No seguir descuidando la educación de jóvenes y adultosLa fuerte caída de la matrícula de la educación de jóvenes y adultos, además de no estar compuesta necesariamente por estudiantes con 18 años o más, es la mayor expresión de la escasa prioridad que ha tenido esta oferta de enseñanza en las tres últimas décadas. En otras palabras, la respuesta del sistema educativo ha sido lamentable por tres motivos. En primer lugar, desde el año 2000 la matrícula estatal de la educación básica alternativa se redujo en 71,446 estudiantes mientras la matrícula privada creció en 19,546, no pudiendo compensar la fuerte caída total. Mientras en Perú el total de estudiantes de esta modalidad en relación a los mayores de 18 años representó el 1.8% en el 2017, en las naciones europeas esta tasa llega al 12.5%. En segundo lugar, en valores corrientes la inversión estatal por estudiante está en descenso desde el año 2009 y 2010 cuando se invertía 2,700 soles; en el 2017 se invierte 1,920 soles por estudiante. En tercer lugar, es lamentable porque la educación y capacitación, que juegan un papel clave en la generación de empleo, no alcanzó los estándares de calidad suficientes como para contribuir a reducir los novecientos mil desocupados y las dos terceras partes de empleo informal. Un asunto que debe ser bien comprendido por quienes ofertan este tipo de servicios es que el empleo formal no crecerá significativamente a menos que mejoremos la cobertura y calidad de la oferta de formación para jóvenes y adultos en situación de mayor vulnerabilidad. Postergar la política de educación de jóvenes y adultos en los actuales tiempos adquiere un carácter especial, pues más que nunca, cualquier persona que se incorpora o pretende incorporarse al mercado laboral necesita participar de procesos pertinentes de educación y capacitación durante toda la vida para hacer frente a la transformación, desaparición o creación de nuevos empleos, los cuales dependen de diversos factores, no exclusivamente tecnológicos. La transformación de los empleos es el proceso que más avanza y que se vive con progresividades y complejidades en aumento, no solo entre trabajadores con mayor nivel de educación sino también entre los que vienen realizando actividades predominantemente rutinarias. Reparar un automóvil, atender en un restaurant, vender ropa en un establecimiento de retail, y miles de otras ocupaciones es ahora diferente a lo que fue hace pocos años y lo será nuevamente pronto. En todas estas actividades la informática y la inteligencia artificial obligan a contar con nuevas habilidades, pero también en muchos casos se requiere una base mínima de cultura, manejo básico del inglés, marketing, gestión y, en general, de relaciones humanas. Hay un punto de partida que preocupa. Se necesita superar el analfabetismo absoluto que el 2016 afectó al 5.9% de la población de 15 años y más. Casi al finalizar la segunda década del siglo XXI, y en valores absolutos, ese 5.9% equivale a 1,346,000 analfabetos de los cuales 52% están en las áreas rurales. Todavía, entre los mayores de 24 años, un tercio carece de instrucción o su máximo nivel de educación es primaria incompleta o completa. Pero tan importante como superar el analfabetismo absoluto es lograr la alfabetización digital. Su dimensión no se conoce con exactitud, pero algunos indicadores dan idea del esfuerzo por realizar. Según los datos del INEI, para el último trimestre del 2017 únicamente la tercera parte de los hogares peruanos contaba con al menos una computadora y los que tenían acceso a Internet apenas superaban la cuarta parte. Como es obvio suponer, en Lima Metropolitana está el mayor acceso a ambas herramientas y el gran desafío de la alfabetización digital está en las zonas rurales donde solo el 5.8% de los hogares cuenta con al menos un computador y 1.7% accede a Internet. El otro grupo que representa un desafío es la población de 6 años y más con educación primaria, pues según el INEI, uno de cada cinco accede a Internet frente al 92.4% de la población con educación superior universitaria.  

