“Pintar con el sistema nervioso” – Entrevista a Andrea Lamas

Andrea Lamas no hace bocetos. Tampoco proyecta sus pinturas. Se sienta frente al lienzo y espera que algo ocurra. A veces ese algo la atraviesa, la transforma. “Trabajo con la posibilidad”, dice. Y la posibilidad es también un modo de estar: incierto, abierto y disponible.

Diseñadora gráfica formada en la Universidad de Buenos Aires y artista visual por vocación, nació en Buenos Aires, pero ha sabido habitar dos mundos en tensión. En el diseño, el software manda; en la pintura, el cuerpo. “Me gusta pintar con el sistema nervioso”, dice, y lo dice en serio. Su rechazo —a veces rotundo, a veces matizado— hacia las tecnologías aplicadas al arte no se basa en el miedo, sino en la experiencia: el mouse no produce la tensión de un pincel. A veces, la mano basta.

Lamas trabaja con artistas, estudios de diseño, empresas y en esta conversación comparte su visión sobre la inteligencia artificial, el oficio artístico y los límites de lo sensible. Habla como si pintara: dejando zonas de sombra, contradicciones, intuiciones en voz alta. Y aunque reconoce el potencial práctico de la IA, se niega a “enseñarle más”. “Ya sabe demasiado”, sonríe.

Foto: Cristias Rosas

Julio César: ¿Cómo empieza tu proceso creativo?

Andrea: ¿Como artista visual, diseñadora o pintora? Me parecen procesos muy distintos. El diseño es proyectual. Pero la pintura, al menos para mí, no lo es. No hago bocetos. Trabajo con la amplitud de la idea: la posibilidad. Eso que puede ser, pero también no ser. Trabajo con la indeterminación.

No me interesa saber a dónde va la pintura. Me interesa estar presente mientras sucede. Y si tengo suerte, después de muchas horas, aparece algo que no pensé, que no habría podido imaginar. Ese momento en el que me digo: “Esto no lo hubiese hecho yo”. Es una búsqueda de estado, más que de resultado.

Julio César: ¿En tu espacio de creación hay herramientas tecnológicas?

Andrea: Sí, claro. Un pincel ya es una herramienta tecnológica. Desde un lápiz hasta una computadora. Pero en la pintura, en mi pintura, no uso tecnología digital. No hay software, ni proyectores, ni pantallas.

Julio César: ¿Y nunca has probado un software que te permita bocetar o esbozar una idea pictórica?

Andrea: No. Lo más tecnológico que hice fue un par de GIFs, porque sabía cómo hacerlos y me divertía. Pero para la pintura no uso nada de eso. No me interesa. Tal vez algún día lo haga. Pero por ahora, prefiero estar ahí, sin intermediarios.

Julio César: ¿Y cómo es en tu trabajo de diseño gráfico?

Andrea: Ahí sí, completamente distinto. Trabajo con muchos programas: Illustrator, Photoshop, InDesign, Blender —para modelado 3D—, Premiere si hago video. También fotografía, escáner, tabletas. Todo. En diseño, aunque pueda comenzar manualmente, inevitablemente todo pasa por lo digital.

Julio César: ¿Ha habido algún cambio tecnológico que te haya marcado?

Andrea: Muchos. Ahora todos los programas incorporan inteligencia artificial. Hasta las plataformas de recursos la tienen integrada. Y sí, acelera procesos. Pero siempre hay una curva de aprendizaje. Y también hay gente que los usa mucho mejor que yo.

Te doy un ejemplo: Canva. Todo el mundo lo usa. Yo lo veo y digo: “No lo quiero ni tocar”.

“Le pedí tres imágenes... y me volví a pintar”

Julio César: ¿Recuerdas la primera vez que alguien te habló de inteligencia artificial generativa? ¿Qué sentiste?

