“La democracia depende de la educación mediática”: entrevista a José Manuel Pérez Tornero

Para conocer más sobre el sentido de educar mediáticamente buscamos a uno de sus mejores referentes, José Manuel Pérez Tornero. Dirige desde 1994 el Gabinete de de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también es catedrático. Entre otros proyectos, creó y dirigió el área educativa de Televisión Española y, en las últimas décadas, ha forjado una merecida reputación global en este campo. Como consultor de la UNESCO y la Unión Europea, ha producido numerosos informes sobre el estado de la educación en medios, por lo que interesa conocer su balance y opinión.

Estamos en Bellaterra, parte de la comarca catalana del Vallés Occidental a la que se llega fácilmente desde Barcelona en tren. Pérez Tornero está atareado, sale de una reunión y entra a otra. Finalmente, nos recibe sonriente en un sofá de su despacho universitario. Sobre la mesa hay un par de libros recientes, uno escrito por él. Inicia la entrevista con un ejercicio:

¿Has leído las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov? Son:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley; y
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con las leyes anteriores.

Si cambiáramos ‘robot’ por ‘ser humano’, verás que estamos en el umbral de una especie de control total….

No parece alentador...

El problema es que estamos robotizando muchas funciones y creando sistemas que nos gobiernan. Por ejemplo: vas a un banco a pedir un préstamo, antes un funcionario te conversaba y evaluaba, ahora el funcionario le consulta al ordenador. Vas a una frontera y el policía migratorio te dejará o no pasar según lo que le diga su sistema. Quieres hacer una gestión telefónica: siempre hablas con un robot.

¿Cómo explicar en este contexto qué es la educación mediática?

Es un concepto muy amplio. Hay quienes la reducen a las competencias digitales, pero estas son una sinécdoque de la educación en medios. La competencia mediática se logra en una persona como consecuencia de una educación formal, pero también es resultado de una serie de condiciones del entorno. Por ejemplo: ¿tiene el país un consejo audiovisual o algún organismo que fomente este tipo de educación? ¿Tiene una industria y un sistema de medios que favorezca una educación mediática?

¿Un primer desafío es dejar de responsabilizar a la escuela cuando nos refiramos a la educación mediática?

Las competencias mediáticas empiezan a ser competencias cívicas, entonces el componente político es muy importante porque la misma democracia depende de esto. La creatividad económica y la innovación también. La educación mediática debe ser tan dinámica como el paisaje tecnológico y debe introducir necesidades contemporáneas: enfrentarse a una globalización salvaje, al crecimiento del populismo, al auge de las ‘fake news’. La educación mediática tiene que dar respuesta a las nuevas condiciones que crean las redes sociales: a fenómenos como el ciberbullying o las adicciones que crean las tecnologías.

¿Cuál es el estado actual de la implementación de la educación mediática en el mundo?

En general hay muchos avances. Continentes como Europa y América del Norte tienen un gran nivel de desarrollo; en América Latina hay gran tradición de televisión educativa en países como México o Brasil; en Asia y África también está entrando con fuerza el concepto. Pero no hay modelos generalizables: siempre depende del contexto.

¿Es posible ese estado ideal donde los sistemas mediático y educativo trabajen en conjunto para formar de ciudadanos críticos?

¿Es verdad que la medicina solo puede ser hospitalaria? No sólo se hace medicina de curación, también la hay de prevención. Crear un entorno saludable para la alfabetización crítica mediática tiene que ver con muchas cosas: no puedes vivir en un entorno lleno de telebasura y noticias falsas y pretender que la gente sea crítica. Lo holístico no es una condición aspirable, sino de partida. Todo influye en todo. Es sistémico. Entonces, si partimos de esta idea, no puede haber una educación que niegue esa estructura o se centre solo en parte de ella.

¿Cuáles son las principales barreras para desarrollar la educación mediática?

La falta de democracia, que puede traducirse en oligopolios, en la potenciación de la ignorancia y en falta de participación real. Pero la falta de democracia pasa también por la desigualdad, por la brecha que no es solo digital, sino de conocimiento. Si se vence ese obstáculo mayor, luego vendrán otros menores: falta de recursos económicos y materiales en las escuelas, falta de buena formación del profesorado, pero si hay una voluntad de construir una sociedad democrática, todo lo demás se puede cambiar.

La propuesta de la UNESCO por una Alfabetización Mediática e Informacional es una contribución para cumplir con un derecho básico. ¿Cuál es su finalidad política?

Primero, defender los derechos humanos básicos (vinculados a la libertad y a la participación política), que aún se incumplen en muchos lugares; luego, ir a por los derechos de tercera generación, como son el disponer de una capacidad crítica para participar de la esfera pública, saber enfrentarse a las tecnologías y no estar subordinados a un robot son retos importantes y muy actuales. En este sentido, la aspiración es construir, primero, una sociedad cosmopolita y no homogeneizadora, que desarrolle un sentido de la diversidad y de la multiculturalidad nuevo, más poliédrico en su concepción del mundo; pero también una sociedad que trascienda los poderes clásicos del estado que heredamos del siglo XIX y que permita integrarnos en todos los niveles, entre ellos, el educativo: no podemos desarrollarnos como comunidad científica si seguimos bajo el esquema de las fronteras nacionales.

