Futuro en Español y el futuro de las universidades

El 22 y 23 de noviembre, Vocento, el Ayuntamiento de Logroño y la Fundación UNIR, realizaron en la ciudad de Logroño, España, la IX Jornada Futuro en Español. El tema central fue el rol y futuro de la universidad en Iberoamérica.

La universidad, al igual que cualquier otra actividad social y productiva está obligada a transformar permanentemente sus estructuras de organización y gestión académica y administrativa a los cambios sociales, científicos y tecnológicos, así como los que van sucediendo en el cumplimiento de sus finalidades. El futuro ya llegó y manifestaciones como la revolución industrial o la sociedad 4.0 ya muestran sus impactos en las economías mundiales. El mundo que se vive obliga a cambiar la actitud conservadora de la universidad para asumir un papel proactivo, de aprendizaje permanente y encaminado a liderar el enfrentamiento de la incertidumbre y una mayor presencia de impresionantes máquinas dominadoras de buena parte de las destrezas del futuro en el entorno de la vida de las personas. Las universidades cuentan con el capital humano, pero carecen del liderazgo suficiente y de perspectiva al subestimar en sus estrategias de formación que posiblemente más del 50% de las ocupaciones que se requerirán en los siguientes 25 años todavía no se conocen. Las tecnologías podrían ser sus grandes aliadas para lograrlo, pero igualmente se necesita que la calidad esté asegurada por: un docente cuyo rol sea de orientador, guía, facilitador y esté adaptado al entorno on line; un estudiante capaz de ser el principal responsable de su aprendizaje; y un tutor, como figura clave que acompaña y apoya al estudiante en su formación.

Hay consenso en que esa transformación debe darse en el marco de un futuro bastante incierto en donde lo que se sabe es que la universidad del futuro no será la misma que la actual. La universidad debe convertirse en real centro de formación continuada, que será parte del pasado la predominancia analógica y que, más bien, debe aprovechar la potencialidad y velocidad de acceso a espacios y recursos digitales, como los campus virtuales, las plataformas, las bibliotecas virtuales, las redes de navegación, la inmensa variedad de materiales educativos y los modernos sistemas de gestión de datos. La práctica ha sido ir creando universidades para un momento de la transformación, pero no para una necesidad constante, de mayor plazo y con visión de futuro.

Las tecnologías y la globalización irán conduciendo a las universidades a la renovación sustantiva de sus estrategias y modalidades de aprendizaje, así como al aprovechamiento y adaptación de las metodologías, didácticas, ambientes y formas de evaluar. La inteligencia artificial debe ser asumida por la universidad ya que es factor que permitirá una inteligencia extendida y será clave en la personalización de la enseñanza para atender necesidades individuales y de desarrollo del talento y capital humano; favorecer una amplia cultura de investigación, innovación y emprendimiento, mejor aún si es de procesos complejos y para generar iniciativas que faciliten la inserción en la revolución industrial, entre otros.

Un ejemplo del impacto de las tecnologías en la revolución del aprendizaje lo brinda Coursera, la plataforma de formación on line más grande del mundo: su curso más demandado cuenta con 29 millones de estudiantes. En España y América Latina, la plataforma Telefónica Educación Digital ofrece cursos a través de Miriada X, que cuenta con 4.2 millones de estudiantes registrados y más de 500 cursos de 95 universidades iberoamericanas. En España, la Universidad Internacional de la Rioja, conocida también como la Universidad en Internet, es la segunda con mayor matrícula y con programas de postgrado que empiezan a crecer en América Latina. En el mundo, los MOOC de mayor éxito están asociados con las tecnologías digitales: lenguajes de programación, big data y ciberseguridad. El segundo gran grupo es el crecimiento personal (coaching, liderazgo o gestión del cambio). Desde la plataforma destacan los cursos de desarrollo en HTML5, CSS y Javascript, que cuenta con varias ediciones y más de 137 mil alumnos. Por rango de edad, el 59,28% de sus alumnos tiene entre 25 y 44 años, una señal del cambio de tendencia hacia la formación permanente.

Estas estadísticas muestran que el desafío de las universidades latinoamericanas es enorme. No solo hay un reto cuantitativo de aumentar el número de profesionales y postgraduados, sino que, como se enfatizó en el Foro, muchas tienen que dejar de ser fábricas de desocupados y más bien atraer a los estudiantes hacia aprendizajes que les darán empleo y tener como un referente principal el objetivo de aprender a lo largo de la vida. Para ello, y teniendo en cuenta que parte de la ventaja competitiva de los técnicos y profesionales se pierde al reducirse el tiempo de vida útil de muchos de los conocimientos y capacidades tecnológicas adquiridas, las universidades deben estrechar las relaciones con la empresa, apostar por títulos y conocimientos transversales, no descuidar el desarrollo de las habilidades blandas y hacer que la educación continuada que organicen demuestre su real utilidad.

