El proximo 28 se espera que tengamos un nuevo o nueva gobernante en el país. La definición del proceso está tardando por lo disputado de la elección pero es un momento en el que deben decidirse asuntos muy importantes para el destino del país.
Lo que hubo hasta ahora son unas propuestas de planes de gobierno y unos ofrecimientos de los candidatos durante la campaña. Ciertamente que el contenido de los planes y los ofrecimientos aparecen como buenas intenciones de mejora de la situación y otras como partes de una estrategia para atraer más adherentes a la campaña.
Sin embargo, decidida la elección, habrá que empezar a definir planes más realistas de lo que realmente es posible o no hacer. Para ello, las comisiones de transferencia deberán recoger toda la información que les permita afinar los planes inicialmente formulados. Una de esas informaciones concierne a las tendencias de las principales variables sectoriales. En educación, por ejemplo, será importante saber cual sería la tendencia de crecimiento de la matrícula por niveles y modalidades y que requerimientos implica atenderlos. Hay de determinar cuántos docentes serían necesarios, cuántas secciones hay que crear, si se necesita nueva infraestructura, entre otros.
Pero también la matrícula está condicionada, desde los años recientes por factores migratorios que han cambiado las tendencias de la oferta pública que se registraba negativa. Con la migración venezolana y la de estudiantes de la escuela privada a la pública ello se ha revertido y la matrícula estatal ha retomado su crecimiento, mientras la matrícula privada ha registrado un crecimiento negativo especialmente en el año 2020. ¿Cuánto le costará al Estado atender esos flujos de migrantes a la escuela pública?
El otro factor que condicionará los requerimientos de atención de la matricula es la pandemia. Obliga a que las clases no sean tan grandes: un promedio de 15 estudiantes por sección. Habrá que determinar, en cada caso, si son necesarios más profesores.
Los candidatos han ofrecido igualmente aumento de remuneraciones a los docentes. Habrá que costear que significa ello y gasta cuánto puede aguantar la caja fiscal. Solo a título ilustrativo diremos que si las plazas son 350 mil, por cada 100 soles de aumento hay necesidad de incrementar el presupuesto en 420 millones.
También se ha ofrecido ingreso libre a las universidades. Solo hay que recordar que cada plaza de estudiantes en la universidad tiene un costo promedio de 11 mil soles.
Demás está decir que la implementación de un sistema híbrido en el sistema educativo demandará costos en tecnología, conectividad, capacitación, diseño y difusión de materiales de aprendizaje, monitoreo, entre otros. Hay que recordar que las inversiones en sistemas de esta naturaleza son inicialmente fuertes. A ello hay que añadir los gastos en adecuación de la infraestructura para asegurar condiciones de educabilidad y de seguridad sanitaria.
Podemos seguir recordando lo que se necesita y lo que se ha ofrecido. Pero el momento actual es el de la verdad: que se puede hacer con un techo presupuestario que tendrá sus límites y que desde el punto de vista del presupuesto público tiene una prioridad: la salud.
Esperemos a ver que nos ofrecen los representantes de la nueva administración de gobierno, Eficiencia, honestidad, saber gastar en lo que realmente se necesita, son parte de las condiciones necesarias para llevar adelante buenas políticas educativas.
El proximo 28 se espera que tengamos un nuevo o nueva gobernante en el país. La definición del proceso está tardando por lo disputado de la elección pero es un momento en el que deben decidirse asuntos muy importantes para el destino del país.
Lo que hubo hasta ahora son unas propuestas de planes de gobierno y unos ofrecimientos de los candidatos durante la campaña. Ciertamente que el contenido de los planes y los ofrecimientos aparecen como buenas intenciones de mejora de la situación y otras como partes de una estrategia para atraer más adherentes a la campaña.
Sin embargo, decidida la elección, habrá que empezar a definir planes más realistas de lo que realmente es posible o no hacer. Para ello, las comisiones de transferencia deberán recoger toda la información que les permita afinar los planes inicialmente formulados. Una de esas informaciones concierne a las tendencias de las principales variables sectoriales. En educación, por ejemplo, será importante saber cual sería la tendencia de crecimiento de la matrícula por niveles y modalidades y que requerimientos implica atenderlos. Hay de determinar cuántos docentes serían necesarios, cuántas secciones hay que crear, si se necesita nueva infraestructura, entre otros.
Pero también la matrícula está condicionada, desde los años recientes por factores migratorios que han cambiado las tendencias de la oferta pública que se registraba negativa. Con la migración venezolana y la de estudiantes de la escuela privada a la pública ello se ha revertido y la matrícula estatal ha retomado su crecimiento, mientras la matrícula privada ha registrado un crecimiento negativo especialmente en el año 2020. ¿Cuánto le costará al Estado atender esos flujos de migrantes a la escuela pública?
El otro factor que condicionará los requerimientos de atención de la matricula es la pandemia. Obliga a que las clases no sean tan grandes: un promedio de 15 estudiantes por sección. Habrá que determinar, en cada caso, si son necesarios más profesores.
Los candidatos han ofrecido igualmente aumento de remuneraciones a los docentes. Habrá que costear que significa ello y gasta cuánto puede aguantar la caja fiscal. Solo a título ilustrativo diremos que si las plazas son 350 mil, por cada 100 soles de aumento hay necesidad de incrementar el presupuesto en 420 millones.
También se ha ofrecido ingreso libre a las universidades. Solo hay que recordar que cada plaza de estudiantes en la universidad tiene un costo promedio de 11 mil soles.
Demás está decir que la implementación de un sistema híbrido en el sistema educativo demandará costos en tecnología, conectividad, capacitación, diseño y difusión de materiales de aprendizaje, monitoreo, entre otros. Hay que recordar que las inversiones en sistemas de esta naturaleza son inicialmente fuertes. A ello hay que añadir los gastos en adecuación de la infraestructura para asegurar condiciones de educabilidad y de seguridad sanitaria.
Podemos seguir recordando lo que se necesita y lo que se ha ofrecido. Pero el momento actual es el de la verdad: que se puede hacer con un techo presupuestario que tendrá sus límites y que desde el punto de vista del presupuesto público tiene una prioridad: la salud.
Esperemos a ver que nos ofrecen los representantes de la nueva administración de gobierno, Eficiencia, honestidad, saber gastar en lo que realmente se necesita, son parte de las condiciones necesarias para llevar adelante buenas políticas educativas.
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