No cabe duda que la globalización, la pandemia originada por la COVID 19 y el desarrollo de tecnologías como el Chat GPT y la inteligencia artificial generativa han servido para que en el mundo de la educación universitaria -tradicionalmente no acostumbrada a variaciones bruscas- se generen transformaciones sustantivas. La enseñanza presencial cede paso al aumento y diversificación con rapidez de programas semipresenciales y a distancia de doctorado, maestría, segunda especialidad, diplomado y los especialmente diseñados para gente que trabaja o para adultos mayores. Las modalidades híbridas comienzan a utilizarse con más intensidad en las carreras de pregrado.
En Latinoamérica, las universidades buscan nuevos clientes debido principalmente al evidente descenso de la cantidad de egresados de la educación básica. Perú es un ejemplo: entre los años 2010 y 2023, el incremento de la matrícula de 5º de secundaria fue menor que el de los ingresantes a la universidad (117 mil vs 182 mil) y menor aún que el de la matrícula universitaria (757 mil). Las proyecciones del crecimiento demográfico indican que el ritmo de egreso de la secundaria seguirá disminuyendo. Es una data a tener en cuenta cuando el Congreso de la República decide aprobar la creación de nuevas universidades públicas.
De otro lado, aumenta la necesidad de las universidades por responder con mayor pertinencia al cambio socioeconómico y cultural. Varias comienzan a replantear los perfiles de formación de las tradicionales carreras o programas de posgrado para responder a las nuevas funciones y puestos de trabajo que demandan las empresas. Para Jeff Magioncalda, CEO de Coursera, las habilidades digitales, incluyendo el aprendizaje automático, la programación o la ciencia de datos, acaparan las formaciones más demandadas tanto por las empresas como por los usuarios individuales, sin descuidar otras asociadas al bienestar y la salud. (https://elpais.com/economia/2020/10/07/actualidad/1602063943_874241.html). En el mundo, las universidades más innovadoras tratan de articular la formación académica al desarrollo de competencias para la solución de problemas reales. En el Nº 192 de Nueva Revista de Unir, se describen experiencias como las realizadas por Charles Stur University (Australia), Tomorrow University (Alemania), Southern New Hampshire (Estados Unidos) y el Instituto Tecnológico Monterrey (México).
Es verdad es que, para transitar a ese cambio con la rigurosidad suficiente, las universidades requieren aumentar sustantivamente sus inversiones en investigación de mercados, construcción de una amplia base de datos, metodologías, capacitación de profesores y de personal para la gestión, recursos de enseñanza, así como para aprovechar la inteligencia artificial generativa y las herramientas tecnológicas basadas en la nube. La potencialidad de los recursos en línea no tiene límites, un ejemplo es el uso que docentes y estudiantes le están dando al You Tube o el Tiktok no solo para entretenerse sino también para aprender, a través de videos explicativos que, en forma rápida, sencilla y eficaz, explican contenidos que resultan muchas veces difíciles de explicar y entender.
Para las universidades públicas un problema central radica en que sus presupuestos son insuficientes para acometer los desafíos de la modernización de su oferta. Similar situación enfrenta la mayoría de universidades privadas. Sin inversiones suficientes el riesgo de transitar por caminos errados y de no acertar en la selección de las estrategias más convenientes aumenta.
Mientras el desarrollo de la ciencia y las tecnologías siga evolucionando, los modelos para formar profesionales tendrán que continuar adaptándose y perfeccionándose. Es un proceso que necesita estar acompañado de amplios debates sobre el futuro de las modalidades formativas. En ese objetivo, es imperativo acelerar el buen uso académico de las tecnologías emergentes y que la formación profesional aproveche, en modelos híbridos, las bondades de la enseñanza presencial y a distancia. La forma de implementar estos modelos dependerá de los recursos tecnológicos y didácticos que posean las instituciones y estudiantes, la capacitación del personal y las metodologías. La enseñanza presencial es esencial para la comunicación directa entre estudiantes y profesores, facilitar y construir relaciones y de contactos profesionales más sólidas, realizar actividades prácticas en laboratorios y talleres que son difíciles de replicar en línea. La enseñanza a distancia hace posible el acceso a estudios universitarios de población que por razones de distancia o económicas le sería difícil hacerlo presencialmente; también permite un objetivo siempre deseado que es personalizar el aprendizaje ayudando a gestionar el tiempo y el estudio al ritmo propio; en tercer lugar, acceder a una inmensa variedad de recursos académicos, seminarios web y foros de discusión. Bien implementada, logra costos que terminan siendo menores a los de una enseñanza 100% presencial.
