Aprender jugando es considerado una manera poderosa para lograr el aprendizaje, enlazado a emociones e interacciones significativas, sobre todo desde edades muy tempranas. En este blog hemos hablado antes de la gamificación y de las posibilidades educativas e impacto positivo de los videojuegos en la educación y la vida de niños, niñas y adolescentes. No obstante, también hay aspectos negativos de los que cuidar a los más jóvenes –y también a los más grandes, que no estamos exentos de estos–.
La facilidad de acceso tan extendida en años recientes de tener un smartphone o tablet traslada sus usos a actividades de ocio y entretenimiento. Sumada a esta ubicuidad tecnológica, el acceso a juegos gratuitos a través de las diferentes tiendas virtuales de cada dispositivo (App Store en iOS, Play Store en Google, y demás) es algo cotidiano. Sabemos que un público objetivo muy claro para los juegos de celular son niños, niñas y adolescentes, pero no siempre conocemos las mecánicas internas de estos mismos. Muchos videojuegos gratuitos para celular esconden un diseño persuasivo nocivo para menores.
No todos los videojuegos diseñados "para niños" en las tiendas de aplicaciones son verificados por sus distribuidores (Google, Apple, Samsung, etc.). Además, los desarrolladores independientes o de empresas pequeñas tienen bastantes facilidades para colocar sus juegos en estas plataformas. ¿Cómo monetizan la mayoría de videojuegos gratuitos?
Anuncios publicitarios: Anuncios que son mostrados en momentos aleatorios del juego, o a cambio de "revivir" o "duplicar tus recompensas" o similares.
Microtransacciones: A cambio de montos "pequeños" de dinero se compran "monedas" usadas en el juego para comprar recompensas o mejoras, así como ítems o "vidas" que permitan seguir jugando el juego.
Recopilación de datos personales: Muchas veces, los videojuegos gratuitos tienen acceso a datos del dispositivo al que se descargan, desde la marca, modelo y ubicación geográfica, hasta fotografías, perfiles de redes sociales asociados al teléfono y demás. Todo esto es vendido a data brokers que se encargan de revenderlo a anunciantes y similares que se encargan de cerrar el "circuito tecnoeconómico" de los juegos gratis.
Parte importante de la alfabetización y educación mediática es entender el lenguaje de los medios, que nos permite ser libres y críticos de estos ecosistemas. En el caso de los juegos para smartphones, el lenguaje que utilizan para mantenernos enganchados y monetizar con nuestro uso de ellos se traduce en el diseño persuasivo del juego.
¿Qué tan preparados están los más pequeños para discernir un anuncio de una mecánica del juego mismo? En muchas ocasiones, los anuncios son mostrados como minijuegos, o presentan animaciones y videos vibrantes y coloridos, que los llevan a descargar otros juegos gratuitos de origen dudoso.
"Los peores juegos a veces son los más 'bonitos', así que no nos detenemos a revisarlos. Sin embargo, estos juegos entrenan a niños y niñas para que se vuelvan adictos a ellos. Se está fomentando la práctica compulsiva en cerebros pequeños en desarrollo, que aún no pueden controlarse a sí mismos. Este es un enorme problema de salud pública."
Dra. Maude Bonefant de la Universidad de Québec en Montreal, para el medio La Presse.
Por otro lado, características tipo "casino" de algunos videojuegos son explotadas por sus desarrolladores para mantener la atención y crear dependencia en sus usuarios. Elementos como "cajas", "sobres" o "paquetes" que prometen premios al azar son verdaderas simulaciones de máquinas de tragamonedas que apelan a la manipulación y otras tácticas maliciosas.
Según el Pew Research Center, en 2020, alrededor del 50 % de pequeños de 0 a 2 años interactuaban cotidianamente con celulares, porcentaje que aumenta a 62 % en niños y niñas de 3 a 4 años. En Canadá, se encontró que la mitad de las niñas de 6 a 12 años jugaba en plataformas móviles. En nuestro país, se tiene que el 84 % de niños, niñas y adolescentes de 6 a 18 años usa cotidianamente teléfonos celulares (INEI, 2022).
Como docentes y padres y madres de familia, nuestra tarea, en primer lugar, es supervisar el uso de dispositivos móviles en los más pequeños. ¿Qué juegan? ¿Qué información personal está en sus redes y teléfonos? ¿Cuánto tiempo al día dedican a esta actividad? La siguiente tarea es educarnos para educarlos acerca del lenguaje y diseño de los videojuegos, ayudarles a entender qué es un anuncio y qué no. Además, es necesario que nuestras autoridades y representantes promuevan la regulación de mecanismos nocivos en videojuegos gratuitos de plataformas móviles.
Para más información pueden visitar el siguiente sitio web: Juegos móviles para niños del grupo de investigación canadiense Homo Ludens.
Aprender jugando es considerado una manera poderosa para lograr el aprendizaje, enlazado a emociones e interacciones significativas, sobre todo desde edades muy tempranas. En este blog hemos hablado antes de la gamificación y de las posibilidades educativas e impacto positivo de los videojuegos en la educación y la vida de niños, niñas y adolescentes. No obstante, también hay aspectos negativos de los que cuidar a los más jóvenes –y también a los más grandes, que no estamos exentos de estos–.
