“La humanidad artística siempre tendrá inquietud por crear” – Entrevista a Karin Zielinski

Karin Zielinski compone con y contra la tecnología. La valora como facilitadora de procesos, pero señala con claridad sus limitaciones sensibles, de “llevarnos a algún lado”. Desde su estudio en Lima, desarrolla una obra musical que transita entre lo íntimo y lo épico, lo electrónico y lo sinfónico. Compositora de bandas sonoras para cine, teatro y televisión, ha trabajado en diversas películas como Django: sangre de mi sangre, El corazón de la luna, El limpiador, entre otras. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima y luego siguió un Máster en Composición de Música para cine y medios audiovisuales en la Escuela Superior De Música de Catalunya, en Barcelona. Alterna su trabajo creativo con la docencis de composición para cine y música audiovisual. Es una de las pocas compositoras peruanas que ha logrado consolidar una carrera que trasciende nuestras fronteras.

En esta conversación, Zielinski reflexiona sobre su proceso creativo —que incluye investigación, análisis narrativo y una intuición melódica muy afinada— y sobre el lugar que ocupa la tecnología en su trabajo cotidiano. Habla de los bancos de sonidos, las herramientas que simulan instrumentos y los dilemas éticos de usar IA. Aunque aún no ha trabajado directamente con inteligencia artificial generativa, sus experiencias con música “automatizada” en el mundo de la publicidad la han hecho pensar críticamente en los límites, usos y riesgos de esta tecnología.

El momento más incómodo —y revelador— de la entrevista ocurre cuando le mostramos una pieza generada por IA que imita su estilo y reinterpreta una melodía suya. Su reacción es directa: “¿A quién denuncio?” Y aunque reconoce que el análisis algorítmico puede ofrecer pistas útiles sobre su estilo, defiende la necesidad de preservar la humanidad del arte y la responsabilidad del creador.

Julio César: Me interesa saber sobre tu proceso creativo, ¿dónde y cómo empiezas una obra?

Karin: Aquí en mi estudio. Normalmente recibo los proyectos —por ejemplo, una película— y tengo un primer encuentro con el director. Vemos la película, conversamos sobre qué tiene pensado para la música, si es que tiene algo pensado. Muchas veces los directores no lo tienen claro, y esperan que uno los guíe.

Entonces, mi primer encuentro con la obra es entender qué es lo que el director quiere. Porque el trabajo que yo hago no depende exclusivamente de mi creatividad: tengo que adecuarme a la visión artística de otro. Una vez que entiendo qué historia vamos a contar, lo que el director tiene en la cabeza, me voy a mi espacio y empiezo a desgranar narrativamente la película: entender la historia, los personajes, el tema, los sentimientos que hay que remarcar, lo importante. Me pregunto: ¿cómo puede aportar la música a ese proceso narrativo?

Por ejemplo, ahora trabajo en una película que tiene muchas simbologías de la cosmovisión andina. El director es un chamán y el personaje principal atraviesa un viaje espiritual. Para eso tengo que investigar: leer más a fondo sobre cosmovisión andina, instrumentos prehispánicos, con qué sonidos puedo representar a los apus o a los símbolos con los que juega la película. Escarbar desde allí para construir mi gramática musical: cuál va a ser mi "paleta de colores", por qué propongo ciertas cosas, cómo represento la muerte o un sentimiento específico.

Una vez que tengo eso claro, empiezo a generar ideas musicales. Casi siempre aparece una melodía que siento que me funciona, que me va a llevar a algo, con la que puedo crecer y contar cosas. Y empiezo a insistir sobre ella: sobre qué armonía reposa, hacia dónde la puedo llevar, qué instrumento le queda mejor según la historia y a partir de ahí dejo que fluya.

Julio César: En todo esto que has contado, un proceso de investigación, de iteración... ¿Cómo está la tecnología presente? ¿Qué tecnologías identificas como sustanciales en tu forma de crear?