El desarrollo del sentido crítico es una piedra angular de la educación mediática. Pone el acento en el usuario. Pero otros abogan por un modelo más proteccionista y regulador.

Hay una palabra clave que es el equilibrio: sin medios críticos no hay ciudadanía crítica. Tú puedes ser una persona muy crítica e inteligente, pero si no tienes fuentes de información contrastada, lo serás sobre la nada. El equilibrio consiste en un sistema mediático que permita fuentes diversas y contrastadas, y una política (civil, no sólo estatal) de participación. Tú puedes tener el sistema mediático más equilibrado, pero si la gente no tiene la capacidad de informarse y expresarse libremente, nada funciona.

¿Si los ciudadanos adquieren más capacidades mediáticas cambia la oferta de los medios?

No es que los ciudadanos transformen a los medios, es más dialéctico. Sí es verdad que donde hay medios “adocenadores” y que responden a una dictadura, no habrá debate público posible. Hoy las TIC facilitan el debate público, pero no podemos confiar en una estructura donde todos los grandes poderes de internet se localicen en Silicon Valley, eso tiene que equilibrarse, no regularse. Cuando Tim Berners-Lee creó la world wide web, creyó que esto iba a ser colaborativo y transformador, estaba diseñando un plan, pero no es lo que vemos hoy, que hemos pasado de una promesa anárquica a una plataformización (donde 3 o 4 grandes plataformas en el mundo son las que regulan todo y no sabemos qué hacen con nosotros). Este es el gran reto de la educación mediática hoy: ser capaces de sacar a la luz el poder oculto de las grandes plataformas, sus algoritmos, el “internet de las cosas”, los coches sin conductor…

¿Cuándo y cómo empezar con esta alfabetización en la escuela?

Lo antes posible. Si hoy los niños están con una tablet desde los dos años, es indispensable acompañarlos, sin perder de vista a los adultos y los aún mayores y jubilados, porque sin alfabetización mediática pueden perder control de sus vidas. Su tratamiento debe ser transversal y especializado, pues los medios abarcan todas las áreas: ¿cómo vas a estudiar geografía sin dominar el google maps o saber lo que significa la geolocalización? Y sin hacer una división entre TIC y medios masivos, porque no tiene sentido. La información corre por distintas plataformas, así que no es posible “segmentarla” por medios”.

Entrevista realizada por: Julio César Mateus (Foto: web UAB)

“La democracia depende de la educación mediática”: entrevista a José Manuel Pérez Tornero

Autor: Julio César Mateus Publicado: agosto 28, 2017

Para conocer más sobre el sentido de educar mediáticamente buscamos a uno de sus mejores referentes, José Manuel Pérez Tornero. Dirige desde 1994 el Gabinete de de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también es catedrático. Entre otros proyectos, creó y dirigió el área educativa de Televisión Española y, en las últimas décadas, ha forjado una merecida reputación global en este campo. Como consultor de la UNESCO y la Unión Europea, ha producido numerosos informes sobre el estado de la educación en medios, por lo que interesa conocer su balance y opinión.

Estamos en Bellaterra, parte de la comarca catalana del Vallés Occidental a la que se llega fácilmente desde Barcelona en tren. Pérez Tornero está atareado, sale de una reunión y entra a otra. Finalmente, nos recibe sonriente en un sofá de su despacho universitario. Sobre la mesa hay un par de libros recientes, uno escrito por él. Inicia la entrevista con un ejercicio:

¿Has leído las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov? Son:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley; y
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con las leyes anteriores.

Si cambiáramos ‘robot’ por ‘ser humano’, verás que estamos en el umbral de una especie de control total….

No parece alentador…

El problema es que estamos robotizando muchas funciones y creando sistemas que nos gobiernan. Por ejemplo: vas a un banco a pedir un préstamo, antes un funcionario te conversaba y evaluaba, ahora el funcionario le consulta al ordenador. Vas a una frontera y el policía migratorio te dejará o no pasar según lo que le diga su sistema. Quieres hacer una gestión telefónica: siempre hablas con un robot.

¿Cómo explicar en este contexto qué es la educación mediática?

Es un concepto muy amplio. Hay quienes la reducen a las competencias digitales, pero estas son una sinécdoque de la educación en medios. La competencia mediática se logra en una persona como consecuencia de una educación formal, pero también es resultado de una serie de condiciones del entorno. Por ejemplo: ¿tiene el país un consejo audiovisual o algún organismo que fomente este tipo de educación? ¿Tiene una industria y un sistema de medios que favorezca una educación mediática?

¿Un primer desafío es dejar de responsabilizar a la escuela cuando nos refiramos a la educación mediática?

Las competencias mediáticas empiezan a ser competencias cívicas, entonces el componente político es muy importante porque la misma democracia depende de esto. La creatividad económica y la innovación también. La educación mediática debe ser tan dinámica como el paisaje tecnológico y debe introducir necesidades contemporáneas: enfrentarse a una globalización salvaje, al crecimiento del populismo, al auge de las ‘fake news’. La educación mediática tiene que dar respuesta a las nuevas condiciones que crean las redes sociales: a fenómenos como el ciberbullying o las adicciones que crean las tecnologías.