La facilidad de acceso tan extendida en años recientes de tener un smartphone o tablet traslada sus usos a actividades de ocio y entretenimiento. Sumada a esta ubicuidad tecnológica, el acceso a juegos gratuitos a través de las diferentes tiendas virtuales de cada dispositivo (App Store en iOS, Play Store en Google, y demás) es algo cotidiano. Sabemos que un público objetivo muy claro para los juegos de celular son niños, niñas y adolescentes, pero no siempre conocemos las mecánicas internas de estos mismos. Muchos videojuegos gratuitos para celular esconden un diseño persuasivo nocivo para menores.
No todos los videojuegos diseñados “para niños” en las tiendas de aplicaciones son verificados por sus distribuidores (Google, Apple, Samsung, etc.). Además, los desarrolladores independientes o de empresas pequeñas tienen bastantes facilidades para colocar sus juegos en estas plataformas. ¿Cómo monetizan la mayoría de videojuegos gratuitos?
Anuncios publicitarios: Anuncios que son mostrados en momentos aleatorios del juego, o a cambio de “revivir” o “duplicar tus recompensas” o similares.
Microtransacciones: A cambio de montos “pequeños” de dinero se compran “monedas” usadas en el juego para comprar recompensas o mejoras, así como ítems o “vidas” que permitan seguir jugando el juego.
Recopilación de datos personales: Muchas veces, los videojuegos gratuitos tienen acceso a datos del dispositivo al que se descargan, desde la marca, modelo y ubicación geográfica, hasta fotografías, perfiles de redes sociales asociados al teléfono y demás. Todo esto es vendido a data brokers que se encargan de revenderlo a anunciantes y similares que se encargan de cerrar el “circuito tecnoeconómico” de los juegos gratis.
Parte importante de la alfabetización y educación mediática es entender el lenguaje de los medios, que nos permite ser libres y críticos de estos ecosistemas. En el caso de los juegos para smartphones, el lenguaje que utilizan para mantenernos enganchados y monetizar con nuestro uso de ellos se traduce en el diseño persuasivo del juego.
¿Qué tan preparados están los más pequeños para discernir un anuncio de una mecánica del juego mismo? En muchas ocasiones, los anuncios son mostrados como minijuegos, o presentan animaciones y videos vibrantes y coloridos, que los llevan a descargar otros juegos gratuitos de origen dudoso.
“Los peores juegos a veces son los más ‘bonitos’, así que no nos detenemos a revisarlos. Sin embargo, estos juegos entrenan a niños y niñas para que se vuelvan adictos a ellos. Se está fomentando la práctica compulsiva en cerebros pequeños en desarrollo, que aún no pueden controlarse a sí mismos. Este es un enorme problema de salud pública.”
Dra. Maude Bonefant de la Universidad de Québec en Montreal, para el medio La Presse.
Por otro lado, características tipo “casino” de algunos videojuegos son explotadas por sus desarrolladores para mantener la atención y crear dependencia en sus usuarios. Elementos como “cajas”, “sobres” o “paquetes” que prometen premios al azar son verdaderas simulaciones de máquinas de tragamonedas que apelan a la manipulación y otras tácticas maliciosas.
Según el Pew Research Center, en 2020, alrededor del 50 % de pequeños de 0 a 2 años interactuaban cotidianamente con celulares, porcentaje que aumenta a 62 % en niños y niñas de 3 a 4 años. En Canadá, se encontró que la mitad de las niñas de 6 a 12 años jugaba en plataformas móviles. En nuestro país, se tiene que el 84 % de niños, niñas y adolescentes de 6 a 18 años usa cotidianamente teléfonos celulares (INEI, 2022).
Como docentes y padres y madres de familia, nuestra tarea, en primer lugar, es supervisar el uso de dispositivos móviles en los más pequeños. ¿Qué juegan? ¿Qué información personal está en sus redes y teléfonos? ¿Cuánto tiempo al día dedican a esta actividad? La siguiente tarea es educarnos para educarlos acerca del lenguaje y diseño de los videojuegos, ayudarles a entender qué es un anuncio y qué no. Además, es necesario que nuestras autoridades y representantes promuevan la regulación de mecanismos nocivos en videojuegos gratuitos de plataformas móviles.
Para más información pueden visitar el siguiente sitio web: Juegos móviles para niños del grupo de investigación canadiense Homo Ludens.
Debe Registrarse o Iniciar sesión para publicar un comentario.
Desde Educared, queremos compartir a las familias una guía muy útil elaborada por el Ministerio de Educación en alian ...
Educación más allá del aula es un conjunto de conversatorios online organizado por Fundación Telefónica y Educared ...
A través de Fundación Telefónica/Movistar y “la Caixa” Foundation se ha puesto a disposición del Ministerio de E ...
Interesante información, en lo particular pienso que es importante analizar el impacto de los videos juegos en los resultados educativos para poder definir los criterios de diseño de este tipo de herramientas.