Los jóvenes y la información de los medios de comunicación

USAID, IREX y CEDRO en el marco del Proyecto CREDIBLE, han realizado  un estudio cuyo objetivo es conocer como opera el sistema de la información de los medios de comunicación y cómo los jóvenes interactúan con este. Se buscó conocer los tipos de fuentes, mecanismos y medios de generación y difusión de la información mediática, caracterizar los hábitos de consumo de información de los jóvenes, determinar el impacto sobre sus actitudes y conductas e identificar sus necesidades informativas.

Para el estudio se aplicaron 800 encuestas a jóvenes y se organizaron grupos focales con 98 jóvenes y 18 influenciadores que producen contenido para este grupo poblacional. Se recogió información en Lima, Ica, Trujillo, Cusco, Arequipa, Pucallpa y Tarapoto.

Por su importancia, sería recomendable que las autoridades educativas, gestores  de medios de información y productores de las mismas analicen las conclusiones y recomendaciones de esta importante contribución. Otros países vienen tomando muy en cuenta los riesgos y daños que producen informaciones falsas las que crecen de manera preocupante. En el sistema educativo sería deseable que los docentes de todos los niveles de educación sean capacitados en educación mediática, que se produzcan materiales y se recomienden metodologías que capaciten a los estudiantes a descubrir cuando una información es falsa, que en los programas de estudio que se implementan en las instituciones educativas se destine un tiempo a trabajar temas de educación mediática.

Problemática destacada por el estudio

  1. Medios tradicionales y revistas de información. Prácticamente la totalidad de los jóvenes encuestados considera que la información que se difunde es de poco valor y capaz de ser manipulada. Los medios de difusión abusan del sensacionalismo, exageración y uso malicioso. De los diarios, apenas el 5% confía mucho en ellos mientras un 43% no confía nada. La desconfianza sobre las revistas aumenta al 56%.
  2. Para los jóvenes, en medio de la información manipulada están los intereses particulares de algún sector político o económico, la reducida confiabilidad de la prensa, la ingenuidad de la gente... El pequeño porcentaje de jóvenes que confían en diarios y otros medios tradicionales coincide con el bajo porcentaje de los que usan esos medios. Siendo una percepción que tiene una tendencia creciente, para los medos de información debería ser una cuestión de sobrevivencia en el futuro, en especial para los medios tradicionales.
  3. Información en Internet y redes sociales. Solo uno de cada cinco jóvenes confía mucho en lo que circula en Internet y uno de cada diez en lo que se difunde en las redes sociales. Para aprender algo nuevo, siete de cada diez jóvenes recurren al Google, Bing, etc., mientras que uno de cada diez visita las redes sociales.La confianza en los motores de búsqueda la atribuyen al tiempo que invierten al buscar información de múltiples fuentes para verificar su veracidad. Sobre la Inteligencia Artificial, 45% considera poseer un conocimiento. Los varones auto-reportan un conocimiento ligeramente mayor que las mujeres.
  4. Tiempo dedicado por jóvenes del área urbana a la búsqueda de información. Prefieren los digitales: casi ocho de cada diez visita diariamente las redes sociales. Aunque todavía acceden a medios tradicionales como la radio, televisión y periódicos lo hacen cada vez menos. Como promedio, los encuestados pasan cuatro horas diarias en redes sociales y otras cuatro en Internet buscando información. No existe mucha diferencia entre el nivel o frecuencia de acceso según ubicación geográfica, género, nivel de educación u otro factor demográfico.
  5. Bajo interés por temas políticos yla política internacional. Sobre todo entre los mayores de veinticinco años principalmente al considerarlo un campo en donde la manipulación es mayor. Los menores prefieren el TikTok, los jóvenes de más edad el Facebook y los de edad intermedia el Instagram.
  6. Capacidades para identificar información falsa. Casi las dos terceras partes -más las mujeres- reconocen dificultades para evaluar la veracidad de la información. A medida que se avanza en edad aumenta la confianza de identificar información no confiable: de 37% entre los menores de diecinueve años a 60% en los de más de veintiséis años. Si bien la mitad de los encuestados, especialmente varones y de mayor edad, afirman que tienen la capacidad de discernir información confiable, hay otro grupo  que percibe que no es una situación generalizada.
  7. Difusión de información falsa. Tres de cada diez jóvenes indicaron que alguna vez difundieron información que resultó ser falsa o manipulada. Esta conducta es mayor en los varones que en las mujeres, sin diferencias según edad. Seis de cada diez señalan que no conocían que la información era falsa. Uno de cada ocho reconoció el deseo de compartirla aun sabiendo que no era verdad. Un tercio ha enseñado a alguien alguna vez cómo identificar si la información es falsa o manipulada.
  8. Mecanismos para determinar la veracidad de las informaciones. 45% de los encuestados dicen que intentan mejorar sus hábitos de consumo de información, en tanto 36% tratan de generar y compartir información confiable y 26% busca identificar información no confiable. Si bien no son pocos los que declaran tener una idea de las herramientas básicas para evitar estar mal informados, falta mayor concientización sobre cómo navegar en el entorno informativo. El 55% puede reconocer información confiable de un medio de comunicación cuando viene una fuente reconocida, 45% cuando presenta evidencias suficientes y 21% cuando verifican la misma información en otros medios. Esas son buenas prácticas para identificar información de calidad.
  9. Propuestas de los jóvenes frente a la información manipulada. Que los programas de formación en los niveles del sistema educativo desarrollen el pensamiento crítico y capacidades para el manejo de herramientas de gestión de la información. Un tercio sugiere que la calidad de los medios de información debería mejorar y ampliar la oferta de información relevante para los jóvenes. Uno de cada cuatro jóvenes recomienda reclutar o entrenar periodistas de mejor calidad. Esperarían que una mayor oferta de contenido para ellos proceda especialmente de redes sociales.
  10. Responsabilidades.
    1. Los jóvenes aceptan su responsabilidad para enfrentar la manipulación de la información y su propagación en un aprendizaje que actualmente se da en ambientes naturales y no mediante procesos educativos. En esta línea de responsabilidad, el 31% indicó alguna vez haber difundido información que resultó ser falsa o manipulada y el 34% dice que ha ayudado a otros a identificar información manipulada.
    1. Casi la mitad de los jóvenes demanda mayor responsabilidad a los medios de información para mejorar la calidad de la información. Un tercio piensa que el Gobierno debe proponer soluciones(adecuaciones jurídicas, mayor fiscalización o creación de una entidad supervisora). Para uno de cada cinco jóvenes esa responsabilidad también pasa por ellos. Deben cambiar sus hábitos de consumo -en temas, medios, momentos, valoración de contenidos- con una actitud crítica, corroborando y difundiendo información veraz y denunciando aquella falsa.
  11. Reacciones de los influenciadores locales. Indican que se preocupan por adecuar sus contenidos a las necesidades de los jóvenes buscando que sean breves, directos, con un lenguaje coloquial y cotidiano, que capten la atención y los acerquen a su público objetivo. Afirman estar menos involucrados en la falta de credibilidad de la información pues dicen no tener intereses económicos o políticos. Sostienen que pueden promover acciones para mejorar la calidad de la información actuando directamente con sus seguidores.

