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Martín Adán, tradición y modernidad

Semblanza

Martín Adán es el seudónimo de Rafael de la Fuente Benavides (1908-1985), uno de los escritores más caracterizados de la literatura peruana del siglo XX. Con La casa de cartón (1928), se pondrá a la vanguardia de la literatura de ese momento. El libro, de prosa lírica, se ha convertido en un clásico de las letras peruanas. El relato era sustancialmente diferente a todo lo que se había hecho en prosa en el Perú.

Hacia 1931, Martín Adán inicia la escritura de uno de sus poemas mayores, Aloysius Acker. El texto se ha publicado fragmentariamente y en más de una ocasión fue destruido parcialmente por su autor, que lo retomó en otras ocasiones. Como los textos conocidos hasta ahora son de insólita belleza, se ha creado una leyenda en torno al poema que simboliza más que otras páginas de la literatura peruana, la calidad de los fragmentos y la indiferencia del autor a la difusión de una obra acabada.

Paralelamente Martín Adán, que había escrito unos poemas que llamó Underwood en su primer libro, inicia un largo tanteo poético con colecciones de versos como La rosa de la espinela (1939) o Sonetos a la rosa (1941). En esos poemas el autor abandona las formas de vanguardia y tiene un acercamiento a los versos medidos que se convertirán en característicos de su obra posterior.

Travesía de extramares (1950) es un libro de importancia crucial en la poesía de Martín Adán. Escrito en plena madurez de su autor tiene una abundancia de citas en distintos idiomas. Así el poeta nos entrega un listado de sus preferencias literarias.

En 1961, en un breve opúsculo titulado Escrito a ciegas, el poeta llega a una hermosa depuración del lenguaje, abandona los artificios, deja de usar términos rebuscados y llega a una inesperada hondura.

En La mano desasida (1961), el poeta desata toda sus inhibiciones, deja de lado toda retórica, para preguntarse por el ser. El poeta cosifica su propio ser y anima el ser de Macchu Picchu. No es casual, que en la raíz de las más importantes obras de Martín Adán esté el fenómeno de la separación o de la muerte. De muchos modos desprendido de los sueños y deseos comunes, Martín Adán tiene con casi todos los peruanos el vínculo del sufrimiento de una sociedad difícil. La diferencia está en que él tiene la voz, la más precisa voz.