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La época de los grandes reinos (1000 - 1450 d.C.)
El renacimiento de las culturas locales se circunscribe en un marco cronológico difícil de definir. La paulatina desintegración de los Huari y la igual expansión incaica dejan muchas dudas en cuanto a la imposición de las fechas, sobre todo si en las manifestaciones de la cerámica -uno de los principales métodos de diferenciación de las culturas- después de los Huari no hay una ruptura clara, sino más bien una mezcla regional. Las fechas convencionales se ubican entre el 900 d.C. y el 1400 d.C. pero pueden variar según los investigadores consultados.
La otra difícil definición es el del sistema político que surgió en este periodo. Se ha hablado de reinos, señoríos y curacazgos, pero todos ellos son insuficientes y no comprenden cabalmente la complejidad del desarrollo de tradiciones y culturas del Intermedio Tardío.
Para complicar el panorama, la estabilidad de fronteras durante este periodo casi no existe, hubo constantes pugnas de poder, movilizaciones de población y un mosaico lingüístico variado que no se ha conservado hasta nuestros días (los Incas modificaron los nombres originales por fonemas quechua).
Lo que se puede deducir de los desarrollos regionales durante esta época es la existencia de una dicotomía en cuanto a la organización política entre las culturas de la costa y las de la sierra. En la costa primó una organización compleja a través de vastas extensiones de terreno, a través de varios valles. En la sierra más bien de organizaron pequeños señoríos dispersos y concentrados en las zonas altas, más cercanas a las fuentes de agua. También durante este periodo hubo una gran incidencia en los conflictos fronterizos, al parecer por una demostración e intento de acumulación de poder, como parte del legado expansionista Huari, o como parte de la necesidad de obtener mayores pastizales y zonas de cultivo en un contexto de sequía desde el siglo XI y que duró unos 200 años.
Otro legado Huari fue el del urbanismo, sobre todo en la costa norte y algunas ciudades pequeñas en la costa central. En la sierra se desarrollaron ciudades fortificadas, que al parecer nacieron como producto de una inicial reacción contra los Huari. La economía no sufrió mayores cambios, mientras que siguieron los patrones de producción andina que hemos visto en periodos pasados. En cuanto al arte, vemos que la principal transformación es una menor sacralización del mismo, sin que por ello desaparezcan los motivos religiosos. La tecnología agrícola también es la misma que hemos visto anteriormente, sólo que llevada a un punto más alto del desarrollo, como el caso de los canales intervalles de la costa en la zona de Lambayeque.
Finalmente, ocurre un proceso divergente en el desarrollo del arte. Por una parte la alfarería se empieza a producir en serie a través de moldes, por lo cual pierde calidad y acabado; mientras que los textiles costeños encuentran un alto punto de calidad y belleza. Se sigue trabajando la metalurgia, el oro principalmente en el norte y la plata en el sur.
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