Recomendaciones del estudio

  1. Generar un movimiento orientado a mejorar la calidad de información y promover un entorno de información saludable. Para ello, incorporar a instituciones promotoras de la libertad de expresión, los derechos ciudadanos, los que trabajan con niños y jóvenes, líderes de opinión, funcionarios públicos, generadores y consumidores de información, organizaciones juveniles, etc.
  2. Realizar campañas de comunicación y sensibilización de la comunidad sobre las ventajas del uso adecuado de la información y los riesgos y daños generados por el uso inapropiado. Utilizar plataformas en radio y televisión, pero especialmente medios virtuales.
  3. Presentar la problemática relacionada con la información mediática no confiable ante los medios de comunicación; proponerles su incorporación a un sistema de educación mediática resaltando las ventajas en términos de reputación, fortalecimiento de sus modelos de negocios, etc.
  4. Incentivar a empresas de comunicaciones e influenciadores para que utilicen y promuevan estándares de calidad, de ética, de buenas prácticas y mecanismos de autorregulación para la gestión de información.
  5. Propiciar desde el sector educación, y sumando a instituciones que trabajan con juventudes, una plataforma de educación mediática en todos los niveles y que también beneficie a la comunidad educativa urbana y sobre todo rural, que está más expuesta a mayores niveles de manipulación de la información y menor acceso a variedad de medios. Mejorar su consumo de medios entre hombres y mujeres, pero especialmente con ellas.
  6. Difundir, monitorear e incidir en el marco jurídico relacionado con la gestión de medios de información tradicionales y digitales.
  7. Incluir indicadores de logro en el monitoreo de las políticas, programas y proyectos vinculados con la educación mediática asegurando que los avances puedan demostrarse a través de evidencias.
  8. Trabajar con jóvenes actividades para fortalecer sus capacidades de producción y uso adecuado de contenidos y para que asuman un rol en la identificación de noticias distorsionadas o no confiables

Para consultar información detallada del estudio puede ir al siguiente link:
 https://www.irex.org/files/estudio-jovenes-peru.pdf

Los jóvenes y la información de los medios de comunicación

Autor: Hugo Diaz Publicado: septiembre 13, 2024

USAID, IREX y CEDRO en el marco del Proyecto CREDIBLE, han realizado  un estudio cuyo objetivo es conocer como opera el sistema de la información de los medios de comunicación y cómo los jóvenes interactúan con este. Se buscó conocer los tipos de fuentes, mecanismos y medios de generación y difusión de la información mediática, caracterizar los hábitos de consumo de información de los jóvenes, determinar el impacto sobre sus actitudes y conductas e identificar sus necesidades informativas.

