Todos somos únicos y, al mismo tiempo, diferentes. En eso reside el valor de la diversidad. La diversidad lingüística y cultural, por ejemplo, nos enriquece como seres humanos, pero a su vez, convivir en esa diversidad es un desafío.
Para muestra un botón —como se dice—, pues hoy en día existen pueblos en disputa por temas religiosos, países en guerra por ambiciones territoriales, vecinos que discriminan a otros por ser inmigrantes o estudiantes que “bulean” a otros sin motivo alguno. Seguramente, más de uno habrá reconocido algún conflicto en su entorno cercano que tiene como común denominador la falta de respeto y aceptación “del otro”.
En este nuevo post de Qué tal si… te propongo que construyamos puntos de encuentro respetuosos en la escuela para cada interacción pedagógica y compartamos estrategias que comprometan a la comunidad educativa en esta dirección.
¿Por qué la escuela tiene que ser un punto de encuentro?
La escuela no es solo una institución sino, sobre todo, un espacio de socialización que debe estar a la vanguardia en la promoción del respeto y de la atención a la diversidad como base para la transformación social del país.
Luego de dos años y del cierre de las escuelas, más de nueve millones de niños, niñas y adolescentes se vieron privados de asistir a ese lugar en donde se encontraban con “otros” pares. Como balance de la pandemia, se incrementaron las brechas de inequidad en el país y en el mundo, y con ello el germen de los conflictos sociales. Por ello, la UNESCO hace un llamado a los actores educativos para asumir un pacto social en el que se pueda reimaginar la educación y priorizar objetivos construidos desde la realidad, con sentido común y visión de futuro.
En el Perú, contamos con un Proyecto Educativo Nacional al 2036 (PEN) construido a partir de un largo proceso de estudio y consenso a nivel nacional, el cual es dirigido por el Consejo Nacional de la Educación (CNE). Por ello, creo que hoy más que nunca debemos defender esa visión para crear puntos de encuentro respetuosos desde la escuela:
Visión de la educación al 2036
“Todas las personas en el Perú aprendemos, nos desarrollamos y prosperamos a lo largo de nuestras vidas, ejerciendo responsablemente nuestra libertad para construir proyectos personales y colectivos, conviviendo y dialogando intergeneracional e interculturalmente en una sociedad democrática, equitativa, igualitaria e inclusiva, que respeta y valora la diversidad en todas sus expresiones y asegura la sostenibilidad ambiental.” (CNE, 2021)
Esta gran visión se concreta en cuatro propósitos que promueven la vida ciudadana: la inclusión y equidad; el bienestar socioemocional y la productividad. Estos propósitos deben concebirse de manera articulada; en consecuencia, no podemos esperar que las personas desarrollen competencias para ser productivas sin velar por su bienestar socioemocional, sin cerrar brechas de acceso para todos y todas y sin promover una convivencia con un sentido ciudadano.
Desde el perfil de egreso del CNEB se plantean siete enfoques transversales que orientan el trabajo pedagógico en el aula e imprimen características a los diversos procesos educativos con formas de actuar basadas en la empatía, la solidaridad, el respeto, la honestidad, entre otros. El enfoque inclusivo o de atención a la diversidad es el segundo enfoque transversal y promueve un trato igualitario en las interacciones independientemente de sus diferencias culturales, sociales, étnicas, religiosas, de género, condición de discapacidad o estilos de aprendizaje. En ese sentido, la atención a la diversidad significa erradicar la exclusión, discriminación y desigualdad de oportunidades (Minedu, 2016, p. 14).
La aplicación de este enfoque, a través de los tres valores que promueve, es una forma de empezar a crear puntos de encuentro en la escuela basados en el respeto por las diferencias, alentando la confianza en cada individuo y creando condiciones para que cada uno pueda desplegar su potencial.
Practiquemos y promovamos el aprender a convivir aceptando e incluyendo la diversidad como un aprendizaje pendiente y permanente a lo largo de la vida. ¿Qué tal si… compartimos nuestras experiencias y sugerencias en la comunidad de Educared para inspirarnos en esta labor?
Observa el siguiente video con orientaciones prácticas para el desarrollo del enfoque de inclusión o atención a la diversidad.
Puerto Iguazú, provincia de Misiones (Argentina). Ubicación
Filmación: Sergio Lizzulli
Música original: Adriel Calvelo
2022
Consejo Nacional de la Educación (2020). Proyecto Educativo Nacional al 2036. Ministerio de Educación. Lima, Perú.
Ministerio de Educación (2016). Currículo Nacional de Educación Básica Regular. Ministerio de Educación. Lima, Perú. En:
http://www.minedu.gob.pe/curriculo/pdf/curriculo-nacional-2016-2.pdf
Todos somos únicos y, al mismo tiempo, diferentes. En eso reside el valor de la diversidad. La diversidad lingüística y cultural, por ejemplo, nos enriquece como seres humanos, pero a su vez, convivir en esa diversidad es un desafío.
