La “fatiga Zoom” es una situación de hastío que puede experimentar un usuario al estar sometido a múltiples reuniones virtuales, clases o eventos en línea durante todo el día. Los efectos que este estado pueden causar son bastante perjudiciales para un ambiente didáctico.
“Hay muchas investigaciones que demuestran que en realidad tenemos muchas dificultades con esto”, señala a National Geographic Andrew Franklin, profesor adjunto de ciberpsicología en la Universidad Estatal de Norfolk, en Virginia. El experto cree que las personas podrían sorprenderse mucho al descubrir lo difíciles que resultan las videollamadas para el cerebro humano.
Puede ser difícil que un niño pueda darse cuenta que está pasando por este tipo de agotamiento. Por eso los padres y/o tutores de menores deben estar observándolos constantemente, antes, durante y después de sus clases virtuales. Los síntomas más reconocibles de la “fatiga Zoom” son:
Si un niño o niña abandona repentinamente la reunión virtual para irse a jugar, manifiesta un episodio de ira o sencillamente se niega a participar de la sesión, podría tratarse de la “Fatiga Zoom” antes que solo de una situación de capricho.
Franklin señala que puede ser muy agotador para el cerebro estar en un videollamada, ya que la persona se encuentra limitada a una pantalla pequeña en la cual interactuará y competirá por atención junto a otros interlocutores. El cerebro se abruma y se agota ante el sobreestimulo y búsqueda de señales no verbales.
Para evitar la “Fatiga Zoom”, además de identificar los síntomas a tiempo, hay que tener en cuenta los siguientes tips:
Fuente: https://elcomercio.pe/
La “fatiga Zoom” es una situación de hastío que puede experimentar un usuario al estar sometido a múltiples reuniones virtuales, clases o eventos en línea durante todo el día. Los efectos que este estado pueden causar son bastante perjudiciales para un ambiente didáctico.
“Hay muchas investigaciones que demuestran que en realidad tenemos muchas dificultades con esto”, señala a National Geographic Andrew Franklin, profesor adjunto de ciberpsicología en la Universidad Estatal de Norfolk, en Virginia. El experto cree que las personas podrían sorprenderse mucho al descubrir lo difíciles que resultan las videollamadas para el cerebro humano.
Puede ser difícil que un niño pueda darse cuenta que está pasando por este tipo de agotamiento. Por eso los padres y/o tutores de menores deben estar observándolos constantemente, antes, durante y después de sus clases virtuales. Los síntomas más reconocibles de la “fatiga Zoom” son:
Si un niño o niña abandona repentinamente la reunión virtual para irse a jugar, manifiesta un episodio de ira o sencillamente se niega a participar de la sesión, podría tratarse de la “Fatiga Zoom” antes que solo de una situación de capricho.
Franklin señala que puede ser muy agotador para el cerebro estar en un videollamada, ya que la persona se encuentra limitada a una pantalla pequeña en la cual interactuará y competirá por atención junto a otros interlocutores. El cerebro se abruma y se agota ante el sobreestimulo y búsqueda de señales no verbales.
Para evitar la “Fatiga Zoom”, además de identificar los síntomas a tiempo, hay que tener en cuenta los siguientes tips:
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