En síntesis, y siendo el escenario del futuro de una intensa competitividad, la calidad de la educación tendrá que estar estrechamente asociada a factores como la solidez, versatilidad y dinámica de la formación en capacidades imprescindibles, las propias de la profesión, las tecnológicas y las relacionadas con el comportamiento ético y ciudadano para enfrentar una de las características de la sociedad actual y futura. Los retos de la universidad son muchos; parte de ellos son los aprendizajes como el cuántico, que ayuda a la predicción y anticipación al futuro; la cultura del dato vivo orientada a convertir la información en el núcleo de la actividad y la toma de decisiones; el lenguaje de programación para el pensamiento complejo; y el desarrollo de la competencia profesional sumada a la competencia digital.

Política de educación superior al 2021

En el Perú, luego de un crecimiento desordenado y de escasa calidad de las universidades, se ha dado un paso adelante con la aprobación de una nueva ley universitaria y, especialmente con la ejecución del programa de licenciamiento de las universidades. Hasta fin de año se espera que todas las universidades públicas y privadas hayan pasado por esa evaluación, no sin antes demostrar que han cumplido con unos estándares básicos de calidad, indispensables para seguir funcionando. La rigurosidad y transparencia de las evaluaciones hasta ahora realizadas ha conducido a la Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU), a lograr el respaldo de la población.

Respecto a la descripción hecha en párrafos previos, la universidad peruana tiene un largo camino que recorrer en cuanto a desarrollo tecnológico, acercamiento con las empresas, investigación básica y aplicada, inserción en la globalización, por citar algunos de los campos principales. Hay aspectos de la reforma universitaria que podrían ser objeto de mejora. Uno de ellos es el marco normativo. La Ley valora muy poco el uso de las tecnologías digitales en la formación, incluidas las modalidades semipresenciales y no presenciales. Es una situación contradictoria con lo que son las tendencias de la vida futura, en especial de los empleos que crecientemente se automatizan. De otro lado, como se ha descrito en este informe, la tendencia en el mundo es utilizar más intensamente estas modalidades y sacar provecho a las mejores prácticas internacionales como las ejecutadas por las universidades más prestigiadas de los Estados Unidos, europeas y asiáticas.

El Mindcet de Israel, centro de innovación de las tecnologías de la educación, con su programa acelerador es una verdadera muestra de transformación de la formación permanente. Lleva a las compañías de tecnología de educación temprana a la penetración en el mercado y al aumento de capital. Equipos de participantes reciben apoyo individualizado para su iniciativa: asesoramiento profesional, la oportunidad de trabajar con una extensa red de mentores (empresarios, inversores, especialistas en tecnología y educadores), acceso a pruebas e implementaciones piloto en el campo y la posibilidad de emprendimientos cooperativos en Israel y en el extranjero. El Global EdTech Startups Award (GESA) se crea como una competencia internacional para startups y es un ejemplo de la cooperación productiva entre MindCET y un grupo de organizaciones de todo el mundo que están a la vanguardia de la innovación educativa.

En segundo lugar, la globalización genera un espacio para trabajar en red y abrir la oferta de formación que provenga de universidades extranjeras, aunque esto debe hacerse sujetándose al cumplimiento de las normas nacionales. El aporte que pueden brindar universidades caracterizadas por su excelencia en la formación, su desarrollo metodológico, su experiencia en un trabajo con las empresas y la identificación de nuevas áreas de formación necesarias para el país puede resultar enormemente favorable para las instituciones nacionales. En tercer lugar, al ser creadas las universidades estatales por ley, su cierre solo es posible empleando ese mecanismo, inclusive en el caso de universidades que no aprueban el licenciamiento liderado por la SUNEDU. Ciertamente que hay que adoptar todas las providencias del caso para evitar que los estudiantes dejen de estudiar, pero también es indispensable asegurar y exigir un mínimo de estándares de calidad y de rendición de cuentas a la universidad pública, al igual que se exige a la privada. Las exigencias de autorización de funcionamiento tienen que revisarse y evitar que en ese proceso la injerencia política partidaria prime sobre la técnica.

