En este nuevo post de Qué tal si… nos adentramos en una cueva (donde yace el lago subterráneo más grande de Europa) para imaginarnos estar al interior de nuestra mente y ayudamos a conectar —de manera significativa— con la diversa información que ingresa a través de nuestros sentidos y recorre los intrincados sistemas del cerebro.
Te invito a ver el siguiente video:
A partir de estas formaciones rocosas que observamos en las cuevas, me provoca abordar este mundo natural como una gran metáfora pedagógica. En particular, las estalactitas y las estalagmitas me hacen recordar a dos métodos didácticos, el deductivo y el inductivo, respectivamente. A continuación, te propongo revisar estos dos enfoques diferentes utilizados al momento de planificar y facilitar los procesos de aprendizaje.
La metáfora de la estalactita y la estalagmita
Las estalactitas y estalagmitas son estructuras de piedra que se desarrollan en formaciones subterráneas, como la cueva del video, debido a la deposición de minerales disueltos en el agua que gotea del techo. Su diferencia radica en su ubicación y cómo se forman en cuevas y lugares subterráneos.
Una estalactita es una formación de piedra que cuelga del techo de una cueva. Se forma mientras el agua rica en minerales (como el carbonato de calcio) gotea hacia abajo, lo cual crea estas formaciones.
En cambio, una estalagmita es una formación de piedra que surge cuando el agua que origina las estalactitas cae al suelo y se acumula, erigiendo así estructuras similares a conos o pilares ascendentes. Por eso se elevan desde el suelo hacia arriba, como una mesa.
Un modo sencillo de recordar la diferencia entre ambos términos es que las estalactitas «se aferran» al techo de la cueva, mientras que las estalagmitas «se levantan» desde el suelo de la cueva.
De manera análoga, para recordar la diferencia entre ambos métodos didácticos podemos decir que el método deductivo nace desde lo más elevado —como la estalactita— y se sustenta en la presentación de una regla general o un principio; y, luego, en la aplicación de ese principio a ejemplos específicos. En cambio, el método inductivo nace desde abajo —como la estalagmita— y se fundamenta en la exploración de experiencias propias, la presentación de ejemplos o casos específicos; y, luego, en la extracción de conclusiones generales o principios a partir de tales ejemplos.
Así como las formaciones de piedra se alimentan de los mismos minerales y del agua, los métodos se alimentan de los mismos contenidos, pero tienen diversas maneras de representarlos.
En el caso del método deductivo, el docente suele tener un rol más activo porque presenta los contenidos y establece una secuencia para organizar su desarrollo. Mientras que, con el método inductivo, el estudiante tiene un rol más activo en la exploración de vivencias y el descubrimiento de ejemplos concretos, a partir de los cuales se puede desarrollar un contenido. Sin embargo, en ambos métodos se puede involucrar activamente al estudiante, tanto de manera autónoma como cooperativamente.
En resumen, la principal diferencia entre los métodos deductivo e inductivo radica en la secuencia que se sigue al presentar la información. El deductivo va de lo general a lo particular; mientras que el inductivo, de lo particular a lo general. Ambos métodos pueden ser efectivos dependiendo del contexto de enseñanza y de los logros de aprendizaje esperados.
¿Cuándo usar determinado método?
La elección del método didáctico, ya sea deductivo o inductivo, no depende únicamente de la edad de los estudiantes, sino también de otros factores como el contenido del aprendizaje, los resultados de aprendizaje y las características individuales de los estudiantes.
Para empezar, ten en cuenta dos criterios:
Usualmente, se considera que el método inductivo es adecuado para los más pequeños o para iniciar un tema, ya que este enfoque fomenta la participación, la exploración y el descubrimiento de los aprendices. Les permite construir su propio conocimiento a través de la observación, la conexión con experiencias personales, la experimentación y la identificación de patrones. En la educación infantil se usa preferentemente este enfoque, puesto que los estudiantes se encuentran —según Piaget— en etapas de desarrollo preoperacional y de operaciones concretas, en las que necesitan representar el contenido de una manera física, real o lo más próxima a su experiencia cotidiana.
Conforme los estudiantes se aproximan a la adolescencia entran a la etapa de desarrollo de operaciones formales y, es entonces, donde los métodos deductivos favorecen el desarrollo de un pensamiento más abstracto. Este método les permite comprender y aplicar principios generales de manera efectiva, ya que pueden hacer conexiones fácilmente entre la información nueva y la existente. Se emplea una afirmación general y, luego, se profundiza con ejemplos o casos más específicos. En este enfoque, los estudiantes adquieren conocimientos al aplicar la regla o el principio a situaciones concretas.
