Respetando la neurodiversidadConoce a  Ernesto Reaño y al equipo de Investigación y Tratamiento en Asperger  y Autismo EITA, especialistas en Autismo y Neurodiversidad. Mi nombre es  Ernesto Reaño *. Soy psicólogo clínico y lingüista. Al terminar la carrera, mis intereses iban por el lado del lenguaje y sus procesos así que inicié mis prácticas profesionales con niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL): un trastorno congénito que se diagnostica por descarte. Un grupo de estas personas presenta el llamado Trastorno Pragmático del Lenguaje: un lenguaje “normal” a nivel de estructura pero deficitario en su uso y comprensión social (pragmática). Al empezar mis investigaciones sobre el tema, noté que la bibliografía reciente vinculaba este problema del lenguaje con el Autismo en general y con el Síndrome de Asperger en una suerte de espectro o continuo. Elegí  entonces dedicarme al tratamiento de personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) (específicamente, el TPL y el SA). La comunidad de personas con Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) y con Síndrome de Asperger es bastante activa en cuanto a la defensa de sus derechos. Un activista importante es Jim Sinclair (persona con autismo de alto funcionamiento, aprendió a comunicarse verbalmente a los 12 años y actualmente trabaja como psicólogo con personas con TEA) , fundador de dos redes bastante activas, integradas y dirigidas por personas con Autismo y Síndrome de Asperger: Autism Network International y Aspies for freedom. Según Simon Baron-Cohen, creador del constructo sobre Teoría de la Mente y Autismo, en estas personas se da un bajo nivel para empatizar que va de la mano con una gran habilidad para sistematizar. Por ello presentan gran capacidad para los cálculos, trabajo con detalles o tareas que requieran una gran capacidad de focalización. Si hay algún tipo de discapacidad esta es, fundamentalmente, a nivel de las relaciones sociales puesto que o no entiende su importancia o simplemente, a veces, no les interesa (al menos no como nosotros esperaríamos que les interese). Esto lleva a que se les considere raros, huraños, desatinados, maleducados, ofensivos, inadaptados, etc. Esta comunidad, de personas con TEA, ha acuñado el término neurodiversidad el cual supone que un desarrollo neurológico atípico (neurodivergente) es una diferencia normal que debe ser reconocida y respetada como cualquier otra variante humana. En este sentido, debemos esforzarnos por comprender que no todos procesamos la información de la misma manera, ni damos el mismo peso a lo social, o que, simplemente, existen diversas maneras de ver el mundo: ni mejores ni peores, distintas. Ser neurodivergente es lo opuesto a ser neurotípico (“neurótico típico”, el resto de la población). Dentro del concepto de neurodiversidad, en la actualidad, se considera ya no sólo las diferencias neurológicas y, por ende, de procesar el mundo, de las personas con Autismo o Síndrome de Asperger, sino también de las que tienen déficit de atención, dislexia, dispraxia, trastornos específicos del lenguaje, trastorno bipolar, etc… Por estas razón, el término “trastorno” va cayendo en desuso para hablar, mejor, de “condición”. Por ejemplo, tener Autismo, Síndrome de Asperger no es una enfermedad sino una condición de vida. Con esto vuelvo a lo que señalaba líneas arriba. La palabra “trastorno” tiene que ver con la herencia clínica de nuestros diagnósticos pero, como señala Baron-Cohen en su último libro (Autism and Asperger Syndrome: The facts), las personas del grupo de alto funcionamiento tienen un pensar diferente: una condición distinta. En navidad y fin de año pienso en mis muchos amigos Aspergers (o aspies). En estas fiestas uno asiste al descuartizamiento de la intimidad con que las personas neurotípicas obligan, a veces, a vivir lo que debería ser “normal”: sonreír a diestra y siniestra, ir a reuniones que no nos importan, confraternizar sin que se nos note el aburrimiento, iniciar la caravana de saludos a familiares a quienes quizá no veamos hace mucho o que, en especial, no nos importe ver… y si alguien decide pasarla tranquilo, en casa, con un pequeño grupo, se le llamará antisocial, émulo de Scrooge, amargado, etc. y, peor aún, querrán ir en su rescate insistiendo hasta el infinito en que salga, en que se fije en lo infeliz que es, en que sea “normal”. La “normalidad estadística”, querido neurotípico, no tiene nada que ver con la calidad de vida y tampoco, remotamente, con la felicidad. Si quieres socializar más allá de tus fuerzas o si es realmente importante para ti, eres libre de hacerlo pero respeta a quienes quieren estar tranquilos, a los que quieren ir a su ritmo, a los que disfrutan de manera distinta. * Psicólogo conferencista internacional, director y fundador  del Equipo de Investigación y Tratamiento en Asperger y Autismo (EITA), primera institución dedicada exclusivamente al diagnóstico e investigación sobre el Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) y el Síndrome de Asperger (SA). Se especializa en el estudio del desarrollo del lenguaje en el niño y  el tratamiento  del espectro autista. Licenciado en Psicología Clínica por la Pontificia Universidad Católica del Perú; Magister en Ciencias del Lenguaje por la Université Sorbonne-Nouvelle Paris III. Hizo una especialización doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid y es  Doctor en Psicolingüística por la Université de Limoges (Francia). Teléfono: 222 2312 • E-mail: informes@eita.pe • Sitio web: www.eita.pe • Oficina EITA: Del Llano Zapata 316 – 303 Miraflores.

