Entrevista a Lucía Acurio sobre la Estrategia Nacional de las Tecnologías Digitales en la Educación Básica

Lucía dirige la Dirección de Innovación Tecnológica en Educación (DITE) del Ministerio de Educación. Desde allí plasma la experiencia acumulada en diversos emprendimientos en el sector en varios países de la región. En esta entrevista nos habla de la visión del Ministerio y especialmente sobre los lineamientos de la “Estrategia Nacional de las Tecnologías Digitales en la Educación Básica” aprobados en diciembre del 2016, que crean un novedoso marco para pensar el ecosistema digital.

La estrategia tiene como visión “formar ciudadanos capaces de aprender, desarrollarse y transformar sus comunidades utilizando tecnologías digitales. No se trata de formar solo usuarios de tecnología, sino entramar las tecnologías digitales con las posibilidades de las personas, para crear nuevas oportunidades y empoderar a los ciudadanos para impactar sus comunidades — que a su vez pueden ser locales, regionales o globales. De esta manera, dejamos de entender la tecnología como “una caja más” con la que hay que cumplir, para entenderla en la manera como se engarza con otras áreas de formación curricular y con otros servicios públicos como un acelerador o un catalizador”.

¿Cómo nace esta estrategia nacional?

Nace de una preocupación compartida desde distintos espacios sobre el impacto de las tecnologías digitales en la educación, tanto con las intervenciones como con las adquisiciones de equipos: desde Proyecto Huascarán hasta nuestros días hemos venido comprando tecnología. Luego de evaluaciones como la del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre el Programa “Una Computadora por Niño”, donde compramos 850 mil laptops, quedó en evidencia que algo estaba yendo mal. Creo que las preguntas iniciales no fueron las correctas, por lo que se llegaron a conclusiones incorrectas. Una fue decir que las tecnologías no pueden impactar en los aprendizajes. Entonces nos preguntamos: ¿es que las TIC demuestran esto o es que las intervenciones que hemos hecho en la educación peruana no fueron las adecuadas?

¿Cuál fue la autocrítica que hicieron?

Muchas intervenciones no partían de un proyecto claro ni tenían objetivos a partir de los cuales se propusieran estrategias para usar mejor las TIC. Existía la compra, la distribución en las escuelas e incluso el acompañamiento con procesos de capacitación, pero muchas de éstas eran sobre el uso: encender, apagar, manipular; no conversaban en absoluto con el currículo nacional. Por todo esto concluimos que faltaba un instrumento que dé las directrices de lo que significan las tecnologías en educación. Concluimos que hay tipos de tecnologías que se convierten en medios para que los estudiantes aprendan mejor, pero hay otras que sirven más para promover emprendimientos de los propios estudiantes; emprendimientos que son tecnológicos o que tienen a la tecnología como un componente importante.

La estrategia propone dejar de ver las TIC desde un plano instrumental --que es el que ha primado en casi todas las intervenciones en el mundo-- y pasar a un enfoque más sistémico. ¿En qué consiste?

Tenemos dos etapas necesarias porque vivimos en un país con mucha desigualdad. La primera es cerrar brechas en infraestructura y acceso a educación de calidad. Al mismo tiempo, la segunda etapa es cerrar brechas en competencias digitales. Nosotros mismos nos hemos encargado de crear algunas brechas creando programas como el de Colegios de Alto Rendimiento (COAR) o la Jornada Escolar Completa (JEC) con todos los accesos posibles, pero que responden a criterios de una realidad urbana y no rural, por ejemplo. Hoy no puede haber un solo maestro o comunidad en el país que no tenga acceso a todo lo que el mundo en línea ofrece, por eso es urgente seguir cerrando brechas, pero también abrir las puertas a las iniciativas privadas, de empresas u ONG, dispuestas a invertir en tecnología, en robótica, realidad aumentada y virtual y todo lo que estamos viviendo tecnológicamente bajo una nueva estrategia que incluya, por cierto, la medición de los impactos.

La estrategia habla de formar un ciudadano digital, capaz de interactuar efectiva y responsablemente con la tecnología. ¿Cuál es el rol del docente?