Reformas necesarias

Son varios los indicadores que ilustran que, en la construcción de procesos de educación durante toda la vida, se parte de un escenario muy precario donde poco hay que rescatar y mucho por construir. Entre lo rescatable están modelos de oferta como los de SENATI, TECSUP y otros organizados por iniciativas de los gremios empresariales para promover la calidad y productividad de sus respectivos sectores. Se extraña el papel que jugaban institutos como el José Pardo. En cambio, el resto de la formación profesional y, sobre todo, la educación básica para jóvenes y adultos, necesitan reformas sustantivas de sus estructuras, tipos y gobernabilidad de sus ofertas. Es indudable que se requiere mayor financiamiento público y privado, pero más importante serán las medidas que puedan adoptarse para flexibilizar y ampliar la variedad de modalidades de formación. Preferible es que el Estado cuente con menos centros de educación básica y técnico productiva, a condición que estén bien dotados en recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros. Asimismo que la creación y funcionamiento de esos centros, tanto estatales como no estatales, repose en rigurosos mecanismos de licenciamiento y acreditación. Las reformas de la Educación Básica Alternativa y de la Educación Técnico Productiva están entre las más importantes. La primera, y parte de la segunda, se ofrecen actualmente en los mismos locales donde asisten niños y adolescentes y, en el caso de la Básica Alternativa, con programas de estudio que tienen casi la misma orientación y estructura que los que se aplican en la Educación Básica Regular. Además de los numerosos problemas de uso de los locales, desde hace muchas décadas se ha insistido que los programas de estudio para jóvenes y adultos deben tener duración y contenidos diferentes; sin embargo, poco se avanzó, olvidándose que esta población ha desarrollado conocimientos y habilidades que aún no poseen los niños. La matrícula de la modalidad cayó no solo porque no fue prioritaria, sino principalmente porque tal como se ofrece no atrae ni incentiva a los jóvenes y adultos que la necesitan. Experiencias en otros países pueden ayudarnos a establecer una política de educación para jóvenes y adultos. La multiplicidad de opciones, debido a la alta heterogeneidad de la demanda y la necesidad de aumentar la cobertura de participantes, obliga a no limitar las ofertas exclusivamente a la Educación Básica Alternativa o a la Educación Técnico Productiva formal. En ese objetivo, debería existir flexibilidad de opciones para el desarrollo de los programas de estudios, unos que lleven a completar la educación básica y otros que mediante cursos de educación técnico productiva, extraescolares, de educación semi-presencial y a distancia, a tiempo completo o parcial, habiliten y certifiquen en determinadas competencias en función de las necesidades de los usuarios. La flexibilidad debe reflejarse igualmente en otros aspectos del funcionamiento de la oferta para jóvenes y adultos: en horarios de régimen nocturno o de enseñanza mixta que respondan a las posibilidades de los usuarios y no tanto a la conveniencia de la administración o del profesorado; así como en la posibilidad de emplear infraestructura que no necesariamente sean escuelas de educación básica regular. Las propuestas curriculares que se definan y la forma como se implementen son claves ya que las quejas de los estudiantes que asisten a los programas que se les ofrecen son la frondosidad, la poca pertinencia de los contenidos, el sometimiento a una cantidad excesiva de asignaturas, la desactualización del equipamiento y un profesorado que no está suficientemente calificado y que, con pocas excepciones ha vivido el mundo de la empresa. Los países que van adelante en reformas para esta modalidad de estudios tienden a una racionalización del número de áreas de formación. Frente a las entre diez y doce que se incluyen en el currículo de la Educación Básica Regular, en la Educación Básica para jóvenes y adultos se opta por concentrarse en cuatro a seis áreas, con fuerte énfasis práctico. Entre las que más se incluyen están las siguientes: lectoescritura y comunicación, matemáticas para la vida, tecnologías de la comunicación e información, sociales y ciudadanía, inglés y desarrollo de habilidades para la empleabilidad. Quienes impulsan las reformas son conscientes además que no todo joven o adulto que sin educación básica completa estará en la capacidad o disponibilidad de completarla, además que el financiamiento para cubrir toda la demanda sería una dificultad. Por ello la flexibilidad se da también en la posibilidad seguir cursos específicos, ser evaluado y lograr las certificaciones correspondientes facilitando de este modo el acceso o permanencia en el mercado de trabajo. En varios países latinoamericanos, por iniciativa empresarial propia o alentada con incentivos tributarios, se ofrecen una variedad de cursos con énfasis en el empleo o auto empleo para jóvenes en situación de vulnerabilidad. Son cursos que ayudan a disminuir dicha situación. Varios de ellos aprovechan el empleo de las tecnologías digitales pues se constata que son una herramienta muy poderosa y efectiva para atraer y calificar a jóvenes sin educación básica completa. Con modalidades de capacitación muy flexibles, se organizan, certifican o recertifican.  

