¿Deben los docentes motivar a sus alumnos?

Hace unas semanas recibí un interesante artículo de un destacado educador catalán y amigo. Jaume Sarramona, Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, que me autorizó compartirlo en el Blog. Surge a propósito de una carta publicada por un grupo de profesores de secundaria que se quejan por responsabilizarlos de no haber hecho lo necesario para que el alumno aprenda.

Leámos el artículo y luego haré un comentario sobre el caso peruano.

¿Deben los docentes motivar a sus alumnos?

Jaume Sarramona López. Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona (www.sarramona.net)

Periódicamente, y de manera especial en los períodos de vacaciones para el alumnado, los profesionales de la educación suelen recibir formación en los ámbitos que les sea necesario, y reflexionar sobre las posibles medidas aplicar para mejorar los resultados de su actividad. Entonces es habitual que organismos y grupos profesionales publiquen manifiestos con propuestas para la mejora del sistema educativo. Muchas de las medidas propuestas suelen estar dirigidas a la administración educativa, otras se dirigen a las familias y al conjunto de la sociedad, y otras las podrían aplicar directamente los propios docentes, al amparo del principio de la libertad de cátedra y de la autonomía de los centros escolares.

En esta ocasión, me permitiré comentar una crítica genérica que he visto reflejada en una carta pública de unos docentes de secundaria, expresada así:

“presuponer que la mayoría de los alumnos quiere aprender y que, si no aprende, es porque el profesorado no los ha motivado lo suficiente o no enseña suficientemente bien”

Aquí hay dos cuestiones de fondo a comentar: si es necesaria la motivación por aprender y si la motivación del alumnado es tarea que se vincula a la docencia misma. Empecemos por la primera cuestión.

Está suficientemente demostrado, incluso por la ciencia neurológica, que para aprender es necesario fijar la atención en la misma tarea del aprendizaje, lo que es una forma de hablar de motivaciones para hacerlo, aunque éstas sean ajenas a la tarea misma, como ahorrarse un castigo, recibir un premio, etc. Pero también está demostrado que aquellos aprendizajes que no van acompañados de factores positivos a sí mismos o motivaciones intrínsecas, es decir, apoyados en la voluntad personal del aprendiz, resultan de corta duración; ya no digamos si se asocian con factores emotivos negativos.

Por tanto, para aprender de manera consistente y permanente, es necesario estar vinculado afectivamente con el proceso de aprendizaje; es decir, es necesario estar motivado. Naturalmente, existen muchos tipos de motivación, pero la más consistente es la que nace del propio sujeto aprendiz.

La consecuencia lógica del principio psicológico anterior es considerar que despertar la motivación en el aprendiz, si ésta no preexiste, forma parte de la actividad profesionalizada del docente, que puede aplicar la diversidad de técnicas que existen al respecto, desde hacer atractivos los contenidos a alcanzar, hasta demostrar su utilidad para el sujeto aprendiz, hasta hallar satisfacciones externas al propio proceso de aprendizaje; en fin, nada que no sepa un buen profesional. La propia experiencia personal nos confirmaría lo bien que hemos aprendido en ambientes positivos y motivadores y lo mal que lo hemos hecho en situaciones contrarias, si es que hemos llegado a aprender.

¿Significa esto que el docente es culpable de que haya alguno o algunos alumnos que no acaban motivados o no han aprendido? Creo que es necesario separar el concepto de culpabilidad moral (o profesional) del principio estricto de eficacia, que depende de multiplicidad de factores. En principio, sigue vigente ese viejo aforismo que "si el alumno no ha aprendido, el maestro no ha enseñado", de la misma manera que "si el enfermo no ha sanado, el médico no lo ha curado". Pero en uno y otro caso, se puede haber hecho todo lo que profesionalmente sea posible y los resultados ser negativos, porque no se controlan todas las variables que intervienen en el proceso de aprender o de sanar. Eso sí, el profesional en cuestión debe demostrarse a sí mismo que ha aplicado todas las herramientas disponibles para conseguir un buen resultado, en el campo educativo el aprendizaje pretendido y mantenido de forma firme.

