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La aparición de la cerámica
La cerámica en los Andes centrales apareció en distintas zonas geográficas y de manera más o menos simultanea. Sin embargo la mayoría de investigadores concuerdan en señalar que su origen estuvo en las zonas costeras de los actuales territorios de Ecuador y Puerto Hormiga, Colombia (3,090 - 80 a.C.). La cultura Valdivia (Ecuador) es la que presenta la cerámica más antigua de Sudamérica: 3,150 - 2,300 a.C.. Al parecer la cerámica llegó desde allí y se difundió de manera desarrollada por todo el territorio peruano. Los registros de cerámica mas antiguos en el Perú datan entre los 1,800 y 1,300 a.C.. Las primeras formas conocidas provienen de la costa peruana y son tecnológicamente primitivas. Sus bordes y paredes son delgados (2 - 3 mm) y sus formas imitan las vasijas y cuencos realizados con mates (calabazas).
Son tres los estilos alfareros que se encuentran identificados para este periodo:
Estilo Ancón-Curayacu: Al norte de la actual ciudad de Lima se encontró ollas sin cuello, figurinas, botellas y tazas con paredes rectas. Según E. Lanning, En este estilo se puede hacer una diferenciación entre la tradición Ancón y Curayacu pues en la segunda se utiliza pintura roja en la decoración y se aprecia una mayor cuidado en la elaboración de las piezas.
Estilo Wairajira-Tutishcaino: Cerca de la zona de Kotosh (Huánuco) se encontró un estilo alfarero emparentado con tradiciones amazonicas. Resaltan de este estilo las decoraciones con líneas incisas paralelas (hatching)
Estilo Pandeche: Peter Kaulicke, arqueólogo alemán, descubrió en 1975 restos de cerámica en Pacopampa (Cajamarca) que presentaban decoraciones con líneas incisas. Continuando con la excavación Daniel Morales encontró en el mismo lugar vasijas que son el testimonio más antiguo de cerámica y tradición alfarera en el Perú. Estilísticamente posee similitud con la tradición Valdivia tardío y Machalilla temprano.
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