Gestión y financiamiento

Impulsar la educación de jóvenes y adultos demanda una organización más fuerte que la actual, capaz de promover el desarrollo de diferentes variedades de ofertas estatales y no estatales. Tres criterios que deberían evaluarse son los siguientes: Primero, la posibilidad de trasferir al Ministerio de Trabajo y Promoción Social y a otros ministerios mayores responsabilidades en la organización y promoción de programas de formación técnico profesional y para jóvenes y adultos sin educación básica completa. Implicaría fortalecer funciones, estructuras y financiamiento, así como un marco legal que exprese la convicción del Estado que más conveniente y barato le sale incentivar la contribución privada en la creación de oferta de educación y capacitación. Segundo, es deseable que el financiamiento dirigido a las poblaciones con mayor nivel de vulnerabilidad sea principalmente público. No obstante, siendo las necesidades de educación y formación considerables, son imprescindibles fórmulas complementarias de financiamiento privado. Dos experiencias convendría revisar. En el Perú, en los años setenta, en el marco de la modalidad de calificación profesional extraordinaria, se alentó que las empresas creen Unidades de Formación/Producción autofinanciadas con el objetivo de calificar a sus trabajadores y a otros que pensaban reclutar. A cambio, las empresas eran incentivadas en su creación mediante incentivos tributarios. Similar experiencia, que sigue funcionando en Chile, es el Servicio de Franquicia Tributaria (SENCE). Beneficia a trabajadores ocupados y desocupados e inactivos. Las empresas contribuyen con el 50% de los gastos de capacitación, cuando ésta fuere impartida a trabajadores cuyas remuneraciones individuales mensuales excedan las 25 unidades tributarias mensuales y no superen las 50, y con el 85% de los gastos de capacitación, cuando ésta fuere impartida a trabajadores cuyas remuneraciones individuales mensuales superen las 50 unidades tributarias mensuales. Frente a esa contribucion, las empresas pueden descontar del monto a pagar en impuestos, los gastos efectuados en programas de capacitación que se hayan realizado dentro del territorio nacional, en las cantidades que sean autorizadas de acuerdo al monto de la planilla anual corespondiente. En promedio no se debe exceder en el año de una suma máxima equivalente al uno por ciento de las remuneraciones imponibles pagadas al personal en el mismo lapso. Las empresas pueden desarrollar directamente las actividades de capacitación o contratar con instituciones especializadas, debidamente acreditadas e inscritas en un registro creado para el efecto. Hay mucho por hacer por jóvenes y adultos que no han concluido su educación básica oportunamente. Como lo señala el título de este informe, no se puede seguir descuidando su atención. Debemos seguir reflexiondando en su reforma e impulso. Ver links: Economia-informal-en-Peru-2016 Educacion de adultos no formal en Europa. EPJA Sistemas Formación continua y educación de adultos enEspaña. EPJA España

