Ken Robinson fue una figura muy respetada dentro de la comunidad educativa. Abogaba por la creatividad y la innovación en la educación: creía que asignaturas como el arte, la danza o la música deberían cobrar mayor importancia en el currículo. Recordamos la aportación de este importante educador, fallecido el pasado 21 de agosto.
En 2006, Robinson pronunció una conferencia TED que, además de hacerle popularmente conocido, abrió un gran debate sobre las escuelas y la creatividad. El escritor y conferenciante, experto en educación e innovación, apoyó en numerosas ocasiones la necesidad de desarrollar el talento dentro del aula y lograr que materias relacionadas con el arte tuvieran mayor relevancia en los planes de estudios. Fallecido el pasado 21 de agosto, recopilamos algunas de sus obras y charlas TED más importantes de su carrera.
Basándose en las ideas de su charla TED ‘Cómo la escuela mata la creatividad’, Robinson trata de plasmar en este libro diferentes soluciones y herramientas para transformar el método educativo actual por uno más personalizado, en el que aprovechar todo el potencial de los recursos tecnológicos y con el que los estudiantes fomenten su creatividad de cara al futuro. Con investigaciones y casos prácticos, el objetivo final es que la comunidad educativa descubra el camino por el que se moverá la educación en el presente siglo. Todo un enfoque revolucionario sobre cómo educar.
Robinson mantuvo centenares de conversaciones con diversas familias, que le planteaban multitud de preguntas acerca de la educación de sus hijos: ¿cuál es la escuela más apropiada? o ¿cuáles son los elementos que hay que priorizar en su educación? En este manual ofrece una serie de principios básicos y distintos consejos con los que orientar a los estudiantes y familiares, tanto dentro como fuera del aula.
El experto en educación consideraba que todas las personas disponemos de un ‘elemento’, es decir, una pasión interior por aquellas cosas que nos llenan y nos hacen sentirnos ubicados en la vida. De este modo, el libro invita al lector a buscar ese ‘elemento’ incidiendo en la idea de que nunca es tarde para ponerse manos a la obra. Para Robinson, la clave del éxito no residía exclusivamente en parámetros económicos, sino en hacer aquello que realmente llegue a transmitir una verdadera pasión.
Robinson propone tres principios básicos para que progrese la mente humana y su cultura educativa: la diversidad, la curiosidad y el control del ambiente. La conferencia se centra en cómo salir de lo que él llama el ‘valle de la muerte’ educativo, al que se enfrentan los estudiantes y docentes. Además, también destaca la necesidad de hacer ver a las generaciones más jóvenes que existe un clima lleno de posibilidades.
Plantea algunas cuestiones importantes basadas en cómo crear un sistema educativo que ayude a desarrollar la creatividad del alumnado. Centra su discurso en las grandes capacidades de innovación que tienen los estudiantes desde muy pequeños. Por ello, dedica este alegato a que los docentes ayuden a los niños a encontrar su talento e impulsarlo para que no lo desperdicien. Para conseguirlo propone una combinación de educación y creatividad que permita que los alumnos aprendan a desarrollar su imaginación como lo hacen con el alfabeto, por ejemplo.
Ken Robinson fue una figura muy respetada dentro de la comunidad educativa. Abogaba por la creatividad y la innovación en la educación: creía que asignaturas como el arte, la danza o la música deberían cobrar mayor importancia en el currículo. Recordamos la aportación de este importante educador, fallecido el pasado 21 de agosto.
En 2006, Robinson pronunció una conferencia TED que, además de hacerle popularmente conocido, abrió un gran debate sobre las escuelas y la creatividad. El escritor y conferenciante, experto en educación e innovación, apoyó en numerosas ocasiones la necesidad de desarrollar el talento dentro del aula y lograr que materias relacionadas con el arte tuvieran mayor relevancia en los planes de estudios. Fallecido el pasado 21 de agosto, recopilamos algunas de sus obras y charlas TED más importantes de su carrera.
Basándose en las ideas de su charla TED ‘Cómo la escuela mata la creatividad’, Robinson trata de plasmar en este libro diferentes soluciones y herramientas para transformar el método educativo actual por uno más personalizado, en el que aprovechar todo el potencial de los recursos tecnológicos y con el que los estudiantes fomenten su creatividad de cara al futuro. Con investigaciones y casos prácticos, el objetivo final es que la comunidad educativa descubra el camino por el que se moverá la educación en el presente siglo. Todo un enfoque revolucionario sobre cómo educar.
Robinson mantuvo centenares de conversaciones con diversas familias, que le planteaban multitud de preguntas acerca de la educación de sus hijos: ¿cuál es la escuela más apropiada? o ¿cuáles son los elementos que hay que priorizar en su educación? En este manual ofrece una serie de principios básicos y distintos consejos con los que orientar a los estudiantes y familiares, tanto dentro como fuera del aula.
El experto en educación consideraba que todas las personas disponemos de un ‘elemento’, es decir, una pasión interior por aquellas cosas que nos llenan y nos hacen sentirnos ubicados en la vida. De este modo, el libro invita al lector a buscar ese ‘elemento’ incidiendo en la idea de que nunca es tarde para ponerse manos a la obra. Para Robinson, la clave del éxito no residía exclusivamente en parámetros económicos, sino en hacer aquello que realmente llegue a transmitir una verdadera pasión.
Robinson propone tres principios básicos para que progrese la mente humana y su cultura educativa: la diversidad, la curiosidad y el control del ambiente. La conferencia se centra en cómo salir de lo que él llama el ‘valle de la muerte’ educativo, al que se enfrentan los estudiantes y docentes. Además, también destaca la necesidad de hacer ver a las generaciones más jóvenes que existe un clima lleno de posibilidades.
Plantea algunas cuestiones importantes basadas en cómo crear un sistema educativo que ayude a desarrollar la creatividad del alumnado. Centra su discurso en las grandes capacidades de innovación que tienen los estudiantes desde muy pequeños. Por ello, dedica este alegato a que los docentes ayuden a los niños a encontrar su talento e impulsarlo para que no lo desperdicien. Para conseguirlo propone una combinación de educación y creatividad que permita que los alumnos aprendan a desarrollar su imaginación como lo hacen con el alfabeto, por ejemplo.
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