Que actualmente motivar a los alumnos hacia los aprendizajes escolares resulta altamente difícil, es una realidad. Es necesario competir con el hedonismo imperante, la fuerza de las redes sociales, la facilidad en conseguir ciertos deseos, etc. Todo es el resultado de los tiempos que vivimos y de la sociedad que hemos creado. Y no son tiempos para recurrir al simple castigo para que los escolares aprendan, como sucedía en el pasado, cuando ese castigo tampoco conseguía aprendizajes perdurables, y generalmente provocaba una reacción de rechazo a las personas y el entorno donde sucedía. Actualmente es más difícil ser docente que en generaciones pasadas, sin duda, pero los objetivos a conseguir merecen la pena, puesto que fuera de la escuela no hay salvación, al menos para muchos de los escolares.

Comentarios sobre la relevancia del tema

Para el caso peruano el artículo es muy pertinente y útil, por un lado para establecer que la primera responsabilidad en el aprendizaje es del estudiante, lo que no exime al docente de utilizar lo que esté a su alcance para que el estudiante aprenda. Por otro lado, para identificar medidas que el profesor podría aprovechar en el aumento de la motivación de los estudiantes. Finalmente, porque como lo dice el autor, aquellos aprendizajes adquiridos sin la motivación suficiente terminan siendo temporales; es decir, no logran ser significativos, durables. Por lo tanto, la motivación es un factor de primera importancia en los procesos de aprendizaje.

Resultados de las evaluaciones PISA 2022 y Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje 2023 brindan valiosa información sobre muchas variables que los docentes podrían tener en cuenta cuando trabajan con sus alumnos. Un primer tipo de variables se relaciona con la manera cómo les gusta aprender. PISA 2022 encontró que es mayoritario el porcentaje de estudiantes que se sienten satisfechos cuando el profesor les pide trabajar en proyectos donde la curiosidad y la imaginación predominan en la solución de problemas prácticos, en la creación de historias, el trabajo en experimentos científicos, la investigación de cómo funcionan las cosas. Cuando se les encargan cosas que les gustan destinan tiempo importante en buscar información y tienen mejores logros de aprendizaje.

Un indicador importante del impacto que puede tener la estrategia de enseñanza utilizada por el profesor es la confianza que puede dar al alumno para que aprenda. Algunas formas en que se puede reflejar es darles tiempo suficiente para que trabajen en soluciones creativas que involucren cierto nivel de complejidad, preocuparse porque el aprendizaje de una asignatura fundamental se complemente con actividades asociadas al arte, la música, la danza, la programación, la escritura creativa, el deporte...

Ciertamente que siendo las clases heterogéneas, no todos los alumnos tienen en mismo nivel de motivación la que depende no solo de las metodologías sino también de varios otros factores. El celular, los videojuegos, las redes sociales, son, entre otros, distractores de la concentración que deben de tener los estudiantes cuando no son bien utilizados. El encargo de tareas en matemáticas basadas principalmente en resolución de fórmulas sin aplicación práctica es, factor no solo de poca motivación sino también emocional. Una cantidad significativa de estudiantes dice sentirse nervioso cuando tiene clases de ese curso o debe rendir una evaluación. También hay de los que se frustran fácilmente al enfrentar una tarea que no la han entendido o no procuran esforzarse para entenderla. En zonas muy calurosas o muy frías, estudiar en aulas inadecuadas a esas condiciones es también factor que no contribuye a la motivación y a los aprendizajes. Tanto de PISA como de las recientes evaluaciones nacionales les recomiendo revisar las secciones referidas a los factores asociados a los aprendizajes. Más que conocer cuántos lograron o no la competencia evaluada, conocer las razones por las que eso sucede resulta más importante.

¿Deben los docentes motivar a sus alumnos?

Autor: Hugo Diaz Publicado: octubre 9, 2024

Hace unas semanas recibí un interesante artículo de un destacado educador catalán y amigo. Jaume Sarramona, Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, que me autorizó compartirlo en el Blog. Surge a propósito de una carta publicada por un grupo de profesores de secundaria que se quejan por responsabilizarlos de no haber hecho lo necesario para que el alumno aprenda.

Leámos el artículo y luego haré un comentario sobre el caso peruano.

¿Deben los docentes motivar a sus alumnos?