Karin: Los programas y los bancos con los que trabajo, porque no siempre voy a grabar con una orquesta; muchas veces voy a tener que trabajar con los instrumentos musicales electrónicos que yo pueda tener en la computadora, siempre tengo que estar renovando bancos, buscando, porque mucho de este trabajo es tener buena sonoridad. Eso es fundamental, y tener el hardware necesario: una buena máquina, una buena interfase de audio, buenos monitores…

Julio César: Y desde que empezaste a trabajar ¿notas algún cambio tecnológico importante que te haya aliviado o facilitado la carga, o, por el contrario, que te la haya complicado?

Karin: Aparecen instrumentos virtuales que facilitan algunos procesos. Por ejemplo, yo no soy pianista estudiada,  y a veces me ha pasado que necesito generar una pieza dentro de un género que no domino en el piano y hay instrumentos virtuales en los que tú puedes escoger determinadas interpretaciones rítmicas para que tú las alteres desde la armonía y con las que puedas construir tu pieza. A mí, me sirve un montón para muchas cosas, sobretodo cuando no hay presupuesto para grabar a un músico profesional o muchas veces tampoco existe el tiempo.

Otra cosa es que los mismos programas de composición y producción musical (Daws) se van actualizando y simplifican procesos que antes tomaban más tiempo en hacerse. Pero la tecnología también es cara, ¿no? Entonces, claro, tienes que estar como viendo a qué puedes acceder como creador.

“Lo que te da un músico es imposible de emular”

Julio César: ¿Recuerdas tu primer encuentro con la Inteligencia Artificial Generativa?

Karin: Mira, para ser sincera, no he entrado a ver. Al principio dije: "esto es una amenaza", pero por el otro lado también pienso que en realidad, en lo creativo, la humanidad no se puede reemplazar de alguna manera. En ejemplos muy concretos, para explicar un poco a qué me refiero. No es lo mismo para mí hacer, por ejemplo, una banda sonora con puros violines virtuales, con puras cuerdas virtuales, que con unas reales. Se puede hacer de alguna manera, pero lo que te da una orquesta sinfónica real, lo que te da un músico real tocando y frotando la cuerda, es imposible de emular.

Y me pasa muy seguido, de hecho, acabo de tener una situación en la que yo tenía que grabar un violín y no había el tiempo para hacerlo por cuestiones de cronograma. El problema era que el concepto de la banda sonora tenía que ver con la humanidad que ese violín representa en contraposición a la electrónica que lo rodea. Tú escuchas las líneas del violín virtual, y no llega a la emotividad que necesitas del humano. Al final decidí llamar a la violinista aprovechando un retraso en las entregas del material final. Vino y grabamos. El resultado es completamente diferente.

En el 2022 hice un trabajo con una agencia de publicidad mexicana y para un proyecto solo nos pidieron postproducción de sonido, no querían música, porque la iban a generar con IA. Y bueno, llegó la música por IA, y en verdad, era una letra que no era orgánica , que tú y cualquiera se da cuenta que está puesta de manera forzada y hasta cursi. Al año siguiente volvieron a llamarme para trabajar nuevamente la música de otro comercial.

Supongo que eso se va a ir perfeccionando en el futuro cercano, pero lo que yo esperaría es que se convierta en una herramienta facilitadora de procesos que no demandan tanto esfuerzo creativo como por ejemplo las músicas diegéticas que suenan ficticiamente en una historia y que muchas veces te quitan tiempo y energía creativa. Eso podría  ayudar a acelerar procesos que son más mecánicos, que no son tan importantes desde el punto de vista de la narración musical en un proyecto.

Julio César: Entonces entiendo que la usas como una herramienta más de “relleno”

Karin: Yo prefiero generar trabajo mientras pueda, porque en verdad esta es una carrera inestable, y mientras más humanos tenga, mejor. Ya eso es un tema ético personal, de mi filosofía de vida, pero mientras pueda evitármelo y pueda pagarlo, o pueda sustentarlo, prefiero hacerlo así. Tengo curiosidad, no te voy a decir que no, seguramente se va a dar que lo tenga que usar, que es lo más probable, pero hasta ahora no lo he hecho. Y yo creo que la IA debería funcionar como eso, como una herramienta para el creador, más que como que reemplace al creador.

Julio César: La inteligencia artificial generativa utiliza como insumo creaciones de artistas. ¿Te molesta esa situación?

