Miguel Gutiérrez Correa
Semblanza
Nacido en Piura en 1940, Gutiérrez se ha convertido en uno de los novelistas
más leídos y comentados del Pero. Hizo sus estudios en el colegio Salesiano
de su ciudad natal y posteriormente ingresó a la Universidad Católica (1957)
y luego pasó a la Universidad de San Marcos donde concluyó la especialidad
de literatura en la Facultad de Letras (1967). Profesor de la Universidad de
Huamanga (1968/1969), ha profesado también en la Universidad de San Marcos
(1974). Posteriormente ha sido profesor por varios años en la Universidad
Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta y ha residido en China, trabajando como
corrector de estilo en diferentes publicaciones en español. Actualmente está
consagrado exclusivamente a la literatura. Ha publicado las siguientes
novelas:
El viejo saurio se retira (1969), Hombres de caminos (1968), La violencia
del tiempo (1991), La destrucción del reino (1992), Babel, el paraíso
(1993), Poderes secretos (1995) y El mundo sin Xochitl (2001). También es
autor de libros de ensayos, entre ellos:
La generación del 50: un mundo dividido (1988) y Celebración de la novela.
Cuando apareció la primera novela de Gutiérrez pocos advirtieron que ese
texto abría una verdadera caja de Pandora, el territorio favorito de un
novelista de garra lleno de conflictos y de afectos. E l viejo saurio se
retira es una novela de aprendizaje en el sentido que lo son las novelas de
James Joyce Retrato del artista adolescente o de Dylan Thomas Retrato del
artista cachorro. Pero más que a esos dos textos, el de Gutiérrez tiene
semejanza con El estudiante Torless de Robert Musil. Se trata de un
conjunto de jóvenes que en una difícil maduración se enfrentan a la omnímoda
religiosidad de un colegio católico en Piura. Un crítico, José Miguel
Oviedo, advirtió en el momento de la aparición del libro, que había
elementos comunes con la novela picaresca. Sin duda, literalmente tenía
razón, pero los otros valores de la novela no fueron cabalmente percibidos.
Gutiérrez traía ya en ese primer libro, una prosa diferente, nerviosa,
variada, de intensidad lírica, precisamente como había sido la prosa del
primer Dos Passos en los años veinte de la centuria pasada. Gutiérrez demoró
bastante en entregar una segunda novela. Entretanto fundó la revista
Narración en 1966 con otros escritores como Oswald Reynoso, Juan Morillo,
Gregorio Martínez, Augusto Higa. Podría decirse que la crítica peruana no se
percató en los años setenta, que estaba apareciendo un novelista original.
Pero cuando se publicó Hombres de caminos en 1988, ya hubo cierto consenso.
Gutiérrez volvía a ocuparse de Piura, pero esta vez salía de los muros
escolares y mezclaba su pluma con las clases populares, con la variedad de
conflictos de campesinos con patrones, generalmente edulcorados por los
escritores regionales o aparentemente olvidados en la memoria de la gente.
Esa temática de Hombres de caminos será desarrollada con más vigor en La
violencia del tiempo, para muchos, la novela más interesante de Gutiérrez.
Al iniciarse los años noventa del pasado siglo ya Gutiérrez es un novelista
cuajado, dueño de sus recursos expresivos y puede, mediante los artilugios
de un gran creador, mezclar acontecimientos de su espacio favorito, Piura,
con otros conocidos por él mediante el estudio y la información como la
Comuna de París de 1870. En La destrucción del reino vuelve Gutiérrez a
esos espacios piuranos, llenos de polvo, sol y conflicto. Una pizca de
nostalgia tiñe su prosa vigorosa. Babel, el paraíso, una novela muy bien
lograda de Gutiérrez y no suficientemente celebrada por la crítica nacional,
se ambienta en oriente, podríamos decir que en China, aunque la obra no es
suficientemente explícita en ese punto. Con páginas de prosa impecable, el
tema de fondo, es la metafísica del poder. Gutiérrez ha sabido trasminar su
experiencia en China, el conocimiento, aunque fuere indirecto de los
mecanismos del poder en una sociedad cerrada, a una parábola sobre la
condición humana. Simultáneamente Gutiérrez explora la esfera de los afectos
entre personas de diferentes culturas. El mundo sin Xochitl, vuelve a los
espacios de Piura. Novela de gran belleza, acabada, de gran fuerza y
perfección formal. Esta vez se nos presenta una Piura en algunos aspectos
misteriosa. Gutiérrez se atreve con un tema sombrío: el incesto entre
hermanos y lo hace con delicadeza casi religiosa. Y el pecado, como en otras
grandes novelas, se asocia a enfermedad y muerte. Al final de la novela,
como en Los ríos profundos de José María Arguedas, una epidemia de peste,
invade la comarca. Puesto que está en plena madurez, Gutiérrez todavía nos
puede ofrecer otros logros.
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