La innovación desarrollada en el sistema educativo viene adquiriendo una importancia especial por diversas razones. Entre ellas:
El balance de esta situación está llevando a un cierto desencanto entre los políticos y encargados de la cooperación en el mundo. Los fondos de apoyo financiero para el sector empiezan a reducirse yendose a la atención de otros problemas como son el medio ambiente, las guerras, etc.
Es urgente revisar las estrategias sectoriales para que la educación retome la prioridad que requiere. La innovación, bien encaminada, puede ser una de las vías que lo permita.
Las nuevas tendencias de la innovación en educación
Muchas veces se ha venido asociando la innovación con una práctica cuyo objetivo es mejorar lo que se venía haciendo; es decir, se buscaba dar más eficiencia a una actividad que ya se viene realizando. Por ejemplo, la introducción de aplicativos y herramientas digitales en las aulas lo que hace es modernizar tecnológicamente la ejecución de los procesos de enseñanza aprendizaje pero no necesariamente produce una transformación de los procesos, puesto que el currículo, las metodologías y los materiales utilizados siguen siendo prácticamente los mismos de antes. La contribución de este tipo de innovación era meritoria en momentos en que el sistema educativo no se veía presionado por los cambios del conocimiento y la tecnología, pero los tiempos han cambiado al igual que las expectativas de lo que la educación debe aportar.
Para responder a los cambios aludidos, a la innovación se le da actualmente otro tipo de desafíos. Y es que tecnologías con el Chat GPT, la Inteligencia Artificial, las asociadas a la Neurociencia y otras que seguirán apareciendo obligan a que los cambios en el sistema sean más radicales. Ahora la innovación se concibe como un acto de creación y de difusión de nuevas herramientas, prácticas, sistemas o tecnologías cuyo propósito es un cambio factible, dinámico, sostenible y con valor en los procesos y resultados. En tal sentido, se busca convertirla en un mecanismo capaz de aportar valiosas evidencias sobre aquello que funciona o no funciona, que ayuda a tomar mejores decisiones, que sea una fuente de creatividad y canalización de fuentes de financiamiento para apoyar mejoras en calidad, equidad e inclusión principalmente en poblaciones que más necesitan y, económicamente, que ofrezca un saldo positivo en de costo-beneficio.
Los cambios que demanda actualmente el sistema educativo se caracterizan, entonces, por ser más profundos, por transformar los procedimientos y estructuras, por permitir que los procesos se hagan de diferentes maneras, con mucho más eficacia, efectividad y distintos beneficios. En este caso, el papel de las tecnologías digitales es creciente. La realidad virtual, la inteligencia artificial, el big data, las métricas del aprendizaje, neurociencia y otras tecnologías que irán surgiendo podrán conducir a modificar sustantivamente los procesos de aprendizaje, adaptarlos mucho más a las necesidades y expectativas de los alumnos. El aula invertida, la educación virtual son innovaciones en esta clasificación.
Un ejemplo de la revolución que se nos viene lo da la educación on line ahora ofrecida por múltiples instituciones. Coursera, por ejemplo, en diez años atendió 136 millones de personas con formación exclusivamente virtual; Capacítate, en México, formó a mas de 13 millones de jóvenes también bajo modalidades a distancia para facilitar su acceso al mercado laboral.
Campos estratégicos para la innovación
Se han seleccionado seis campos donde convendrìa impulsar la innovación:
En el marco de esos campos de innovación, algunas líneas a evaluar pueden ser las siguientes::
Los escollos para el cambio
Un primer escollo es que los actores han sido en su mayoría muy reacios al cambio. Y es que la edad promedio del magisterio estatal es alta: 42% tiene más de 50 años. Otro problema que preocupa debería ser investigado son las expectativas de los docentes para dentro de cinco años: 30% quiere siendo docente de aula según la Encuesta Nacional de Docentes 2021. Hay que recuperar la motivación por la enseñanza.
Un segundo escollo se relaciona con la equidad en la distribución de los recursos y beneficios. Lamentablemente son las instituciones más pobres y con menos condiciones las más olvidadas a la hora de contar con recursos para funcionar y para innovar; además son las menos apoyadas en el desarrollo de sus capacidades para hacerlo y enfrentan permanentemente el problema de la rotación de docentes, lo que es un factor negativo en la formación de los estudiantes.
El tercer escollo se asocia a las evidencias. Se innova pero sin demostrar las mejoras de resultados. Es una situación muy común en varios de los proyectos ejecutados. Hay un temor y hasta rechazo abierto a procesos de evaluación de las innovaciones.
Finalmente, está la fatiga docente. Los docentes están cansados de tanto cambio curricular, normativo, demandas de información. Pero también de la situación inversa: que la administración no reaccione oportunamente frente a la innovación tecnológica; es el caso de la ausencia de orientaciones para aprovechar la inteligencia artificial y el Chat GPT. asimismo, los docentes enfrentan una dura batalla cuando tratan que sus innovaciones tengan sostenibilidad sea por falta de apoyo al interior de la escuela, por la falta de financiamiento o porque los trasladan a otra escuela. A veces se produce una contradicción entre las expectativas y objetivos que se plantean en una innovación y sus capacidades para hacerlo.