Jaume Sarramona López. Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona (www.sarramona.net)

Periódicamente, y de manera especial en los períodos de vacaciones para el alumnado, los profesionales de la educación suelen recibir formación en los ámbitos que les sea necesario, y reflexionar sobre las posibles medidas aplicar para mejorar los resultados de su actividad. Entonces es habitual que organismos y grupos profesionales publiquen manifiestos con propuestas para la mejora del sistema educativo. Muchas de las medidas propuestas suelen estar dirigidas a la administración educativa, otras se dirigen a las familias y al conjunto de la sociedad, y otras las podrían aplicar directamente los propios docentes, al amparo del principio de la libertad de cátedra y de la autonomía de los centros escolares.

En esta ocasión, me permitiré comentar una crítica genérica que he visto reflejada en una carta pública de unos docentes de secundaria, expresada así:

“presuponer que la mayoría de los alumnos quiere aprender y que, si no aprende, es porque el profesorado no los ha motivado lo suficiente o no enseña suficientemente bien”

Aquí hay dos cuestiones de fondo a comentar: si es necesaria la motivación por aprender y si la motivación del alumnado es tarea que se vincula a la docencia misma. Empecemos por la primera cuestión.

Está suficientemente demostrado, incluso por la ciencia neurológica, que para aprender es necesario fijar la atención en la misma tarea del aprendizaje, lo que es una forma de hablar de motivaciones para hacerlo, aunque éstas sean ajenas a la tarea misma, como ahorrarse un castigo, recibir un premio, etc. Pero también está demostrado que aquellos aprendizajes que no van acompañados de factores positivos a sí mismos o motivaciones intrínsecas, es decir, apoyados en la voluntad personal del aprendiz, resultan de corta duración; ya no digamos si se asocian con factores emotivos negativos.

Por tanto, para aprender de manera consistente y permanente, es necesario estar vinculado afectivamente con el proceso de aprendizaje; es decir, es necesario estar motivado. Naturalmente, existen muchos tipos de motivación, pero la más consistente es la que nace del propio sujeto aprendiz.

La consecuencia lógica del principio psicológico anterior es considerar que despertar la motivación en el aprendiz, si ésta no preexiste, forma parte de la actividad profesionalizada del docente, que puede aplicar la diversidad de técnicas que existen al respecto, desde hacer atractivos los contenidos a alcanzar, hasta demostrar su utilidad para el sujeto aprendiz, hasta hallar satisfacciones externas al propio proceso de aprendizaje; en fin, nada que no sepa un buen profesional. La propia experiencia personal nos confirmaría lo bien que hemos aprendido en ambientes positivos y motivadores y lo mal que lo hemos hecho en situaciones contrarias, si es que hemos llegado a aprender.

¿Significa esto que el docente es culpable de que haya alguno o algunos alumnos que no acaban motivados o no han aprendido? Creo que es necesario separar el concepto de culpabilidad moral (o profesional) del principio estricto de eficacia, que depende de multiplicidad de factores. En principio, sigue vigente ese viejo aforismo que “si el alumno no ha aprendido, el maestro no ha enseñado”, de la misma manera que “si el enfermo no ha sanado, el médico no lo ha curado”. Pero en uno y otro caso, se puede haber hecho todo lo que profesionalmente sea posible y los resultados ser negativos, porque no se controlan todas las variables que intervienen en el proceso de aprender o de sanar. Eso sí, el profesional en cuestión debe demostrarse a sí mismo que ha aplicado todas las herramientas disponibles para conseguir un buen resultado, en el campo educativo el aprendizaje pretendido y mantenido de forma firme.

Que actualmente motivar a los alumnos hacia los aprendizajes escolares resulta altamente difícil, es una realidad. Es necesario competir con el hedonismo imperante, la fuerza de las redes sociales, la facilidad en conseguir ciertos deseos, etc. Todo es el resultado de los tiempos que vivimos y de la sociedad que hemos creado. Y no son tiempos para recurrir al simple castigo para que los escolares aprendan, como sucedía en el pasado, cuando ese castigo tampoco conseguía aprendizajes perdurables, y generalmente provocaba una reacción de rechazo a las personas y el entorno donde sucedía. Actualmente es más difícil ser docente que en generaciones pasadas, sin duda, pero los objetivos a conseguir merecen la pena, puesto que fuera de la escuela no hay salvación, al menos para muchos de los escolares.

