollo
4. Trastornos de la alimentación
5. Tics
6. Trastornos de eliminación y de ansiedad por separación
7. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
8. Trastorno del espectro autista (TEA)
9. Desorden bipolar
10. Trastornos de aprendizaje
11. Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
12. Trastorno de estrés postraumático
Qué ha sucedido comparando antes y durante la pandemia con comportamientos asociados a:
2. Miedo
3. Cólera
4. Tristeza
5. Aburrimiento
6. Impaciencia
7. Falta de apetito
8.Malestar: dolores de cabeza, de estómago
Otros datos adicionales como:
1 Fallecimiento de algún miembro cercano de la familia
2. Familiar afectado con gravedad de la COVID-19
3. Padre o madre sin trabajo
4. Padre o madre subempleados
5. Padres separados
6. Reducción de ingresos en el hogar
El desafío es considerable para las instituciones educativas pero hay que hacerlo
Debe Registrarse o Iniciar sesión para publicar un comentario.
Desde Educared, queremos compartir a las familias una guía muy útil elaborada por el Ministerio de Educación en alian ...
Educación más allá del aula es un conjunto de conversatorios online organizado por Fundación Telefónica y Educared ...
A través de Fundación Telefónica/Movistar y “la Caixa” Foundation se ha puesto a disposición del Ministerio de E ...
Excelente información para tener en cuenta en las aulas
William. Muchas gracias por el comentario. Saludos