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Mundo mítico de José María Arguedas

Semblanza

Nacido en Andahuaylas en 1911 y fallecido en Lima en 1969, José María Arguedas es, en literatura, ejemplo nítido del encuentro entre las culturas quechua y occidental. Cursó sus estudios primarios en San Juan de Lucanas, Puquio y Abancay, lugares donde su padre, un abogado errante, iba buscando clientes a los que defendía en juicios interminables. Al intimar ahí con niños indígenas aprendió la lengua quechua y se familiarizó con las costumbres ancestrales del hombre del ande. Estudió la secundaria en Ica, Huancayo y Lima e ingresó a la Universidad de San Marcos en 1931. Profesor del Colegio Nacional de Sicuani entre 1939 y 1941, trabajó luego en la sección de folklore y artes populares del Ministerio de Educación entre 1942 y 1956. Entre 1963 y 1964 fue Director de la Casa de la Cultura. Graduado como doctor en antropología en 1963, fue profesor de esas disciplinas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad Agraria hasta su fallecimiento en 1969.

Sin ser estrictamente biográficas, sus obras aprovechan el vivo conocimiento de la cultura quechua que tuvo a lo largo de su vida. Arguedas publicó en 1935 un hermoso libro de cuentos, Agua, y a continuación, en 1941, la novela Yawar fiesta y en 1955 el conjunto de relatos Diamantes y pedernales. En 1958, la editorial Losada de Buenos Aires editó Los ríos profundos, la novela de Arguedas que con el correr del tiempo se ha convertido en su libro más leído y celebrado. En 1962 Arguedas ofreció al público en una primorosa edición, su hermoso cuento la agonía de Rasu Ñiti; en 1964 se publicó su monumental novela Todas las sangres. En 1971, de forma póstuma, se publicó El zorro de arriba y el zorro de abajo, su trabajo literario más discutido por los estudiosos, pues quedó inconcluso, en el que Arguedas alterna capítulos de estricta ficción, con otros personajes en los que narra la situación de extrema dificultad en la que escribe su novela, atrapado por una depresión que lo llevaría al suicidio. Al final de ese texto conmovedor, el escritor decide interrumpir su escritura, e inclinarse por su desaparición, mandando cartas a amigos, e inclusive previendo detalles de sus funerales.

Para completar la imagen literaria de José María Arguedas, diremos algo del conjunto de esa obra. La primera novela Yawar fiesta (1941) nos ofrece en toda su complejidad la vida indígena. A través de un motivo tomado de la cultura española, pero transformado en algo peculiar, la "corrida india" de toros, nos ofrece un vivo cuadro de la transculturación en un pueblo serrano, Puquio. En 1961, Arguedas publicó El sexto, una novela sobre las experiencias carcelarias en una célebre prisión limeña. Con trazos intensos explora las condiciones de sufrimiento extremado de quienes viven esa situación. En 1962 publicó La agonía de Rasu Ñiti, uno de los cuentos más hermosos de su pluma que trata de la muerte de un danzante de tijeras. En 1964 Arguedas publicó su más ambiciosa novela, Todas las sangres, texto desigual aunque con páginas deslumbrantes que recuerdan la hondura trágica de Dostoievski. Ese relato dio lugar a una polémica entre el propio Arguedas y algunos científicos sociales que le reprochaban no ser fiel a la realidad de ese momento. Arguedas se defendió diciendo que el había visto lo que describía. Lo que cabe decir para ésa y para todas las novelas es que la literatura no copia al referente, a la realidad, sino que la transforma y que el Perú entero tenía, como hasta ahora, distintos grados de desarrollo. Situaciones de explotación feudal inconcebibles en la costa son verosímiles en la sierra de aquellos años. Y eso es lo que describe Arguedas en sus novelas.