Karin: Esto tiene que ver mucho con la forma como se hace música desde tiempos inmemorables. John Williams se inspiró en Los Planetas de Gustav Holst para crear la banda sonora de La Guerra de Las Galaxias y nadie discute que esta no sea una de las mejores bandas sonoras populares de todos los tiempos. Hans Zimmer hace lo mismo en uno de los temas que compuso para Gladiador, inspirándose en la misma obra (espeficicamente en Marte) ya con razones narrativas, pues Marte era el Dios de la guerra en el Imperio Romano. Muchos compositores de música de cine han recuperado obra de compositores académicos ya sea a manera de homenaje o por razones más concretas. Yo tenía un jefe que me decía, “la rueda ya está inventada”, O sea, solo depende del diseño que tú le des. Creo que las formas no cambian, sino de cómo innovamos en ese proceso.

Julio César: Si te convoca la corporación de dueños de inteligencia artificial generativa y te piden algún consejo, ¿qué les dirías?

Karin: Que no se pierda el concepto de herramienta de ayuda al creador y no que lo reemplace. El creador es un ser humano único. Aaron Copland, uno de los compositores estadounidense más influyentes de su época, decía que la música de un compositor es el reflejo de lo que  ha vivido y es, y que lo que escuchamos de él es su propia escencia como ser humano. Pasa con todas las artes: ver, sentir, percibir emociones a través de ellas nos hace entrar en la visión de ese artista. La IA debería ser una herramienta, en todo caso, para simplificar, para que nos dé tiempo para escribir, pintar o tocar  instrumentos, no para justamente abandonar todo aquello que nos hace ser humanos.

"No siento que eso creado por IA me lleve a otro lugar"

Julio César: Permíteme compartir contigo una pieza musical para que la escuchemos [reproduzco una pieza musical generada por IA a partir de composiciones previas de Karin]

Karin: ¿A quién denuncio? Dime.

Julio César: ¿Qué te provoca escuchar esto?

Karin: Es una pieza mía. Es una pieza, de hecho, que compuse para Django. Parece una versión, pero tiene las mismas melodías. O sea, si tú creas algo nuevo, bacán, pero esto es un cover, por decirlo de alguna manera.

Julio César: Te cuento lo que hemos hecho. Le preguntamos a una IA si conocía tu obra, si conocía tus composiciones. Identificó varias películas y propuso referencias. Usamos un programa, Cyanite, para reconocer patrones y estilos y dijo esto:

“Zielinski compone desde una sensibilidad cinematográfica en la que la música no busca protagonismo melódico, sino funcionar como atmósfera emocional y tensión narrativa. Cada pieza parece construida para acompañar visualmente escenas cargadas de conflicto, suspenso o introspección. Hibridación electroacústica, sus composiciones combinan de forma sutil instrumentos orquestales tradicionales, texturas electrónicas y percusivas. Este lenguaje híbrido permite transitar de lo íntimo a lo épico sin perder unidad estética. Una paleta emocional oscura y ambigua, el mood predominante es oscuro, triste, tenso, pocas resoluciones emocionales claras. En su lugar, trabaja con climas contenidos cargados de ambigüedad afectiva y dinámicas suaves... [sigue leyendo]”

Karin: No concuerdo con todo, pero me parece interesante. Ha sido raro escuchar esa pieza de otra manera. Si la escucho en otro lado, denunciaría derechos de autor, porque está reinterpretado en otro arreglo. Y eso sí creo para mí que es plagio. O sea, si no se cita al compositor, sí creo que hay un problema.

Así es conmigo o con cualquier otro compositor. La IA podrá decir que no, pero mi música es muy melódica en muchos aspectos. Si le quitas las melodías y le pones melodías nuevas, ahí podría entenderte que es una nueva obra. Pero no estoy escuchando yo una nueva obra ahí. Está tal cual la estructura, solo que cambiada.

Tú me has puesto esto y yo siento que es una música de archivo. O sea, no siento que me esté llevando a otro lugar.

Julio César: ¿Crees que los compositores del futuro, que seguramente ya utilizarán la inteligencia artificial, porque hasta habrán sido formados en ese uso, van a adolecer del vuelo creativo de los compositores pre-inteligencia artificial? ¿O piensas que hay un riesgo ahí?

