Como es de conocimiento público, el Ministerio de Educación ha decidido que este año escolar se ejecute utilizando casi exclusivamente la educación a distancia. Solo en la eventualidad que pueda hacerse presencialmente, tendría que ser progresivamente y adoptando medidas como son escuelas fumigadas, utensilios de higiene disponibles, disminución del número de alumnos por clase y el número de alumnos que asisten a la escuela cada día, entre otras medidas.
Dependiendo de las condiciones existentes en los hogares, los docentes y estudiantes de escuelas públicas eligen los programas que se emiten a través de la radio y la televisión o, si tienen las condiciones en sus hogares, lo hacen utilizando las tecnologías digitales. Cabe indicar que las primeras experiencias de emisión de estos programas comienzan a mostrar algunas de las fortalezas y limitaciones de cada uno. La ventaja de la radio y televisión es que pueden llegar a gran parte de los rincones del país, pero su limitación está en la dificultad del docente y del estudiante de comunicarse y monitorear el proceso aprendizaje. En cambio, los programas que usan las tecnologías digitales tienen como ventaja que se facilita la comunicación y retroalimentación entre el profesor y sus estudiantes, además que hace posible el trabajo en grupo y la organización del tiempo de aprendizaje de acuerdo con la disponibilidad y condiciones del hogar del estudiante. La desventaja es que llegan a un porcentaje reducido de población escolar pues en sus hogares se carece de los recursos tecnológicos para aprovechar las tecnologías digitales.
Si se quiere que la radio y a televisión tengan mayor efectividad en los procesos de aprendizaje habría que mejorar su diseño; en especial, en cuanto a los mensajes que hagan comprender al estudiante cuál es el objetivo de la sesión de clase y que se quiere como aprendizaje. Es cierto que los programas que usan los recursos digitales también requieren mejorar, pero las posibilidades de lograr mejores resultados en el aprendizaje aumentan.
Esa razón, y la preocupación de que sin buenos programas a distancia podría producirse un aumento de las desigualdades entre la educación que reciben familias de mayor y menor ingreso, han llevado al gobierno a comunicar la adquisición de 840 mil tabletas para estudiantes y casi 100 mil para docentes de escuelas del área rural y de ámbitos urbanos donde reside población de los estratos 1 y 2 del ingreso -los más bajos-. De acuerdo con lo expresado por el Ministro de Educación, las tabletas estarían disponibles en el mes de junio, aunque no ha precisado si ellas ya estarían en poder de los estudiantes o estarían llegando al país. Si bien se puede acelerar el trámite de las licitaciones, hay que estar consciente que son procedimientos que toman su tiempo.
A la tarea del Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía de establecer a quienes llegarán las tabletas, se suman otras tareas no menos importantes y complejas. En primer lugar, es indispensable que con las familias se firmen acuerdos de compromiso para asegurar la seguridad y mantenimiento del equipo que reciban, así como que sea devuelto el momento en que se reinicien las clases presenciales. La firma de esos acuerdos debe ir acompañada de manuales que orienten a las familias y estudiantes acerca del cuidado y uso de las tabletas, así como qué hacer frente a problemas que se puedan presentar. Cada Ugel tendría que organizar una logística que oportunamente vaya atendiendo los problemas que se presenten.
En segundo lugar, se ha mencionado que las tabletas incluirán conexión a Internet, pero se sabe que la disponibilidad de este recurso y mucho menos de banda ancha es muy limitada en buena parte del país. Con la Red Dorsal se ha venido ampliando el acceso a Internet de muchos centros poblados alejados, pero lo que falta por cubrir es inmenso. El Proyecto ViaSat3 que se negocia para América Latina es quizá la alternativa más prometedora para ese objetivo. De implementarse de acuerdo a los programado, el 2021 regiones montañosas de los países andinos podrán acceder a velocidades de más de 30 megabits por segundo.
En tanto se da la posibilidad que el ViaSat3 se cristalice, lo que habrá que definir es cuál es el procedimiento que permita la conexión en las localidades que será beneficiadas con las tabletas. Si no hay una solución óptima, quizá lo más recomendable sería que las tabletas incluyan todo el material que podría utilizarse durante el año, lo que evitaría tener que pasar por problemas de conexión. Esta medida debería complementarse con la facilidad que los docentes tengan para comunicarse vía celular con los padres de familia. Recordemos que más del 90% de los padres tiene celular. Ellos podrían ser el canal de trasmisión de las actividades de trabajo entre docentes y estudiantes, como lo es, con éxito, en el programa “Aula Digital en Casa” de la Fundación Telefónica.
El compromiso de los padres con el aprendizaje de sus hijos no puede descuidarse. Asumiendo un amplio compromiso con esta tarea podrán comprender mejor las diferencias entre una educación presencial y a distancia y las ventajas de cada una. No es que una sea mejor que la otra; más bien son complementarias. Que en el servicio educativo coexistan ambas modalidades de brindar educación es lo que habría que lograr pensando en la educación del futuro.
La capacitación a los docentes en el manejo de los recursos, de sus contenidos curriculares que se priorizan, de metodologías de trabajo del estudiante en casa, así como para acciones de tutoría y retroalimentación al estudiante es indispensable. Además, tener un buen repositorio de variados recursos educativos, auto-instructivos, atractivos y de preferencia que estimulen el trabajo integrado y colaborativo.
