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    Poesía
Pablo Guevara

Poesía

Mi padre

Tenía un gran taller. Era parte del orbe.
Entre cueros y sueños y gritos y zarpazos, 
él cantaba y cantaba o se ahogaba en la vida.
Con Forero y Arteche. Siempre Forero, siempre 
con Bazetti y mi padre navegando en el patio 
y el amable licor como un reino sin fin.

Fue bueno, y yo lo supe a pesar de las ruinas 
que alcancé a acariciar. Fue pobre como muchos, 
luego creció y creció rodeado de zapatos que luego 
fueron botas. Gran monarca su oficio, todo creció 
con él. La casa y mi alcancía y esta humanidad.

Pero algo fue muriendo, lentamente al principio; 
su fe o su valor, los frágiles trofeos, acaso su pasión, 
algo se fue muriendo con esa gran constancia 
del que mucho ha deseado.

Y se quedó un día, retorcido en mis brazos, 
como una cosa usada, un zapato o un traje, 
raíz inolvidable quedó solo y conmigo.

Nadie estaba a su lado. Nadie.
Más allá de la alcoba, amigos y familia, 
qué sé yo, lo estrujaban.

Murió solo y conmigo. Nadie se acuerda de él. 

Dos monarcas

Amo al pescado, el plateado monarca 
que se agita en mis manos. Yo lo escucho 
y lo miro vibrante en mis sentidos, tal vez 
como en las costas libres de alguna gran bahía 
donde no hay pescadores que sumerjan sus redes. 
Fabulosa materia que me intriga los ojos, 
dinos, ¿fue feliz este espacio de aleteos dorsales? 
Surcador de los sodios, ¿fue feliz este estado del ser 
temblando en la ansiedad, pero que nunca supe si es que huía 
o partía hacia costas o límites? Oh, habitante del mar, 
-otro reino que es el mío- oh, querido, necesito saberlo.

Hoy estamos cogidos. Y tú extrañas el mar.
Y yo extraño el amor. Si sonara el amor 
extenso como el mar. Oh, querido.

(de Retorno a la creatura)

Canto XI
Las tortugas

Ajenas a la vida de la justicia y la injusticia 
y bajo los cielos rojos las tortugas pasan 
con su casa de mil lados a cuestas…

Pasan, ignoradas de los hombres, las arrugadas 
que nunca estuvieron presentes en los asesinatos; 
en tanta noche humana son la imagen feliz 
de polícromos palacios y cabañas 
que nunca han hecho sombra a la existencia; 
pasean, comen, procrean, van a dormir, 
en las concavidades de las playas calientes
escuchan la voz de palmeras, sueñan.

(de Los habitantes)

Cristina

Y es en el oval de la mejilla que camina, 
hija a mi lado, el esquife más pequeño 
que tengo, el más dorado de todos, 
donde está la proa de mi amor.

Y en el tan dulce pelo que es, 
dorado del Botticelli, trigo de Teruel, Jauja o Kiev, 
y en el pórtico oval gótico por donde brillan 
ojos ojivados del Van der Goes o del Memling 
ventanitas son de monasterio oscuro, oscuro, 
irisados bajo la garúa nacen y mueren, 
rojos, verdes, azules en pugna con el gris 
de calamidad de Lima, y el marchito tiempo 
al fondo, tiempo que lloro, plúmbeo marco 
como los de Leonardo…
En tanto sostengo el remo, el bracito nacarado, 
el cáñamo japonés, el tallo de la flor de Rhodesia, 
en el mar desencadenado y en la albúmina excesiva 
como de tuberculoso de Lima, y en la alegría 
de su boca, música del Corelli, campanita 
solar del valle mientras tiembla mi corazón 
y llegar al puñal no oso, y por fin mi vida es 
junto con la de la imaginación aunque sólo 
sean unos segundos -siempre son unos segundos, 
estos que son la vida de los que no han perdido 
su libertad ni jamás se la dejarían arrebatar 
por sobre todas las cosas y pueden predecir 
la sequía o la cosecha de la gavilla, 
aunque los pueblos estén de duelo 
por los gavilanes y los guerrilleros, 
ah Nacimiento, ah Muerte, volver a partir 
desarrebujando las velas, aún más remendadas, 
ah Niñez, ah Juventud, ah Gravidez, ah Vejez 
del Amor, y los astutos dioses haciéndonos 
las espaldas y las olas creciendo, siempre creciendo…

(de Crónicas contra los bribones)

Los ecuestres
				
Mi país enrumba hacia Nacimiento y hacia Extremaunción, a la
gloria de las destrucciones en este Orden atormentado.
Aunque hay niños que se arrojan enloquecidos y luchan por los
					valles
y los viejos dicen que se arrojarían prestos a despanzurrarse 
por las inscripciones en sus arcos votivos
-diciendo que mueren así por sus principios-
la mayor parte de muertos son jóvenes:
ellos amanecen apasionadamente encarcelados,
apasionadamente apaleados, apasionadamente acuchillados,
	desmembrados, bombardeados;
aves rapaces basureras oscurecen los cielos
			se posan en mis hombros
vienen a mis sauces y mis alcanfores y me cuentan la Historia
que no se daña, hacen imponderables mis escritos, ciudades reginas 
					no os amo
pues mil noches necesito para cumplir una bella jornada.