Karin: Yo creo que siempre hay un riesgo. Y el ser humano, cuando le das todo en la boca, desgraciadamente es muy flojo. La humanidad artística, el artista, sea del rubro que sea, tiene una inquietud por expresar, por crear. Y creo que eso no se va a perder por más que tengas ochenta mil herramientas al costado.

Más bien creo que quizás lo que va a pasar es que todo se va a volver plano y repetitivo –como una hamburguesa de comida rápida—, y el que se diferencie va a sobresalir. Es lo que pasa también hoy en día con otras cosas.

"Que los chicos vayan encontrando su discurso"

Julio César: Estos diálogos van dirigidos sobre todo a profesores, a educadores artísticos de la escuela, de los colegios. ¿Qué elemento hay que trabajar en el aula para seguir inspirando, formando gente creativa?

Karin: Que todos encuentren su propia voz. Promover en los chicos la propia visión. Si bien hay que promover la colectividad, el compañerismo, creo que también es importante promover la creatividad individual, y valorarla.

Por ejemplo, mi hija que está en el colegio, ha empezado a pintar. Los dibujos de un niño de tres, cuatro años, están teniendo más forma. Ya tiene una idea para la combinación de los colores, hay una sensibilidad ahí. Veo que le interesa, quiere hojas en blanco, quiere pinturas… Los dibujos que hace no son perfectos, pero si tú le dices, "no, tienes que hacerlo de este color", o "tienes que dibujar la flor así", le vas rompiendo la creatividad. Hay que dejarlo fluir, y poco a poco va a ir encontrando su discurso.

Esto desde todos los puntos de vista. Te hablo del creativo en general. Promover o motivar que cada uno tenga también una voz, y que no tenga ese miedo por expresarla. Eso es fundamental para valorar lo que tenemos como humanidad.

[Entrevista realizada el 15 de mayo de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

¿Se animan a contarnos qué les parece o sugerirnos otras actividades que pongan en práctica?

“La humanidad artística siempre tendrá inquietud por crear” – Entrevista a Karin Zielinski

Autor: Julio César Mateus Publicado: septiembre 2, 2025

Karin Zielinski compone con y contra la tecnología. La valora como facilitadora de procesos, pero señala con claridad sus limitaciones sensibles, de “llevarnos a algún lado”. Desde su estudio en Lima, desarrolla una obra musical que transita entre lo íntimo y lo épico, lo electrónico y lo sinfónico. Compositora de bandas sonoras para cine, teatro y televisión, ha trabajado en diversas películas como Django: sangre de mi sangre, El corazón de la luna, El limpiador, entre otras. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima y luego siguió un Máster en Composición de Música para cine y medios audiovisuales en la Escuela Superior De Música de Catalunya, en Barcelona. Alterna su trabajo creativo con la docencis de composición para cine y música audiovisual. Es una de las pocas compositoras peruanas que ha logrado consolidar una carrera que trasciende nuestras fronteras.

En esta conversación, Zielinski reflexiona sobre su proceso creativo —que incluye investigación, análisis narrativo y una intuición melódica muy afinada— y sobre el lugar que ocupa la tecnología en su trabajo cotidiano. Habla de los bancos de sonidos, las herramientas que simulan instrumentos y los dilemas éticos de usar IA. Aunque aún no ha trabajado directamente con inteligencia artificial generativa, sus experiencias con música “automatizada” en el mundo de la publicidad la han hecho pensar críticamente en los límites, usos y riesgos de esta tecnología.

El momento más incómodo —y revelador— de la entrevista ocurre cuando le mostramos una pieza generada por IA que imita su estilo y reinterpreta una melodía suya. Su reacción es directa: “¿A quién denuncio?” Y aunque reconoce que el análisis algorítmico puede ofrecer pistas útiles sobre su estilo, defiende la necesidad de preservar la humanidad del arte y la responsabilidad del creador.

Julio César: Me interesa saber sobre tu proceso creativo, ¿dónde y cómo empiezas una obra?

Karin: Aquí en mi estudio. Normalmente recibo los proyectos —por ejemplo, una película— y tengo un primer encuentro con el director. Vemos la película, conversamos sobre qué tiene pensado para la música, si es que tiene algo pensado. Muchas veces los directores no lo tienen claro, y esperan que uno los guíe.

