La poesía emblemática de María Emilia Cornejo
Semblanza
María Emilia Cornejo tenía 23 años en 1972 cuando se suicidó. Pocos sabían que era poeta, salvo quienes la conocían de cerca, alumnos y profesores de la Universidad de San Marcos. En su corta vida, en los pocos poemas que logró escribir, dio un vuelco a la poesía peruana escrita por mujeres. Es cierto que existe una tradición de mujeres que escribe poesía en el siglo XX, principalmente en los años veinte Magda Portal y, desde los años cincuenta, Blanca Varela. Y es verdad también que la poesía en manos de esas escritoras, y de unas pocas más como Carmen Ollé ahora o Rocío Silva Santisteban, es una escritura que sin proclamarse necesariamente feminista, reclama con fuerza el derecho de la mujer de tener un lugar importante en la sociedad. Pero es verdad también que la mayor porción de la poesía escrita por mujeres en todo el siglo XX ha sido una poesía edulcorada, repetitiva, poco creativa. María Emilia Cornejo tuvo, en este marco, el efecto de un rayo. Su poesía, cuando se difundió en los ochenta, pareció chocante. Y lo era porque se atrevía a trastocar los roles en la sociedad patriarcal, porque abordaba la inconveniente, y, hasta cierto punto, lo prohibido. Ese libro suyo, A la mitad del camino recorrido (1986), espasmódico, violento, balbuceante a ratos, era algo que no se había visto en décadas de poesía peruana. María Emilia Cornejo, "la muchacha mala de la historia", como dice uno de sus textos se ha convertido en la poeta paradigmática, de la segunda mitad del siglo XX.
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