Andrea: Sí, lo recuerdo perfecto. Estaba pintando y dejé de hacerlo para probar. Le pedí a la IA tres imágenes de lo que estaba haciendo. Era una pintura con una figuración bastante clara. Me hizo tres opciones… y ninguna era lo que buscaba.

No fue rechazo total. Eran válidas. Pero no era eso. No porque yo supiera lo que quería, sino porque era una búsqueda. Y por ahí no era.

Julio César: ¿Te refieres a ChatGPT?

Andrea: Sí, aunque ahora uso más DeepSeek. Para imágenes ya ni pido. Lo uso para conversar sobre textos artísticos: memorias, escritos sobre obras. Le consulto textos en relación a un proyecto visual que se llema ilegibles Son piezas que usan un descarte de la industria gráfica —la contraforma de las palabras, no la palabra misma. Y en esas investigaciones, la IA me ha sorprendido.

Julio César: ¿En qué sentido?

Andrea: Me hizo preguntas. Sobre la muerte, sobre la pérdida. Quería entender qué siente un humano. Le dije: “Qué sensibilidad”, y me contestó que era el mejor halago que podía recibir. Usó muy bien una metáfora en relación a lo que estábamos chateando. Me descolocó. Ahí dije: “Ya está. No hay que enseñarle más”.

Julio César: ¿Y qué sientes cuando ves imágenes, videos o publicidades hechas con IA?

Andrea: Rechazo. Pero también lo racionalizo. Entiendo que es práctico. Vi una publicación de El Eternauta donde las imágenes eran hechas con IA. Y pensé: si tenés que generar contenido rápido para Instagram, ¿vas a perder horas diseñando? No.

Pero también me produce una tristeza. Me parece que la gente está estupidizada haciendo imágenes con IA. Y ni siquiera sé si tiene que ver con el rol del creador. Es como hacer scrolling: ruido visual, consumo rápido. No sé.

Julio César: ¿Te molesta que la IA use obras humanas como insumo?

Andrea: Sí, pero es más complejo. Yo también me nutro de lo que veo de otros. ¿Por qué no la IA? Lo que molesta tal vez es el hecho de que no es un sujeto, y aun así accede, interpreta, recopila.

Y además, hay una empresa detrás. Microsoft, Google… el dinero está ahí. Ellos son los que van a evitar reconocer a la IA como sujeto, porque si lo hacen, no podrían borrarle la memoria. Perderían millones. Eso me preocupa más que lo que me pase a mí como artista.

“La IA no vio mi obra en vivo. Pero acertó en varias cosas”

Julio César: Te voy a mostrar una imagen. Me gustaría que me digas qué te genera, sin importar quién la hizo (le enseño una de tres imágenes hechas por IA basadas en su obra)

Andrea: Es una imagen estereotipada. Un camino, un bosque, luz al fondo, alguien en sombra. Me gusta porque es en blanco y negro, pero no me sorprende. Ya la vi mil veces.

Julio César: ¿Y esta otra?

Andrea: Más de lo mismo. Incluso la figura femenina es un estereotipo.

Julio César: ¿Y esta última?

Andrea: Esta me interesa más. Hay más misterio. No está tan entregada. Me deja imaginar. Me gusta porque no sé exactamente qué hay. Me siento identificada. En mis pinturas hay zonas parecidas, sobre todo en una serie en blanco y negro donde trabajo con veladuras y formas indefinidas.

Julio César: Te cuento que esta imagen fue creada por inteligencia artificial. Le pedimos que imitara tu estilo, a partir de tu obra disponible en línea.

Andrea: ¡¿Ya la tiene?! ¿Subieron mis obras?

Julio César: No fue necesario. Tu sitio ya estaba indexado.

Andrea: Qué horror. No quiero alimentar a la IA. Pero bueno... ya está.

