Volver a las clases presenciales: estrategia principal de la emergencia educativa

No es la primera vez que se declara en emergencia la educación. La última vez que se hizo fue en el año 2004, durante la administración de Alejandro Toledo. Hay que reconocer, sin embargo, que este tipo de declaratorias no llegaron a impactar en la educación por diferentes razones; entre ellas, el querer incorporar en la emergencia todos los aspectos de la politica educativa, anunciarla y no asignar los recursos que implicaban sus costos, discontinuarla por cambio de gobierno o de ministro.

Se olvida que para efectos de lo que se vive emergencia significa llevar a cabo acciones que sirvan para salir de una situación de apuro o peligro; es decir, concreta, centrada en lo más urgente y crítico. En ese propósito, lo planteado en el reciente mensaje por el Presidente Pedro Castillo va en esa línea: la emergencia se declara para frenar los escasos resultados de aprendizaje que tienen los estudiantes en dos años de pandemia, sobre todo de aquellos que pertenecen a los hogares más pobres. 

No lo mencionó, pero será importante definir si la emergencia se focalizará en la educación básica o también incluirá a la educación superior, que tambien ha visto retroceder en varios de sus indicadores de desarrollo.

Respecto de la duración del estado de emergencia se debe tener en cuenta los efectos que la pandemia ha tenido en el 2020 y los que tendrá el 2021. No se han aplicado pruebas diagnóstico en el país que midan el deterioro de los aprendizajes, pero sí en países como el nuestro, que en el 2020 tuvieron sus escuelas cerradas durante todo el año. Los datos indican que aprendieron entre un 20% y 30% de lo que debieron aprender. La pérdida de estas dimensiones durante dos años recomienda la necesidad que la emergencia tenga una vigencia mínima de cinco años; si es posible algo más de tiempo.

En la definición de las acciones que comprendería un programa de emergencia educativa será  importante tomar como referencia lo que enseña la experiencia nacional y comparada: los aprendizajes perdidos difícilmente se recuperan; más bien por lo que hay que optar es por optimizar los tiempos y formas de adquisición de aprendizajes en el futuro.

Lo que implica la emergencia

Enfrentar el retorno a la educación presencial es un proceso complejo por todas las aristas que hay que atender. Entre las principales están las siguientes:

  1. Precisar el perfil de los modelos de instituciones educativas post COVID-19 posibles de implementar con criterio territorial. 

La realidad del pais impondrá la aplicación de diversas estrategias y modelos de retorno a la educacion presencial, adaptables según realidad de cada escuela. Habrán escuelas en donde se acuerde un pleno retorno a la educación presencial, otras en las que un grupo de estudiantes pueda alternar sus estudios en la escuela y en el hogar yendo la mayoría una o dos veces a la semana. Definir esas opciones depende en gran medida de las características de las escuelas: su población matriculada, el número de estudiantes por aula, las caracteristicas de las aulas, las condiciones de saludridad en las escuelas, etntre otras. 