Figura 1. La metáfora de las estalactitas y las estalagmitas
Lea Sulmont (2023)
Pensemos en un ejemplo: cómo trabajar el concepto de solidaridad.
Con niñas y niños de 5 años, lo más adecuado será emplear un método inductivo y experimentar situaciones concretas de ayuda que pueden brindarse entre compañeros, entre otros miembros del entorno familiar o con personas que no necesariamente conocemos, como por ejemplo ayudar a una persona mayor a cargar una bolsa pesada en el mercado. Es a partir de estos ejemplos concretos que se puede ampliar la idea de ayuda hacia el valor de la solidaridad. Así, se van construyendo conocimientos al examinar varios ejemplos y patrones comunes para identificar principios o reglas generales. Pero si partimos desde el inicio con el concepto de solidaridad, es posible que resulte complejo establecer una conexión con una experiencia personal.
Con una población adolescente o más adulta se puede usar un método deductivo y trabajar el concepto de solidaridad desde argumentos filosóficos, históricos, culturales, entre otros, para ir aterrizando —en situaciones concretas— cómo se expresa, por ejemplo, a través de acciones de ayuda.
La combinación de diferentes métodos, adaptados a las necesidades, capacidades y al contexto de los estudiantes puede proporcionar una experiencia de aprendizaje significativo.
En tu quehacer diario, ¿qué método sueles emplear con frecuencia? Te animo a compartir tus experiencias en la comunidad de Educared.
Para conocer más:
Las cuevas del Drach. Accede al enlace.
Sobre el lugar:
Las cuevas del Drach, Palma de Mallorca (España). Ubicación
Producción y edición: Lea Sulmont
Dirección de fotografía: Sergio Paris
Música original: Adriel Calvelo
Referencias:
Palmett Urzola, A. (2020). «Métodos inductivos, deductivo y teoría de la pedagogía crítica». En: Petroglifos. Revista Crítica Transdisciplinar 3(1): 36-42, enero - junio 2020. ISSN: 2610-8186. https://petroglifosrevistacritica.org.ve/ Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/
En este nuevo post de Qué tal si… nos adentramos en una cueva (donde yace el lago subterráneo más grande de Europa) para imaginarnos estar al interior de nuestra mente y ayudamos a conectar —de manera significativa— con la diversa información que ingresa a través de nuestros sentidos y recorre los intrincados sistemas del cerebro.
Te invito a ver el siguiente video:
A partir de estas formaciones rocosas que observamos en las cuevas, me provoca abordar este mundo natural como una gran metáfora pedagógica. En particular, las estalactitas y las estalagmitas me hacen recordar a dos métodos didácticos, el deductivo y el inductivo, respectivamente. A continuación, te propongo revisar estos dos enfoques diferentes utilizados al momento de planificar y facilitar los procesos de aprendizaje.
La metáfora de la estalactita y la estalagmita
Las estalactitas y estalagmitas son estructuras de piedra que se desarrollan en formaciones subterráneas, como la cueva del video, debido a la deposición de minerales disueltos en el agua que gotea del techo. Su diferencia radica en su ubicación y cómo se forman en cuevas y lugares subterráneos.
Una estalactita es una formación de piedra que cuelga del techo de una cueva. Se forma mientras el agua rica en minerales (como el carbonato de calcio) gotea hacia abajo, lo cual crea estas formaciones.
En cambio, una estalagmita es una formación de piedra que surge cuando el agua que origina las estalactitas cae al suelo y se acumula, erigiendo así estructuras similares a conos o pilares ascendentes. Por eso se elevan desde el suelo hacia arriba, como una mesa.
Un modo sencillo de recordar la diferencia entre ambos términos es que las estalactitas «se aferran» al techo de la cueva, mientras que las estalagmitas «se levantan» desde el suelo de la cueva.
De manera análoga, para recordar la diferencia entre ambos métodos didácticos podemos decir que el método deductivo nace desde lo más elevado —como la estalactita— y se sustenta en la presentación de una regla general o un principio; y, luego, en la aplicación de ese principio a ejemplos específicos. En cambio, el método inductivo nace desde abajo —como la estalagmita— y se fundamenta en la exploración de experiencias propias, la presentación de ejemplos o casos específicos; y, luego, en la extracción de conclusiones generales o principios a partir de tales ejemplos.
Así como las formaciones de piedra se alimentan de los mismos minerales y del agua, los métodos se alimentan de los mismos contenidos, pero tienen diversas maneras de representarlos.