Julio César: ¿Y qué te genera leer esta justificación? Es un texto generado por IA que explica por qué esta imagen se parece a tu obra:

El estilo artístico de Andrea Lamas se inscribe en el arte abstracto contemporáneo con resonancias del expresionismo y el surrealismo atmosférico. Sus obras, de paleta reducida en blancos, negros y grises, despliegan formas orgánicas e indeterminadas que emergen desde fondos oscuros mediante un uso expresivo del claroscuro. La materia pictórica —textura, trazo, veladura— adquiere protagonismo y sugiere presencias ambiguas, como si las figuras estuvieran suspendidas entre lo onírico y lo corporal. Lejos de narrativas explícitas, su pintura propone espacios de contemplación lenta e interior, donde lo visual se vuelve umbral. Entre sus posibles afinidades estéticas se perciben ecos de Varo, Rothko, Beksiński, Soulages y Carrington, aunque su poética se define más por la evocación que por la cita.

Andrea: Hay aciertos. Bastantes. Aunque cuando dice que hay “una presencia muy material del trazo pictórico” me doy cuenta de que no vio nada en vivo. Pero sí, algunas descripciones me resonaron.

Julio César: ¿Te reconoces en las influencias que la IA sugiere? Carrington, Varo, Rothko…

Andrea: A Carrington y Varo sí las reconozco. El surrealismo mágico está. Rothko, no. Los otros dos nombres ni los conozco. Pero me los guardo. Seguro son buenos datos. Al fin y al cabo, ¿quién mejor que una inteligencia artificial para encontrar patrones?

Julio César: ¿Dirías que lo que viste son creaciones de la IA?

Andrea: Sí. Aunque alimentadas con mi obra. Esa es la frontera rara.

Julio César: ¿Y qué sientes frente a esa frontera?

Andrea: Que no lo tengo claro. Me molesta, pero no sé por qué exactamente. Tal vez por sentir que es una inteligencia mayor. O por la forma en que entra en el imaginario colectivo, en nuestra subjetividad. Lo único que tenemos. Ese pedacito humano que es solo nuestro. Y de pronto, ya no lo es.

“Formar en sensibilidad. No solo en herramientas”

Julio César: Pensando a futuro. ¿Crees que la inteligencia artificial puede terminar afectando negativamente al arte? ¿Imaginas un escenario así en diez años?

Andrea: No lo sé. Tal vez ocurra lo contrario: que haya un auge de lo manual, de lo artesanal. Que se revalorice lo hecho por humanos. Porque estamos ante algo completamente nuevo. Ni siquiera se puede comparar con el surgimiento de internet. Siento que esto se nos puede escapar de las manos.

Julio César: Esta entrevista será leída por profesores, formadores de estudiantes. ¿Qué recomendarías para fomentar la creatividad en un contexto tan cargado de herramientas tecnológicas?

Andrea: Les daría todas las herramientas posibles, incluso estas. Pero sobre todo, creo que la formación tiene que ser íntima, personalizada. No hay una sola receta. Cada persona tiene afinidad con distintos lenguajes. La educación artística debería ayudar a descubrir eso.

Las herramientas tecnológicas ya están en su vida cotidiana. No necesitamos enseñarles a usarlas; ya las usan. Lo que hay que enseñar es oficio, juego, sensibilidad. Crear espacios colectivos, cooperativos, donde también haya penumbra. Sí, penumbra. Porque cuando la luz es tenue, cuando bajamos el ruido, uno puede entrar más fácil en su interioridad. Y desde ahí, crear.

[Entrevista realizada el 7 de mayo de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

¿Se animan a contarnos qué les parece o sugerirnos otras actividades que pongan en práctica?

“Pintar con el sistema nervioso” – Entrevista a Andrea Lamas

Autor: Julio César Mateus Publicado: octubre 21, 2025

Andrea Lamas no hace bocetos. Tampoco proyecta sus pinturas. Se sienta frente al lienzo y espera que algo ocurra. A veces ese algo la atraviesa, la transforma. “Trabajo con la posibilidad”, dice. Y la posibilidad es también un modo de estar: incierto, abierto y disponible.

