A la hora actual, la aspiración de cualquier país es que su sistema educativo democratice el acceso a las tecnologías digitales en beneficio de la población escolar más pobre. No obstante, hacer realidad esa aspiración puede tardar un tiempo. Es la razón por la que no debe descuidarse la mejora de la educación a distancia ofrecida por televisión y radio.
Balance de lo realizado luego de 5 meses
A mediados de marzo se dispuso el cierre temporal de todas las instituciones educativas del sistema educativo. Hasta nuevo aviso, la formación de los estudiantes será a distancia. Es así como rápidamente las instituciones educativas públicas y privadas, de todos los niveles de enseñanza, tuvieron que ingresar a la práctica de alguna modalidad a distancia con todas las limitaciones y desafíos que ello implica. Por su parte, con la celeridad del caso, el Ministerio de Educación organizó el programa Aprendo en Casa bajo tres opciones de acceso: plataforma web, vía televisión o radio. Como sabemos, en el pasado la educación televisiva y radial han jugado un papel importante en el sistema educativo, sobre todo tratándose de la atención de los sectores de población más vulnerable, además que dichos medios de comunicación tienen un impacto significativo, pues llegan a actores que estándo más alla del sistema educativo deben ayudar a interiorizar lo que representa la crisis que se vive la educación.
Para ampliar la cobertura de atención en las modalidades de televisión y radio se sumaron varias emisoras de alcance nacional y local de todo el país. Sin embargo, a pesar de toda esta movilización, no fue posible que cada alumno reciba más allá de una o dos horas diarias de sesiones de clase. Según el currículo nacional, para la educación primaria la carga horaria por semana es de 30 horas; es decir, 6 horas diarias. De otro lado, ha sido muy difícil que las sesiones de clase programadas respondan al orden y lógica de una programación que conduzca hacia los aprendizajes fundamentales. Y es que lo inusitado de la aparición de la emergencia sanitaria llevó a trabajar con los materiales que se disponía.
La suspensión de clases presenciales, justo en el momento que comenzaba el año escolar, no permitió que desde el principio los alumnos cuenten con los cuadernos de trabajo que el Ministerio de Educación había adquirido para el presente año. Esta carencia fue más crítica entre los alumnos de familias más pobres, algunos de los cuales al no tener acceso a electricidad estaban supeditados a la posibilidad que el maestro pueda visitarlos o reunirlos en un lugar que no represente riesgo de contagio. Tuvieron que pasar algunas semanas para que los directores, docentes y comunidades locales se organicen y lleven a las casas de los alumnos el material que afortunadamente ya estaba en las escuelas.
En la educación privada el uso de la televisión o la radio como modalidades de aprendizaje es bastante menor. Son generalmente las escuelas privadas pequeñas, de bajo costo, que atienden a población pobre y/o que carecen de conexión a internet las que recurren a las emisiones del Ministerio de Educación. Tratándose de las que usan la web, lo que se observa es que las que tenían más experiencia previa en el uso de las tecnologías, las que estuvieron en mejores condiciones de asumir la educación a distancia; inclusive algunas trabajan en horario casi normal al que se tenía en la educación presencial.
Un hecho positivo es que parte de los estudiantes que aprenden por televisión o radio no están totalmente desvinculados de algún medio tecnológico digital; en especial, el celular. De acuerdo con sondeos que se han venido realizando, alrededor de 20% de los usan estas modalidades de aprendizaje se estarían comunicando con su profesor via WhatsApp, sea directamente o a través de algún miembro del hogar. Se lo usa principalmente como herramienta de mensajería para orientar, resolver dudas o encargar tareas.
Los esfuerzos realizados por los docentes que usan la television o radio para contactarse con sus alumnos son notables, pues si no se produce ese contacto los mensajes de las sesiones de clase emitidas serían únicamente unidireccionales. Un ejemplo es el del profesor Walter Velazquez con su ya famosa robot Qipi que utiliza para visitar a sus alumnos del colegio Santiago Antúnez de Mayolo, de Colcabamba, en Huancavelica. En este caso, el apoyo de las familias y comunidades es decisivo para prestar las facilidades de comunicación, sea en el hogar de cada estudiante o en otro lugar estratégico.
