Este artículo señala las similitudes entre los países en desarrollo de América Latina y Asia Oriental para lograr la educación de sus jóvenes como ofrecer un mayor acceso y la mejora de la calidad de los procesos de aprendizaje y enseñanza, así como reducir las desigualdades entre grupos de ingresos y áreas urbanas y rurales. Precisa que una combinación correcta de políticas permitiría alcanzar estos objetivos. Hace una reseña del programa Oportunidades de México con su programa de “Transferencias en efectivo condicionadas”.