No seguir descuidando la educación de jóvenes y adultos

Autor: Hugo Diaz Publicado: mayo 29, 2018

La fuerte caída de la matrícula de la educación de jóvenes y adultos, además de no estar compuesta necesariamente por estudiantes con 18 años o más, es la mayor expresión de la escasa prioridad que ha tenido esta oferta de enseñanza en las tres últimas décadas. En otras palabras, la respuesta del sistema educativo ha sido lamentable por tres motivos. En primer lugar, desde el año 2000 la matrícula estatal de la educación básica alternativa se redujo en 71,446 estudiantes mientras la matrícula privada creció en 19,546, no pudiendo compensar la fuerte caída total. Mientras en Perú el total de estudiantes de esta modalidad en relación a los mayores de 18 años representó el 1.8% en el 2017, en las naciones europeas esta tasa llega al 12.5%. En segundo lugar, en valores corrientes la inversión estatal por estudiante está en descenso desde el año 2009 y 2010 cuando se invertía 2,700 soles; en el 2017 se invierte 1,920 soles por estudiante. En tercer lugar, es lamentable porque la educación y capacitación, que juegan un papel clave en la generación de empleo, no alcanzó los estándares de calidad suficientes como para contribuir a reducir los novecientos mil desocupados y las dos terceras partes de empleo informal. Un asunto que debe ser bien comprendido por quienes ofertan este tipo de servicios es que el empleo formal no crecerá significativamente a menos que mejoremos la cobertura y calidad de la oferta de formación para jóvenes y adultos en situación de mayor vulnerabilidad.

Postergar la política de educación de jóvenes y adultos en los actuales tiempos adquiere un carácter especial, pues más que nunca, cualquier persona que se incorpora o pretende incorporarse al mercado laboral necesita participar de procesos pertinentes de educación y capacitación durante toda la vida para hacer frente a la transformación, desaparición o creación de nuevos empleos, los cuales dependen de diversos factores, no exclusivamente tecnológicos. La transformación de los empleos es el proceso que más avanza y que se vive con progresividades y complejidades en aumento, no solo entre trabajadores con mayor nivel de educación sino también entre los que vienen realizando actividades predominantemente rutinarias. Reparar un automóvil, atender en un restaurant, vender ropa en un establecimiento de retail, y miles de otras ocupaciones es ahora diferente a lo que fue hace pocos años y lo será nuevamente pronto. En todas estas actividades la informática y la inteligencia artificial obligan a contar con nuevas habilidades, pero también en muchos casos se requiere una base mínima de cultura, manejo básico del inglés, marketing, gestión y, en general, de relaciones humanas.

Hay un punto de partida que preocupa. Se necesita superar el analfabetismo absoluto que el 2016 afectó al 5.9% de la población de 15 años y más. Casi al finalizar la segunda década del siglo XXI, y en valores absolutos, ese 5.9% equivale a 1,346,000 analfabetos de los cuales 52% están en las áreas rurales. Todavía, entre los mayores de 24 años, un tercio carece de instrucción o su máximo nivel de educación es primaria incompleta o completa.

Pero tan importante como superar el analfabetismo absoluto es lograr la alfabetización digital. Su dimensión no se conoce con exactitud, pero algunos indicadores dan idea del esfuerzo por realizar. Según los datos del INEI, para el último trimestre del 2017 únicamente la tercera parte de los hogares peruanos contaba con al menos una computadora y los que tenían acceso a Internet apenas superaban la cuarta parte. Como es obvio suponer, en Lima Metropolitana está el mayor acceso a ambas herramientas y el gran desafío de la alfabetización digital está en las zonas rurales donde solo el 5.8% de los hogares cuenta con al menos un computador y 1.7% accede a Internet. El otro grupo que representa un desafío es la población de 6 años y más con educación primaria, pues según el INEI, uno de cada cinco accede a Internet frente al 92.4% de la población con educación superior universitaria.

 

Reformas necesarias

Son varios los indicadores que ilustran que, en la construcción de procesos de educación durante toda la vida, se parte de un escenario muy precario donde poco hay que rescatar y mucho por construir. Entre lo rescatable están modelos de oferta como los de SENATI, TECSUP y otros organizados por iniciativas de los gremios empresariales para promover la calidad y productividad de sus respectivos sectores. Se extraña el papel que jugaban institutos como el José Pardo. En cambio, el resto de la formación profesional y, sobre todo, la educación básica para jóvenes y adultos, necesitan reformas sustantivas de sus estructuras, tipos y gobernabilidad de sus ofertas.

