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Tradición lítica Paijense

Para los años del arcaico la costa poseía una geografía completamente diferente a la de los Andes. En ella se complementaron cuatro ecosistemas: El mar, los valles, las lomas y el árido desierto. Según estudios paleoambientales hace 13,000 años el mar estuvo 50 metros por debajo de su nivel actual, lo que supone que los principales restos dejados por los primeros pobladores costeños están sumergidos bajo el mar. Estudios estratigráficos señalan igualmente que hacia el norte del actual Perú (Piura y Tumbes) la costa era mucho más amplia llegando incluso hasta los 135 metros por debajo del nivel actual. Los restos más antiguos de la costa corresponden entonces a los encontrados en la parte media de los valles o en las estribaciones andinas.



Tras el último periodo de glaciación (10,000 a.C.) hubo gran cantidad de lluvias en la costa, lo que permitió el crecimiento de lomas de Tumbes a Tacna. Sin embargo, la aridez del terreno hizo que rápidamente se secaran y se configure la actual geografía costeña. La megafauna ubicada principalmente en al costa norte se fue extinguiendo hasta desaparecer por completo hacia el 2,000 a.C.. La dienta del hombre costeño se compuso principalmente de peces, roedores, cérvidos, zorros, aves y lagartijas. Las excavaciones en basurales y campamentos indican igualmente el gran consumo de moluscos.

Los principales complejos arqueológicos para este periodo se encuentran en la costa de Tumbes y Piura, la Libertad (Paiján) y la costa de Lima (Chivateros).

Pampas de Paiján
Por su influencia y extensión territorial, Paiján ha sido durante muchos años el complejo arqueológico más importante de la costa norte. Ubicado principalmente entre los valles de Virú y Pacasmayo, Paiján influenció con su técnica lítica hasta Piura por el norte e Ica por el sur, es a esa influencia lo que se denomina tradición paijense. El complejo arqueológico se compone de campamentos al aire libre, canteras y talleres. Aún no se sabe con exactitud a que rango cronológico pertenece Paiján. Se han encontrado dos restos humanos que tras el análisis con el carbono 14 dan un fechado de 8,000 años a.C., sin embargo las puntas de proyectil encontradas sugieren la caza de grandes animales que para el año de su fechado ya no se encontraban en la costa. Se cree que el hombre Paiján tuvo en un inicio predilección por la caza, pero con el transcurrir de los años, y al observar las facilidades que la pesca le otorgaba, volvió su mirada al mar, siendo este su mayor fuente de recursos a partir del 5,000 a.C..

Chivateros
E. Lanning, y R. Patterson arqueólogos norteamericanos, realizaron en la década de 1960 importantes investigaciones en las zonas del Bajo Chillón y en los alrededores de Ancón, Oquendo y Tortugas. Sus descubrimientos fueron 50 campamentos al aire libre, talleres y canteras. Los fechados que Lanning realizó a partir de restos de madera no carbonizada dieron como resultado la presencia el hombre hace 12,000 años a.C., hasta los 6,000 a.C.. La industria lítica de este lugar, hechas de madera y piedra, no fueron aceptadas del todo por la comunidad científica pues muchas de ellas se encuentran en estados de preforma, y por otro lado no son eficientes para cortar madera tal como afirmaba el científico. Igualmente la crítica que se le realizó a este descubrimiento sustentaba que no hay pruebas estratigráficas que acompañen las pruebas arqueológicas. Tampoco existe un bosque o residuos de él, encontrado en las inmediaciones del lugar.

Actualmente se cree que Chivateros fue parte de una tradición mucho mas amplia que se extendió desde Trujillo hasta el norte de Lima.

Cerro Cupisnique
Entre los valles de Jequetepeque y Chicama se encuentra Cupisnique, una gran zona de recolectores y cazadores cuya antigüedad se remonta a los 10,000 años a.C.. Actualmente esta zona de cazadores pertenece a la tradición paijanense debido a la influencia recibida por Paiján, principalmente en la forma de tallar la piedra. El complejo arqueológico lo componen talleres (lugares donde se convirtió la materia prima en puntas Paiján), canteras (cerros donde se obtuvo la materia prima: piedra) y campamentos al aire libre. Las piedras mas utilizadas en la confección de puntas líticas fueron la riolita, la cuarcita, la dacita y el basalto, y se tallaron con percutores de madera. De acuerdo a los restos encontrados en los basurales y campamentos de esta cultura, la dieta del hombre paijanense se basó principalmente en el consumo de peces como la lorna y el coco. En Pampa Cupisnique se encontró evidencia del consumo de caracoles terrestres. La caza también constituyó una labor importante por lo que ciervos, zorros, vizcachas y aves pequeñas fueron parte de su alimentación. Esta variedad de alimentos indica que los hombres paijanenses se agrupaban en pequeñas bandas cuyo radio de acción iba entre los 15 y 20 kms. alrededor de su principal asentamiento.