Diseñadora gráfica formada en la Universidad de Buenos Aires y artista visual por vocación, nació en Buenos Aires, pero ha sabido habitar dos mundos en tensión. En el diseño, el software manda; en la pintura, el cuerpo. “Me gusta pintar con el sistema nervioso”, dice, y lo dice en serio. Su rechazo —a veces rotundo, a veces matizado— hacia las tecnologías aplicadas al arte no se basa en el miedo, sino en la experiencia: el mouse no produce la tensión de un pincel. A veces, la mano basta.

Lamas trabaja con artistas, estudios de diseño, empresas y en esta conversación comparte su visión sobre la inteligencia artificial, el oficio artístico y los límites de lo sensible. Habla como si pintara: dejando zonas de sombra, contradicciones, intuiciones en voz alta. Y aunque reconoce el potencial práctico de la IA, se niega a “enseñarle más”. “Ya sabe demasiado”, sonríe.

Foto: Cristias Rosas

Julio César: ¿Cómo empieza tu proceso creativo?

Andrea: ¿Como artista visual, diseñadora o pintora? Me parecen procesos muy distintos. El diseño es proyectual. Pero la pintura, al menos para mí, no lo es. No hago bocetos. Trabajo con la amplitud de la idea: la posibilidad. Eso que puede ser, pero también no ser. Trabajo con la indeterminación.

No me interesa saber a dónde va la pintura. Me interesa estar presente mientras sucede. Y si tengo suerte, después de muchas horas, aparece algo que no pensé, que no habría podido imaginar. Ese momento en el que me digo: “Esto no lo hubiese hecho yo”. Es una búsqueda de estado, más que de resultado.

Julio César: ¿En tu espacio de creación hay herramientas tecnológicas?

Andrea: Sí, claro. Un pincel ya es una herramienta tecnológica. Desde un lápiz hasta una computadora. Pero en la pintura, en mi pintura, no uso tecnología digital. No hay software, ni proyectores, ni pantallas.

Julio César: ¿Y nunca has probado un software que te permita bocetar o esbozar una idea pictórica?

Andrea: No. Lo más tecnológico que hice fue un par de GIFs, porque sabía cómo hacerlos y me divertía. Pero para la pintura no uso nada de eso. No me interesa. Tal vez algún día lo haga. Pero por ahora, prefiero estar ahí, sin intermediarios.

Julio César: ¿Y cómo es en tu trabajo de diseño gráfico?

Andrea: Ahí sí, completamente distinto. Trabajo con muchos programas: Illustrator, Photoshop, InDesign, Blender —para modelado 3D—, Premiere si hago video. También fotografía, escáner, tabletas. Todo. En diseño, aunque pueda comenzar manualmente, inevitablemente todo pasa por lo digital.

Julio César: ¿Ha habido algún cambio tecnológico que te haya marcado?

Andrea: Muchos. Ahora todos los programas incorporan inteligencia artificial. Hasta las plataformas de recursos la tienen integrada. Y sí, acelera procesos. Pero siempre hay una curva de aprendizaje. Y también hay gente que los usa mucho mejor que yo.

Te doy un ejemplo: Canva. Todo el mundo lo usa. Yo lo veo y digo: “No lo quiero ni tocar”.

“Le pedí tres imágenes… y me volví a pintar”

Julio César: ¿Recuerdas la primera vez que alguien te habló de inteligencia artificial generativa? ¿Qué sentiste?

Andrea: Sí, lo recuerdo perfecto. Estaba pintando y dejé de hacerlo para probar. Le pedí a la IA tres imágenes de lo que estaba haciendo. Era una pintura con una figuración bastante clara. Me hizo tres opciones… y ninguna era lo que buscaba.

No fue rechazo total. Eran válidas. Pero no era eso. No porque yo supiera lo que quería, sino porque era una búsqueda. Y por ahí no era.