Comentarios sobre la relevancia del tema

Para el caso peruano el artículo es muy pertinente y útil, por un lado para establecer que la primera responsabilidad en el aprendizaje es del estudiante, lo que no exime al docente de utilizar lo que esté a su alcance para que el estudiante aprenda. Por otro lado, para identificar medidas que el profesor podría aprovechar en el aumento de la motivación de los estudiantes. Finalmente, porque como lo dice el autor, aquellos aprendizajes adquiridos sin la motivación suficiente terminan siendo temporales; es decir, no logran ser significativos, durables. Por lo tanto, la motivación es un factor de primera importancia en los procesos de aprendizaje.

Resultados de las evaluaciones PISA 2022 y Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje 2023 brindan valiosa información sobre muchas variables que los docentes podrían tener en cuenta cuando trabajan con sus alumnos. Un primer tipo de variables se relaciona con la manera cómo les gusta aprender. PISA 2022 encontró que es mayoritario el porcentaje de estudiantes que se sienten satisfechos cuando el profesor les pide trabajar en proyectos donde la curiosidad y la imaginación predominan en la solución de problemas prácticos, en la creación de historias, el trabajo en experimentos científicos, la investigación de cómo funcionan las cosas. Cuando se les encargan cosas que les gustan destinan tiempo importante en buscar información y tienen mejores logros de aprendizaje.

Un indicador importante del impacto que puede tener la estrategia de enseñanza utilizada por el profesor es la confianza que puede dar al alumno para que aprenda. Algunas formas en que se puede reflejar es darles tiempo suficiente para que trabajen en soluciones creativas que involucren cierto nivel de complejidad, preocuparse porque el aprendizaje de una asignatura fundamental se complemente con actividades asociadas al arte, la música, la danza, la programación, la escritura creativa, el deporte…

Ciertamente que siendo las clases heterogéneas, no todos los alumnos tienen en mismo nivel de motivación la que depende no solo de las metodologías sino también de varios otros factores. El celular, los videojuegos, las redes sociales, son, entre otros, distractores de la concentración que deben de tener los estudiantes cuando no son bien utilizados. El encargo de tareas en matemáticas basadas principalmente en resolución de fórmulas sin aplicación práctica es, factor no solo de poca motivación sino también emocional. Una cantidad significativa de estudiantes dice sentirse nervioso cuando tiene clases de ese curso o debe rendir una evaluación. También hay de los que se frustran fácilmente al enfrentar una tarea que no la han entendido o no procuran esforzarse para entenderla. En zonas muy calurosas o muy frías, estudiar en aulas inadecuadas a esas condiciones es también factor que no contribuye a la motivación y a los aprendizajes. Tanto de PISA como de las recientes evaluaciones nacionales les recomiendo revisar las secciones referidas a los factores asociados a los aprendizajes. Más que conocer cuántos lograron o no la competencia evaluada, conocer las razones por las que eso sucede resulta más importante.

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    • Nargis Indira.. Es verdad. El docente debe hacer lo posible para que el estudiante no se distraiga y aprenda. Pero como lo dice Jaume. A veces no es tan fácil enfrentar a las redes sociales, los videojuegos… Pero es indispensable hacerlo. Saludos

  • ¡Gran aporte! El artículo de Jaume Sarramona resalta la importancia de la motivación en el aprendizaje, un tema crucial para los educadores. Es fundamental reconocer que, aunque la responsabilidad de aprender recae en el estudiante, los docentes desempeñan un papel clave al crear ambientes motivadores. La reflexión sobre las diversas formas de motivar a los alumnos y adaptar las metodologías a sus intereses puede ser transformadora. Sin duda, abordar estos desafíos es esencial para mejorar la educación en nuestro contexto. ¡Gracias por compartirlo!

  • la educación suelen recibir formación en los ámbitos que les sea necesario, y reflexionar sobre las posibles medidas aplicar para mejorar los resultados de su actividad. Entonces es habitual que organismos y grupos profesionales publiquen manifiestos con propuestas para la mejora del sistema educativo.

    • Ahidee. Es verdad. He publicado este artículo porque me parece muy útil para poner algo de claqridad al tema. El aprendizaje es principalmente un problema e motivacón y compromiso del aumno, lo que no quita la responsabilidad del docente de hacer también los esfuerzos necesarios para que aprenda. Saludos

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