Mira el siguiente video, parece el expresidente Barcka Obama, ¿no?
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¿Qué es un deep fake? Se trata de videos ficticios altamente realistas generados con inteligencia artificial. En ellos, los rostros de los protagonistas y sus gestos son virtualmente indistinguibles de alguien real, llegando incluso a simular a personas tan poderosas como Barack Obama o Vladimir Putin.
El peligro de esta tecnología es claro: los medios pueden ser manipulados y simular una realidad que puede desatar consecuencias reales. Imaginémonos la difusión de imágenes de un líder político en carrera presidencial agrediendo a alguien, o recibiendo dinero de dudosa procedencia. Internet facilita la viralización de algo semejante, llegando a repercutir de manera determinante en el mundo político y la vida de esa persona. Se está haciendo cada vez más difícil discernir entre un deep fake y la verdad.
Ahora bien, esto no es algo nuevo. Manipular imágenes y otros medios de de comunicación con fines fraudulentos o de boicot es una práctica bastante antigua. No obstante, el mayor acceso a herramientas de edición cada vez más fáciles de usar y las vías de difusión libre de la red añaden más incertidumbre a un entorno mediático en que la verdad y la realidad se mezclan muy fácilmente con los fake news.
Una manera de proteger nuestra integridad e imagen frente a esta clase de producciones es cuidar lo que subimos a nuestras redes. Es decir, mantener nuestra privacidad y limitar lo máximo posible la información que le brindamos a las plataformas y herramientas que nos hemos acostumbrado a usar.
Por ejemplo, con datos recabados por redes sociales y buscadores, el robot de This Person Does Not Exist crea continuamente rostros ficticios altamente verosímiles. La inteligencia artificial detrás de esto se denomina Generative Adversarial Network (GAN), un concepto de la disciplina de Machine Learning, que produce imágenes a partir de una especie de "entrenamiento" de datos, aprendiendo a generar fotografías realistas.
Haga la prueba usted mismo, dé actualizar en esta página para cargar una nueva “persona”. Esta y otras herramientas demuestran el poder de la inteligencia artificial hoy y ayudan a apreciar el valor real de nuestra privacidad e información. Al mismo tiempo, proponen discusiones éticas de fondo que serviría discutir desde la escuela, sobre todo en un momento donde conviven con tanta facilidad informaciones reales y ficticias.
Ver más: ¿Cómo enseñar a los niños a identificar fake news? y ¿Quién vigila tus contenidos de Instagram?
Mira el siguiente video, parece el expresidente Barcka Obama, ¿no?
¿Qué es un deep fake? Se trata de videos ficticios altamente realistas generados con inteligencia artificial. En ellos, los rostros de los protagonistas y sus gestos son virtualmente indistinguibles de alguien real, llegando incluso a simular a personas tan poderosas como Barack Obama o Vladimir Putin.
El peligro de esta tecnología es claro: los medios pueden ser manipulados y simular una realidad que puede desatar consecuencias reales. Imaginémonos la difusión de imágenes de un líder político en carrera presidencial agrediendo a alguien, o recibiendo dinero de dudosa procedencia. Internet facilita la viralización de algo semejante, llegando a repercutir de manera determinante en el mundo político y la vida de esa persona. Se está haciendo cada vez más difícil discernir entre un deep fake y la verdad.
Ahora bien, esto no es algo nuevo. Manipular imágenes y otros medios de de comunicación con fines fraudulentos o de boicot es una práctica bastante antigua. No obstante, el mayor acceso a herramientas de edición cada vez más fáciles de usar y las vías de difusión libre de la red añaden más incertidumbre a un entorno mediático en que la verdad y la realidad se mezclan muy fácilmente con los fake news.
Una manera de proteger nuestra integridad e imagen frente a esta clase de producciones es cuidar lo que subimos a nuestras redes. Es decir, mantener nuestra privacidad y limitar lo máximo posible la información que le brindamos a las plataformas y herramientas que nos hemos acostumbrado a usar.
Por ejemplo, con datos recabados por redes sociales y buscadores, el robot de This Person Does Not Exist crea continuamente rostros ficticios altamente verosímiles. La inteligencia artificial detrás de esto se denomina Generative Adversarial Network (GAN), un concepto de la disciplina de Machine Learning, que produce imágenes a partir de una especie de “entrenamiento” de datos, aprendiendo a generar fotografías realistas.
Haga la prueba usted mismo, dé actualizar en esta página para cargar una nueva “persona”. Esta y otras herramientas demuestran el poder de la inteligencia artificial hoy y ayudan a apreciar el valor real de nuestra privacidad e información. Al mismo tiempo, proponen discusiones éticas de fondo que serviría discutir desde la escuela, sobre todo en un momento donde conviven con tanta facilidad informaciones reales y ficticias.
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