Para el estudio se aplicaron 800 encuestas a jóvenes y se organizaron grupos focales con 98 jóvenes y 18 influenciadores que producen contenido para este grupo poblacional. Se recogió información en Lima, Ica, Trujillo, Cusco, Arequipa, Pucallpa y Tarapoto.

Por su importancia, sería recomendable que las autoridades educativas, gestores  de medios de información y productores de las mismas analicen las conclusiones y recomendaciones de esta importante contribución. Otros países vienen tomando muy en cuenta los riesgos y daños que producen informaciones falsas las que crecen de manera preocupante. En el sistema educativo sería deseable que los docentes de todos los niveles de educación sean capacitados en educación mediática, que se produzcan materiales y se recomienden metodologías que capaciten a los estudiantes a descubrir cuando una información es falsa, que en los programas de estudio que se implementan en las instituciones educativas se destine un tiempo a trabajar temas de educación mediática.

Problemática destacada por el estudio

  1. Medios tradicionales y revistas de información. Prácticamente la totalidad de los jóvenes encuestados considera que la información que se difunde es de poco valor y capaz de ser manipulada. Los medios de difusión abusan del sensacionalismo, exageración y uso malicioso. De los diarios, apenas el 5% confía mucho en ellos mientras un 43% no confía nada. La desconfianza sobre las revistas aumenta al 56%.
  2. Para los jóvenes, en medio de la información manipulada están los intereses particulares de algún sector político o económico, la reducida confiabilidad de la prensa, la ingenuidad de la gente… El pequeño porcentaje de jóvenes que confían en diarios y otros medios tradicionales coincide con el bajo porcentaje de los que usan esos medios. Siendo una percepción que tiene una tendencia creciente, para los medos de información debería ser una cuestión de sobrevivencia en el futuro, en especial para los medios tradicionales.
  3. Información en Internet y redes sociales. Solo uno de cada cinco jóvenes confía mucho en lo que circula en Internet y uno de cada diez en lo que se difunde en las redes sociales. Para aprender algo nuevo, siete de cada diez jóvenes recurren al Google, Bing, etc., mientras que uno de cada diez visita las redes sociales.La confianza en los motores de búsqueda la atribuyen al tiempo que invierten al buscar información de múltiples fuentes para verificar su veracidad. Sobre la Inteligencia Artificial, 45% considera poseer un conocimiento. Los varones auto-reportan un conocimiento ligeramente mayor que las mujeres.
  4. Tiempo dedicado por jóvenes del área urbana a la búsqueda de información. Prefieren los digitales: casi ocho de cada diez visita diariamente las redes sociales. Aunque todavía acceden a medios tradicionales como la radio, televisión y periódicos lo hacen cada vez menos. Como promedio, los encuestados pasan cuatro horas diarias en redes sociales y otras cuatro en Internet buscando información. No existe mucha diferencia entre el nivel o frecuencia de acceso según ubicación geográfica, género, nivel de educación u otro factor demográfico.
  5. Bajo interés por temas políticos yla política internacional. Sobre todo entre los mayores de veinticinco años principalmente al considerarlo un campo en donde la manipulación es mayor. Los menores prefieren el TikTok, los jóvenes de más edad el Facebook y los de edad intermedia el Instagram.
  6. Capacidades para identificar información falsa. Casi las dos terceras partes -más las mujeres- reconocen dificultades para evaluar la veracidad de la información. A medida que se avanza en edad aumenta la confianza de identificar información no confiable: de 37% entre los menores de diecinueve años a 60% en los de más de veintiséis años. Si bien la mitad de los encuestados, especialmente varones y de mayor edad, afirman que tienen la capacidad de discernir información confiable, hay otro grupo  que percibe que no es una situación generalizada.
  7. Difusión de información falsa. Tres de cada diez jóvenes indicaron que alguna vez difundieron información que resultó ser falsa o manipulada. Esta conducta es mayor en los varones que en las mujeres, sin diferencias según edad. Seis de cada diez señalan que no conocían que la información era falsa. Uno de cada ocho reconoció el deseo de compartirla aun sabiendo que no era verdad. Un tercio ha enseñado a alguien alguna vez cómo identificar si la información es falsa o manipulada.
  8. Mecanismos para determinar la veracidad de las informaciones. 45% de los encuestados dicen que intentan mejorar sus hábitos de consumo de información, en tanto 36% tratan de generar y compartir información confiable y 26% busca identificar información no confiable. Si bien no son pocos los que declaran tener una idea de las herramientas básicas para evitar estar mal informados, falta mayor concientización sobre cómo navegar en el entorno informativo. El 55% puede reconocer información confiable de un medio de comunicación cuando viene una fuente reconocida, 45% cuando presenta evidencias suficientes y 21% cuando verifican la misma información en otros medios. Esas son buenas prácticas para identificar información de calidad.
  9. Propuestas de los jóvenes frente a la información manipulada. Que los programas de formación en los niveles del sistema educativo desarrollen el pensamiento crítico y capacidades para el manejo de herramientas de gestión de la información. Un tercio sugiere que la calidad de los medios de información debería mejorar y ampliar la oferta de información relevante para los jóvenes. Uno de cada cuatro jóvenes recomienda reclutar o entrenar periodistas de mejor calidad. Esperarían que una mayor oferta de contenido para ellos proceda especialmente de redes sociales.
  10. Responsabilidades.
    1. Los jóvenes aceptan su responsabilidad para enfrentar la manipulación de la información y su propagación en un aprendizaje que actualmente se da en ambientes naturales y no mediante procesos educativos. En esta línea de responsabilidad, el 31% indicó alguna vez haber difundido información que resultó ser falsa o manipulada y el 34% dice que ha ayudado a otros a identificar información manipulada.
    1. Casi la mitad de los jóvenes demanda mayor responsabilidad a los medios de información para mejorar la calidad de la información. Un tercio piensa que el Gobierno debe proponer soluciones(adecuaciones jurídicas, mayor fiscalización o creación de una entidad supervisora). Para uno de cada cinco jóvenes esa responsabilidad también pasa por ellos. Deben cambiar sus hábitos de consumo -en temas, medios, momentos, valoración de contenidos- con una actitud crítica, corroborando y difundiendo información veraz y denunciando aquella falsa.
  11. Reacciones de los influenciadores locales. Indican que se preocupan por adecuar sus contenidos a las necesidades de los jóvenes buscando que sean breves, directos, con un lenguaje coloquial y cotidiano, que capten la atención y los acerquen a su público objetivo. Afirman estar menos involucrados en la falta de credibilidad de la información pues dicen no tener intereses económicos o políticos. Sostienen que pueden promover acciones para mejorar la calidad de la información actuando directamente con sus seguidores.