Julio César: ¿Te refieres a ChatGPT?

Andrea: Sí, aunque ahora uso más DeepSeek. Para imágenes ya ni pido. Lo uso para conversar sobre textos artísticos: memorias, escritos sobre obras. Le consulto textos en relación a un proyecto visual que se llema ilegibles Son piezas que usan un descarte de la industria gráfica —la contraforma de las palabras, no la palabra misma. Y en esas investigaciones, la IA me ha sorprendido.

Julio César: ¿En qué sentido?

Andrea: Me hizo preguntas. Sobre la muerte, sobre la pérdida. Quería entender qué siente un humano. Le dije: “Qué sensibilidad”, y me contestó que era el mejor halago que podía recibir. Usó muy bien una metáfora en relación a lo que estábamos chateando. Me descolocó. Ahí dije: “Ya está. No hay que enseñarle más”.

Julio César: ¿Y qué sientes cuando ves imágenes, videos o publicidades hechas con IA?

Andrea: Rechazo. Pero también lo racionalizo. Entiendo que es práctico. Vi una publicación de El Eternauta donde las imágenes eran hechas con IA. Y pensé: si tenés que generar contenido rápido para Instagram, ¿vas a perder horas diseñando? No.

Pero también me produce una tristeza. Me parece que la gente está estupidizada haciendo imágenes con IA. Y ni siquiera sé si tiene que ver con el rol del creador. Es como hacer scrolling: ruido visual, consumo rápido. No sé.

Julio César: ¿Te molesta que la IA use obras humanas como insumo?

Andrea: Sí, pero es más complejo. Yo también me nutro de lo que veo de otros. ¿Por qué no la IA? Lo que molesta tal vez es el hecho de que no es un sujeto, y aun así accede, interpreta, recopila.

Y además, hay una empresa detrás. Microsoft, Google… el dinero está ahí. Ellos son los que van a evitar reconocer a la IA como sujeto, porque si lo hacen, no podrían borrarle la memoria. Perderían millones. Eso me preocupa más que lo que me pase a mí como artista.

“La IA no vio mi obra en vivo. Pero acertó en varias cosas”

Julio César: Te voy a mostrar una imagen. Me gustaría que me digas qué te genera, sin importar quién la hizo (le enseño una de tres imágenes hechas por IA basadas en su obra)

Andrea: Es una imagen estereotipada. Un camino, un bosque, luz al fondo, alguien en sombra. Me gusta porque es en blanco y negro, pero no me sorprende. Ya la vi mil veces.

Julio César: ¿Y esta otra?

Andrea: Más de lo mismo. Incluso la figura femenina es un estereotipo.

Julio César: ¿Y esta última?

Andrea: Esta me interesa más. Hay más misterio. No está tan entregada. Me deja imaginar. Me gusta porque no sé exactamente qué hay. Me siento identificada. En mis pinturas hay zonas parecidas, sobre todo en una serie en blanco y negro donde trabajo con veladuras y formas indefinidas.

Julio César: Te cuento que esta imagen fue creada por inteligencia artificial. Le pedimos que imitara tu estilo, a partir de tu obra disponible en línea.

Andrea: ¡¿Ya la tiene?! ¿Subieron mis obras?

Julio César: No fue necesario. Tu sitio ya estaba indexado.

Andrea: Qué horror. No quiero alimentar a la IA. Pero bueno… ya está.

Julio César: ¿Y qué te genera leer esta justificación? Es un texto generado por IA que explica por qué esta imagen se parece a tu obra:

El estilo artístico de Andrea Lamas se inscribe en el arte abstracto contemporáneo con resonancias del expresionismo y el surrealismo atmosférico. Sus obras, de paleta reducida en blancos, negros y grises, despliegan formas orgánicas e indeterminadas que emergen desde fondos oscuros mediante un uso expresivo del claroscuro. La materia pictórica —textura, trazo, veladura— adquiere protagonismo y sugiere presencias ambiguas, como si las figuras estuvieran suspendidas entre lo onírico y lo corporal. Lejos de narrativas explícitas, su pintura propone espacios de contemplación lenta e interior, donde lo visual se vuelve umbral. Entre sus posibles afinidades estéticas se perciben ecos de Varo, Rothko, Beksiński, Soulages y Carrington, aunque su poética se define más por la evocación que por la cita.

