Intensos reclamos por parte de diversos sectores de la población se han producido a causa del retraso con el que las autoridades del gobierno vienen decidiendo la suspensión de la norma que dispone el metro de distanciamiento entre personas al interior de las instituciones de enseñanza. El malestar se produce porque la normatividad correspondiente sale a cuenta gotas, y sin la necesaria coordinación entre los organismos que deben decidir. Asi por ejemplo, el sábado 23 se publicó un DS que prorroga el estado de emergencia en el Perú en el que se elimina la disposición referida al metro de distanciamiento. El ministro había ofrecido una norma específica de implementación en las escuelas pero al 25 de abril no se había publicado tal norma en el diario oficial.

Descoordinaciones, falta de oportunidad en la emisión de las normatividad y una estrategia de comunicación contradictoria perjudican el normal desarrollo de un año escolar que debería ser mejor llevado. Toda la evidencia internacional, así como los poquísimos casos de contagio de escolares, que posiblemente no fueron en la escuela sino en cualquier otro lugar, en otras circunstancias habrían recomendado una toma de decisiones más eficiente. Imperdonable si se tiene en cuenta la cantidad de aprendizajes que perdieron los estudiantes en los dos últimos años, el retraso con el que empezó este año el año escolar, y los días y horas de pérdida de clases que ya se vienen produciendo a lo largo del año por diversos motivos.

El requisito para hacer realidad el 10% de educación presencial es que el 100% del personal que trabaja en la institución educativa esté vacunado con las tres dosis, al igual que el 80% de los escolares. Para ampliar la cobertura de vacunación de los escolares se ha autorizado que en algunos centros este servicio pueda ofrecerse. Además, continua siendo obligatorio el uso de las mascarillas y mantener las aulas ventiladas. Esto último no es un asunto sencillo en algunas regiones. En algunas con temperaturas muy bajas se hace difícil tener las puertas de las aulas abiertas todo el tiempo. Cada cierto tiempo los alumnos deberán dejar el aula para permitir que se ventilen. La misma recomendación juega para otros lugares donde existen aulas pequeñas, techos bajos y poca ventilación. En regiones muy calurosas es indispensable tener las aulas abiertas. El cuidado deberá estar en acondicionarlas para enfrentar otros problemas: innundación de los ambientes por lluvias intensas, falta de agua, entre otros.

Lo que se espera es que el Ministerio de Educación y las Direcciones Regionales de Educación presten todas las facilidades para que los escolares vayan a clases todos los días de la semana y en horario normal, tal como la había antes que comience la pandemia. Será la única forma de empezar un plan de normalización de las clases para todos los estudiantes.

Pero el desafío principal que se viene es el de la recuperación de aprendizajes y el inicio del funcionamiento de instituciones educativas de una manera diferente a la que hubo antes de la pandemia. El cambio deberá tener en cuenta todo aquello se aprendió en estos dos años de pandemia lo cual es bastante. El magisterio, los estudiantes y las familias son más conscientes del valor de la educación presencial, pero a la vez de las tecnologías, de la necesidad de revisar el currículum priorizando unos aprendizajes e ir identificando aquellos que pueden ser prescindibles o asimilados por otros medios. Una transformación progresiva de la enseñanza debería responder a un plan realista, debidamente financiado y gerenciado, así como constante en el tiempo. Estando por superarse la pandemia e ingresando a una etapa de endemia, el país necesita políticas educativas más estables Unesco, en un reciente estudio sobre los modos híbridos que se implantan en en mundo señala que el desafío no es la cantidad de plataformas, sino idear presencialidad y virtualidad como un continuo de formación, que integra diferentes iniciativas, plataformas, recursos, estrategias y actividades, para potenciar el aprendizaje de cada alumno. Igualmente pone énfasis en que la selección, priorización y secuenciación de conocimientos y competencias - una de las características fundamentales de los modos híbridos-, ponen el foco en lo que se entiende como esencial en la formación desde la educación inicial en adelante resguardando una continuidad y fluidez en el abordaje de diversos temas priorizando la progresión de los aprendizajes de cada alumno sin cortes ni rupturas entre los niveles educativos. Los modos híbridos no pueden operar sobre el supuesto que cada subsistema o nivel educativo, cualquiera sea, defina su orden de contenidos por si mismos[1].

[1] Unesco-OEI. Ocho claves sobre los modos híbridos en educación. Unesco-Oficina Internacional de Educacion.