Frente a estos progresos subsisten muchos desafíos: (i) las inversiones iniciales para organizar sistemas híbridos y on line suelen ser altas, (ii) en una modalidad híbrida, los períodos de presencialidad o los gastos de viajes, alojamiento y manutención para el conocimiento de experiencias en otros países pueden elevar los costos para los estudiantes, (iii) la motivación y autodisciplina para quienes siguen un programa híbrido o a distancia son fundamentales pero no siempre han sido consolidadas previamente en los estudiantes; y (iv) no disponer de una buena conexión a internet y de herramientas tecnológicas sigue siendo un problema en muchos países del mundo.
Tampoco hay que olvidar que la globalización abre las puertas a una intensa competitividad entre universidades, a la internacionalización de la oferta, a alianzas internacionales y la desaparición de las fronteras geográficas de cobertura. La globalización ha dado lugar al surgimiento de las denominadas “Universidades Globales” y al aumento del valor de los títulos y grados con ese tipo de alianzas. Es una razón poderosa para que las universidades nacionales mejoren constantemente su oferta, se adapten al nuevo escenario y hagan equivalentes y competitivos internacionalmente sus estándares de formación. El prestigio institucional y las acreditaciones nacionales e internacionales cobran mayor protagonismo en el aumento de la globalización.
Enseñanza híbrida y a distancia en el posgrado peruano
Las universidades peruanas no escapan de las tendencias de cambio que experimentan los sistemas de educación superior en el mundo. Para explicar su transformación este informe toma en consideración dos referencias: las estadísticas de la web Tuni.pe, de donde se obtuvo datos -a junio del 2023- sobre modalidades formativas, carreras y posgrados universitarios. No existiendo información sobre estas variables para el 2025, la segunda referencia han sido las páginas web de las universidades, en su mayoría actualizadas por ser una herramienta de marketing para atraer estudiantes. Hay que señalar que la SUNEDU no ha podido superar un problema que siempre existió: la difusión oportuna de la estadística universitaria, pues la más reciente corresponde al segundo semestre del 2023.
El análisis de la data disponible muestra que un grupo de universidades peruanas, especialmente privadas, ha empezado la modernización de su formación siguiendo las tendencias internacionales descritas en los párrafos precedentes. De los 8,100 programas ofrecidos por las universidades, según la estadística de junio del 2023, el 44% correspondían a carreras profesionales, 28% a maestrías, 5% a doctorados y 23% a segunda especialidad. Concretamente en el caso de las maestrías, los programas de las universidades públicas eran casi en su totalidad presenciales, con la excepción de un 6% organizados en alguna modalidad híbrida. La situación de las universidades privadas era diferente: los programas híbridos representaban el 45,6% mientras que los eran el 53,4%. Además, se declaró el funcionamiento de trece programas bajo modalidad a distancia, ciertamente siguiendo las normas vigentes de ese entonces.