Sobre la educación superior y el desarrollo de la investigación e innovación científica y tecnológica, casi al finalizar octubre, el Presidente Martín Vizcarra, y el Presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, presentaron los avances de ejecución y lineamientos de la política de gobierno hasta el 28 de julio del 2021. Entre las medidas anunciadas por el Presidente Vizcarra estuvo la formulación de un proyecto que modifica la Ley Nº 30309, para promover de manera más eficiente la investigación científica e innovación tecnológica, fundamental para desarrollar la ciencia y patentes peruanas y ser competitivos a nivel internacional. Perú tiene un indicador de registro de patentes que está entre los más bajos entre los países en desarrollo, justamente por la escasa inversión que se realiza en investigación, innovación tecnológica y desarrollo.

Por su parte el Presidente del Consejo de Ministros anunció que se seguirá respaldando el funcionamiento de la SUNEDU, sobre todo, fortalecimiento sus funciones para contribuir a la mejora continua de la educación superior y lograr establecer mayores obligaciones de transparencia en las universidades, tanto públicas como privadas. Igualmente indicó que se han transferido mil millones de soles a las universidades destinados a mejoras salariales, bonificaciones para los docentes investigadores y plazas docentes, así como para el financiamiento de laboratorios, talleres, aulas y servicios estudiantiles.

Asimismo hizo referencia que solo el 30% de los que terminan la secundaria continúan estudios en la  educación superior, por lo cual una cantidad significativa de egresados de la educación básica, lo hacen sin haber adquirido las habilidades que les permitan incorporarse y mantenerse en el mercado ocupacional impregnado cada vez más de tecnología. Por esta razón, el gobierno propone fortalecer la secundaria técnica productiva para brindar a los estudiantes mayores oportunidades de desarrollo y contar con mejores herramientas para conseguir un empleo formal o iniciar un emprendimiento. En el 2019 se invierten 20 millones de soles para lograr la doble certificación en secundaria en 445 escuelas, beneficiando a cerca de 200 mil estudiantes. Para el año 2020, se aumentará el número de instituciones educativas beneficiadas y la meta es que 300 mil estudiantes culminen sus estudios secundarios con doble certificación. En este caso, aprovechar la experiencia de formación de instituciones como SENATI y SENCICO, de larga experiencia y calidad de servicio es indispensable.

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Futuro en Español y el futuro de las universidades

Autor: Hugo Diaz Publicado: noviembre 1, 2019

El 22 y 23 de noviembre, Vocento, el Ayuntamiento de Logroño y la Fundación UNIR, realizaron en la ciudad de Logroño, España, la IX Jornada Futuro en Español. El tema central fue el rol y futuro de la universidad en Iberoamérica.

La universidad, al igual que cualquier otra actividad social y productiva está obligada a transformar permanentemente sus estructuras de organización y gestión académica y administrativa a los cambios sociales, científicos y tecnológicos, así como los que van sucediendo en el cumplimiento de sus finalidades. El futuro ya llegó y manifestaciones como la revolución industrial o la sociedad 4.0 ya muestran sus impactos en las economías mundiales. El mundo que se vive obliga a cambiar la actitud conservadora de la universidad para asumir un papel proactivo, de aprendizaje permanente y encaminado a liderar el enfrentamiento de la incertidumbre y una mayor presencia de impresionantes máquinas dominadoras de buena parte de las destrezas del futuro en el entorno de la vida de las personas. Las universidades cuentan con el capital humano, pero carecen del liderazgo suficiente y de perspectiva al subestimar en sus estrategias de formación que posiblemente más del 50% de las ocupaciones que se requerirán en los siguientes 25 años todavía no se conocen. Las tecnologías podrían ser sus grandes aliadas para lograrlo, pero igualmente se necesita que la calidad esté asegurada por: un docente cuyo rol sea de orientador, guía, facilitador y esté adaptado al entorno on line; un estudiante capaz de ser el principal responsable de su aprendizaje; y un tutor, como figura clave que acompaña y apoya al estudiante en su formación.

Hay consenso en que esa transformación debe darse en el marco de un futuro bastante incierto en donde lo que se sabe es que la universidad del futuro no será la misma que la actual. La universidad debe convertirse en real centro de formación continuada, que será parte del pasado la predominancia analógica y que, más bien, debe aprovechar la potencialidad y velocidad de acceso a espacios y recursos digitales, como los campus virtuales, las plataformas, las bibliotecas virtuales, las redes de navegación, la inmensa variedad de materiales educativos y los modernos sistemas de gestión de datos. La práctica ha sido ir creando universidades para un momento de la transformación, pero no para una necesidad constante, de mayor plazo y con visión de futuro.

