A lo largo de los años, INIDEN ha tenido la ocasión de visitar diversas experiencias de Fe y Alegría; todas ellas caracterizadas por un objetivo buscado con persistencia: que la población de escasos recursos tenga el derecho a una educación tan buena como la que se da en los mejores centros de enseñanza. Y lo logra.

Este Informe se dedica a analizar la experiencia del Fe y Alegría 57 – Cefop, que el adelante abreviaremos como Cefop. Se trata de un exitoso modelo de formación profesional, cuyo ámbito de acción está en los departamentos de La Libertad y Cajamarca. Se creó en 1996 como parte de un convenio entre el Estado Peruano y la Unión Europea. La preocupación de ese entonces, y que continúa vigente, es la necesidad de calificar personal de nivel técnico que responda al estudio de las realidades locales y de la demanda social por empleos, como una estrategia fundamental para incrementar la competitividad y productividad laboral, muy baja en comparación a otros países de la región latinoamericana.

Hay que destacar que desde su nacimiento hasta el presente el Cefop es reconocido como un programa experimental. No es un Instituto Superior Tecnológico ni un Centro de Educación Técnico Productiva, sino un Programa de Formación Profesional que combina ambas modalidades y está integrado por dos centros con unidades operativas que funcionan como una red en cuatro localidades de La Libertad y cuatro de Cajamarca. Las carreras de uno y dos años corresponden a la Educación Técnico Productiva y las de tres años a la Educación Superior Tecnológica. Mantenerse como un programa experimental y como una red de unidades de formación profesional da muchas ventajas. Cinco de ellas son: (i) asegura una filosofía y principios comunes, (ii) facilita una planificación curricular dirigida a lograr certificaciones acumulables organizadas en una pirámide de competencias definidas en función del tipo de responsabilidades que el estudiante asumirá cuando trabaje: operario, supervisor o técnico y gestor, (iii) alienta la movilidad de estudiantes y la continuidad de estudios; (iv) los programas de estudio son más exigentes en cuanto horas de formación, asistencia a clases y evaluación que los establecidos por la normatividad correspondiente; y (v) incorpora un componente de formación integral, sobre todo, ético-moral. De no ser experimental y trabajar en red habría sido muy difícil que estas ventajas estén presentes en todas las unidades formativas.

La adopción del modelo en red ratifica lo recomendado por la investigación comparada: es muy útil, sobre todo para países con complejidades geográficas difíciles y en donde a la administración le es complicado acompañar y ayudar a las instituciones para  hacer una buena gestión. A no dudarlo, (i) la red es más eficiente y más económica que el modelo de centros independientes, (ii) ayuda a unificar criterios y estrategias de actuación en sus instituciones integrantes, (iii) optimiza el uso del personal al constatarse que hay algunas funciones académicas y administrativas que conviene centralizarlas, es el caso de la planificación de las actividades productivas, y (iv) asegura una asesoría y acompañamiento efectivos, cercanos, frecuentes y más pertinentes.

Modelo de articulación y continuidad académica

Un objetivo aparentemente obvio, como es articular la formación y las demandas de empleo solo es logrado por pocos centros, acostumbrados a estudiar constantemente las necesidades de personal de las empresas, la evolución del perfil del profesional de las ocupaciones y cómo responder a esas necesidades mediante un plan de formación que combine la teoría con la práctica y el trabajo de campo; es decir, procurando que los estudiantes tengan una vivencia y capacidad de adaptación lo más cercana posible de lo que será su vida en el mundo de la producción. Para conseguirlo, en el Cefop, el docente es un especialista en programas de estudio, con experiencia en empresas, capaz de formar en competencias y dispuesto a trabajar en extra-horario cuando sea necesario. El equipamiento y el funcionamiento institucional están de igual forma adaptados a la vida empresarial. Es por ello que los horarios de trabajo son más extensos y similares al de cualquier empresa; si es necesario, se trabaja los fines de semana o feriados. Se trata de una formación que por su exigencia y rigor no necesita que las empresas la complementen cuando reclutan un nuevo trabajador, como sucede con otros programas.  

Lograr que estudiantes y docentes tengan jornadas de trabajo más largas y que los planes de estudio estén constantemente articulados a los cambios en la actividad productiva no es una tarea sencilla. Se ha necesitado implementar un modelo de gestión administrativa, académica y económica muy eficiente, innovador, con innegable liderazgo de sus directivos que deben sortear muchas limitaciones por el hecho que el Cefop es un programa público de gestión privada. Una de ellas es que al no ser prioridad la formación profesional en la política educativa se trabaja con presupuestos del Tesoro Público muy limitados. Requiriendo la formación profesional de más presupuesto, el Cefop gestiona otras fuentes. De otro lado, ante la ausencia de una carrera pública para los docentes de la educación superior no universitaria, su remuneración es menor que la del docente de la educación básica y técnico productiva. Para el Cefop es un problema, pues tiene siimultáneamente docentes que cumplen las mismas funciones pero con diferente remuneración, lo cual es un factor de descontento y desmotivación, de deseo de migrar a una empresa o incorporarse a la educación básica o técnico productiva para tener un mejor sueldo. Aunque con tasas de movilidad docente mayores que las deseables, el Cefop ha sabido superar esos escollos ya que el personal mantiene un alto compromiso con la institución y los estudiantes. Siendo el factor salarial importante, no lo es todo, pues el docente también valora mucho participar en un proyecto de formación exitoso, que le da prestigio y perspectivas de futuro laboral.