Hacia un ecosistema de innovación y no solo un sistema
La globalización obliga a ello. Las ventajas de trabajar proyectos de innovación con otros paìses son múltiples:
La innovación desarrollada en el sistema educativo viene adquiriendo una importancia especial por diversas razones. Entre ellas:
El balance de esta situación está llevando a un cierto desencanto entre los políticos y encargados de la cooperación en el mundo. Los fondos de apoyo financiero para el sector empiezan a reducirse yendose a la atención de otros problemas como son el medio ambiente, las guerras, etc.
Es urgente revisar las estrategias sectoriales para que la educación retome la prioridad que requiere. La innovación, bien encaminada, puede ser una de las vías que lo permita.
Las nuevas tendencias de la innovación en educación
Muchas veces se ha venido asociando la innovación con una práctica cuyo objetivo es mejorar lo que se venía haciendo; es decir, se buscaba dar más eficiencia a una actividad que ya se viene realizando. Por ejemplo, la introducción de aplicativos y herramientas digitales en las aulas lo que hace es modernizar tecnológicamente la ejecución de los procesos de enseñanza aprendizaje pero no necesariamente produce una transformación de los procesos, puesto que el currículo, las metodologías y los materiales utilizados siguen siendo prácticamente los mismos de antes. La contribución de este tipo de innovación era meritoria en momentos en que el sistema educativo no se veía presionado por los cambios del conocimiento y la tecnología, pero los tiempos han cambiado al igual que las expectativas de lo que la educación debe aportar.
Para responder a los cambios aludidos, a la innovación se le da actualmente otro tipo de desafíos. Y es que tecnologías con el Chat GPT, la Inteligencia Artificial, las asociadas a la Neurociencia y otras que seguirán apareciendo obligan a que los cambios en el sistema sean más radicales. Ahora la innovación se concibe como un acto de creación y de difusión de nuevas herramientas, prácticas, sistemas o tecnologías cuyo propósito es un cambio factible, dinámico, sostenible y con valor en los procesos y resultados. En tal sentido, se busca convertirla en un mecanismo capaz de aportar valiosas evidencias sobre aquello que funciona o no funciona, que ayuda a tomar mejores decisiones, que sea una fuente de creatividad y canalización de fuentes de financiamiento para apoyar mejoras en calidad, equidad e inclusión principalmente en poblaciones que más necesitan y, económicamente, que ofrezca un saldo positivo en de costo-beneficio.
Los cambios que demanda actualmente el sistema educativo se caracterizan, entonces, por ser más profundos, por transformar los procedimientos y estructuras, por permitir que los procesos se hagan de diferentes maneras, con mucho más eficacia, efectividad y distintos beneficios. En este caso, el papel de las tecnologías digitales es creciente. La realidad virtual, la inteligencia artificial, el big data, las métricas del aprendizaje, neurociencia y otras tecnologías que irán surgiendo podrán conducir a modificar sustantivamente los procesos de aprendizaje, adaptarlos mucho más a las necesidades y expectativas de los alumnos. El aula invertida, la educación virtual son innovaciones en esta clasificación.
Un ejemplo de la revolución que se nos viene lo da la educación on line ahora ofrecida por múltiples instituciones. Coursera, por ejemplo, en diez años atendió 136 millones de personas con formación exclusivamente virtual; Capacítate, en México, formó a mas de 13 millones de jóvenes también bajo modalidades a distancia para facilitar su acceso al mercado laboral.
Campos estratégicos para la innovación
Se han seleccionado seis campos donde convendrìa impulsar la innovación:
En el marco de esos campos de innovación, algunas líneas a evaluar pueden ser las siguientes::
Los escollos para el cambio
Un primer escollo es que los actores han sido en su mayoría muy reacios al cambio. Y es que la edad promedio del magisterio estatal es alta: 42% tiene más de 50 años. Otro problema que preocupa debería ser investigado son las expectativas de los docentes para dentro de cinco años: 30% quiere siendo docente de aula según la Encuesta Nacional de Docentes 2021. Hay que recuperar la motivación por la enseñanza.
Un segundo escollo se relaciona con la equidad en la distribución de los recursos y beneficios. Lamentablemente son las instituciones más pobres y con menos condiciones las más olvidadas a la hora de contar con recursos para funcionar y para innovar; además son las menos apoyadas en el desarrollo de sus capacidades para hacerlo y enfrentan permanentemente el problema de la rotación de docentes, lo que es un factor negativo en la formación de los estudiantes.
El tercer escollo se asocia a las evidencias. Se innova pero sin demostrar las mejoras de resultados. Es una situación muy común en varios de los proyectos ejecutados. Hay un temor y hasta rechazo abierto a procesos de evaluación de las innovaciones.
Finalmente, está la fatiga docente. Los docentes están cansados de tanto cambio curricular, normativo, demandas de información. Pero también de la situación inversa: que la administración no reaccione oportunamente frente a la innovación tecnológica; es el caso de la ausencia de orientaciones para aprovechar la inteligencia artificial y el Chat GPT. asimismo, los docentes enfrentan una dura batalla cuando tratan que sus innovaciones tengan sostenibilidad sea por falta de apoyo al interior de la escuela, por la falta de financiamiento o porque los trasladan a otra escuela. A veces se produce una contradicción entre las expectativas y objetivos que se plantean en una innovación y sus capacidades para hacerlo.
Hacia un ecosistema de innovación y no solo un sistema
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