No ha sido posible un análisis similar al del 2023 por falta de información oficial, pero puede hacerse con una muestra representativa de 26 de las 46 universidades privadas licenciadas, de las dos escuelas de posgrado y de ocho universidades públicas. Los criterios para elegirlas fueron, de preferencia, la antigüedad de funcionamiento, la cantidad de estudiantes y estar ejecutando alguna de las modalidades híbridas o a distancia. El cuadro que muestra este informe, destaca para las maestrías lo siguiente: (i) se experimenta un cambio sustantivo en las modalidades de formación. Es claro que la tendencia es la disminución de la oferta 100% presencial. Para facilitar los estudios de maestría y otros de posgrado, la mayoría de universidades está convirtiendo sus enseñanza presencial en híbrida o a distancia. De un total de 687 maestrías analizadas, el 52% se dan bajo la modalidad a distancia, 27% en forma presencial y 21% utilizando alguna opción híbrida; (ii) cinco universidades o escuelas de posgrado privadas declaraban en junio del 2023 ofrecer formación a distancia. Ese número aumentó a 27 en marzo del 2025. La legislación les permite actualmente hacerlo 100% a distancia; (iii) de las 356 maestrías a distancia registradas, 207 (58%) son organizadas por la Escuela de Posgrado Newman y las Universidades Continental, Privada del Norte, Cayetano Heredia, Científica del Sur y Señor de Sipán. Newman ofrece 75 maestrías, es decir 12,5 veces más que en junio del 2023; (iv) la duración de las maestrías es variable: entre dos y cuatro semestres, como variables son también sus costos que pueden ir desde los 5 mil hasta más de 100 mil soles. Algunas, que incluyen pasantías en el exterior, pueden llegar hasta los 150 mil soles. No obstante, hay que indicar que dada la fuerte competencia, la mayoría tiene como política ofrecer descuentos, los que pueden elevarse hasta el 20%-30% del costo total en promedio.
Con relación a las universidades públicas cabe indicar que la mayoría de maestrías se sigue desarrollando presencialmente. Sin embargo, van aumentando las universidades que empiezan a incorporar algunos componentes de enseñanza híbrida. Relevante es el caso de universidades como las Nacionales de Piura, San Antonio Abad y Trujillo que han abierto, en conjunto 54 maestrías a distancia.
Maestrías según modalidad impartida Junio 2023-Marzo 2025 | ||||||
Maestrías | Presencial | Híbrido | A Distancia | |||
Público | Privado | Público | Privado | Público | Privado | |
Censo Jun2023 | 43,8% | 28,5% | 2,7% | 24,4% | - | 0,6% |
Muestra Mar25 | 21,8% | 14,3% | 14,8% | 14,0% | 4,7% | 30,4% |
Fuentes. Tuni.pe, para datos del total de universidades públicas y privadas. Páginas web de 27 universidades privadas y 8 públicas. |
Reflexiones finales
Es alentador que un sector de universidades avance en la modernización de sus programas, buscando no solo aprovechar la tecnología, sino también, renovar sus perfiles formativos para acercarlos a las necesidades del desarrollo e insertarlos en los escenarios de la globalización. Aumentan las alianzas con otras universidades y formas renovadas de titulación o graduación. Pero todavía este proceso se limita a cerca de una cuarta parte del total de instituciones, siendo más lento en las universidades públicas, en buena medida por la insuficiencia de recursos.
Tan importante como acelerar la manera en que se produce la transformación de los modelos de formación, es hacerlo de forma adecuada. No parece claro el manejo de conceptos asociados a la educación híbrida y a distancia en la descripción que se hace de los planes y metodologías de estudio. Algunas ofertas calificadas como a distancia o virtual son descritas con metodologías de trabajo que no se diferencian de una presencial, reduciendo la modalidad a distancia, a solo el trabajo del estudiante en un lugar donde pueda conectarse. Pero la educación a distancia es mucho más que eso. De allí la importancia de que la transformación de las universidades vaya acompañada de la urgente formulación de estándares de calidad para programas híbridos y a distancia. En otras palabras, hay que evitar improvisaciones y alentar la realización de experiencias que prestigien estas modalidades formativas. Lo contrario puede llevar al desencanto y frustración de quienes buscan perfeccionarse. Las tendencias de la universidad en el mundo, como las mencionadas en este informe, deben ser referente para formular políticas de educación superior en países como el Perú y otros de América Latina. Rezagarse puede llevarnos a lo que sucedió en los Estados Unidos, donde desde la pandemia las universidades tradicionales han perdido más de 800 mil estudiantes y 73 colleges han cerrado o se han fusionado desde el 2020. Una de las razones ha sido la falta de adaptación y replanteamiento de estrategias, reducir el uso de las tecnologías al simple consumo de contenidos y no a ser un soporte fundamental para la adquisición de competencias. No nos descuidemos.