II
Hay que destruir este Orden Establecido, 
para levantar la res-plan-des-cien-te-casa-de-psyché 
en el vasto imperio solar y en el corazón, y atreverse a matar: 
como el enfermo deshauciado que desarmó a su enfermedad
palpando cada día la verdad de sus muros en vez de adivinarlos, 
y la verdad de su poder -o no poder- para destruirlos.

En estos hogares, banderas, templos, instituciones, libros, 
de leyes, de misas, de cocinas, de contabilidades, deidades 
no sois más mis amigos, nunca lo fuísteis, sois mis enemigos.

Jamás el más mínimo cultivo, ni cocina ni sazón; 
carne, alguna vez, cruda o semicocida por el calor de los muslos 
	frotando sobre el arnés; 
mujeres cautivas, las necesarias para burlar alguna burda jornada, 
en los carromatos sin roperos ni joyeros ni afeites ni tapicerías;

Niños, muchos niños libres, sin propiedades, sin rebaños 
ni molinos de agua ni molinos de viento ni escuelas 
	de ésas que domestican la libertad; 
ambos sexos en toda edad con un mismo vestido, 
para toda estación un mismo color, con groseras costuras 
de pieles de roedores salvajes, animales resistentes por muchos años
y por todo saludo el saludo del Odio cuando ha sido descuartizado 
		el Amor.

III
Como Hunos 
con cabezas rapadas y trenzas solitarias mirando el horizonte 
con olores nauseabundos visitando a los amigos y a los enemigos,
sentados a horcajadas sobre la realidad, 
realidad medida, calculada, soñada, admirada 
toda la vida sobre patas cortas e hirsutas, 
avanzaron con maestría dueños de sus medios: 
flechas y caballos.
Caracoleando sobre andaluces caballos, los almagristas primero,
después los chupeños, sobre morochucos, en las breñas, 
hoy los guerrilleros, a pie y en asnos y en caballos, 
también disponiendo 
de sus únicas vidas cuando nada ni nadie, aparentemente se las 
					pedía 
en el imperio feudal que mal se disimula con créditos o
					parcelaciones, 
un poema sin sombras me visita, aletea y me hiere 
y me hace feliz u hosco o desdeñoso 
de todo bien remoto y de todo bien próximo. 
Como esos magníficos hombres 
de los que sólo se hallaron sus vestigios después de mil años 
(2 o 3 cráneos en Mozonszentjanos 
-llanuras de Hungría-), así mis hermosos compadres 
dejaron sus restos en mis montañas 
Compadre Guillermo, Compadre Paul 
ya los encontraremos. 
Llegaron al punto 
en que se volvió a demostrar 
que lo habitual y lo cotidiano 
es la Historia 
y que vahos, sudores, llagas, imprecaciones, 
pies como globos, diarreas, caídas, maldiciones 
a través de muchos kilómetros sin testimonios 
son la Historia, 
otra Historia, 
y destruyeron el Imperio Romano 
y su injusta PAX.

(de Hotel del Cuzco y otras provincias del Perú)

UN   ICEBERG LLAMADO POESÍA
                                 4 


Y de pronto apareció por ahí ese maldito iceberg
llamado Poesía o Literatura o Aburrimiento o lo que fuera
con la única condición precisa de no devenir en Aburrimiento
	ni por un instante…

Los viajes se podían repetir hasta el Aburrimiento
pero una vez llegados allí / a ese cape borrascoso o Cabo
de Nueva Esperanza o cabo furioso ¿vencería una vez más
el Aburrimiento/ el más temible malhechor de la Antigüedad
	¿el más temido de los Tiempos Modernos? 

2/3 de humanidad padece de hambres crónicas 
   -con frecuencia el tercio restante y muchos de los 2/3 se
   aburren se aburren inexorable-mente-demencial-mente
   tonta-mente se aburren se aburren se aburren….
Naufragando a cada momento en un mar de dementes aburridos
navegando en los bajeles rutinarios del más tonto aburrimiento
en un mar de aburridos aburrimientos…

Y había que vencer el Aburrimiento en el mismo huevo
a como diera lugar
antes que un campesino enorme musculoso se volviera un
guerrero lleno de astucias ¡Herakles
antes que fueran las Columnas de Hércules! 
el Peñón de Gibraltar o Escila y Caribdis en el
Estrecho de Messina… que nos llenarían de pavor
y harían del barco miles de fragmentos aburridos
flotando sobre el mar…

¡Y no aburrirse durante cinco días y cinco noches!
¡y poder atravesar el Cabo de Nueva Esperanza con la 
promesa de poder vencerlo! ¡cómo no salir corriendo
a comprar pasajes para esa travesía famosa!

Parafraseando a Stevenson:
"un barco es como una isla, una porción de sólido
rodeado de aburrimiento por todas partes"

¡Qué podía pasar entonces con este mausoleo flotante
prometido a la vida y no a la muerte! con más de 
trescientos metros de eslora y unos ochenta metros de ancho
y alto como un edificio de once pisos
que parecía haber  tenido a la muerte larvada en su seno
y estar lleno de adormideras rojas y blancas (opio)

Y como yo no  era heredero de nada
   -y no prometía nada a nadie… salvo unas palabras sueltas
unas letras apenas garrapateadas… letras por escribir
a mediano y a largo plazo aún por redactarse…

Yo no podía condenar a nadie
a vivir en mi compañía a vivir entre la luz y las tinieblas
las tinieblas y la luz y las soledades
   por muchos años luz…

Y yo debía… ¡Jamás aburrirlos!...
si sucedía ya sabía a que atenerme…


(de Un iceberg llamado poesía)