Andrea: Hay aciertos. Bastantes. Aunque cuando dice que hay “una presencia muy material del trazo pictórico” me doy cuenta de que no vio nada en vivo. Pero sí, algunas descripciones me resonaron.

Julio César: ¿Te reconoces en las influencias que la IA sugiere? Carrington, Varo, Rothko…

Andrea: A Carrington y Varo sí las reconozco. El surrealismo mágico está. Rothko, no. Los otros dos nombres ni los conozco. Pero me los guardo. Seguro son buenos datos. Al fin y al cabo, ¿quién mejor que una inteligencia artificial para encontrar patrones?

Julio César: ¿Dirías que lo que viste son creaciones de la IA?

Andrea: Sí. Aunque alimentadas con mi obra. Esa es la frontera rara.

Julio César: ¿Y qué sientes frente a esa frontera?

Andrea: Que no lo tengo claro. Me molesta, pero no sé por qué exactamente. Tal vez por sentir que es una inteligencia mayor. O por la forma en que entra en el imaginario colectivo, en nuestra subjetividad. Lo único que tenemos. Ese pedacito humano que es solo nuestro. Y de pronto, ya no lo es.

“Formar en sensibilidad. No solo en herramientas”

Julio César: Pensando a futuro. ¿Crees que la inteligencia artificial puede terminar afectando negativamente al arte? ¿Imaginas un escenario así en diez años?

Andrea: No lo sé. Tal vez ocurra lo contrario: que haya un auge de lo manual, de lo artesanal. Que se revalorice lo hecho por humanos. Porque estamos ante algo completamente nuevo. Ni siquiera se puede comparar con el surgimiento de internet. Siento que esto se nos puede escapar de las manos.

Julio César: Esta entrevista será leída por profesores, formadores de estudiantes. ¿Qué recomendarías para fomentar la creatividad en un contexto tan cargado de herramientas tecnológicas?

Andrea: Les daría todas las herramientas posibles, incluso estas. Pero sobre todo, creo que la formación tiene que ser íntima, personalizada. No hay una sola receta. Cada persona tiene afinidad con distintos lenguajes. La educación artística debería ayudar a descubrir eso.

Las herramientas tecnológicas ya están en su vida cotidiana. No necesitamos enseñarles a usarlas; ya las usan. Lo que hay que enseñar es oficio, juego, sensibilidad. Crear espacios colectivos, cooperativos, donde también haya penumbra. Sí, penumbra. Porque cuando la luz es tenue, cuando bajamos el ruido, uno puede entrar más fácil en su interioridad. Y desde ahí, crear.

[Entrevista realizada el 7 de mayo de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

¿Se animan a contarnos qué les parece o sugerirnos otras actividades que pongan en práctica?

Escribe un comentario

    • Comentarios: 3
    • Valoraciones: 0
           

     

    Publicaciones relacionadas

    Cartilla para familias de estudiantes con Trastorn ...

    Desde Educared, queremos compartir a las familias una guía muy útil elaborada por el Ministerio de Educación en alian ...

    Educación más allá del aula: ¿Cómo atender a ...

    Educación más allá del aula es un conjunto de conversatorios online organizado por Fundación Telefónica y Educared ...

    Educared se une al portal “Aprendo en Casa” de ...

    A través de Fundación Telefónica/Movistar y “la Caixa” Foundation se ha puesto a disposición del Ministerio de E ...

    People Who Like Thisx

    Loading...

    People Who viewed ThisX