Para la coordinación y continuidad académica, el modelo de gestión integra bajo un solo enfoque sistémico la educación técnico-productiva y la educación superior tecnológica. Los planes de formación están diseñados para que las competencias se adquieran bajo un contínum. En otras palabras, después de cumplir los créditos equivalentes a dos años en una carrera de educación técnico productiva, si se cuenta con secundaria completa, se puede proseguir un tercer año en la educación superior tecnológica y graduarse u obtener el bachillerato técnico. Adicionalmente, y aprovechando las ventajas de la legislación, podría continuar y obtener una maestría y hasta un doctorado.

En el Cefop los programas de formación son muy dinámicos, se van renovando de acuerdo con la forma en que evolucionan los procesos de producción para los que se califica. Es interesante observar el uso de la tecnología. Más que contar con laboratorios de cómputo, en el Cefop interesa que la tecnología sea utilizada para el logro de las competencias. Por ello la importancia de contar con un equipamiento que en la medida de lo posible acompañe tecnológicamente la transformación productiva, así como que la renovación curricular sea un proceso que obligue al personal directivo y docente a tener una relación muy fluída y permanente con la empresas a las que visitan o son visitados con frecuencia. Por ejemplo en Virú, hay personal de las empresas que contribuyen al desarrollo de investigaciones, además que colaboran con los procesos de implementación del plan de estudios facilitando la realización de experiencias que relacionan la formación académica con la práctica y el trabajo de campo.

Para la formación práctica y de vivencia real se organizan actividades productivas donde lo más importante es la finalidad y estrategia didáctica antes que la económica. Dichas estrategias ponen al estudiante al frente de lo que encontrarán cuando desempeñen un oficio, destacan el valor del buen trabajo y en tiempos óptimos, la colaboración grupal. Algunos descubrer igualmente sus capacidades de emprendimiento, pues no son pocos los egresados que han creado sus propios negocios con éxito.

En Trujillo 2, que prepara en Hotelería y Restaurantes, el Cefop cuenta con un hotel y tres restaurantes; las aulas de clases no solo tienen mesas y sillas, también el equipamiento para la práctica. Por ejemplo, para formar en Hotelería, en el aula existe una cama, un set de servicios higiénicos y un ropero donde los estudiantes ensayan cómo deben realizarse las tareas de arreglo de una habitación. Adicionalmente, y dependiendo del nivel de formación, unos estudiantes participan en la administración del hotel, otros hacen supervisión del desarrollo de actividades de unos terceros que ejecutan tareas de nivel operativo, como es el lavado y planchado de la ropa o utensilios empleados en el hotel, restaurante o bar. Es una de las razones por las que el Cefop cuenta con frecuentes solicitudes por parte de los principales hoteles, restaurantes y empresas de la ciudad de Trujillo para que sus estudiantes y docentes apoyen la realización de diversos eventos, como son cocteles, matrimonios, seminarios académicos, etc. Experiencias similares se observan en otros centros y unidades. Trujillo 1 es un gran productor de calzado, las unidades de Cajamarca son productoras de lácteos, vinos y otros licores.

El enfoque formativo y el nivel de confianza y diálogo creado entre el Cefop y las empresas contribuye a que los egresados tengan trabajo fácilmente luego de culminar sus estudios, así como a probabilidades más rápidas de ascenso. El Cefop es igualmente es una fuente de docentes para otras instituciones de formación profesional que buscan personal de la especialidad con sólida formación y conocimiento del proceso productivo. En esos centros varios egresados buscan reproducir el modelo pedagógico del Cefop.

Reflexiones finales

El acelerado cambio tecnológico es una  causa principal de la acelerada transformación de los sistemas productivos y, por ende, de la importancia estratégica que los países dan a la formación profesional y a la educación a lo largo de la vida. Para el Perú es crucial aumentar la productividad del trabajador para competir con mercados mucho más desarrollados. La experiencia del Cefop ofrece recomendaciones muy valiosas para impulsar esta formación. Una primera es que los programas experimentales favorecen la creatividad y las buenas prácticas. No habría sido posible para el Cefop ser pionero en la integración y articulación de ofertas de educación técnico productiva y educación superior tecnológica, si no trabaja con planes de formación adaptados a las necesidades y demandas locales e implementa jornadas de trabajo de estudiantes y docentes más largas. En segundo lugar, las ventajas del trabajo en red son enormes: ayudan a concertar una formación de calidad y economías de costos; a respetar los principios de acción, dialogar, planificar, hacer colaboración mutua y acuerdos para beneficio de todos.

En tercer lugar, es clave el establecimiento de una cultura de trabajo permanente con el sector generador de empleo en las localidades donde se actúa. Asegura una formación pertinente, posibilidades mayores de acceso y promoción en un puesto de trabajo, así como posibilidades de lograr fuentes complementarias de financiamiento, tanto empresarial como de la cooperación internacional.

Una demanda tan masiva como la de formación profesional requiere aprovechar intensamente las tecnologías digitales para diseñar modelos híbridos y virtuales y aumentar la calidad de los presenciales. Hay que avanzar, pero siendo consciente que la conectividad y el equipamiento tecnológico por parte los sectores menos pudientes es todavía una limitación que hace inaccesible que debería superarse prontamente. En tanto el teletrabajo no se expanda fuertemente, los componentes de formación práctica y de vivencia empresarial necesitarán de presencialidad, fundamental para consolidar capacidades y actitudes claves, como saber convivir, resolver problemas en grupo, decidir, etc.