  1. Priorizar los conocimientos y competencias que deben impartirse para optimizar los aprendizajes. Considerar que si la asistencia es uno o dos días a la semana, lo que los estudiantes podrían recibir como clases presenciales es entre cuatro y ocho horas semanales. Por lo tanto, en el caso de los niños de educación primaria, lo que queda para ofrecer como educación remota es entre 22 y 26 horas. Frente a ese panorama, hay que impartir lo que realmente importa en el marco de una jornada escolar realista. Entre las medidas que pueden emprenderse están:
    • Aplicar pruebas diagnóstico y otros instrumentos para conocer el punto de partida en aprendizajes, los estados socio-emocionales y las condiciones para ofrecer y recibir educación híbrida, tanto en las escuelas como en los hogares. 
    • Configurar posibles alternativas de jornada escolar. Asimismo, identificar lo que necesitan los docentes para trabajar en un sistema mixto -presencial y a distancia-. Identificar también los materiales y otros recursos necesarios. 
    • Hacer frente a la situación que muestra que muchos estudiantes llegarán desentrenados, con déficit de aprendizajes, problemas socio-emocionales y baja autoestima, situaciones que los docentes y las escuelas deberán estar preparados para enfrentarlos.
  2. Capacitación y acompañamiento docente altamente efectivos. Hay que revisar las estrategias adoptadas hasta el presente y dirigir los recursos y esfuerzos hacia:
    • Las necesidades de un trabajo más autónomo de las escuelas y los docentes, en especial en las definiciones del qué enseñar. Las decisiones de mayor libertad curricular deben tener en cuenta que para lograr una estrategia de integración curricular y trabajo por proyectos o estudios de caso, se requiere una capacidad de decisión de alrededor del 50% del tiempo curricular. El otro 50% lo fijaría el Ministerio de Educación.
    • El uso más intensivo y pertinente de las tecnologías digitales en las prácticas docentes híbridas. En donde no sea posible, la mejora sustancial de otros recursos utilizados, como la televisión y la radio.
    • Una acción tutorial y apoyo emocional cuando sea necesario e identificar casos que requieren tratamiento mas especializado.. 
  3. Precisar el equipamiento según tipos de escuela. Hay que tipificar las escuelas y en función a ese procedimiento establecer los recursos requeridos para la escuela y lo deseable que exista en los hogares donde viven los estudiantes. Entonces, se requiere definir: 
    • Los módulos de equipamiento, materiales y servicios que deberían existir en las escuelas y en los hogares para el funcionamiento de modelos de educación híbrida; 
    • Las inversiones en adecuación de la infraestructura
  4. Funcionamiento de un Ministerio de Educación y organismos regionales y de Ugel que: 
    • Dejen trabajar a las escuelas; que reduzca el número de normas y de papeleo demandado a las escuelas; que racionalice los sistemas de información evitando la duplicidad de pedidos de informaciones.
    • Aseguren la vacunación total de todos en las IIEE
    • Sea eficiente en la ejecución presupuestal   

Volver a las clases presenciales: estrategia principal de la emergencia educativa

Autor: Hugo Diaz Publicado: septiembre 6, 2021

No es la primera vez que se declara en emergencia la educación. La última vez que se hizo fue en el año 2004, durante la administración de Alejandro Toledo. Hay que reconocer, sin embargo, que este tipo de declaratorias no llegaron a impactar en la educación por diferentes razones; entre ellas, el querer incorporar en la emergencia todos los aspectos de la politica educativa, anunciarla y no asignar los recursos que implicaban sus costos, discontinuarla por cambio de gobierno o de ministro.

Se olvida que para efectos de lo que se vive emergencia significa llevar a cabo acciones que sirvan para salir de una situación de apuro o peligro; es decir, concreta, centrada en lo más urgente y crítico. En ese propósito, lo planteado en el reciente mensaje por el Presidente Pedro Castillo va en esa línea: la emergencia se declara para frenar los escasos resultados de aprendizaje que tienen los estudiantes en dos años de pandemia, sobre todo de aquellos que pertenecen a los hogares más pobres. 

No lo mencionó, pero será importante definir si la emergencia se focalizará en la educación básica o también incluirá a la educación superior, que tambien ha visto retroceder en varios de sus indicadores de desarrollo.

Respecto de la duración del estado de emergencia se debe tener en cuenta los efectos que la pandemia ha tenido en el 2020 y los que tendrá el 2021. No se han aplicado pruebas diagnóstico en el país que midan el deterioro de los aprendizajes, pero sí en países como el nuestro, que en el 2020 tuvieron sus escuelas cerradas durante todo el año. Los datos indican que aprendieron entre un 20% y 30% de lo que debieron aprender. La pérdida de estas dimensiones durante dos años recomienda la necesidad que la emergencia tenga una vigencia mínima de cinco años; si es posible algo más de tiempo.

En la definición de las acciones que comprendería un programa de emergencia educativa será  importante tomar como referencia lo que enseña la experiencia nacional y comparada: los aprendizajes perdidos difícilmente se recuperan; más bien por lo que hay que optar es por optimizar los tiempos y formas de adquisición de aprendizajes en el futuro.