Las tecnologías y la globalización irán conduciendo a las universidades a la renovación sustantiva de sus estrategias y modalidades de aprendizaje, así como al aprovechamiento y adaptación de las metodologías, didácticas, ambientes y formas de evaluar. La inteligencia artificial debe ser asumida por la universidad ya que es factor que permitirá una inteligencia extendida y será clave en la personalización de la enseñanza para atender necesidades individuales y de desarrollo del talento y capital humano; favorecer una amplia cultura de investigación, innovación y emprendimiento, mejor aún si es de procesos complejos y para generar iniciativas que faciliten la inserción en la revolución industrial, entre otros.

Un ejemplo del impacto de las tecnologías en la revolución del aprendizaje lo brinda Coursera, la plataforma de formación on line más grande del mundo: su curso más demandado cuenta con 29 millones de estudiantes. En España y América Latina, la plataforma Telefónica Educación Digital ofrece cursos a través de Miriada X, que cuenta con 4.2 millones de estudiantes registrados y más de 500 cursos de 95 universidades iberoamericanas. En España, la Universidad Internacional de la Rioja, conocida también como la Universidad en Internet, es la segunda con mayor matrícula y con programas de postgrado que empiezan a crecer en América Latina. En el mundo, los MOOC de mayor éxito están asociados con las tecnologías digitales: lenguajes de programación, big data y ciberseguridad. El segundo gran grupo es el crecimiento personal (coaching, liderazgo o gestión del cambio). Desde la plataforma destacan los cursos de desarrollo en HTML5, CSS y Javascript, que cuenta con varias ediciones y más de 137 mil alumnos. Por rango de edad, el 59,28% de sus alumnos tiene entre 25 y 44 años, una señal del cambio de tendencia hacia la formación permanente.

Estas estadísticas muestran que el desafío de las universidades latinoamericanas es enorme. No solo hay un reto cuantitativo de aumentar el número de profesionales y postgraduados, sino que, como se enfatizó en el Foro, muchas tienen que dejar de ser fábricas de desocupados y más bien atraer a los estudiantes hacia aprendizajes que les darán empleo y tener como un referente principal el objetivo de aprender a lo largo de la vida. Para ello, y teniendo en cuenta que parte de la ventaja competitiva de los técnicos y profesionales se pierde al reducirse el tiempo de vida útil de muchos de los conocimientos y capacidades tecnológicas adquiridas, las universidades deben estrechar las relaciones con la empresa, apostar por títulos y conocimientos transversales, no descuidar el desarrollo de las habilidades blandas y hacer que la educación continuada que organicen demuestre su real utilidad.

En síntesis, y siendo el escenario del futuro de una intensa competitividad, la calidad de la educación tendrá que estar estrechamente asociada a factores como la solidez, versatilidad y dinámica de la formación en capacidades imprescindibles, las propias de la profesión, las tecnológicas y las relacionadas con el comportamiento ético y ciudadano para enfrentar una de las características de la sociedad actual y futura. Los retos de la universidad son muchos; parte de ellos son los aprendizajes como el cuántico, que ayuda a la predicción y anticipación al futuro; la cultura del dato vivo orientada a convertir la información en el núcleo de la actividad y la toma de decisiones; el lenguaje de programación para el pensamiento complejo; y el desarrollo de la competencia profesional sumada a la competencia digital.

Política de educación superior al 2021

En el Perú, luego de un crecimiento desordenado y de escasa calidad de las universidades, se ha dado un paso adelante con la aprobación de una nueva ley universitaria y, especialmente con la ejecución del programa de licenciamiento de las universidades. Hasta fin de año se espera que todas las universidades públicas y privadas hayan pasado por esa evaluación, no sin antes demostrar que han cumplido con unos estándares básicos de calidad, indispensables para seguir funcionando. La rigurosidad y transparencia de las evaluaciones hasta ahora realizadas ha conducido a la Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU), a lograr el respaldo de la población.

Respecto a la descripción hecha en párrafos previos, la universidad peruana tiene un largo camino que recorrer en cuanto a desarrollo tecnológico, acercamiento con las empresas, investigación básica y aplicada, inserción en la globalización, por citar algunos de los campos principales. Hay aspectos de la reforma universitaria que podrían ser objeto de mejora. Uno de ellos es el marco normativo. La Ley valora muy poco el uso de las tecnologías digitales en la formación, incluidas las modalidades semipresenciales y no presenciales. Es una situación contradictoria con lo que son las tendencias de la vida futura, en especial de los empleos que crecientemente se automatizan. De otro lado, como se ha descrito en este informe, la tendencia en el mundo es utilizar más intensamente estas modalidades y sacar provecho a las mejores prácticas internacionales como las ejecutadas por las universidades más prestigiadas de los Estados Unidos, europeas y asiáticas.