Entonces, mi primer encuentro con la obra es entender qué es lo que el director quiere. Porque el trabajo que yo hago no depende exclusivamente de mi creatividad: tengo que adecuarme a la visión artística de otro. Una vez que entiendo qué historia vamos a contar, lo que el director tiene en la cabeza, me voy a mi espacio y empiezo a desgranar narrativamente la película: entender la historia, los personajes, el tema, los sentimientos que hay que remarcar, lo importante. Me pregunto: ¿cómo puede aportar la música a ese proceso narrativo?

Por ejemplo, ahora trabajo en una película que tiene muchas simbologías de la cosmovisión andina. El director es un chamán y el personaje principal atraviesa un viaje espiritual. Para eso tengo que investigar: leer más a fondo sobre cosmovisión andina, instrumentos prehispánicos, con qué sonidos puedo representar a los apus o a los símbolos con los que juega la película. Escarbar desde allí para construir mi gramática musical: cuál va a ser mi “paleta de colores”, por qué propongo ciertas cosas, cómo represento la muerte o un sentimiento específico.

Una vez que tengo eso claro, empiezo a generar ideas musicales. Casi siempre aparece una melodía que siento que me funciona, que me va a llevar a algo, con la que puedo crecer y contar cosas. Y empiezo a insistir sobre ella: sobre qué armonía reposa, hacia dónde la puedo llevar, qué instrumento le queda mejor según la historia y a partir de ahí dejo que fluya.

Julio César: En todo esto que has contado, un proceso de investigación, de iteración… ¿Cómo está la tecnología presente? ¿Qué tecnologías identificas como sustanciales en tu forma de crear?

Karin: Los programas y los bancos con los que trabajo, porque no siempre voy a grabar con una orquesta; muchas veces voy a tener que trabajar con los instrumentos musicales electrónicos que yo pueda tener en la computadora, siempre tengo que estar renovando bancos, buscando, porque mucho de este trabajo es tener buena sonoridad. Eso es fundamental, y tener el hardware necesario: una buena máquina, una buena interfase de audio, buenos monitores…

Julio César: Y desde que empezaste a trabajar ¿notas algún cambio tecnológico importante que te haya aliviado o facilitado la carga, o, por el contrario, que te la haya complicado?

Karin: Aparecen instrumentos virtuales que facilitan algunos procesos. Por ejemplo, yo no soy pianista estudiada,  y a veces me ha pasado que necesito generar una pieza dentro de un género que no domino en el piano y hay instrumentos virtuales en los que tú puedes escoger determinadas interpretaciones rítmicas para que tú las alteres desde la armonía y con las que puedas construir tu pieza. A mí, me sirve un montón para muchas cosas, sobretodo cuando no hay presupuesto para grabar a un músico profesional o muchas veces tampoco existe el tiempo.

Otra cosa es que los mismos programas de composición y producción musical (Daws) se van actualizando y simplifican procesos que antes tomaban más tiempo en hacerse. Pero la tecnología también es cara, ¿no? Entonces, claro, tienes que estar como viendo a qué puedes acceder como creador.

“Lo que te da un músico es imposible de emular”

Julio César: ¿Recuerdas tu primer encuentro con la Inteligencia Artificial Generativa?

Karin: Mira, para ser sincera, no he entrado a ver. Al principio dije: “esto es una amenaza”, pero por el otro lado también pienso que en realidad, en lo creativo, la humanidad no se puede reemplazar de alguna manera. En ejemplos muy concretos, para explicar un poco a qué me refiero. No es lo mismo para mí hacer, por ejemplo, una banda sonora con puros violines virtuales, con puras cuerdas virtuales, que con unas reales. Se puede hacer de alguna manera, pero lo que te da una orquesta sinfónica real, lo que te da un músico real tocando y frotando la cuerda, es imposible de emular.