Es indudable que se requiere mayor financiamiento público y privado, pero más importante serán las medidas que puedan adoptarse para flexibilizar y ampliar la variedad de modalidades de formación. Preferible es que el Estado cuente con menos centros de educación básica y técnico productiva, a condición que estén bien dotados en recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros. Asimismo que la creación y funcionamiento de esos centros, tanto estatales como no estatales, repose en rigurosos mecanismos de licenciamiento y acreditación.

Las reformas de la Educación Básica Alternativa y de la Educación Técnico Productiva están entre las más importantes. La primera, y parte de la segunda, se ofrecen actualmente en los mismos locales donde asisten niños y adolescentes y, en el caso de la Básica Alternativa, con programas de estudio que tienen casi la misma orientación y estructura que los que se aplican en la Educación Básica Regular. Además de los numerosos problemas de uso de los locales, desde hace muchas décadas se ha insistido que los programas de estudio para jóvenes y adultos deben tener duración y contenidos diferentes; sin embargo, poco se avanzó, olvidándose que esta población ha desarrollado conocimientos y habilidades que aún no poseen los niños. La matrícula de la modalidad cayó no solo porque no fue prioritaria, sino principalmente porque tal como se ofrece no atrae ni incentiva a los jóvenes y adultos que la necesitan.

Experiencias en otros países pueden ayudarnos a establecer una política de educación para jóvenes y adultos. La multiplicidad de opciones, debido a la alta heterogeneidad de la demanda y la necesidad de aumentar la cobertura de participantes, obliga a no limitar las ofertas exclusivamente a la Educación Básica Alternativa o a la Educación Técnico Productiva formal. En ese objetivo, debería existir flexibilidad de opciones para el desarrollo de los programas de estudios, unos que lleven a completar la educación básica y otros que mediante cursos de educación técnico productiva, extraescolares, de educación semi-presencial y a distancia, a tiempo completo o parcial, habiliten y certifiquen en determinadas competencias en función de las necesidades de los usuarios.

La flexibilidad debe reflejarse igualmente en otros aspectos del funcionamiento de la oferta para jóvenes y adultos: en horarios de régimen nocturno o de enseñanza mixta que respondan a las posibilidades de los usuarios y no tanto a la conveniencia de la administración o del profesorado; así como en la posibilidad de emplear infraestructura que no necesariamente sean escuelas de educación básica regular. Las propuestas curriculares que se definan y la forma como se implementen son claves ya que las quejas de los estudiantes que asisten a los programas que se les ofrecen son la frondosidad, la poca pertinencia de los contenidos, el sometimiento a una cantidad excesiva de asignaturas, la desactualización del equipamiento y un profesorado que no está suficientemente calificado y que, con pocas excepciones ha vivido el mundo de la empresa.

Los países que van adelante en reformas para esta modalidad de estudios tienden a una racionalización del número de áreas de formación. Frente a las entre diez y doce que se incluyen en el currículo de la Educación Básica Regular, en la Educación Básica para jóvenes y adultos se opta por concentrarse en cuatro a seis áreas, con fuerte énfasis práctico. Entre las que más se incluyen están las siguientes: lectoescritura y comunicación, matemáticas para la vida, tecnologías de la comunicación e información, sociales y ciudadanía, inglés y desarrollo de habilidades para la empleabilidad.