Debemos empezar conociendo el nivel de competencia digital de los docentes para, a partir de ello, proponer una ruta que le permita escalar hasta convertirse en un docente innovador. ¿Cuáles son los beneficios? Primero, el profesor podrá diversificar su práctica docente; segundo, le va a permitir ascender en la carrera meritocrática; y tercero, irá siendo reconocido con premios, certificaciones y becas, como parte de una estrategia. Planeamos lograr al 2021 tener al 80% de maestros en el nivel máximo.

Al 2021, la estrategia plantea llegar al objetivo de crear una arquitectura escalable para el desarrollo de la inteligencia digital en toda la educación básica peruana.
Al 2021, la estrategia plantea llegar al objetivo de crear una arquitectura escalable para el desarrollo de la inteligencia digital en toda la educación básica peruana.

¿Cómo ves a los docentes integrando tecnologías para lograr este cometido?

El Ministerio desde hace dos años y medio empezó a trabajar unos lineamientos de política para la formación docente. En función a la carrera meritocrática, queríamos conocer cuáles eran esas competencias que todo docente del siglo XXI, con niveles reconocidos en el Marco del Buen Desempeño Docente. Esto está pronto a convertirse en un Sistema Nacional de Formación Docente y Directiva que pretende ordenar los procesos formativos. Desde la DITE, aprovechando este proyecto, trabajamos una ruta de aprendizaje sobre competencia digital que parte de la definición y, desde allí, empezamos a trabajar el nivel más básico con el programa "Para TIC: Plan Cero Brecha Digital". Además, también hemos creado lineamientos para el diseño de cursos virtuales, de modo que todo el proceso de capacitación no tenga que ser presencial. Algo hicimos en esta línea virtual cuando se suspendieron las clases por los desastres naturales y lanzamos “El cole contigo”. Creo que sería muy interesante integrar aquí el componente de educación mediática más extensamente.

(*) Entrevista realizada por Julio César Mateus el 14 de setiembre de 2017.

Entrevista a Lucía Acurio sobre la Estrategia Nacional de las Tecnologías Digitales en la Educación Básica

Autor: Julio César Mateus Publicado: octubre 1, 2017

Lucía dirige la Dirección de Innovación Tecnológica en Educación (DITE) del Ministerio de Educación. Desde allí plasma la experiencia acumulada en diversos emprendimientos en el sector en varios países de la región. En esta entrevista nos habla de la visión del Ministerio y especialmente sobre los lineamientos de la “Estrategia Nacional de las Tecnologías Digitales en la Educación Básica” aprobados en diciembre del 2016, que crean un novedoso marco para pensar el ecosistema digital.

La estrategia tiene como visión “formar ciudadanos capaces de aprender, desarrollarse y transformar sus comunidades utilizando tecnologías digitales. No se trata de formar solo usuarios de tecnología, sino entramar las tecnologías digitales con las posibilidades de las personas, para crear nuevas oportunidades y empoderar a los ciudadanos para impactar sus comunidades — que a su vez pueden ser locales, regionales o globales. De esta manera, dejamos de entender la tecnología como “una caja más” con la que hay que cumplir, para entenderla en la manera como se engarza con otras áreas de formación curricular y con otros servicios públicos como un acelerador o un catalizador”.

¿Cómo nace esta estrategia nacional?

Nace de una preocupación compartida desde distintos espacios sobre el impacto de las tecnologías digitales en la educación, tanto con las intervenciones como con las adquisiciones de equipos: desde Proyecto Huascarán hasta nuestros días hemos venido comprando tecnología. Luego de evaluaciones como la del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre el Programa “Una Computadora por Niño”, donde compramos 850 mil laptops, quedó en evidencia que algo estaba yendo mal. Creo que las preguntas iniciales no fueron las correctas, por lo que se llegaron a conclusiones incorrectas. Una fue decir que las tecnologías no pueden impactar en los aprendizajes. Entonces nos preguntamos: ¿es que las TIC demuestran esto o es que las intervenciones que hemos hecho en la educación peruana no fueron las adecuadas?