¿Cuál es el estado actual de la implementación de la educación mediática en el mundo?

En general hay muchos avances. Continentes como Europa y América del Norte tienen un gran nivel de desarrollo; en América Latina hay gran tradición de televisión educativa en países como México o Brasil; en Asia y África también está entrando con fuerza el concepto. Pero no hay modelos generalizables: siempre depende del contexto.

¿Es posible ese estado ideal donde los sistemas mediático y educativo trabajen en conjunto para formar de ciudadanos críticos?

¿Es verdad que la medicina solo puede ser hospitalaria? No sólo se hace medicina de curación, también la hay de prevención. Crear un entorno saludable para la alfabetización crítica mediática tiene que ver con muchas cosas: no puedes vivir en un entorno lleno de telebasura y noticias falsas y pretender que la gente sea crítica. Lo holístico no es una condición aspirable, sino de partida. Todo influye en todo. Es sistémico. Entonces, si partimos de esta idea, no puede haber una educación que niegue esa estructura o se centre solo en parte de ella.

¿Cuáles son las principales barreras para desarrollar la educación mediática?

La falta de democracia, que puede traducirse en oligopolios, en la potenciación de la ignorancia y en falta de participación real. Pero la falta de democracia pasa también por la desigualdad, por la brecha que no es solo digital, sino de conocimiento. Si se vence ese obstáculo mayor, luego vendrán otros menores: falta de recursos económicos y materiales en las escuelas, falta de buena formación del profesorado, pero si hay una voluntad de construir una sociedad democrática, todo lo demás se puede cambiar.

La propuesta de la UNESCO por una Alfabetización Mediática e Informacional es una contribución para cumplir con un derecho básico. ¿Cuál es su finalidad política?

Primero, defender los derechos humanos básicos (vinculados a la libertad y a la participación política), que aún se incumplen en muchos lugares; luego, ir a por los derechos de tercera generación, como son el disponer de una capacidad crítica para participar de la esfera pública, saber enfrentarse a las tecnologías y no estar subordinados a un robot son retos importantes y muy actuales. En este sentido, la aspiración es construir, primero, una sociedad cosmopolita y no homogeneizadora, que desarrolle un sentido de la diversidad y de la multiculturalidad nuevo, más poliédrico en su concepción del mundo; pero también una sociedad que trascienda los poderes clásicos del estado que heredamos del siglo XIX y que permita integrarnos en todos los niveles, entre ellos, el educativo: no podemos desarrollarnos como comunidad científica si seguimos bajo el esquema de las fronteras nacionales.

El desarrollo del sentido crítico es una piedra angular de la educación mediática. Pone el acento en el usuario. Pero otros abogan por un modelo más proteccionista y regulador.

Hay una palabra clave que es el equilibrio: sin medios críticos no hay ciudadanía crítica. Tú puedes ser una persona muy crítica e inteligente, pero si no tienes fuentes de información contrastada, lo serás sobre la nada. El equilibrio consiste en un sistema mediático que permita fuentes diversas y contrastadas, y una política (civil, no sólo estatal) de participación. Tú puedes tener el sistema mediático más equilibrado, pero si la gente no tiene la capacidad de informarse y expresarse libremente, nada funciona.

¿Si los ciudadanos adquieren más capacidades mediáticas cambia la oferta de los medios?

No es que los ciudadanos transformen a los medios, es más dialéctico. Sí es verdad que donde hay medios “adocenadores” y que responden a una dictadura, no habrá debate público posible. Hoy las TIC facilitan el debate público, pero no podemos confiar en una estructura donde todos los grandes poderes de internet se localicen en Silicon Valley, eso tiene que equilibrarse, no regularse. Cuando Tim Berners-Lee creó la world wide web, creyó que esto iba a ser colaborativo y transformador, estaba diseñando un plan, pero no es lo que vemos hoy, que hemos pasado de una promesa anárquica a una plataformización (donde 3 o 4 grandes plataformas en el mundo son las que regulan todo y no sabemos qué hacen con nosotros). Este es el gran reto de la educación mediática hoy: ser capaces de sacar a la luz el poder oculto de las grandes plataformas, sus algoritmos, el “internet de las cosas”, los coches sin conductor…

¿Cuándo y cómo empezar con esta alfabetización en la escuela?

Lo antes posible. Si hoy los niños están con una tablet desde los dos años, es indispensable acompañarlos, sin perder de vista a los adultos y los aún mayores y jubilados, porque sin alfabetización mediática pueden perder control de sus vidas. Su tratamiento debe ser transversal y especializado, pues los medios abarcan todas las áreas: ¿cómo vas a estudiar geografía sin dominar el google maps o saber lo que significa la geolocalización? Y sin hacer una división entre TIC y medios masivos, porque no tiene sentido. La información corre por distintas plataformas, así que no es posible “segmentarla” por medios”.

Entrevista realizada por: Julio César Mateus (Foto: web UAB)

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