Quienes impulsan las reformas son conscientes además que no todo joven o adulto que sin educación básica completa estará en la capacidad o disponibilidad de completarla, además que el financiamiento para cubrir toda la demanda sería una dificultad. Por ello la flexibilidad se da también en la posibilidad seguir cursos específicos, ser evaluado y lograr las certificaciones correspondientes facilitando de este modo el acceso o permanencia en el mercado de trabajo. En varios países latinoamericanos, por iniciativa empresarial propia o alentada con incentivos tributarios, se ofrecen una variedad de cursos con énfasis en el empleo o auto empleo para jóvenes en situación de vulnerabilidad. Son cursos que ayudan a disminuir dicha situación. Varios de ellos aprovechan el empleo de las tecnologías digitales pues se constata que son una herramienta muy poderosa y efectiva para atraer y calificar a jóvenes sin educación básica completa. Con modalidades de capacitación muy flexibles, se organizan, certifican o recertifican.

 

Gestión y financiamiento

Impulsar la educación de jóvenes y adultos demanda una organización más fuerte que la actual, capaz de promover el desarrollo de diferentes variedades de ofertas estatales y no estatales. Tres criterios que deberían evaluarse son los siguientes: Primero, la posibilidad de trasferir al Ministerio de Trabajo y Promoción Social y a otros ministerios mayores responsabilidades en la organización y promoción de programas de formación técnico profesional y para jóvenes y adultos sin educación básica completa. Implicaría fortalecer funciones, estructuras y financiamiento, así como un marco legal que exprese la convicción del Estado que más conveniente y barato le sale incentivar la contribución privada en la creación de oferta de educación y capacitación.

Segundo, es deseable que el financiamiento dirigido a las poblaciones con mayor nivel de vulnerabilidad sea principalmente público. No obstante, siendo las necesidades de educación y formación considerables, son imprescindibles fórmulas complementarias de financiamiento privado. Dos experiencias convendría revisar. En el Perú, en los años setenta, en el marco de la modalidad de calificación profesional extraordinaria, se alentó que las empresas creen Unidades de Formación/Producción autofinanciadas con el objetivo de calificar a sus trabajadores y a otros que pensaban reclutar. A cambio, las empresas eran incentivadas en su creación mediante incentivos tributarios.

Similar experiencia, que sigue funcionando en Chile, es el Servicio de Franquicia Tributaria (SENCE). Beneficia a trabajadores ocupados y desocupados e inactivos. Las empresas contribuyen con el 50% de los gastos de capacitación, cuando ésta fuere impartida a trabajadores cuyas remuneraciones individuales mensuales excedan las 25 unidades tributarias mensuales y no superen las 50, y con el 85% de los gastos de capacitación, cuando ésta fuere impartida a trabajadores cuyas remuneraciones individuales mensuales superen las 50 unidades tributarias mensuales. Frente a esa contribucion, las empresas pueden descontar del monto a pagar en impuestos, los gastos efectuados en programas de capacitación que se hayan realizado dentro del territorio nacional, en las cantidades que sean autorizadas de acuerdo al monto de la planilla anual corespondiente. En promedio no se debe exceder en el año de una suma máxima equivalente al uno por ciento de las remuneraciones imponibles pagadas al personal en el mismo lapso. Las empresas pueden desarrollar directamente las actividades de capacitación o contratar con instituciones especializadas, debidamente acreditadas e inscritas en un registro creado para el efecto.

Hay mucho por hacer por jóvenes y adultos que no han concluido su educación básica oportunamente. Como lo señala el título de este informe, no se puede seguir descuidando su atención. Debemos seguir reflexiondando en su reforma e impulso.

Ver links:

Economia-informal-en-Peru-2016

Educacion de adultos no formal en Europa. EPJA Sistemas

Formación continua y educación de adultos enEspaña. EPJA España

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  • Mi estimado Dr. Hugo.
    El que le escribe es un Director de una escuela de la zona rural de Lambayeque. Sucede que los padres de mi institucion piensan no dejar ingresar al suscrito y a otros docentes, al que juzgan sus insistencias en la proxima semana, Què puedo hacer en este caso, dado que es la segunda vez que los padres dirigidos por unos padres delincuentes de la zona quieren atentar contra la instituciòn, pues el año anterior tambien tomaron la institucion, aduciendo iregularildeade que la UGEL en el año 2017 desestimò, pues no habian pruebas de dichas faltas. Le agradezco su pronta repuesta, Gracias.