Y me pasa muy seguido, de hecho, acabo de tener una situación en la que yo tenía que grabar un violín y no había el tiempo para hacerlo por cuestiones de cronograma. El problema era que el concepto de la banda sonora tenía que ver con la humanidad que ese violín representa en contraposición a la electrónica que lo rodea. Tú escuchas las líneas del violín virtual, y no llega a la emotividad que necesitas del humano. Al final decidí llamar a la violinista aprovechando un retraso en las entregas del material final. Vino y grabamos. El resultado es completamente diferente.

En el 2022 hice un trabajo con una agencia de publicidad mexicana y para un proyecto solo nos pidieron postproducción de sonido, no querían música, porque la iban a generar con IA. Y bueno, llegó la música por IA, y en verdad, era una letra que no era orgánica , que tú y cualquiera se da cuenta que está puesta de manera forzada y hasta cursi. Al año siguiente volvieron a llamarme para trabajar nuevamente la música de otro comercial.

Supongo que eso se va a ir perfeccionando en el futuro cercano, pero lo que yo esperaría es que se convierta en una herramienta facilitadora de procesos que no demandan tanto esfuerzo creativo como por ejemplo las músicas diegéticas que suenan ficticiamente en una historia y que muchas veces te quitan tiempo y energía creativa. Eso podría  ayudar a acelerar procesos que son más mecánicos, que no son tan importantes desde el punto de vista de la narración musical en un proyecto.

Julio César: Entonces entiendo que la usas como una herramienta más de “relleno”

Karin: Yo prefiero generar trabajo mientras pueda, porque en verdad esta es una carrera inestable, y mientras más humanos tenga, mejor. Ya eso es un tema ético personal, de mi filosofía de vida, pero mientras pueda evitármelo y pueda pagarlo, o pueda sustentarlo, prefiero hacerlo así. Tengo curiosidad, no te voy a decir que no, seguramente se va a dar que lo tenga que usar, que es lo más probable, pero hasta ahora no lo he hecho. Y yo creo que la IA debería funcionar como eso, como una herramienta para el creador, más que como que reemplace al creador.

Julio César: La inteligencia artificial generativa utiliza como insumo creaciones de artistas. ¿Te molesta esa situación?

Karin: Esto tiene que ver mucho con la forma como se hace música desde tiempos inmemorables. John Williams se inspiró en Los Planetas de Gustav Holst para crear la banda sonora de La Guerra de Las Galaxias y nadie discute que esta no sea una de las mejores bandas sonoras populares de todos los tiempos. Hans Zimmer hace lo mismo en uno de los temas que compuso para Gladiador, inspirándose en la misma obra (espeficicamente en Marte) ya con razones narrativas, pues Marte era el Dios de la guerra en el Imperio Romano. Muchos compositores de música de cine han recuperado obra de compositores académicos ya sea a manera de homenaje o por razones más concretas. Yo tenía un jefe que me decía, “la rueda ya está inventada”, O sea, solo depende del diseño que tú le des. Creo que las formas no cambian, sino de cómo innovamos en ese proceso.

Julio César: Si te convoca la corporación de dueños de inteligencia artificial generativa y te piden algún consejo, ¿qué les dirías?

Karin: Que no se pierda el concepto de herramienta de ayuda al creador y no que lo reemplace. El creador es un ser humano único. Aaron Copland, uno de los compositores estadounidense más influyentes de su época, decía que la música de un compositor es el reflejo de lo que  ha vivido y es, y que lo que escuchamos de él es su propia escencia como ser humano. Pasa con todas las artes: ver, sentir, percibir emociones a través de ellas nos hace entrar en la visión de ese artista. La IA debería ser una herramienta, en todo caso, para simplificar, para que nos dé tiempo para escribir, pintar o tocar  instrumentos, no para justamente abandonar todo aquello que nos hace ser humanos.

“No siento que eso creado por IA me lleve a otro lugar”

Julio César: Permíteme compartir contigo una pieza musical para que la escuchemos [reproduzco una pieza musical generada por IA a partir de composiciones previas de Karin]

Karin: ¿A quién denuncio? Dime.

Julio César: ¿Qué te provoca escuchar esto?

Karin: Es una pieza mía. Es una pieza, de hecho, que compuse para Django. Parece una versión, pero tiene las mismas melodías. O sea, si tú creas algo nuevo, bacán, pero esto es un cover, por decirlo de alguna manera.