Lo que implica la emergencia

Enfrentar el retorno a la educación presencial es un proceso complejo por todas las aristas que hay que atender. Entre las principales están las siguientes:

  1. Precisar el perfil de los modelos de instituciones educativas post COVID-19 posibles de implementar con criterio territorial. 

La realidad del pais impondrá la aplicación de diversas estrategias y modelos de retorno a la educacion presencial, adaptables según realidad de cada escuela. Habrán escuelas en donde se acuerde un pleno retorno a la educación presencial, otras en las que un grupo de estudiantes pueda alternar sus estudios en la escuela y en el hogar yendo la mayoría una o dos veces a la semana. Definir esas opciones depende en gran medida de las características de las escuelas: su población matriculada, el número de estudiantes por aula, las caracteristicas de las aulas, las condiciones de saludridad en las escuelas, etntre otras. 

  1. Priorizar los conocimientos y competencias que deben impartirse para optimizar los aprendizajes. Considerar que si la asistencia es uno o dos días a la semana, lo que los estudiantes podrían recibir como clases presenciales es entre cuatro y ocho horas semanales. Por lo tanto, en el caso de los niños de educación primaria, lo que queda para ofrecer como educación remota es entre 22 y 26 horas. Frente a ese panorama, hay que impartir lo que realmente importa en el marco de una jornada escolar realista. Entre las medidas que pueden emprenderse están:
    • Aplicar pruebas diagnóstico y otros instrumentos para conocer el punto de partida en aprendizajes, los estados socio-emocionales y las condiciones para ofrecer y recibir educación híbrida, tanto en las escuelas como en los hogares. 
    • Configurar posibles alternativas de jornada escolar. Asimismo, identificar lo que necesitan los docentes para trabajar en un sistema mixto -presencial y a distancia-. Identificar también los materiales y otros recursos necesarios. 
    • Hacer frente a la situación que muestra que muchos estudiantes llegarán desentrenados, con déficit de aprendizajes, problemas socio-emocionales y baja autoestima, situaciones que los docentes y las escuelas deberán estar preparados para enfrentarlos.
  2. Capacitación y acompañamiento docente altamente efectivos. Hay que revisar las estrategias adoptadas hasta el presente y dirigir los recursos y esfuerzos hacia:
    • Las necesidades de un trabajo más autónomo de las escuelas y los docentes, en especial en las definiciones del qué enseñar. Las decisiones de mayor libertad curricular deben tener en cuenta que para lograr una estrategia de integración curricular y trabajo por proyectos o estudios de caso, se requiere una capacidad de decisión de alrededor del 50% del tiempo curricular. El otro 50% lo fijaría el Ministerio de Educación.
    • El uso más intensivo y pertinente de las tecnologías digitales en las prácticas docentes híbridas. En donde no sea posible, la mejora sustancial de otros recursos utilizados, como la televisión y la radio.
    • Una acción tutorial y apoyo emocional cuando sea necesario e identificar casos que requieren tratamiento mas especializado.. 
  3. Precisar el equipamiento según tipos de escuela. Hay que tipificar las escuelas y en función a ese procedimiento establecer los recursos requeridos para la escuela y lo deseable que exista en los hogares donde viven los estudiantes. Entonces, se requiere definir: 
    • Los módulos de equipamiento, materiales y servicios que deberían existir en las escuelas y en los hogares para el funcionamiento de modelos de educación híbrida; 
    • Las inversiones en adecuación de la infraestructura
  4. Funcionamiento de un Ministerio de Educación y organismos regionales y de Ugel que: 
    • Dejen trabajar a las escuelas; que reduzca el número de normas y de papeleo demandado a las escuelas; que racionalice los sistemas de información evitando la duplicidad de pedidos de informaciones.
    • Aseguren la vacunación total de todos en las IIEE
    • Sea eficiente en la ejecución presupuestal   

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