En el caso del método deductivo, el docente suele tener un rol más activo porque presenta los contenidos y establece una secuencia para organizar su desarrollo. Mientras que, con el método inductivo, el estudiante tiene un rol más activo en la exploración de vivencias y el descubrimiento de ejemplos concretos, a partir de los cuales se puede desarrollar un contenido. Sin embargo, en ambos métodos se puede involucrar activamente al estudiante, tanto de manera autónoma como cooperativamente.
En resumen, la principal diferencia entre los métodos deductivo e inductivo radica en la secuencia que se sigue al presentar la información. El deductivo va de lo general a lo particular; mientras que el inductivo, de lo particular a lo general. Ambos métodos pueden ser efectivos dependiendo del contexto de enseñanza y de los logros de aprendizaje esperados.
¿Cuándo usar determinado método?
La elección del método didáctico, ya sea deductivo o inductivo, no depende únicamente de la edad de los estudiantes, sino también de otros factores como el contenido del aprendizaje, los resultados de aprendizaje y las características individuales de los estudiantes.
Para empezar, ten en cuenta dos criterios:
Usualmente, se considera que el método inductivo es adecuado para los más pequeños o para iniciar un tema, ya que este enfoque fomenta la participación, la exploración y el descubrimiento de los aprendices. Les permite construir su propio conocimiento a través de la observación, la conexión con experiencias personales, la experimentación y la identificación de patrones. En la educación infantil se usa preferentemente este enfoque, puesto que los estudiantes se encuentran —según Piaget— en etapas de desarrollo preoperacional y de operaciones concretas, en las que necesitan representar el contenido de una manera física, real o lo más próxima a su experiencia cotidiana.
Conforme los estudiantes se aproximan a la adolescencia entran a la etapa de desarrollo de operaciones formales y, es entonces, donde los métodos deductivos favorecen el desarrollo de un pensamiento más abstracto. Este método les permite comprender y aplicar principios generales de manera efectiva, ya que pueden hacer conexiones fácilmente entre la información nueva y la existente. Se emplea una afirmación general y, luego, se profundiza con ejemplos o casos más específicos. En este enfoque, los estudiantes adquieren conocimientos al aplicar la regla o el principio a situaciones concretas.
Figura 1. La metáfora de las estalactitas y las estalagmitas
Lea Sulmont (2023)
Pensemos en un ejemplo: cómo trabajar el concepto de solidaridad.
Con niñas y niños de 5 años, lo más adecuado será emplear un método inductivo y experimentar situaciones concretas de ayuda que pueden brindarse entre compañeros, entre otros miembros del entorno familiar o con personas que no necesariamente conocemos, como por ejemplo ayudar a una persona mayor a cargar una bolsa pesada en el mercado. Es a partir de estos ejemplos concretos que se puede ampliar la idea de ayuda hacia el valor de la solidaridad. Así, se van construyendo conocimientos al examinar varios ejemplos y patrones comunes para identificar principios o reglas generales. Pero si partimos desde el inicio con el concepto de solidaridad, es posible que resulte complejo establecer una conexión con una experiencia personal.
Con una población adolescente o más adulta se puede usar un método deductivo y trabajar el concepto de solidaridad desde argumentos filosóficos, históricos, culturales, entre otros, para ir aterrizando —en situaciones concretas— cómo se expresa, por ejemplo, a través de acciones de ayuda.
La combinación de diferentes métodos, adaptados a las necesidades, capacidades y al contexto de los estudiantes puede proporcionar una experiencia de aprendizaje significativo.
En tu quehacer diario, ¿qué método sueles emplear con frecuencia? Te animo a compartir tus experiencias en la comunidad de Educared.
Para conocer más:
Las cuevas del Drach. Accede al enlace.
Sobre el lugar:
Las cuevas del Drach, Palma de Mallorca (España). Ubicación
Producción y edición: Lea Sulmont
Dirección de fotografía: Sergio Paris
Música original: Adriel Calvelo
Referencias:
Palmett Urzola, A. (2020). «Métodos inductivos, deductivo y teoría de la pedagogía crítica». En: Petroglifos. Revista Crítica Transdisciplinar 3(1): 36-42, enero – junio 2020. ISSN: 2610-8186. https://petroglifosrevistacritica.org.ve/ Diccionario de la Real Academia Española. https://dle.rae.es/
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gracias por ejemplificarlo tan bien
Gracias por tu comentario. Espero que sea de utilidad.
Valiosisima informacion
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