Recomendaciones del estudio

  1. Generar un movimiento orientado a mejorar la calidad de información y promover un entorno de información saludable. Para ello, incorporar a instituciones promotoras de la libertad de expresión, los derechos ciudadanos, los que trabajan con niños y jóvenes, líderes de opinión, funcionarios públicos, generadores y consumidores de información, organizaciones juveniles, etc.
  2. Realizar campañas de comunicación y sensibilización de la comunidad sobre las ventajas del uso adecuado de la información y los riesgos y daños generados por el uso inapropiado. Utilizar plataformas en radio y televisión, pero especialmente medios virtuales.
  3. Presentar la problemática relacionada con la información mediática no confiable ante los medios de comunicación; proponerles su incorporación a un sistema de educación mediática resaltando las ventajas en términos de reputación, fortalecimiento de sus modelos de negocios, etc.
  4. Incentivar a empresas de comunicaciones e influenciadores para que utilicen y promuevan estándares de calidad, de ética, de buenas prácticas y mecanismos de autorregulación para la gestión de información.
  5. Propiciar desde el sector educación, y sumando a instituciones que trabajan con juventudes, una plataforma de educación mediática en todos los niveles y que también beneficie a la comunidad educativa urbana y sobre todo rural, que está más expuesta a mayores niveles de manipulación de la información y menor acceso a variedad de medios. Mejorar su consumo de medios entre hombres y mujeres, pero especialmente con ellas.
  6. Difundir, monitorear e incidir en el marco jurídico relacionado con la gestión de medios de información tradicionales y digitales.
  7. Incluir indicadores de logro en el monitoreo de las políticas, programas y proyectos vinculados con la educación mediática asegurando que los avances puedan demostrarse a través de evidencias.
  8. Trabajar con jóvenes actividades para fortalecer sus capacidades de producción y uso adecuado de contenidos y para que asuman un rol en la identificación de noticias distorsionadas o no confiables

Para consultar información detallada del estudio puede ir al siguiente link:
 https://www.irex.org/files/estudio-jovenes-peru.pdf

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