Julio César: Te cuento lo que hemos hecho. Le preguntamos a una IA si conocía tu obra, si conocía tus composiciones. Identificó varias películas y propuso referencias. Usamos un programa, Cyanite, para reconocer patrones y estilos y dijo esto:

“Zielinski compone desde una sensibilidad cinematográfica en la que la música no busca protagonismo melódico, sino funcionar como atmósfera emocional y tensión narrativa. Cada pieza parece construida para acompañar visualmente escenas cargadas de conflicto, suspenso o introspección. Hibridación electroacústica, sus composiciones combinan de forma sutil instrumentos orquestales tradicionales, texturas electrónicas y percusivas. Este lenguaje híbrido permite transitar de lo íntimo a lo épico sin perder unidad estética. Una paleta emocional oscura y ambigua, el mood predominante es oscuro, triste, tenso, pocas resoluciones emocionales claras. En su lugar, trabaja con climas contenidos cargados de ambigüedad afectiva y dinámicas suaves… [sigue leyendo]”

Karin: No concuerdo con todo, pero me parece interesante. Ha sido raro escuchar esa pieza de otra manera. Si la escucho en otro lado, denunciaría derechos de autor, porque está reinterpretado en otro arreglo. Y eso sí creo para mí que es plagio. O sea, si no se cita al compositor, sí creo que hay un problema.

Así es conmigo o con cualquier otro compositor. La IA podrá decir que no, pero mi música es muy melódica en muchos aspectos. Si le quitas las melodías y le pones melodías nuevas, ahí podría entenderte que es una nueva obra. Pero no estoy escuchando yo una nueva obra ahí. Está tal cual la estructura, solo que cambiada.

Tú me has puesto esto y yo siento que es una música de archivo. O sea, no siento que me esté llevando a otro lugar.

Julio César: ¿Crees que los compositores del futuro, que seguramente ya utilizarán la inteligencia artificial, porque hasta habrán sido formados en ese uso, van a adolecer del vuelo creativo de los compositores pre-inteligencia artificial? ¿O piensas que hay un riesgo ahí?

Karin: Yo creo que siempre hay un riesgo. Y el ser humano, cuando le das todo en la boca, desgraciadamente es muy flojo. La humanidad artística, el artista, sea del rubro que sea, tiene una inquietud por expresar, por crear. Y creo que eso no se va a perder por más que tengas ochenta mil herramientas al costado.

Más bien creo que quizás lo que va a pasar es que todo se va a volver plano y repetitivo –como una hamburguesa de comida rápida—, y el que se diferencie va a sobresalir. Es lo que pasa también hoy en día con otras cosas.

“Que los chicos vayan encontrando su discurso”

Julio César: Estos diálogos van dirigidos sobre todo a profesores, a educadores artísticos de la escuela, de los colegios. ¿Qué elemento hay que trabajar en el aula para seguir inspirando, formando gente creativa?

Karin: Que todos encuentren su propia voz. Promover en los chicos la propia visión. Si bien hay que promover la colectividad, el compañerismo, creo que también es importante promover la creatividad individual, y valorarla.

Por ejemplo, mi hija que está en el colegio, ha empezado a pintar. Los dibujos de un niño de tres, cuatro años, están teniendo más forma. Ya tiene una idea para la combinación de los colores, hay una sensibilidad ahí. Veo que le interesa, quiere hojas en blanco, quiere pinturas… Los dibujos que hace no son perfectos, pero si tú le dices, “no, tienes que hacerlo de este color”, o “tienes que dibujar la flor así”, le vas rompiendo la creatividad. Hay que dejarlo fluir, y poco a poco va a ir encontrando su discurso.

Esto desde todos los puntos de vista. Te hablo del creativo en general. Promover o motivar que cada uno tenga también una voz, y que no tenga ese miedo por expresarla. Eso es fundamental para valorar lo que tenemos como humanidad.

[Entrevista realizada el 15 de mayo de 2025]

Actividades sugeridas

Cada entrevista nos invita a pensar en ejercicios que podemos aplicar en clase. Como complemento, les ofrecemos una ficha didáctica con dos sugerencias que pueden servir para activar el pensamiento creativo en el aula.

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