Informe de Educación de INIDEN PDF | 190 KB |
Como es de conocimiento público, el Ministerio de Educación ha decidido que este año escolar se ejecute utilizando casi exclusivamente la educación a distancia. Solo en la eventualidad que pueda hacerse presencialmente, tendría que ser progresivamente y adoptando medidas como son escuelas fumigadas, utensilios de higiene disponibles, disminución del número de alumnos por clase y el número de alumnos que asisten a la escuela cada día, entre otras medidas.
Dependiendo de las condiciones existentes en los hogares, los docentes y estudiantes de escuelas públicas eligen los programas que se emiten a través de la radio y la televisión o, si tienen las condiciones en sus hogares, lo hacen utilizando las tecnologías digitales. Cabe indicar que las primeras experiencias de emisión de estos programas comienzan a mostrar algunas de las fortalezas y limitaciones de cada uno. La ventaja de la radio y televisión es que pueden llegar a gran parte de los rincones del país, pero su limitación está en la dificultad del docente y del estudiante de comunicarse y monitorear el proceso aprendizaje. En cambio, los programas que usan las tecnologías digitales tienen como ventaja que se facilita la comunicación y retroalimentación entre el profesor y sus estudiantes, además que hace posible el trabajo en grupo y la organización del tiempo de aprendizaje de acuerdo con la disponibilidad y condiciones del hogar del estudiante. La desventaja es que llegan a un porcentaje reducido de población escolar pues en sus hogares se carece de los recursos tecnológicos para aprovechar las tecnologías digitales.
Si se quiere que la radio y a televisión tengan mayor efectividad en los procesos de aprendizaje habría que mejorar su diseño; en especial, en cuanto a los mensajes que hagan comprender al estudiante cuál es el objetivo de la sesión de clase y que se quiere como aprendizaje. Es cierto que los programas que usan los recursos digitales también requieren mejorar, pero las posibilidades de lograr mejores resultados en el aprendizaje aumentan.
Esa razón, y la preocupación de que sin buenos programas a distancia podría producirse un aumento de las desigualdades entre la educación que reciben familias de mayor y menor ingreso, han llevado al gobierno a comunicar la adquisición de 840 mil tabletas para estudiantes y casi 100 mil para docentes de escuelas del área rural y de ámbitos urbanos donde reside población de los estratos 1 y 2 del ingreso -los más bajos-. De acuerdo con lo expresado por el Ministro de Educación, las tabletas estarían disponibles en el mes de junio, aunque no ha precisado si ellas ya estarían en poder de los estudiantes o estarían llegando al país. Si bien se puede acelerar el trámite de las licitaciones, hay que estar consciente que son procedimientos que toman su tiempo.
A la tarea del Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía de establecer a quienes llegarán las tabletas, se suman otras tareas no menos importantes y complejas. En primer lugar, es indispensable que con las familias se firmen acuerdos de compromiso para asegurar la seguridad y mantenimiento del equipo que reciban, así como que sea devuelto el momento en que se reinicien las clases presenciales. La firma de esos acuerdos debe ir acompañada de manuales que orienten a las familias y estudiantes acerca del cuidado y uso de las tabletas, así como qué hacer frente a problemas que se puedan presentar. Cada Ugel tendría que organizar una logística que oportunamente vaya atendiendo los problemas que se presenten.
En segundo lugar, se ha mencionado que las tabletas incluirán conexión a Internet, pero se sabe que la disponibilidad de este recurso y mucho menos de banda ancha es muy limitada en buena parte del país. Con la Red Dorsal se ha venido ampliando el acceso a Internet de muchos centros poblados alejados, pero lo que falta por cubrir es inmenso. El Proyecto ViaSat3 que se negocia para América Latina es quizá la alternativa más prometedora para ese objetivo. De implementarse de acuerdo a los programado, el 2021 regiones montañosas de los países andinos podrán acceder a velocidades de más de 30 megabits por segundo.
En tanto se da la posibilidad que el ViaSat3 se cristalice, lo que habrá que definir es cuál es el procedimiento que permita la conexión en las localidades que será beneficiadas con las tabletas. Si no hay una solución óptima, quizá lo más recomendable sería que las tabletas incluyan todo el material que podría utilizarse durante el año, lo que evitaría tener que pasar por problemas de conexión. Esta medida debería complementarse con la facilidad que los docentes tengan para comunicarse vía celular con los padres de familia. Recordemos que más del 90% de los padres tiene celular. Ellos podrían ser el canal de trasmisión de las actividades de trabajo entre docentes y estudiantes, como lo es, con éxito, en el programa “Aula Digital en Casa” de la Fundación Telefónica.
El compromiso de los padres con el aprendizaje de sus hijos no puede descuidarse. Asumiendo un amplio compromiso con esta tarea podrán comprender mejor las diferencias entre una educación presencial y a distancia y las ventajas de cada una. No es que una sea mejor que la otra; más bien son complementarias. Que en el servicio educativo coexistan ambas modalidades de brindar educación es lo que habría que lograr pensando en la educación del futuro.
La capacitación a los docentes en el manejo de los recursos, de sus contenidos curriculares que se priorizan, de metodologías de trabajo del estudiante en casa, así como para acciones de tutoría y retroalimentación al estudiante es indispensable. Además, tener un buen repositorio de variados recursos educativos, auto-instructivos, atractivos y de preferencia que estimulen el trabajo integrado y colaborativo.
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Bravo por fin llega la tecnología a los más pobres, esos niños y maestros lo harán bien estoy segura
Jeane. Claro que si. Me sumo a su entusiasmo. saludos