Pero frente a esos esfuerzos continuan los problemas de exceso de generación de normativa y de pedidos de información. Son problemas que se arrastran desde hace dos o tres décadas y tienen entre una de sus causas el aumento de la burocracia. A mediados de los años noventa el Ministerio de Educaciòn contaba con aproximadamente ochocientos trabajadores, cifra que ahora se ha multiplicadio por alrededor de ocho veces. Es fácil imaginar que normas en exceso detallistas frenan la creatividad e innovación y son hasta un agravio al potencial que tienen los docentes de hacer frente a las situaciones concretas que viven. Además, el exceso de normas y su detalle arrastra consecuencias en la actitud de la burocracia de exigir cumplimiento y establecer sanciones. Es una situación que debería cambiar. La pandemia ha reforzado la necesidad de concebir normas que se vayan generando de abajo hacia arriba y no al revés.
Pensando en reformas en el corto y mediano plazo
Luego de cinco meses de ejecución de la educación a distancia crece el consenso respecto a que las escuelas luego de concluida la pandemia no serán las que teníamos antes de febrero del 2020. Es preciso realizar amplios procesos de reflexión y adoptar medidas sobre varios aspectos del servicio educativo, en especial, en la escuela pública. Entre ellos los siguientes:
1º La tendencia es avanzar hacia un sistema híbrido que aproveche las tecnologías. Si ello es así, es muy importante determinar el tipo de escuela que se viene en función de los contextos específicos que muestra la realidad peruana. Aún en las modalidades de televisión y radio, y teniendo en cuenta la masificación del celular, es preciso definir la cantidad de presencialidad y a distancia que conviene adoptar. Las tecnologías en la educación básica de menores son un excelente complemento a la educación presencial pero requieren ser eficientemente introducidas e implementadas en el sistema educativo. Hay decisiones como la duración de una sesión de clase, la jornada diaria trabajando delante de una tablet, laptop, televisión o radio que son claves en los niveles de concentración y aprendizaje del alumno. Asimismo, se necesita claridad en cuanto a la finalidad principal del diseño de los materiales de enseñanza. No basta que estén muy bien presentados, deben ser altamente motivadores, causar el interés del estudiante respecto de la necesidad de utilizarlos y responder a un orden en términos de programación curricular y secuencialidad de aprendizajes. De lo contrario, tendrán poca utilidad y efectividad.
2º La apuesta del gobierno es porque la educación a distancia emplee las tecnologías de la web. Es el camino correcto frente a las limitaciones que muestran las otras modalidades de enseñanza, aunque cabe destacar que allí donde se pueda es recomendable combinar diversos recursos de educación a distancia, sean digitales o convencionales. Lo demuestra la decisión de adquirir más de un millón de tabletas para estudiantes de sectores pobres del área rural. Sin embargo, esta decisión debería llevar a plantearse algunas preguntas. La primera es, frente a la limitación de recursos que tendrá el país en el mediano plazo, ¿qué inversión tiene más prioridad para el sistema: dotar de tabletas a la población estudiantil de sectores pobres o darles acceso a la conectividad?. La experiencia en otros países aconsejaría ir por la segunda opción. La primera, de invertir en tabletas, plantea igualmente el desafio de la sostenibilidad ya que cada cuatro o cinco años habría que estar pensando en la renovación del equipamiento.
3º Generalizar la conexión de internet en todo el país es la aspiración, pero hacerla realidad demandará algunos años. Siendo así, es indispensable mejorar la calidad de la emisión de los programas de televisión y radio que por unos años más seguirán teniendo un rol importante en la formación de escolares de familias más pobres. El acceso gratuito a un celular –los hay muy baratos-, a un plan de datos y al uso de cabinas públicas allí donde se requiera, contribuiría a aumentar el número de alumnos que combina herramientas digitales y convencionales para aprender, que pasan de ser receptores de contenidos a incrementar sus posibilidades de aprendizaje, que sean beneficiarios de mayores momentos de retroalimentación, además de sentirse menos solos. Por ejemplo, se podría promover que intensifiquen el uso de la mensajería de textos y, en los casos que sea necesario, “resucitar” las cabinas internet en las localidades donde la carencia de tecnología en los hogares sea evidente. Será recomendable, asimismo, revisar experiencias como las de Telesecundaria mexicana, Radio Sutatenza colombiana ahora convertida en más de 600 radios comunitarias, que con el tiempo han ido transformándose y mejorando sus procesos, por ejemplo, introduciendo videos cortos en las sesiones de clase, mejorando el diseño materiales dan buen resultado.