Respetando la neurodiversidad

Autor: EDUCARED admin Publicado: abril 1, 2013

Conoce a  Ernesto Reaño y al equipo de Investigación y Tratamiento en Asperger  y Autismo EITA, especialistas en Autismo y Neurodiversidad.

Mi nombre es  Ernesto Reaño *. Soy psicólogo clínico y lingüista. Al terminar la carrera, mis intereses iban por el lado del lenguaje y sus procesos así que inicié mis prácticas profesionales con niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL): un trastorno congénito que se diagnostica por descarte. Un grupo de estas personas presenta el llamado Trastorno Pragmático del Lenguaje: un lenguaje “normal” a nivel de estructura pero deficitario en su uso y comprensión social (pragmática).

Al empezar mis investigaciones sobre el tema, noté que la bibliografía reciente vinculaba este problema del lenguaje con el Autismo en general y con el Síndrome de Asperger en una suerte de espectro o continuo. Elegí  entonces dedicarme al tratamiento de personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) (específicamente, el TPL y el SA).

La comunidad de personas con Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) y con Síndrome de Asperger es bastante activa en cuanto a la defensa de sus derechos. Un activista importante es Jim Sinclair (persona con autismo de alto funcionamiento, aprendió a comunicarse verbalmente a los 12 años y actualmente trabaja como psicólogo con personas con TEA) , fundador de dos redes bastante activas, integradas y dirigidas por personas con Autismo y Síndrome de Asperger: Autism Network International y Aspies for freedom.

Según Simon Baron-Cohen, creador del constructo sobre Teoría de la Mente y Autismo, en estas personas se da un bajo nivel para empatizar que va de la mano con una gran habilidad para sistematizar. Por ello presentan gran capacidad para los cálculos, trabajo con detalles o tareas que requieran una gran capacidad de focalización. Si hay algún tipo de discapacidad esta es, fundamentalmente, a nivel de las relaciones sociales puesto que o no entiende su importancia o simplemente, a veces, no les interesa (al menos no como nosotros esperaríamos que les interese).

Esto lleva a que se les considere raros, huraños, desatinados, maleducados, ofensivos, inadaptados, etc.

Esta comunidad, de personas con TEA, ha acuñado el término neurodiversidad el cual supone que un desarrollo neurológico atípico (neurodivergente) es una diferencia normal que debe ser reconocida y respetada como cualquier otra variante humana. En este sentido, debemos esforzarnos por comprender que no todos procesamos la información de la misma manera, ni damos el mismo peso a lo social, o que, simplemente, existen diversas maneras de ver el mundo: ni mejores ni peores, distintas. Ser neurodivergente es lo opuesto a ser neurotípico (“neurótico típico”, el resto de la población).

Dentro del concepto de neurodiversidad, en la actualidad, se considera ya no sólo las diferencias neurológicas y, por ende, de procesar el mundo, de las personas con Autismo o Síndrome de Asperger, sino también de las que tienen déficit de atención, dislexia, dispraxia, trastornos específicos del lenguaje, trastorno bipolar, etc…

Por estas razón, el término “trastorno” va cayendo en desuso para hablar, mejor, de “condición”. Por ejemplo, tener Autismo, Síndrome de Asperger no es una enfermedad sino una condición de vida. Con esto vuelvo a lo que señalaba líneas arriba. La palabra “trastorno” tiene que ver con la herencia clínica de nuestros diagnósticos pero, como señala Baron-Cohen en su último libro (Autism and Asperger Syndrome: The facts), las personas del grupo de alto funcionamiento tienen un pensar diferente: una condición distinta.
En navidad y fin de año pienso en mis muchos amigos Aspergers (o aspies). En estas fiestas uno asiste al descuartizamiento de la intimidad con que las personas neurotípicas obligan, a veces, a vivir lo que debería ser “normal”: sonreír a diestra y siniestra, ir a reuniones que no nos importan, confraternizar sin que se nos note el aburrimiento, iniciar la caravana de saludos a familiares a quienes quizá no veamos hace mucho o que, en especial, no nos importe ver… y si alguien decide pasarla tranquilo, en casa, con un pequeño grupo, se le llamará antisocial, émulo de Scrooge, amargado, etc. y, peor aún, querrán ir en su rescate insistiendo hasta el infinito en que salga, en que se fije en lo infeliz que es, en que sea “normal”.

La “normalidad estadística”, querido neurotípico, no tiene nada que ver con la calidad de vida y tampoco, remotamente, con la felicidad.
Si quieres socializar más allá de tus fuerzas o si es realmente importante para ti, eres libre de hacerlo pero respeta a quienes quieren estar tranquilos, a los que quieren ir a su ritmo, a los que disfrutan de manera distinta.

* Psicólogo conferencista internacional, director y fundador  del Equipo de Investigación y Tratamiento en Asperger y Autismo (EITA), primera institución dedicada exclusivamente al diagnóstico e investigación sobre el Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) y el Síndrome de Asperger (SA). Se especializa en el estudio del desarrollo del lenguaje en el niño y  el tratamiento  del espectro autista. Licenciado en Psicología Clínica por la Pontificia Universidad Católica del Perú; Magister en Ciencias del Lenguaje por la Université Sorbonne-Nouvelle Paris III. Hizo una especialización doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid y es  Doctor en Psicolingüística por la Université de Limoges (Francia).

Teléfono: 222 2312
• E-mail: informes@eita.pe
• Sitio web: www.eita.pe
• Oficina EITA: Del Llano Zapata 316 – 303 Miraflores.

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