No cabe duda que la globalización, la pandemia originada por la COVID 19 y el desarrollo de tecnologías como el Chat GPT y la inteligencia artificial generativa han servido para que en el mundo de la educación universitaria -tradicionalmente no acostumbrada a variaciones bruscas- se generen transformaciones sustantivas. La enseñanza presencial cede paso al aumento y diversificación con rapidez de programas semipresenciales y a distancia de doctorado, maestría, segunda especialidad, diplomado y los especialmente diseñados para gente que trabaja o para adultos mayores. Las modalidades híbridas comienzan a utilizarse con más intensidad en las carreras de pregrado.
En Latinoamérica, las universidades buscan nuevos clientes debido principalmente al evidente descenso de la cantidad de egresados de la educación básica. Perú es un ejemplo: entre los años 2010 y 2023, el incremento de la matrícula de 5º de secundaria fue menor que el de los ingresantes a la universidad (117 mil vs 182 mil) y menor aún que el de la matrícula universitaria (757 mil). Las proyecciones del crecimiento demográfico indican que el ritmo de egreso de la secundaria seguirá disminuyendo. Es una data a tener en cuenta cuando el Congreso de la República decide aprobar la creación de nuevas universidades públicas.
De otro lado, aumenta la necesidad de las universidades por responder con mayor pertinencia al cambio socioeconómico y cultural. Varias comienzan a replantear los perfiles de formación de las tradicionales carreras o programas de posgrado para responder a las nuevas funciones y puestos de trabajo que demandan las empresas. Para Jeff Magioncalda, CEO de Coursera, las habilidades digitales, incluyendo el aprendizaje automático, la programación o la ciencia de datos, acaparan las formaciones más demandadas tanto por las empresas como por los usuarios individuales, sin descuidar otras asociadas al bienestar y la salud. (https://elpais.com/economia/2020/10/07/actualidad/1602063943_874241.html). En el mundo, las universidades más innovadoras tratan de articular la formación académica al desarrollo de competencias para la solución de problemas reales. En el Nº 192 de Nueva Revista de Unir, se describen experiencias como las realizadas por Charles Stur University (Australia), Tomorrow University (Alemania), Southern New Hampshire (Estados Unidos) y el Instituto Tecnológico Monterrey (México).
Es verdad es que, para transitar a ese cambio con la rigurosidad suficiente, las universidades requieren aumentar sustantivamente sus inversiones en investigación de mercados, construcción de una amplia base de datos, metodologías, capacitación de profesores y de personal para la gestión, recursos de enseñanza, así como para aprovechar la inteligencia artificial generativa y las herramientas tecnológicas basadas en la nube. La potencialidad de los recursos en línea no tiene límites, un ejemplo es el uso que docentes y estudiantes le están dando al You Tube o el Tiktok no solo para entretenerse sino también para aprender, a través de videos explicativos que, en forma rápida, sencilla y eficaz, explican contenidos que resultan muchas veces difíciles de explicar y entender.
Para las universidades públicas un problema central radica en que sus presupuestos son insuficientes para acometer los desafíos de la modernización de su oferta. Similar situación enfrenta la mayoría de universidades privadas. Sin inversiones suficientes el riesgo de transitar por caminos errados y de no acertar en la selección de las estrategias más convenientes aumenta.
Mientras el desarrollo de la ciencia y las tecnologías siga evolucionando, los modelos para formar profesionales tendrán que continuar adaptándose y perfeccionándose. Es un proceso que necesita estar acompañado de amplios debates sobre el futuro de las modalidades formativas. En ese objetivo, es imperativo acelerar el buen uso académico de las tecnologías emergentes y que la formación profesional aproveche, en modelos híbridos, las bondades de la enseñanza presencial y a distancia. La forma de implementar estos modelos dependerá de los recursos tecnológicos y didácticos que posean las instituciones y estudiantes, la capacitación del personal y las metodologías. La enseñanza presencial es esencial para la comunicación directa entre estudiantes y profesores, facilitar y construir relaciones y de contactos profesionales más sólidas, realizar actividades prácticas en laboratorios y talleres que son difíciles de replicar en línea. La enseñanza a distancia hace posible el acceso a estudios universitarios de población que por razones de distancia o económicas le sería difícil hacerlo presencialmente; también permite un objetivo siempre deseado que es personalizar el aprendizaje ayudando a gestionar el tiempo y el estudio al ritmo propio; en tercer lugar, acceder a una inmensa variedad de recursos académicos, seminarios web y foros de discusión. Bien implementada, logra costos que terminan siendo menores a los de una enseñanza 100% presencial.