¿Cuál fue la autocrítica que hicieron?

Muchas intervenciones no partían de un proyecto claro ni tenían objetivos a partir de los cuales se propusieran estrategias para usar mejor las TIC. Existía la compra, la distribución en las escuelas e incluso el acompañamiento con procesos de capacitación, pero muchas de éstas eran sobre el uso: encender, apagar, manipular; no conversaban en absoluto con el currículo nacional. Por todo esto concluimos que faltaba un instrumento que dé las directrices de lo que significan las tecnologías en educación. Concluimos que hay tipos de tecnologías que se convierten en medios para que los estudiantes aprendan mejor, pero hay otras que sirven más para promover emprendimientos de los propios estudiantes; emprendimientos que son tecnológicos o que tienen a la tecnología como un componente importante.

La estrategia propone dejar de ver las TIC desde un plano instrumental –que es el que ha primado en casi todas las intervenciones en el mundo– y pasar a un enfoque más sistémico. ¿En qué consiste?

Tenemos dos etapas necesarias porque vivimos en un país con mucha desigualdad. La primera es cerrar brechas en infraestructura y acceso a educación de calidad. Al mismo tiempo, la segunda etapa es cerrar brechas en competencias digitales. Nosotros mismos nos hemos encargado de crear algunas brechas creando programas como el de Colegios de Alto Rendimiento (COAR) o la Jornada Escolar Completa (JEC) con todos los accesos posibles, pero que responden a criterios de una realidad urbana y no rural, por ejemplo. Hoy no puede haber un solo maestro o comunidad en el país que no tenga acceso a todo lo que el mundo en línea ofrece, por eso es urgente seguir cerrando brechas, pero también abrir las puertas a las iniciativas privadas, de empresas u ONG, dispuestas a invertir en tecnología, en robótica, realidad aumentada y virtual y todo lo que estamos viviendo tecnológicamente bajo una nueva estrategia que incluya, por cierto, la medición de los impactos.

La estrategia habla de formar un ciudadano digital, capaz de interactuar efectiva y responsablemente con la tecnología. ¿Cuál es el rol del docente?

Debemos empezar conociendo el nivel de competencia digital de los docentes para, a partir de ello, proponer una ruta que le permita escalar hasta convertirse en un docente innovador. ¿Cuáles son los beneficios? Primero, el profesor podrá diversificar su práctica docente; segundo, le va a permitir ascender en la carrera meritocrática; y tercero, irá siendo reconocido con premios, certificaciones y becas, como parte de una estrategia. Planeamos lograr al 2021 tener al 80% de maestros en el nivel máximo.

Al 2021, la estrategia plantea llegar al objetivo de crear una arquitectura escalable para el desarrollo de la inteligencia digital en toda la educación básica peruana.
Al 2021, la estrategia plantea llegar al objetivo de crear una arquitectura escalable para el desarrollo de la inteligencia digital en toda la educación básica peruana.

¿Cómo ves a los docentes integrando tecnologías para lograr este cometido?

El Ministerio desde hace dos años y medio empezó a trabajar unos lineamientos de política para la formación docente. En función a la carrera meritocrática, queríamos conocer cuáles eran esas competencias que todo docente del siglo XXI, con niveles reconocidos en el Marco del Buen Desempeño Docente. Esto está pronto a convertirse en un Sistema Nacional de Formación Docente y Directiva que pretende ordenar los procesos formativos. Desde la DITE, aprovechando este proyecto, trabajamos una ruta de aprendizaje sobre competencia digital que parte de la definición y, desde allí, empezamos a trabajar el nivel más básico con el programa “Para TIC: Plan Cero Brecha Digital”. Además, también hemos creado lineamientos para el diseño de cursos virtuales, de modo que todo el proceso de capacitación no tenga que ser presencial. Algo hicimos en esta línea virtual cuando se suspendieron las clases por los desastres naturales y lanzamos “El cole contigo”. Creo que sería muy interesante integrar aquí el componente de educación mediática más extensamente.

(*) Entrevista realizada por Julio César Mateus el 14 de setiembre de 2017.

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