Por: Rodrigo Chávez Terrones (*)
“Nunca hay nada bueno en la TV peruana”. Esa es la frase común que escuda nuestro consumo de producciones extranjeras o nuestra indiferencia hacia la señal de TV nacional abierta. Después de todo, ¿qué de valor podemos encontrar en el sancochado de magazines de chismes y espectáculos, noticieros sangrientos, realities con jóvenes de hipertrófica musculatura y ficciones escritas sin el más mínimo tino o sentido narrativo?
Sin embargo, a pesar de este aciago panorama, formar una dieta mediática de valor recurriendo a nuestros contenidos nacionales no es imposible, ya que existen varias propuestas que buscan sobresalir del vaho de mediocridad de la señal abierta tradicional ofreciendo a los espectadores contenidos valiosos, creativos y que resalten lo mejor que los peruanos tienen para ofrecer a nivel artístico y cultural.
Dicho de otro modo, se puede decir que existen en el país programas televisivos que ofrecen todo lo que el público demanda, pero este no los consume.
Esta paradoja puede estar motivada por la carencia de información. Todos sabemos de los productos de calidad media o baja que la TV nacional ofrece porque hablamos de ellos con ahínco (para criticarlos o halagarlos, según el caso), pero dejamos de lado los productos de valor, evitando que más gente sepa de ellos y acceda a consumirlos.
Nuestro consumo diario de televisión local está marcado por la fagotización de la vida personal de las estrellas de los programas del propio canal, mezclada con la promoción regular que se les da. Así, nuestro consumo inicia durante la mañana con los programas de espectáculos, donde se exhiben las acciones virtuosas o reprobables de los protagonistas de los programas y realities del canal. Al medio día se emiten reportajes y notas promocionales sobre las series, repasos de episodios y un poco más de la vida personal de las estrellas antes expuestas. Por la tarde, un colchón de programas de relleno abre paso a los realities, donde vemos en acción a las personas, cuyas vidas privadas ya conocemos al detalle. Finalmente, pasamos al bloque de horario estelar y se consumen las ficciones promocionadas a lo largo del día.
Toda una maquinaria mediática dispuesta y diseñada para devorar sus propios productos y crear “contenidos nuevos” que alimenten la parrilla diaria como anticipo a la emisión de un nuevo episodio. Quienes consumen estos contenidos se ven gratificados por este bombardeo constante de información, mientras que quienes los critican, consumen el bombardeo para tener con qué reprocharlos.
Este escenario valida la hipótesis previamente expuesta sobre la falta de información sobre buenos productos televisivos locales y el poco espacio que hay en los medios para compartir su existencia con el público. Es por ello que a continuación se enumera un breve listado de contenidos nacionales que satisfacerán el “hambre de buena TV local” que muchos espectadores exigen. Todos son parte de la parrilla de Canal IPe, canal de señal pública miembro de la familia de Tv Perú y una apuesta por brindar contenido infantil, juvenil y joven adulto de calidad a los hogares de los peruanos.
Estos son los héroes del silencio, algunos de los programas que muchos piden, pero pocos ven:
Y la lista puede continuar si ampliamos los horizontes a los otros programas dentro de la señal de Tv Perú.
Lejos del incentivo perverso del rating, la señal pública se erige como una almenara de esperanza para espectadores que deseen crear una dieta mediática basada en el valor de los contenidos y las historias que se comparten en cada programa y no en la maquinaria caníbal diseñada por la señal abierta para exhibir la vida privada de sus estrellas. Esta tarea es felizmente impulsada y compartida por quienes dirigen la señal pública, como leímos tiempo atrás en este mismo blog.
Cae en nosotros la responsabilidad de superar el ruido de lo malo y mediocre para lograr que estos contenidos televisivos de calidad puedan tener su justo lugar en nuestra dieta audiovisual.