Frente a estos progresos subsisten muchos desafíos: (i) las inversiones iniciales para organizar sistemas híbridos y on line suelen ser altas, (ii) en una modalidad híbrida, los períodos de presencialidad o los gastos de viajes, alojamiento y manutención para el conocimiento de experiencias en otros países pueden elevar los costos para los estudiantes, (iii) la motivación y autodisciplina para quienes siguen un programa híbrido o a distancia son fundamentales pero no siempre han sido consolidadas previamente en los estudiantes; y (iv) no disponer de una buena conexión a internet y de herramientas tecnológicas sigue siendo un problema en muchos países del mundo.
Tampoco hay que olvidar que la globalización abre las puertas a una intensa competitividad entre universidades, a la internacionalización de la oferta, a alianzas internacionales y la desaparición de las fronteras geográficas de cobertura. La globalización ha dado lugar al surgimiento de las denominadas “Universidades Globales” y al aumento del valor de los títulos y grados con ese tipo de alianzas. Es una razón poderosa para que las universidades nacionales mejoren constantemente su oferta, se adapten al nuevo escenario y hagan equivalentes y competitivos internacionalmente sus estándares de formación. El prestigio institucional y las acreditaciones nacionales e internacionales cobran mayor protagonismo en el aumento de la globalización.
Enseñanza híbrida y a distancia en el posgrado peruano
Las universidades peruanas no escapan de las tendencias de cambio que experimentan los sistemas de educación superior en el mundo. Para explicar su transformación este informe toma en consideración dos referencias: las estadísticas de la web Tuni.pe, de donde se obtuvo datos -a junio del 2023- sobre modalidades formativas, carreras y posgrados universitarios. No existiendo información sobre estas variables para el 2025, la segunda referencia han sido las páginas web de las universidades, en su mayoría actualizadas por ser una herramienta de marketing para atraer estudiantes. Hay que señalar que la SUNEDU no ha podido superar un problema que siempre existió: la difusión oportuna de la estadística universitaria, pues la más reciente corresponde al segundo semestre del 2023.
El análisis de la data disponible muestra que un grupo de universidades peruanas, especialmente privadas, ha empezado la modernización de su formación siguiendo las tendencias internacionales descritas en los párrafos precedentes. De los 8,100 programas ofrecidos por las universidades, según la estadística de junio del 2023, el 44% correspondían a carreras profesionales, 28% a maestrías, 5% a doctorados y 23% a segunda especialidad. Concretamente en el caso de las maestrías, los programas de las universidades públicas eran casi en su totalidad presenciales, con la excepción de un 6% organizados en alguna modalidad híbrida. La situación de las universidades privadas era diferente: los programas híbridos representaban el 45,6% mientras que los eran el 53,4%. Además, se declaró el funcionamiento de trece programas bajo modalidad a distancia, ciertamente siguiendo las normas vigentes de ese entonces.
No ha sido posible un análisis similar al del 2023 por falta de información oficial, pero puede hacerse con una muestra representativa de 26 de las 46 universidades privadas licenciadas, de las dos escuelas de posgrado y de ocho universidades públicas. Los criterios para elegirlas fueron, de preferencia, la antigüedad de funcionamiento, la cantidad de estudiantes y estar ejecutando alguna de las modalidades híbridas o a distancia. El cuadro que muestra este informe, destaca para las maestrías lo siguiente: (i) se experimenta un cambio sustantivo en las modalidades de formación. Es claro que la tendencia es la disminución de la oferta 100% presencial. Para facilitar los estudios de maestría y otros de posgrado, la mayoría de universidades está convirtiendo sus enseñanza presencial en híbrida o a distancia. De un total de 687 maestrías analizadas, el 52% se dan bajo la modalidad a distancia, 27% en forma presencial y 21% utilizando alguna opción híbrida; (ii) cinco universidades o escuelas de posgrado privadas declaraban en junio del 2023 ofrecer formación a distancia. Ese número aumentó a 27 en marzo del 2025. La legislación les permite actualmente hacerlo 100% a distancia; (iii) de las 356 maestrías a distancia registradas, 207 (58%) son organizadas por la Escuela de Posgrado Newman y las Universidades Continental, Privada del Norte, Cayetano Heredia, Científica del Sur y Señor de Sipán. Newman ofrece 75 maestrías, es decir 12,5 veces más que en junio del 2023; (iv) la duración de las maestrías es variable: entre dos y cuatro semestres, como variables son también sus costos que pueden ir desde los 5 mil hasta más de 100 mil soles. Algunas, que incluyen pasantías en el exterior, pueden llegar hasta los 150 mil soles. No obstante, hay que indicar que dada la fuerte competencia, la mayoría tiene como política ofrecer descuentos, los que pueden elevarse hasta el 20%-30% del costo total en promedio.