4º Introducir las tecnologías digitales no significa abandonar todo lo del pasado. Las prácticas educativas que han sido exitosas deben seguir utilizándose. El texto escolar y los cuadernos de trabajo siguen siendo una herramienta básica de aprendizaje. Conjuntamente con el profesor, el texto ha estado siempre entre los factores más importantes de aprendizaje. En el Perú, durante el año escolar 2020 solo se distribuyeron cuadernos de trabajo; para el 2021 habría que asegurar ese material sobre todo para los escolares más pobres y que viven en las áreas geográficas de mayor carencia de uso de tecnología. En algunos casos podría ser el único material que dispongan para aprender.
5º Las horas de emisión de Aprendo en Casa por televisión y radio deberían duplicarse y hasta triplicarse prontamente para superar la insuficiencia de número de horas semanales para cada área básica del currículo. Urge una estrategia priorizada y realista de contenidos de aprendizaje y masiva de materiales audiovisuales de calidad, sobre todo para la población más pobre. Metodologicamente, integrar contenidos, trabajar por proyectos. La disponibilidad de material audiovisual debe multiplicarse asegurándo acercarse a una estructura mínima de aprendizajes. Asimismo, demandará revisar los énfasis curiculares y las estrategias para implementarlos. Los aprendizajes que requieren los estudiantes para actuar en la sociedad son mayores y más complejos y el tiempo de trabajo en la escuela cuando se ingrese a la llamada nueva normalidad será insuficiente para adquirirlos. No deben faltar por lo menos una vez a la semana contenidos asociados a ciudadania, cognitivos indispensables y de desarrollo de competencias para el buen uso de la conectividad. La oportunidad de publicación de la programación semanal de clases debería ser mejorada. Ahora es los domingos. No da tiempo para implementarla desde el día siguiente. Anticiparla a 10 a 15 dias antes. Los profesores podrían buscar recursos que complememten lo que se emite por Radio o TV.
6º Extender el aprendizaje al hogar, apoyándose más en la familia, pero conociendo sus límites. En especial, en los hogares de más escasos recursos. Alli la tutoría cercana al niño es valiosa. Muchas veces hay soledad, una estructura familiar rota y nadie para ayudar al alumno. Por ello, hay que ser cuidadoso cuando se trata de aumentar las expectativas respecto de lo que los padres pueden dar. Son importantes en la formación de actitudes, valores, en la estabiliad socio emocional, pero no confundir su función con la del profesor que es un profesional de la docencia. Al igual que sus hijos, los padres también requieren materiales apropiados. Los medios de comunicaciòn podrían contribuir a su difusión, así como en la atención de las necesidades de jóvenes y adultos. Colombia ha sido en algunos momentos un ejemplo de como la televisión con fines educativos, muy bien producida, se convierte en una valiosa herramienta de concientización de la población en temas como la salud, el pago de tributos y la actuación del profesor en un mundo como el actual.
7º Capacitar al docente para enseñar a distancia y al alumno y padres para aprender en casa. No se pudo hacer el año 2020 y es preciso hacerlo cuanto antes. La experiencia ha demostrado que hay profesores muy bien valorados por sus alumnos y padres de familia en las clases presenciales pero que tienen muchas dificultades para trabajar a distancia. Reproducen en la modalidad a distancia lo mismo que hacen en la escuela y ello funciona. A su vez, la capacitación de padres resulta imprescindible para crear el ambiente necesario para que el alumno aprenda. No se tienen aún estadisticas, pero el abandono escolar podría haber aumentado signficativamente no solo por razones económicas sino también metodológicas.
8º Una nueva estrategia normativa del Ministerio de Educación. La misma debería implicar: (i) racionalizar normas y demandas de información; (ii) imponer claros criterios de generación de normas basados en dar mayor capacidad de decisiones a las escuelas, y cumplir lo que establece la Constitución Política: el rol del Ministerio es fijar lineamientos y apoyar un sistema descentralizado; (iii) evitar que los organismos intermedios sigan agravando la situación; (iv) evaluar la posibilidad de reducir burocracia; y (v) intensificar la automatización de procedimientos.
En conclusión: La duración de la jornada escolar es clave para lograr aprendizajes mínimos. No puede seguirse con una sesión de clase al día. Además de extenderla es aconsejable evaluar la posibilidad de reducir las siguientes vacaciones escolares a un mes. El celular debe aprovecharse más en las modalidades de radio y TV para la orientar y acompañar al estudiante. Urge una estrategia priorizada y realista de contenidos de aprendizaje y masiva de materiales de calidad para la población más pobre. Solo es posible si la concepción, ejecución y monitoreo del nuevo modelo es una tarea de toda la sociedad y si las escuelas tienen mayor capacidad de decisión.
Ver link: Informe de Educación,. Agosto 2020
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