    • Eli. Una posibilidad es hacer lo mismo que hizo el año pasado, es decir, buscar la intervención de la Ugel. Lo que deberían seguir trabajando es con padres de familia que no participan de esta actitud para evitar que nuevamente suceda. Saludos

  • Dr. una consulta, un padere de familia ha manifestado que desea retirar los documentos de su hija ya que él la matriculó, pero hace dos meses se encuentra separado de la mamá de la niña, se le llamó a la mamá pero no da una versión sincera. Según la directora dice que se entrega alos papeles a la persona que matriculó , en este caso el padre .se le ha solicitado al padre de familia la vacante del colegio donde irá la niña. ¿Es lo correcto? Qué se debe hacer? Gracias por su rspuesta.
    debe hacer en este caso

    • Amelia. Mi impresión en este caso es que debe haber consentimiento de los dos. Es decir, el padre debe tener la autorización también de la madre por ser un menor de edad. No vaya a ser que luego la madre diga que el padre secuestró al hijo e involucre en ello al colegio. Para que estén seguros deben consultar a la Ugel y a un abogado y sobre esa base decidir. Saludos

  • Dr. Hugo reciba el saludo del día, una vez más molestándolo, es para que pueda informarnos sobre la situación de los docentes de los CETPRO.
    No sabemos nada sobre el ascenso de nivel, nos dijeron que iba a salir una norma técnica pero hasta ahora nada, le suplico que pueda interceder por nosotros los docentes de CETPRO´s ante el Ministerio de Educación.

    Muchas gracias por su tiempo y espero no molestarlo, Saludos…

  • También hay estudiantes menores de 18 años (que declaran trabajar) y asisten a los CEBAS, en el día se van a las academias, en la noche (que funciona el CEBA del cual le hablo), asisten a veces y terminan en cuatro años. ¿Cómo se puede regular?

    Otro es el caso de los CPED creados para zona rural, igual estudiantes de EBR de zona urbana generalmente para cuarto y quinto se trasladan al CPED, van cada 15 días o según el reglamento, y los demás días se van a la academia de preparación. Esto también sucede con los colegios particulares donde solo estudian sábado y domingo.

    • Mary. La situación es muy compleja por lo heterogénea e la población que va a los Cebas. Creo que las formulas deben ser muy flexibles porque actuar con una sola formula no funciona. De otro lado hay que procurar por todos los medios que haya una buena EBR, que evite que los estudiantes deserten. En la medida que no haya deserción se evita que el problema pase a los CEBAS. Saludos

  • Buenas tardes Dr. Hugo. Gracias por su atención.

    El caso es el sgte.: Un estudiante desaprueba un curso en el 2015, cuando cursaba 4to. grado. El año 2016 recupera este curso. Pero el 2016 en 5to. grado desaprueba 4 cursos.(en EBR)

    Ahora en el 2018, un CEBA presenta actas de recuperación del tercer grado equivalente al 4to. grado de EBR. y convalida su nota, haciendo conocer a la UGEL DE origen.
    Mi persona que recepciona los documentos, observa que no tiene la RD de autorización de la IE de origen y le he comunicado con oficio que lo adjunte.
    Estas situaciones se están dando porque el CEBA no sube notas al SIAGIE.

    Por ello, considero que los CEBAS deben contar con SIAGIE.