Con relación a las universidades públicas cabe indicar que la mayoría de maestrías se sigue desarrollando presencialmente. Sin embargo, van aumentando las universidades que empiezan a incorporar algunos componentes de enseñanza híbrida. Relevante es el caso de universidades como las Nacionales de Piura, San Antonio Abad y Trujillo que han abierto, en conjunto 54 maestrías a distancia.
Maestrías según modalidad impartida Junio 2023-Marzo 2025 | ||||||
Maestrías | Presencial | Híbrido | A Distancia | |||
Público | Privado | Público | Privado | Público | Privado | |
Censo Jun2023 | 43,8% | 28,5% | 2,7% | 24,4% | – | 0,6% |
Muestra Mar25 | 21,8% | 14,3% | 14,8% | 14,0% | 4,7% | 30,4% |
Fuentes. Tuni.pe, para datos del total de universidades públicas y privadas. Páginas web de 27 universidades privadas y 8 públicas. |
Reflexiones finales
Es alentador que un sector de universidades avance en la modernización de sus programas, buscando no solo aprovechar la tecnología, sino también, renovar sus perfiles formativos para acercarlos a las necesidades del desarrollo e insertarlos en los escenarios de la globalización. Aumentan las alianzas con otras universidades y formas renovadas de titulación o graduación. Pero todavía este proceso se limita a cerca de una cuarta parte del total de instituciones, siendo más lento en las universidades públicas, en buena medida por la insuficiencia de recursos.
Tan importante como acelerar la manera en que se produce la transformación de los modelos de formación, es hacerlo de forma adecuada. No parece claro el manejo de conceptos asociados a la educación híbrida y a distancia en la descripción que se hace de los planes y metodologías de estudio. Algunas ofertas calificadas como a distancia o virtual son descritas con metodologías de trabajo que no se diferencian de una presencial, reduciendo la modalidad a distancia, a solo el trabajo del estudiante en un lugar donde pueda conectarse. Pero la educación a distancia es mucho más que eso. De allí la importancia de que la transformación de las universidades vaya acompañada de la urgente formulación de estándares de calidad para programas híbridos y a distancia. En otras palabras, hay que evitar improvisaciones y alentar la realización de experiencias que prestigien estas modalidades formativas. Lo contrario puede llevar al desencanto y frustración de quienes buscan perfeccionarse. Las tendencias de la universidad en el mundo, como las mencionadas en este informe, deben ser referente para formular políticas de educación superior en países como el Perú y otros de América Latina. Rezagarse puede llevarnos a lo que sucedió en los Estados Unidos, donde desde la pandemia las universidades tradicionales han perdido más de 800 mil estudiantes y 73 colleges han cerrado o se han fusionado desde el 2020. Una de las razones ha sido la falta de adaptación y replanteamiento de estrategias, reducir el uso de las tecnologías al simple consumo de contenidos y no a ser un soporte fundamental para la adquisición de competencias. No nos descuidemos.
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Totalmente de acuerdo, Hugo. Las tecnologías emergentes como Chat GPT están transformando la educación superior, especialmente en los posgrados, mejorando la accesibilidad y personalización del aprendizaje. ¡Es fundamental seguir adoptándolas para mantenernos a la vanguardia! 🎓🌍
Educared. Y la seguirán cambiando, esto recién comienza. Con la globalización las universidades nacionales deben ponerse las pilas para permanecer en el mercado. Saludos