El Mindcet de Israel, centro de innovación de las tecnologías de la educación, con su programa acelerador es una verdadera muestra de transformación de la formación permanente. Lleva a las compañías de tecnología de educación temprana a la penetración en el mercado y al aumento de capital. Equipos de participantes reciben apoyo individualizado para su iniciativa: asesoramiento profesional, la oportunidad de trabajar con una extensa red de mentores (empresarios, inversores, especialistas en tecnología y educadores), acceso a pruebas e implementaciones piloto en el campo y la posibilidad de emprendimientos cooperativos en Israel y en el extranjero. El Global EdTech Startups Award (GESA) se crea como una competencia internacional para startups y es un ejemplo de la cooperación productiva entre MindCET y un grupo de organizaciones de todo el mundo que están a la vanguardia de la innovación educativa.

En segundo lugar, la globalización genera un espacio para trabajar en red y abrir la oferta de formación que provenga de universidades extranjeras, aunque esto debe hacerse sujetándose al cumplimiento de las normas nacionales. El aporte que pueden brindar universidades caracterizadas por su excelencia en la formación, su desarrollo metodológico, su experiencia en un trabajo con las empresas y la identificación de nuevas áreas de formación necesarias para el país puede resultar enormemente favorable para las instituciones nacionales. En tercer lugar, al ser creadas las universidades estatales por ley, su cierre solo es posible empleando ese mecanismo, inclusive en el caso de universidades que no aprueban el licenciamiento liderado por la SUNEDU. Ciertamente que hay que adoptar todas las providencias del caso para evitar que los estudiantes dejen de estudiar, pero también es indispensable asegurar y exigir un mínimo de estándares de calidad y de rendición de cuentas a la universidad pública, al igual que se exige a la privada. Las exigencias de autorización de funcionamiento tienen que revisarse y evitar que en ese proceso la injerencia política partidaria prime sobre la técnica.

Sobre la educación superior y el desarrollo de la investigación e innovación científica y tecnológica, casi al finalizar octubre, el Presidente Martín Vizcarra, y el Presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, presentaron los avances de ejecución y lineamientos de la política de gobierno hasta el 28 de julio del 2021. Entre las medidas anunciadas por el Presidente Vizcarra estuvo la formulación de un proyecto que modifica la Ley Nº 30309, para promover de manera más eficiente la investigación científica e innovación tecnológica, fundamental para desarrollar la ciencia y patentes peruanas y ser competitivos a nivel internacional. Perú tiene un indicador de registro de patentes que está entre los más bajos entre los países en desarrollo, justamente por la escasa inversión que se realiza en investigación, innovación tecnológica y desarrollo.

Por su parte el Presidente del Consejo de Ministros anunció que se seguirá respaldando el funcionamiento de la SUNEDU, sobre todo, fortalecimiento sus funciones para contribuir a la mejora continua de la educación superior y lograr establecer mayores obligaciones de transparencia en las universidades, tanto públicas como privadas. Igualmente indicó que se han transferido mil millones de soles a las universidades destinados a mejoras salariales, bonificaciones para los docentes investigadores y plazas docentes, así como para el financiamiento de laboratorios, talleres, aulas y servicios estudiantiles.

Asimismo hizo referencia que solo el 30% de los que terminan la secundaria continúan estudios en la  educación superior, por lo cual una cantidad significativa de egresados de la educación básica, lo hacen sin haber adquirido las habilidades que les permitan incorporarse y mantenerse en el mercado ocupacional impregnado cada vez más de tecnología. Por esta razón, el gobierno propone fortalecer la secundaria técnica productiva para brindar a los estudiantes mayores oportunidades de desarrollo y contar con mejores herramientas para conseguir un empleo formal o iniciar un emprendimiento. En el 2019 se invierten 20 millones de soles para lograr la doble certificación en secundaria en 445 escuelas, beneficiando a cerca de 200 mil estudiantes. Para el año 2020, se aumentará el número de instituciones educativas beneficiadas y la meta es que 300 mil estudiantes culminen sus estudios secundarios con doble certificación. En este caso, aprovechar la experiencia de formación de instituciones como SENATI y SENCICO, de larga experiencia y calidad de servicio es indispensable.

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