    • Mary C. De acuerdo con usted. Acabo de estar en el norte del país y he constatado la desadaptación del SIAGIE respecto de la básica alternativa y básica especial. Voy a solicitar que independicen del SIAGIE esas modalidades. Saludos

  • Buenas tardes profesor Hugo,
    Le cuento mi caso aunque no corresponda al tema de la etiqueta. Como se sabe el 18 de junio se inicia la huelga magisterial, un grupo de profesores y yo hemos decidido NO acatarla, la burocracia legal para estos casos exige que los profesores asistan a la IE incluso si no hay alumnos. Si en este país se respetaran las leyes esto no tendría por que ser un problema, pero sucede que resulta igual vayamos o no. la ugel por orden del gobierno regional nos descuentan si no hay alumnos. Alli no queda la cosa, nos hacen recuperar hasta los días sábados después que el gremio sindical local negocie con el gobierno regional al terminar la huelga (eso siempre sucede), y ya no nos pagaran igual. Entonces se ve claramente la falta de autoridad del gobierno central cuya jurisdicción solo parece reducirse a Lima. Irse al colegio y sentarse allí sin alumnos es también agotador. No se si se podría solamente hacer un memorial donde decimos que no acatamos pero tampoco iremos al colegio si es que es para perder el tiempo sin dictar clases. Aunque no crea asi es como sucede y yo incluso preferiría sacar una licencia por salud pues en realidad ir al colegio sin hacer nada enferma más aún cuando a las finales el resultado es exactamente el mismo que les pasará a los huelguistas.

  • Es cierto, la Educación Básica Alternativa en los últimos años se ha escrito con “A” de Abandonada. Abandonada por sus propias “autoridades” que permitieron que desaparezca el PEBANA, Programa de Educación Básica Alternativa de Niños y Adolescentes, con el D.S. 011-2012-ED sabiendo que un Reglamento NO puede modificar la Ley General de Educación, que hay miles de niñas y niños que trabajan y, la EBR no los puede atender. También años, etc., R. M. Nº 572-2015-MINEDU).De ser GASTO, al ser “acciones presupuestales que no resultan en producto”, igual que EBE y los Jubilados. De SER IRRESPONSABLES al no cumplir con lo establecido en el PEN y hoy ausentes del Currículo Nacional de Educación Básica CNEB en vigencia.Con un DCBN, 9 años vigente, incoherente con DCN de EBR y sus modificaciones a pesar de la “equivalencia” de grados. Con CERO INVERSIÓN en capacitación presencial con entidades acreditadas y en equipos, materiales educativos, mobiliario, herramientas y/o maquinarias e infraestructura.
    IMPROVISACIÓN EN TODO, como en la Capacitación Virtual y lo que promueven ahora sin respetar el DCBN.INCUMPLIMIENTO DE NORMAS para compartir infraestructura: aulas, talleres, laboratorios, aulas de innovación, centro de cómputo, etc., donde funcionan los Cebas. Con
    CARENCIA DE MATERIALES EDUCATIVOS para los estudiantes de Inicial, Intermedio y Avanzado (presencial y semipresencial). CORRUPCIÓN en los casos de contratos CAS de personal para “especialistas” EBA con profesores de EBR. Aceptando el NEGOCIO DE CEBAS PRIVADOS al ofrecer dos períodos promocionales y carencia de supervisión en ello.
    MATRÍCULA DECRECIENTE, como lo señala el excelente articulo del profesor Díaz.Con NO PARTICIPACIÓN en la elaboración del Currículo Nacional de Educación Básica CNEB, aprobado por R. M. 281-2016-MINEDU y este año presentan una propuesta, “copia y pega” de EBR.

    Y, pesar de ello, al director de la DEBA (con más de 3 años en el cargo, lo premian designándolo director de la Digeibira y hasta la fecha no designan el cargo de la Deba, reiterándonos que no les interesa la modalidad. Por ello, desde varios años hemos planteado EDUCACIÓN TÉCNICA para nuestra modalidad. Construcción del Currículo de la EBA desde los Cebas, materiales educativos para nuestro estudiantes, capacitación docente de calidad, equipamiento para los Cebas, etc.

    • Alcides Torres. Mas temprano que tarde, estaremos obligados a corregir esta situación. ·l tema es que hay que pensar más en una estratega en donde la presencia del Estado en el futuro, desde el punto de vista presupuestario casi n0 cambiará. ¿Como incentivar al sector privado para que apoye este tema? Saludos

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