Para muestra un botón —como se dice—, pues hoy en día existen pueblos en disputa por temas religiosos, países en guerra por ambiciones territoriales, vecinos que discriminan a otros por ser inmigrantes o estudiantes que “bulean” a otros sin motivo alguno. Seguramente, más de uno habrá reconocido algún conflicto en su entorno cercano que tiene como común denominador la falta de respeto y aceptación “del otro”.
En este nuevo post de Qué tal si… te propongo que construyamos puntos de encuentro respetuosos en la escuela para cada interacción pedagógica y compartamos estrategias que comprometan a la comunidad educativa en esta dirección.
¿Por qué la escuela tiene que ser un punto de encuentro?
La escuela no es solo una institución sino, sobre todo, un espacio de socialización que debe estar a la vanguardia en la promoción del respeto y de la atención a la diversidad como base para la transformación social del país.
Luego de dos años y del cierre de las escuelas, más de nueve millones de niños, niñas y adolescentes se vieron privados de asistir a ese lugar en donde se encontraban con “otros” pares. Como balance de la pandemia, se incrementaron las brechas de inequidad en el país y en el mundo, y con ello el germen de los conflictos sociales. Por ello, la UNESCO hace un llamado a los actores educativos para asumir un pacto social en el que se pueda reimaginar la educación y priorizar objetivos construidos desde la realidad, con sentido común y visión de futuro.
En el Perú, contamos con un Proyecto Educativo Nacional al 2036 (PEN) construido a partir de un largo proceso de estudio y consenso a nivel nacional, el cual es dirigido por el Consejo Nacional de la Educación (CNE). Por ello, creo que hoy más que nunca debemos defender esa visión para crear puntos de encuentro respetuosos desde la escuela:
Visión de la educación al 2036
“Todas las personas en el Perú aprendemos, nos desarrollamos y prosperamos a lo largo de nuestras vidas, ejerciendo responsablemente nuestra libertad para construir proyectos personales y colectivos, conviviendo y dialogando intergeneracional e interculturalmente en una sociedad democrática, equitativa, igualitaria e inclusiva, que respeta y valora la diversidad en todas sus expresiones y asegura la sostenibilidad ambiental.” (CNE, 2021)
Esta gran visión se concreta en cuatro propósitos que promueven la vida ciudadana: la inclusión y equidad; el bienestar socioemocional y la productividad. Estos propósitos deben concebirse de manera articulada; en consecuencia, no podemos esperar que las personas desarrollen competencias para ser productivas sin velar por su bienestar socioemocional, sin cerrar brechas de acceso para todos y todas y sin promover una convivencia con un sentido ciudadano.
Desde el perfil de egreso del CNEB se plantean siete enfoques transversales que orientan el trabajo pedagógico en el aula e imprimen características a los diversos procesos educativos con formas de actuar basadas en la empatía, la solidaridad, el respeto, la honestidad, entre otros. El enfoque inclusivo o de atención a la diversidad es el segundo enfoque transversal y promueve un trato igualitario en las interacciones independientemente de sus diferencias culturales, sociales, étnicas, religiosas, de género, condición de discapacidad o estilos de aprendizaje. En ese sentido, la atención a la diversidad significa erradicar la exclusión, discriminación y desigualdad de oportunidades (Minedu, 2016, p. 14).
La aplicación de este enfoque, a través de los tres valores que promueve, es una forma de empezar a crear puntos de encuentro en la escuela basados en el respeto por las diferencias, alentando la confianza en cada individuo y creando condiciones para que cada uno pueda desplegar su potencial.
Practiquemos y promovamos el aprender a convivir aceptando e incluyendo la diversidad como un aprendizaje pendiente y permanente a lo largo de la vida. ¿Qué tal si… compartimos nuestras experiencias y sugerencias en la comunidad de Educared para inspirarnos en esta labor?
Observa el siguiente video con orientaciones prácticas para el desarrollo del enfoque de inclusión o atención a la diversidad.
Puerto Iguazú, provincia de Misiones (Argentina). Ubicación
Filmación: Sergio Lizzulli
Música original: Adriel Calvelo
2022
Consejo Nacional de la Educación (2020). Proyecto Educativo Nacional al 2036. Ministerio de Educación. Lima, Perú.
Ministerio de Educación (2016). Currículo Nacional de Educación Básica Regular. Ministerio de Educación. Lima, Perú. En:
http://www.minedu.gob.pe/curriculo/pdf/curriculo-nacional-2016-2.pdf
Comentarios: 0
Valoraciones: 0
Desde Educared, queremos compartir a las familias una guía muy útil elaborada por el Ministerio de Educación en alian ...
Educación más allá del aula es un conjunto de conversatorios online organizado por Fundación Telefónica y Educared ...
A través de Fundación Telefónica/Movistar y “la Caixa” Foundation se ha puesto a disposición del Ministerio de E ...
Facebook
Twitter
Escribe un comentario
Debe Registrarse o Iniciar sesión para publicar un comentario.