(*) Rodrigo es comunicador audiovisual graduado en la Universidad de Lima, actor y guionista. Su cuenta de Twitter es @rcterrones
Por: Rodrigo Chávez Terrones (*)
“Nunca hay nada bueno en la TV peruana”. Esa es la frase común que escuda nuestro consumo de producciones extranjeras o nuestra indiferencia hacia la señal de TV nacional abierta. Después de todo, ¿qué de valor podemos encontrar en el sancochado de magazines de chismes y espectáculos, noticieros sangrientos, realities con jóvenes de hipertrófica musculatura y ficciones escritas sin el más mínimo tino o sentido narrativo?
Sin embargo, a pesar de este aciago panorama, formar una dieta mediática de valor recurriendo a nuestros contenidos nacionales no es imposible, ya que existen varias propuestas que buscan sobresalir del vaho de mediocridad de la señal abierta tradicional ofreciendo a los espectadores contenidos valiosos, creativos y que resalten lo mejor que los peruanos tienen para ofrecer a nivel artístico y cultural.
Dicho de otro modo, se puede decir que existen en el país programas televisivos que ofrecen todo lo que el público demanda, pero este no los consume.
Esta paradoja puede estar motivada por la carencia de información. Todos sabemos de los productos de calidad media o baja que la TV nacional ofrece porque hablamos de ellos con ahínco (para criticarlos o halagarlos, según el caso), pero dejamos de lado los productos de valor, evitando que más gente sepa de ellos y acceda a consumirlos.
Nuestro consumo diario de televisión local está marcado por la fagotización de la vida personal de las estrellas de los programas del propio canal, mezclada con la promoción regular que se les da. Así, nuestro consumo inicia durante la mañana con los programas de espectáculos, donde se exhiben las acciones virtuosas o reprobables de los protagonistas de los programas y realities del canal. Al medio día se emiten reportajes y notas promocionales sobre las series, repasos de episodios y un poco más de la vida personal de las estrellas antes expuestas. Por la tarde, un colchón de programas de relleno abre paso a los realities, donde vemos en acción a las personas, cuyas vidas privadas ya conocemos al detalle. Finalmente, pasamos al bloque de horario estelar y se consumen las ficciones promocionadas a lo largo del día.
Toda una maquinaria mediática dispuesta y diseñada para devorar sus propios productos y crear “contenidos nuevos” que alimenten la parrilla diaria como anticipo a la emisión de un nuevo episodio. Quienes consumen estos contenidos se ven gratificados por este bombardeo constante de información, mientras que quienes los critican, consumen el bombardeo para tener con qué reprocharlos.
Este escenario valida la hipótesis previamente expuesta sobre la falta de información sobre buenos productos televisivos locales y el poco espacio que hay en los medios para compartir su existencia con el público. Es por ello que a continuación se enumera un breve listado de contenidos nacionales que satisfacerán el “hambre de buena TV local” que muchos espectadores exigen. Todos son parte de la parrilla de Canal IPe, canal de señal pública miembro de la familia de Tv Perú y una apuesta por brindar contenido infantil, juvenil y joven adulto de calidad a los hogares de los peruanos.
Estos son los héroes del silencio, algunos de los programas que muchos piden, pero pocos ven:
Y la lista puede continuar si ampliamos los horizontes a los otros programas dentro de la señal de Tv Perú.
Lejos del incentivo perverso del rating, la señal pública se erige como una almenara de esperanza para espectadores que deseen crear una dieta mediática basada en el valor de los contenidos y las historias que se comparten en cada programa y no en la maquinaria caníbal diseñada por la señal abierta para exhibir la vida privada de sus estrellas. Esta tarea es felizmente impulsada y compartida por quienes dirigen la señal pública, como leímos tiempo atrás en este mismo blog.
Cae en nosotros la responsabilidad de superar el ruido de lo malo y mediocre para lograr que estos contenidos televisivos de calidad puedan tener su justo lugar en nuestra dieta audiovisual.
(*) Rodrigo es comunicador audiovisual graduado en la Universidad de Lima, actor y guionista. Su cuenta de Twitter es @rcterrones
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